Introducción
Las picaduras de escorpión son un importante problema de salud pública a nivel mundial. La incidencia en América del Sur es de 16,4 por 100 000 habitantes por año, con una mortalidad del 0,05 por 100 000 habitantes.1,2,3 En el Ecuador, los estudios sobre picaduras de escorpión son limitados.
Las picaduras por cada una de las especies de escorpiones, sus toxinas, así como la fisiopatología e interacción con la población ecuatoriana aún son desconocidas. Esta entidad patológica constituye uno de los más grandes retos en la medicina debido a la premura del tiempo de respuesta, diagnóstico y tratamiento.
Es fundamental el conocimiento y la actualización de la terapéutica para un manejo adecuado de los pacientes. En ciertas regiones del mundo, el envenenamiento por escorpiones es una de las causas de muerte.1 De acuerdo con la revisión de la literatura, el Ecuador posee 55 especies de escorpiones registradas, agrupadas en nueve géneros y cinco familias, de las cuales algunas son nocivas para el humano.2
En los últimos años, en el Ecuador se han incrementado las notificaciones de las picaduras de escorpión. Entre las especies involucradas están particularmente las del género Tityus. La familia Buthidae, en la que se hallan los géneros Centruroides y Tityus, es la que más accidentes graves ha provocado.2 Existen dos especies recientemente descritas en el año 2021 del género Hadruroides y otra de Troglotayosicus, pertenecientes a otras familias y sin mayor importancia médica.4,5,6
Uno de los cantones de la provincia de Morona Santiago de clima tropical, denominado Taisha, es actualmente considerado como uno de los más pobres del país, con áreas de difícil acceso para la mayoría de las parroquias que lo conforman. En esta región se ha reportado Tityus cf. asthenes, que en realidad corresponde a Tityus cisandinus, como uno de los principales causantes de los casos de escorpionismo. Los géneros Centruroides y Hadruroides no tienen presencia en el área, pues habitan en la vertiente del Pacífico; en tanto, Teuthraustes no ocasiona accidentes de gravedad.7
El objetivo del presente estudio fue registrar la incidencia de las picaduras de escorpión, el cuadro clínico, su manejo y las limitaciones para la obtención del antídoto en Ecuador, mediante la descripción clínica de una serie de casos de picaduras de escorpión en la población del Cantón Taisha, apoyada en una revisión de la literatura desde el punto de vista toxicológico y clínico, con la finalidad de promover el desarrollo de un antídoto en el país.
Epidemiología
A nivel mundial, ocurren anualmente millones de picaduras de escorpión y es un importante problema de salud pública en Centro- y Suramérica, el norte de África, el Medio Oriente y el sur de Asia. La mayoría de los escorpiones que causan problemas médicos graves pertenecen a la familia Buthidae, que comprende a los géneros Leiurus en Oriente Próximo y Medio Oriente, Androctonus y Buthus en África del Norte, Tityus en América del Sur, Centruroides en América del Norte y Central, Mesobuthus en Asia (especialmente en la India) y Parabuthus en Sudáfrica, con 2,3 mil millones de personas en riesgo.1
Se ha reportado que las picaduras de escorpión anualmente superan 1,2 millones de casos, con más de 3250 muertes (0,27 %). El grupo etario que ha experimentado envenenamientos más graves y mayor mortalidad son los niños.1,3 De las principales regiones con picaduras de escorpión, citamos la incidencia/mortalidad por cada 100 000 habitantes: en el Norte de África 222,93/0,52; Sahel 37,96/0,35; Sur de África 94,05/0,29; Oriente Medio 77,15/0,42; Asia 19,76/0,05; México 233,64/0,07; Cuenca del Amazonas 22,15/0,03; y América del Sur 16,36/0,05, respectivamente.1
En Centroamérica, específicamente en Panamá, se registró una incidencia de 52 casos por cada 100 000 habitantes durante el año 2007 y 28 muertes entre 1998 y 2006, y fue el género Tityus el responsable del fallecimiento en esta región.1 El envenenamiento por contacto con animales venenosos es una de las principales causas de intoxicación en Ecuador.2 Es de consenso general que la importancia médico-epidemiológica de este artrópodo varía de acuerdo con el grado de toxicidad de su veneno. Aunque su distribución mundial es amplia, es extremadamente raro en latitudes por encima de los 40° y están ausentes en la Antártida, por lo que habitan las regiones tropicales y subtropicales que presentan un ambiente más propicio para su desarrollo. Aproximadamente existen 2400 especies,8 de las que se ha investigado muy poco, aunque solo unas 50 poseen un veneno capaz de poner en riesgo inminente la vida de una persona.
