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Revista Cubana de Educación Superior

versión On-line ISSN 0257-4314

Rev. Cubana Edu. Superior vol.41 no.3 La Habana sept.-dic. 2022  Epub 25-Dic-2022

 

Artículo original

Las tecnologías y los componentes no personales del proceso de enseñanza-aprendizaje

The technologies and the non-personal components of teaching learning process

0000-0002-3572-8769Carmen Luisa González Arias1  *  , 0000-0001-6994-3515Pedro Bernal Díaz1 

1Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Santa Clara, Cuba.

RESUMEN

El presente trabajo es resultado de una experiencia investigativa realizada en la Facultad de Psicología de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas y generalizada en la carrera de Ciencias de la Computación. El objetivo general es reflexionar sobre la importancia de las tecnologías y los componentes no personales del proceso de enseñanza-aprendizaje del idioma inglés.

Palabras-clave: tecnologías; componentes no personales; proceso de enseñanza-aprendizaje; idioma inglés

ABSTRACT

This paper is a result of a research experience carried out at Psychology Faculty de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas and generalized in Computing Science major. The aim of the paper is to reflex about the importance of Technologies of Information and Communication and non-personal components of the teaching learning process of English for Professional Purposes.

Key words: technologies; non-personal components; teaching learning process; English for Professional Purposes

INTRODUCCIÓN

El desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología ha traído consigo cambios sustanciales en el avance vertiginoso de cualquier sociedad, en todas las ramas del saber y esferas sociales y económicas por lo que el modo de actuación de los profesionales ha cambiado. El campo de la educación no ha sido la excepción; el rol de estudiantes y profesores universitarios también ha cambiado, así como los métodos y medios de enseñanza a utilizar que se emplean para aprender.

Los profesionales de hoy necesitan interactuar en diversos contextos y para ello deben usar fundamentalmente el idioma inglés, lengua por excelencia para la comunicación y el intercambio, por lo que su aprendizaje se convierte en un imperativo para enfrentar los desafíos de la sociedad moderna. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) constituyen otro elemento importante en la referida interacción en este siglo XXI.

La gestión de la información y el conocimiento en idioma inglés a través de las tecnologías se convierte en requisito indispensable en la formación de los profesionales como instrumento de adquisición y transmisión del conocimiento. Para ello debe prestarse especial atención, no solo a estas dos competencias, sino también a los componentes no personales (los objetivos, los métodos que se utilicen, el contenido, los medios de enseñanza y la evaluación) que persigamos en el proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA) del idioma inglés con fines profesionales (IFP).

Por otra parte, en la universidad cubana se implementa un nuevo perfeccionamiento en la enseñanza del idioma inglés (Ministerio de Educación Superior, 2019) basada en los descriptores del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: aprendizaje, enseñanza y evaluación (Common European Framework of Reference for Languages: Learning, Teaching, Assessment) (Council of Europe, 2018) en la que los estudiantes universitarios deben alcanzar el nivel B1, lo que significa ser un usuario independiente de la lengua. Lo anteriormente expresado ha provocado un cambio en el sistema de enseñanza de este idioma, cualitativamente superior al anterior. En la referida estrategia se utilizan las tecnologías: se cuenta con laboratorios de idiomas y se ha creado un aula virtual para que los estudiantes autogestionen el conocimiento. Esta posibilidad aún no se aprovecha en toda su potencialidad, y los autores del presente trabajo consideran que se debe incluir en la política la enseñanza del IFP.

También existen en los estudiantes carencias tales como que el egresado universitario no logra comunicarse en idioma inglés de forma eficaz; son capaces de consultar bibliografía en idioma inglés, pero no pueden exponer un trabajo científico, o escribir un artículo, resumen, u otros documentos, en dicho idioma. Es por eso que en la investigación «El desarrollo de la habilidad de escritura en idioma inglés con fines profesionales mediante un entorno virtual de enseñanza-aprendizaje» (González 2013) desarrollada en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas y que ha sido generalizada en otras carreras (experiencia investigativa generalizada también en la carrera de Ciencias de la Computación, en 2016) se comprobó que aunque se prestó especial atención a los componentes no personales del PEA del IFP, se necesita trabajar aún más en la relación entre las tecnologías y los componentes no personales del proceso de enseñanza-aprendizaje del idioma inglés

Por las razones anteriormente expuestas el presente trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre la importancia de las tecnologías y los componentes no personales del proceso de enseñanza-aprendizaje en la didáctica especial de Idioma Inglés con Fines Profesionales.

DESARROLLO

El PEA tiene su fundamento teórico en la didáctica como ciencia y rama de la pedagogía. De la pedagogía, la didáctica toma su teoría, sus leyes, sus métodos y los adapta al acto de enseñar y aprender. La didáctica a su vez posee sus leyes, sus principios, su sistema categorial y sus métodos de investigación, que se relacionan con los de la pedagogía. Además, se precisa en esta investigación atender la didáctica de las lenguas extranjeras con sus especificidades, especialmente para el desarrollo del IFP, el cual debe desarrollarse en el PEA del idioma inglés, con una óptica interdisciplinar.

Álvarez de Zayas, (1997) define que «la didáctica es la ciencia que estudia como objeto el proceso docente educativo dirigido a resolver la problemática que se le plantea a la escuela: la preparación del hombre para la vida y cuya función es la de formar al hombre, pero de un modo sistémico y eficiente» (p. 3).

López Palacios (2010) expresa que la didáctica estudia el proceso docente-educativo; es decir, mientras la pedagogía estudia todo tipo de procesos educativos, la didáctica atiende solo al proceso más sistémico, organizado y eficiente, que se ejecuta sobre fundamentos teóricos y por personal especializado: los profesores.

Ambos autores coinciden en destacar el PEA como centro de la didáctica y aunque con palabras diferentes, estas definiciones llevan implícito la formación del estudiante en un proceso sistémico y eficiente que se produce de forma escolarizada.

Se coincide con estas definiciones y se asume en la investigación a la didáctica como ciencia (Álvarez de Zayas, 1997) por plantear como objeto de estudio el PEA y tener como premisa el desarrollo integral de la personalidad de los estudiantes, así como su preparación para la vida y su formación. La enseñanza del IFP forma parte de la preparación de un profesional competente.

Aunque con frecuencia se habla del idioma inglés con fines específicos (Hutchinson y Waters, 1999) se coincide con Widdowson, (1998) en que cualquier uso que se haga de la lengua es específico ya que sirve para un fin concreto. Por lo que se asume el término inglés con fines profesionales (IFP).

El IFP tiene su origen en las investigaciones realizadas en el campo de la metodología de las lenguas extranjeras con el propósito de desarrollar las habilidades comunicativas centradas en las necesidades e intereses de los estudiantes para solucionar situaciones profesionales e intelectuales.

Para Bosh (2006) es un enfoque de aprendizaje del idioma que se basa en las necesidades del aprendiz, determinadas inicialmente, y todas las decisiones en cuanto a los componentes didácticos, se basan en la finalidad del aprendiz para aprender. Domínguez (1999) afirma que este enfoque proyecta la enseñanza del contenido que determinados grupos necesitan y no parte de un análisis del sistema de la lengua, sino de la especificación de las necesidades del aprendizaje.

Los planteamientos de los autores antes referidos expresan aspectos medulares con los que concuerda: necesidad de aprender el contenido de una especialidad para dar solución a una problemática de la profesión, pero sin obviar la formación de valores, que debe caracterizar a un profesional humanista. La necesidad y el contenido no solo deben basarse en el tratamiento del léxico científico-técnico relacionado con la especialidad, sino en la necesidad de aprender a utilizar la lengua en situaciones reales o simuladas de comunicación con responsabilidad y ética profesional (González, 2013).