Dentro del orden de los escorpiones, existen varios géneros con importancia médica como Buthus, Parabuthus, Mesobuthus y Tityus (el más común en países tropicales de América), Leiurus, Androctonus y Centruroides.2 Entre las familias registradas en Ecuador se encuentra Buthidae, que es la más importante a nivel mundial e incluye a los géneros Centruroides y Tityus, para algunas de cuyas especies se han reportado accidentes graves, incluso mortales, en partes de Suramérica y la Amazonía. Entre ambos géneros en Ecuador se ha registrado 22 especies. Tityus es sin duda un género de escorpiones complejo y el responsable de la mayoría de los casos de escorpionismo grave y letal en Centro- y Suramérica.2 En el Ecuador, la prevalencia de picaduras de escorpión fue reportada en más del 50 % en la provincia de Morona Santiago en los años 2016 y 2017, aunque no se identificaron las especies.9
Características morfológicas del escorpión o alacrán
Los escorpiones son un tipo de arácnido,10 existen especies con distintos tamaños, desde los más pequeños que solo alcanzan a medir unos pocos milímetros, hasta los más grandes que pueden llegar a unos 20 cm.11 Su cuerpo está dividido en dos partes principales: cefalotórax o prosoma, y abdomen u opistosoma.
En el prosoma contiene la boca, el cerebro y los ojos, nacen desde allí los pedipalpos, las pinzas y cuatro pares de patas. El opistosoma del alacrán está dividido en dos partes: preabdomen o mesosoma y en posabdomen o metasoma. Por lo general las especies más peligrosas tienen pinzas largas y delgadas, el telson con apófisis subaculear y aguijón o acúleo que le confiere un aspecto como de doble aguijón (Fig. 1). Sin embargo, existen escorpiones peligrosos para el hombre cuyas pinzas pedipalpales son gruesas y el telson carece de tubérculo subaculear (por ejemplo, especies del género Hemiscorpius, familia Hemiscorpiidae).11,12
Características del veneno de escorpión y fisiopatología
Los escorpiones, independientemente del grado de toxicidad de su veneno, tienen un telson con aguijón al final del metasoma. El telson contiene las glándulas del veneno, el cual participa básicamente en la autodefensa y en la captura de insectos y otros artrópodos de los que se alimenta. La cantidad de veneno contenido en la vesícula del telson varía de 100-600 µg.13 Al poco tiempo de la picadura por escorpión los principales efectos fisiológicos de su veneno actúan sobre los canales iónicos dependientes del voltaje. Las neurotoxinas intervienen en las terminaciones nerviosas produciendo retardo de la inactivación o alterando la sensibilidad a la apertura de los canales de Na+ y bloqueando los canales de K+ activados por Ca++. Se ha reportado la absorción del veneno de especies del género Centruroides de entre 4-7 min y una vida media de eliminación entre 4-13 h.13