También se coincide con Bosh (2006) en que el aparato categorial de la enseñanza comunicativa de idiomas se nutre de la didáctica, la comunicación, el aprendizaje y las teorías que lo sustentan, los aportes de la lingüística en cuanto al registro, género, discurso y texto, y la enseñanza de idiomas en cuanto al diseño curricular de programas, cursos y materiales didácticos para la enseñanza del idioma.

El IFP prepara al estudiante para comunicarse de forma oral y escrita en idioma inglés y dar solución a situaciones de la vida profesional: comunicarse con colegas de otras latitudes, impartir una conferencia, comunicar resultados científicos, entre otros. La comunicación e intercambio de resultados científicos se hace fundamentalmente de forma escrita. De aquí la importancia del desarrollo de la habilidad de escritura en el PEA del IFP.

En la literatura consultada se aprecia que el PEA ha sido preocupación de muchos investigadores, los cuales han expresado su definición sobre dicho proceso. El objetivo esencial del mismo es la formación de un profesional que responda al encargo social que demanda la sociedad. Se constata además que algunos autores identifican el PEA como proceso docente-educativo.

Al respecto López (2010) plantea que, sin ser un error, resulta una denominación limitada, ya que reduce el objeto a las actividades de los dos tipos de sujetos que intervienen en el proceso: el profesor y los estudiantes. Al referirse al PEA, Addine et al. (1998) plantean que:

el PEA conforma una unidad que tiene como propósito esencial: contribuir a la formación integral de la personalidad del estudiante. Esta tarea es una responsabilidad social en cualquier país. Constituye la integración de lo instructivo (proceso y resultado de formar hombres capaces e inteligentes) y lo educativo (formación de valores y sentimientos que identifican al hombre como ser social). Ambos permiten hablar de un PEA que tiene por fin la formación multilateral de la personalidad del hombre». (P. 16).

Por lo que el presente estudio se afilia al planteamiento anterior por integrar lo instructivo y lo educativo, que tiene como objetivo la formación integral de la personalidad de los estudiantes, atendiendo al carácter socio-histórico del proceso y la formación de valores. Todo ello se logra mediante el contenido que se enseña y la planificación de actividades que los estudiantes deben resolver.

Para ser consecuentes con la posición asumida en el estudio e incidir positivamente en el PEA, especialmente en el IFP de forma integral y desarrolladora, teniendo en cuenta el modo de actuación que los estudiantes deberán enfrentar en el ámbito profesional es oportuno tratar los componentes del PEA.

El PEA contempla entre sus componentes los personales y los no personales. Por una parte, entre los componentes personales se encuentran el profesor y los estudiantes. Existen tendencias en las que se dan mayor protagonismo al profesor como transmisor de los conocimientos. Otras tendencias más actuales, como la seguida por González (2012), estiman que el PEA debe verse como un todo integrado y desarrollador, donde intervienen los aspectos cognitivos y afectivos, lo instructivo y lo educativo, donde el estudiante es protagonista de su aprendizaje bajo la guía del profesor. Se debe enfatizar también en que los aspectos educativos para la formación de valores estarán siempre presentes en el proceso.

Por otra parte están los componentes no personales: objetivo, contenido, método, medio, formas de organización y evaluación, que tienen una importancia crucial en el proceso. Numerosos autores como Klingberg (1972), Labarrere (1991), Álvarez de Zayas (1992), López (2010), Addine et al. (1998) y otros han ofrecido sus definiciones sobre cada uno de dichos componentes de la didáctica. En este trabajo se asumen las concebidas por Álvarez de Zayas (1999), uno de los especialistas cubanos que más ha profundizado en este tema y se hace referencia a cómo los componentes tienen su expresión en la didáctica de las lenguas extranjeras y en especial en la enseñanza del IFP.