El veneno está compuesto por numerosas toxinas de concentraciones variables de neurotoxina, cardiotoxina, nefrotoxina, toxina hemolítica, fosfodiesterasas, fosfolipasas, glicosaminoglicanos, histamina, serotonina, triptófano y liberadores de citoquinas, pertenecientes en su mayoría a pequeñas toxinas peptídicas. La de mayor importancia médica es la α-toxina que consiste en 61-76 polipéptidos.3 Se describen además otros tipos de componentes tóxicos como péptidos potenciadores de bradiquinina, toxinas de acción curarizante y algunas enzimas como la hialuronidasa que incrementa la permeabilidad capilar y facilita una rápida absorción del veneno.9,13 Las diferentes toxinas identificadas se dirigen a los canales iónicos, en especial la α-toxina actúa inhibiendo la inactivación del canal de sodio, induciendo posteriormente una despolarización prolongada y excitación neuronal que estimula los centros autónomos, simpáticos y parasimpáticos que resulta en excitación autónoma. Las α-toxinas, al actuar en los canales de Na+, provocan la liberación endógena y de gran cantidad de acetilcolina con posterior descarga de catecolaminas como epinefrina y norepinefrina, hormonas peptídicas vasoactivas, como el neuropéptido Y, endotelina-1 y óxido nítrico.3,13,14
Inmediatamente después de la picadura, por estimulación simpática, se ha reportado hiperglucemia y elevación de presión arterial inicial, seguido de disminución ventricular izquierda e hipotensión. El aumento de la permeabilidad capilar en el que existe daño endotelial puede producir fallo miocárdico con alteraciones hemodinámicas, como la disminución de la función del ventrículo izquierdo y edema agudo del pulmón. El veneno altera los canales iónicos liberando neurotransmisores en las terminaciones posganglionares del simpático y del parasimpático responsables del envenenamiento sistémico junto con la liberación de PGE2 y bradiquinina en capilares pulmonares. En contraste, al combinar la excitación simpática y la liberación de catecolamina en el plasma provoca la mayoría de los efectos sistémicos graves, que incluyen lesión miocárdica, edema pulmonar y shock cardiogénico.3,13,14
Las neurotoxinas en el sistema cardiaco pueden inducir liberación de las enzimas CK, CK-MB, LDH, LDL; a nivel pancreático liberan amilasa; la alteración de los canales de sodio en el sistema nervioso lleva a un disparo continuo, prolongado y repetitivo de las neuronas somáticas, simpáticas y parasimpáticas, lo que resulta en síntomas de sobreexcitación autonómica y neuromuscular, acompañándose de liberación excesiva de neurotransmisores; sin embargo, en el sistema nervioso central es poco frecuente debido a que las toxinas no pueden atravesar la barrera hematoencefálica.3,15
Cuadro clínico
El envenenamiento local se caracteriza por dolor en el sitio de la picadura y el sistémico por síndrome de excitación neurotóxica; sin embargo, el cuadro clínico varía en dependencia del tipo de escorpión. Así, las manifestaciones de una intoxicación sistémica son el resultado de la combinación de la excitación simpática y la liberación de catecolaminas. Los efectos parasimpáticos y colinérgicos incluyen sialorrea, diaforesis profusa, epífora, miosis, diarrea, vómitos, bradicardia, hipotensión, aumento de las secreciones respiratorias y priapismo. Entre los efectos simpáticos y adrenérgicos se incluyen hipertensión arterial, taquicardia, midriasis, hipertermia, hiperglucemia, agitación psicomotriz e hiperquinesia.