El objetivo es el componente rector del PEA; constituye el modelo pedagógico del encargo social; son los propósitos y aspiraciones que durante el proceso se van conformando en el modo de pensar, sentir y actuar en el estudiante. Por lo tanto, en el PEA del IFP el objetivo define el modo de actuación del futuro profesional. En su formulación debe quedar claro lo que el estudiante debe saber y saber hacer para lograr su desempeño profesional. El estudiante debe aprender a comunicarse en idioma inglés para saber resolver cualquier situación que se le presente, relacionada con su perfil profesional. Para ello, los objetivos en la enseñanza del IFP deben intencionarse al contenido, al dominio del léxico científico-técnico de la especialidad en función de la comunicación a un nivel intermedio en su actividad profesional.

El contenido es aquella parte de la cultura y experiencia social que debe ser adquirida por los estudiantes y se encuentra en dependencia de los objetivos propuestos. Para que en la clase de IFP los contenidos se correspondan con los objetivos, estos deben ajustarse a la profesión. Se hace imprescindible la utilización de materiales auténticos en idioma inglés, artículos y libros de la especialidad, de manera que los estudiantes aprendan el contenido, adquieran y desarrollen habilidades tanto académicas como comunicativas y se apropien del léxico científico-técnico de su especialidad, por lo que se impone una correcta selección de dichos contenidos en correspondencia con los contenidos que reciben en las asignaturas propias de las carreras.

Se asume, además, para la enseñanza del IFP, el criterio de Álvarez de Zayas (1997) de que el contenido incluye tres dimensiones: conocimientos, habilidades y valores. No solo basta con enseñar el sistema de conocimientos de la lengua, pues las habilidades, según afirma este autor, se dan interrelacionados en la práctica. Los valores se forman no solo con el contenido que se ofrece, sino también mediante la solución a las tareas que el profesor plantea simulando situaciones reales.

El contenido y el objetivo son categorías esenciales en el PEA, pero para determinarlos es muy importante el método. En una clase de lengua extranjera es necesario considerar la relación objetivo-contenido-método y organización, la cual determina la lógica interna del proceso de enseñanza.

El método es el elemento director del proceso. Responde a cómo desarrollar el proceso, cómo enseñar y cómo aprender. Representa el sistema de acciones de profesores y estudiantes como vías y modos de organizar la actividad cognoscitiva de estos últimos, o como reguladores de la actividad interrelacionada de ambos, dirigida al logro de los objetivos.

En las clases de lenguas extranjeras para enseñanza del IFP se utilizan diferentes métodos, los que estarán en correspondencia con los objetivos de cada clase. Cuando el propósito del profesor es que los estudiantes aprendan diferentes reglas gramaticales, utilizará un método diferente a cuando el objetivo es que apliquen dichas reglas en la escritura de un determinado tipo de texto. También la utilización del método depende de la asignatura y del tema a tratar (contenido).

El método tiene en cuenta el sistema de conocimientos y las formas de aprendizaje, o sea las habilidades. Debe conducir a la elevación de independencia y el nivel de creación de la actividad cognoscitiva de los estudiantes. Para ello se debe prever la forma en que el estudiante gestiona y se apropia del conocimiento de manera independiente. En el IFP deben utilizarse fundamentalmente métodos productivos, aunque no se descarta la utilización de métodos reproductivos, cuando sea necesario. El estudiante no solo debe ser capaz de dar solución a una situación similar a la que el profesor le muestra, sino que debe, con los conocimientos y habilidades que desarrolla, solucionar problemas de la profesión.

El método en la clase de IFP se debe apoyar en el enfoque comunicativo de enseñanza que da máxima importancia a la interacción como medio y como objetivo final en el aprendizaje de la lengua a través del desarrollo de actividades tales como el juego de roles, entrevistas, trabajo en parejas y en grupos, entre otros.