Entre todas las manifestaciones clínicas es importante resaltar las diferentes manifestaciones sistémicas que pueden aparecer en una intoxicación grave, la denominada “tormenta autonómica”, agitación motriz, irritabilidad, espasmos musculares; síntomas respiratorios y cardiovasculares como la disnea, taquicardia, arritmias, edema pulmonar, bloqueos, bradicardia y extrasístoles; a nivel del sistema digestivo se reporta la aparición de náuseas, vómito y dolor abdominal; en casos graves puede haber pancreatitis, y las manifestaciones neurológicas comprenden miosis, midriasis, inconsciencia y convulsiones. Cabe recalcar que las manifestaciones cardiopulmonares son más frecuentes en las picaduras por especies del género Tityus.3,13
Las manifestaciones clínicas de acuerdo con la literatura varían en relación con el grado de intoxicación: así una intoxicación leve puede estar acompañada de dolor y edema local, mientras puede haber un fallo multiorgánico en una intoxicación grave. Luego de una revisión exhaustiva sobre el cuadro clínico del escorpionismo, en el presente estudio se presentan los niveles de envenenamiento con las características clínicas correspondientes (Tabla 1).3,16,17,18
Nivel de envenenamiento | Clínica |
---|---|
Grado I: leve |
Dolor y parestesia local Hormigueo Entumecimiento y edema local Inquietud leve |
Grado II: moderado |
Fiebre y escalofríos Hipersecreción nasal, salival y bronquial Parestesia general Mialgias Cefalea Temblor Sudoración excesiva Hipertensión y priapismo |
Grado III: grave |
Disartria Parestesia facial Oliguria Trastornos cardiacos, respiratorios o neurológicos |
Fuente: Compilación de las referencias 16, 17 y 18.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo de una serie de casos. Se revisaron los expedientes clínicos de pacientes con escorpionismo reportados como efecto tóxico del contacto con animales venenosos19 durante el periodo de enero de 2016 a noviembre de 2018. Se incluyó a todos los pacientes de diferentes edades atendidos en segundo nivel de atención de salud del Hospital Básico San José de Taisha (HBSJT), en el área de emergencia u hospitalización independientemente de si fueron evacuados o acudieron ambulatoriamente. El universo en este estudio fue de 134 pacientes. Se clasificaron de acuerdo con el grupo etario,20 por grupo étnico (mestizos e indígenas) y nacionalidad (shuar, achuar).21 La investigación realizada cumplió con los principios éticos de la Declaración de Helsinki.22
Los pacientes de estudio provenían del casco urbano o de la zona rural del Cantón Taisha perteneciente a la provincia de Morona Santiago en Ecuador. El Cantón Taisha está conformado por cinco parroquias (Taisha, Macuma, Pumpuentsa, Tuutinentsa y Huasaga);23 la proyección de la población de este cantón para el 2017 fue de 24 373 habitantes.24 Las principales actividades a las que la población se dedica son la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca.25
Para la estratificación clínica del escorpionismo se tomó como referencia la clasificación de Abroug,17 clasificación del Manual mexicano de procedimientos estandarizados para la vigilancia epidemiológica de la intoxicación por picadura de alacrán del 201216 y la Guía de práctica clínica de México, prevención, diagnóstico, tratamiento y referencia de la intoxicación por veneno de alacrán del 200818 (Tabla 1).
Se determinó la ubicación geográfica de la zona de estudio, en la que se involucraban las parroquias en las cuales se identificaron pacientes con picadura de escorpión en el Cantón Taisha. Se utilizó la base de datos del Sistema Nacional de Información Geográfica del Instituto Geográfico Militar, Ministerio de Defensa Nacional, GeoSur y las cartas de Información Geográfica,26,27 codificación (UTF-8) del año 2013. Se utilizó el software ArcGis versión 10.5 con base en la Proyección Universal de Mercator WGS 1984, en una escala 1:50 000 (Fig. 2). Para el análisis de datos se creó una base de Microsoft Excel 2007 y se procesó con el programa Epi Info 7. Se calculó porcentajes para variables cualitativas y cuantitativas.
Resultados
Se evaluó un total de 134 casos de picaduras de escorpión. De acuerdo con el sexo, estas predominaron en hombres, adultos y de la etnia shuar. Un porcentaje importante -más del 10 %- de los casos encontrados correspondió a lactantes y preescolares (0-4 años) (Tabla 2) y la parroquia con mayor número de atenciones fue Taisha (Fig. 2).
Variable | No. (n = 134) | % |
---|---|---|
Sexo | ||
Hombre | 73 | 54,48 |
Mujer | 61 | 45,52 |
Edad (años) | ||
Adulto mayor (≥ 65) | 2 | 1,49 |
Adultos (20-64) | 75 | 55,97 |
Adulto joven (15-19) | 14 | 10,45 |
Adolescente (10-14) | 12 | 8,96 |
Escolar (5-9) | 8 | 5,97 |
Lactantes y preescolares (0-4) | 23 | 17,16 |
Etnia | ||
Shuar | 106 | 79,10 |
Mestizo | 17 | 12,68 |
Achuar | 11 | 8,20 |
Parroquia | ||
Taisha | 95 | 70,90 |
Macuma | 17 | 12,69 |
Tuutinentsa | 11 | 8,21 |
Pumpuentsa | 9 | 6,72 |
Huasaga | 2 | 1,49 |
La región corporal más frecuente de picadura fue las extremidades superiores e inferiores. De acuerdo con el nivel de envenenamiento, predominó el leve o grado I, caracterizado por dolor, edema y parestesias locales, pero es muy importante indicar que más del 10 % de las picaduras correspondieron a envenenamiento grave (Tabla 3).
Variable | No. (n = 134) | % |
---|---|---|
Zona de picadura | ||
Cabeza | 5 | 3,73 |
Tórax | 3 | 2,24 |
Abdomen | 2 | 1,49 |
Extremidades superiores | 62 | 46,27 |
Extremidades inferiores | 62 | 46,27 |
Cuadro clínico* | ||
Alacranismo leve | 88 | 65,67 |
Alacranismo moderado | 29 | 21,64 |
Alacranismo severo | 17 | 12,69 |
Tipo de servicio | ||
Emergencia | 121 | 90,30 |
Hospitalización | 13 | 9,70 |
Referencia mayor nivel de complejidad | ||
Hospital Macas | 8 | 5,97 |
No se refiere | 126 | 94,02 |
Morbilidad por años | ||
2016 | 38 | 28,36 |
2017 | 71 | 52,99 |
2018 | 25 | 18,66 |
Mortalidad por años | ||
2017 | 2 | 1,49 |
*Nivel de envenenamiento: según la clasificación de Abroug y Guías de procedimientos y práctica clínica de México.
Gran parte de las atenciones por esta afección ocurrieron en el área de emergencia y aproximadamente el 10 % de los casos fue ingresado al área de hospitalización. De los 134 pacientes, 8 fueron referidos a una casa de mayor complejidad, el porcentaje restante permaneció en el HBSJT con los debidos cuidados y el tratamiento disponible. En cuanto a la estacionalidad de las picaduras de escorpión predominó en los meses de octubre, abril, diciembre y marzo. La presentación de la morbilidad anual fue mayor en el año 2017, seguido de los años 2016 y 2018. Se reportaron dos fallecimientos en el año 2017, que corresponden al grupo de niños entre 0-4 años (Tabla 3).
Siguiendo el protocolo de acuerdo con el nivel de envenenamiento y con la disponibilidad de medicamentos, se brindó tratamiento con anestésico local solo o combinado con analgésicos, benzodiacepinas, antieméticos o corticoides. Por la no disponibilidad de antídoto en el primer nivel de atención, los pacientes con escorpionismo grado III fueron referidos a un nivel de salud de mayor complejidad, donde fueron tratados según su sintomatología; pero, al no tener antídoto disponible, a pesar de realizar un abordaje oportuno en primer y segundo nivel de atención, dos pacientes menores de 4 años fallecieron debido a las complicaciones. Ambos pacientes presentaron como características clínicas alteración del nivel de conciencia, fallo renal agudo e insuficiencia respiratoria aguda.
En el primer nivel de atención, se solicitó exámenes de laboratorio que evidenciaron hiperglucemias en los casos de picaduras de escorpión moderado y severo. La disponibilidad de exámenes paraclínicos en el segundo nivel de complejidad se desconoce, debido a la falta de seguimiento. En el Cantón Taisha, el acceso a la atención médica es arduo y difícil, por lo cual el tiempo desde la picadura por escorpión hasta la atención oportuna en primer y segundo nivel de complejidad presentó variabilidad en tiempo por sus vías de entrada (terrestre, fluvial o aérea).
Discusión
El escorpionismo es un problema de salud pública en el Ecuador. A nivel sociodemográfico el porcentaje de prevalencia de las picaduras de escorpión es considerable, con reportes sobre el 50 % en la provincia de Morona Santiago en los años 2016 y 2017.9 Las picaduras predominaron en hombres adultos, datos similares a los obtenidos por Reyes-Vega y otros, quienes reportaron que la prevalencia de picaduras de escorpión fue en el género masculino; y de acuerdo con el grupo etario, predominaron los niños, seguido de los adultos, lo que quizá se deba a su ubicación y distribución poblacional.28 En cambio, para Gómez y otros, el 68,8 % de los pacientes fueron adultos, datos semejantes a los de nuestro estudio.29
Este es el primer reporte en una población amazónica ecuatoriana sobre picaduras de escorpión, con predominio en indígenas shuar y residentes de la parroquia de Taisha. El escorpionismo se identificó con mayor frecuencia en la zona urbana, datos similares al estudio de Reyes-Vega y otros, y con una diferencia de resultados con Gómez y otros, para quienes predominó la zona rural. Por la ubicación geográfica de Taisha, la zona de predominio de picaduras de escorpión concuerda con los estudios presentados a nivel de Suramérica, debido a que este lugar presenta abundante vegetación y climas cálidos y húmedos que favorecen el hábitat de los escorpiones.28,29
Los sitios anatómicos más afectados fueron las extremidades superiores e inferiores, resultados similares a los de Gómez y otros, con el 66 % en las superiores y 15 % en las inferiores. La distribución de las zonas afectadas en nuestro estudio tiene el mismo porcentaje para todas las extremidades, datos que se relacionan con el uso de vestimenta y tradiciones culturales.29
En relación con la gravedad, en el presente estudio se determinó un mayor porcentaje para el envenenamiento leve en adultos, seguido del moderado y severo en niños, datos que concuerdan con el estudio de Gómez y otros. Según el reporte de una presentación de un caso pediátrico con escorpionismo moderado en Cuba, los síntomas son leves y existe poca asistencia a las unidades de salud.29,30
La mayoría de los casos requirió una atención sintomática en el área de emergencia y un pequeño porcentaje requirió hospitalización y referencia a una unidad de mayor complejidad. Se evidenció en el estudio de Reyes y otros, una baja estadía hospitalaria con una media de 1,42 días y complicaciones en menores de edad que presentaron edema pulmonar y falla cardiaca, reportes que se asemejan a nuestro estudio en el que se notificaron complicaciones y mortalidad del 1,49 %, característico en menores de edad.28
En el año 2017 hubo una mayor morbilidad con más del 50 % de los casos. Según Gómez y otros, los hábitats de los escorpiones se caracterizan por coberturas vegetales altas, que evitan la deshidratación y permiten la proliferación de la especie.29
En Ecuador no existen reportes de escorpionismo, de acuerdo con la Guía práctica clínica del Ministerio de Salud Pública, ni sobre el empleo del antídoto según el nivel de envenenamiento o el uso de prazosina, pues son fármacos que no existen en el Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos. Tampoco hay disponibilidad para casos con criterios de gravedad, lo cual es de suma importancia en áreas de difícil acceso como en el Cantón Taisha.31,32
Tras una picadura de escorpión, el pilar fundamental es el manejo sintomático, el soporte vital y la neutralización del veneno. La revisión bibliográfica demuestra que el antídoto no es la única manera de contrarrestar su cuadro clínico, aunque sí posee un uso relevante. El uso de analgésicos y antiinflamatorios tienen un valor terapéutico significativo, sin embargo hasta el momento no existen estudios clínicos que lo respalden.33
El empleo de corticoides como la hidrocortisona no muestra una diferencia clínica sustancial para su recomendación, lo que se debe a las toxinas y su lugar de afectación. Al manejar el dolor, demuestran una aceptación muy notoria la administración de paracetamol intravenoso, el hielo local y la infiltración con lidocaína al 2 % sin epinefrina. Esta última es la más efectiva para disminuir el dolor en comparación con las otras. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en un envenenamiento grave, su utilidad puede variar significativamente.32
En casos graves es necesario el uso de la prazosina, un bloqueador adrenérgico alfa sináptico en la mediación de los efectos negativos de la hiperactividad autonómica, cuyo empleo ha demostrado que la mortalidad y la duración media de la estancia hospitalaria ha sido significativamente menor.
Al comparar la dobutamina y la prazosina, se ha concluido que con la prazosina hay una mejoría clínica más rápida y mejor respuesta a las complicaciones como el edema pulmonar; sin embargo, la prazosina no se encuentra disponible en el Ecuador, y su uso no debe ser sobreestimado, ya que puede necesitarse coadyuvantes para controlar todas las complicaciones que se puedan presentar.32 En la picadura de sujetos pediátricos generalmente es necesario el uso de antídoto específico, aunque en el país únicamente se dispone de analgésicos.35
Entre los diferentes fármacos disponibles se recomienda el uso del antiveneno dentro de las primeras horas posteriores a su exposición, cuya eficacia en el tratamiento se ha demostrado.36 Aunque los lineamientos internacionales recomiendan el uso del antídoto, en Ecuador su acceso es limitado, por lo cual en la mayoría de los casos el tratamiento es sintomático. Otra dificultad es que la dosis difiere según la especie del escorpión, la composición, la dosis del veneno y el individuo.36,37
En los pacientes pediátricos y aquellos con diferentes comorbilidades, con frecuencia el cuadro general es más grave, independientemente del cuadro clínico o de la aplicación del antídoto. Las interpretaciones y recomendaciones sobre el manejo de la picadura de escorpión están restringidas a la especie de escorpión involucrada en el caso; por lo tanto, es difícil considerar el uso del antídoto y mucho menos en Ecuador, donde no se ha tomado la iniciativa de investigar el veneno de sus especies ni su impacto epidemiológico en la población.
De los datos disponibles, se pueden extraer algunas recomendaciones para la administración del antídoto: en todos estos casos demostró una mejoría del cuadro clínico a las 4 horas; su uso combinado con coadyuvantes para el soporte vital como la prazosina demostró más beneficios que cuando se administra solo.32,38
Las vías de ingreso a las comunidades más lejanas del Ecuador, como en el Cantón Taisha, son terrestres, fluviales y aéreas, lo que, unido a la distancia a los centros de salud de mayor complejidad, son factores que influyen en el empeoramiento del cuadro clínico del escorpionismo, el incremento de las complicaciones y secundariamente la tasa de mortalidad por esta afección. El tiempo de atención de los pacientes desde el momento de la picadura de escorpión varía desde minutos, horas hasta días, y son los factores climáticos, sociales y educacionales, entre otros, los determinantes para una adecuada atención en las unidades de salud.
El tratamiento debe estar fundamentado en la fisiopatología, pero también se requiere el esfuerzo mancomunado del gobierno, las autoridades sanitarias, los prestadores de servicios médicos, entre otros, en beneficio de la población más necesitada.
Se debe mencionar la prioridad de adquirir el antídoto en las zonas geográficas con mayor incidencia de picadura de alacrán, para brindar un tratamiento óptimo y evitar posibles complicaciones, previa realización de estudios de composición química del veneno de alacrán, su neutralización y producción, así como también una estructuración del protocolo estándar con la medicina disponible para su aplicación en las regiones más necesitadas.
Conclusiones
Las picaduras por escorpión son un problema de salud pública en Ecuador. Las características clínicas presentadas en los pacientes varían desde un envenenamiento leve hasta uno severo, con una frecuencia de mortalidad importante en menores de edad. Ecuador, con varias comunidades tropicales y subtropicales de difícil acceso, posee varias especies de escorpiones sin un mapa de riesgo para esta afección. Hasta hoy, este país no reporta la producción del antídoto ni el uso de ningún inmunógeno referente local o regional. La mayoría de los accidentes en el ámbito rural se producen en las tareas agrícolas, por lo que las medidas de prevención deben estar orientadas a evitar la picadura en sus actividades diarias.