Los medios son los componentes del proceso que establecen una relación de coordinación muy directa con los métodos, que responden al «cómo» y al «con qué». Para aplicar de manera eficiente los métodos, estos deben apoyarse en los medios de enseñanza. Estos constituyen diferentes imágenes y representaciones de objetos y fenómenos especialmente diseñados para la docencia; son el soporte material de los métodos. Cuando se utilizan adecuadamente crean condiciones más favorables para el aprendizaje y están determinados por los objetivos, el contenido y los métodos. Además, contribuyen a la apropiación del sistema de conocimientos, al desarrollo de habilidades, hábitos y capacidades, y a la optimización del PEA. Entre los medios tecnológicos más usados en las clases de IFP se encuentran la computadora, el móvil y televisión.

Al reflexionar sobre el papel de los medios como componentes del PEA en el IFP se tienen en cuenta las TIC, como medios que propician la exposición de los estudiantes a todos los canales de información de la lengua: auditivo y visual, mediante videos, grabaciones, multimedias, etc. Todo ello promueve un aprendizaje cooperativo y colaborativo en un proceso desarrollador.

Las formas de organización constituyen el proceso integrador del PEA, donde se interrelacionan todos los componentes personales y no personales del proceso. Estas reflejan las relaciones entre el profesor y los estudiantes en la dimensión espacial y temporal del proceso e incluso la interacción con los contenidos.

Las clases de lenguas extranjeras mediada por las TIC son dinámicas, flexibles y atractivas. Se establecen relaciones entre el profesor ‒como facilitador del proceso del conocimiento‒ y el estudiante como gestor de su propio aprendizaje. Las formas de organización pueden variar dentro de la propia clase o de un grupo a otro. En el IFP son generalmente clases prácticas y se realizan tanto en el aula como en el laboratorio de computación.

Según Castañeda (2006) las TIC ofrecen una oportunidad de cambio hacia un modelo de enseñanza que potencie el desarrollo de la personalidad de los educandos, el diálogo, la investigación conjunta de profesor y estudiantes, visto el primero como un colaborador experimentado y facilitador del proceso de aprendizaje de sus alumnos, donde ambos adquieren habilidades para la gestión de la información y el conocimiento en los nuevos entornos de aprendizaje donde antes aprendían a tomar buenas notas de clase, y donde el propósito sea aprender a aprender, aprender a ser y aprender a desaprender, fundamentalmente. Igualmente, ofrecen importantes elementos de flexibilidad en las concepciones espacio temporales del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Según este autor, por un lado, las TIC:

Permiten la asincronía en los estudios reglados y disminuir las exigencias en la movilidad de todos los participantes. Por reglas generales, esto permite que cada persona pueda adecuar la realización de sus actividades de estudio en aquellos momentos en que su disposición general sea máxima y los elementos de perturbación externa sean mínimos, sin tener lar por ello que perder los beneficios del aprendizaje grupal entre pares de alumnos». (Castañeda, 2006, p.143).

Por otro lado, «la flexibilidad de no tener que trasladarse hasta un lugar específico, de forma regular y sistemática, en horarios que no están confeccionados a partir de sus intereses y posibilidades individuales mejoran el aprovechamiento del tiempo de los alumnos y su disposición al estudio» (p. 143). Esto se debe a que el estudiante es más autónomo, realiza su estudio y sus tareas en el lugar y el horario que él mismo selecciona. Un aspecto a destacar, constatado por los autores, es que el uso de las TIC respeta el ritmo de aprendizaje de los estudiantes y se obtienen mejores resultados en la adquisición de estos contenidos.

La evaluación es un proceso inherente a la educación que se inserta en el ambiente general de la sociedad. Es de naturaleza totalizadora, remitido a la complejidad de los factores que intervienen en el proceso educativo en el que juega papel fundamental el profesor, guía de dicho proceso.

En cuanto a la evaluación como componente totalizador en el PEA del IFP, se asume de forma sistemática, formativa y desarrolladora. Tiene un papel fundamental en el cambio que se produce en los estudiantes y en la comprobación del cumplimiento de los objetivos. Se propone como un proceso compartido y negociado entre los profesores y estudiantes; todos aprenden de todos, es decir, el profesor puede evaluar a los estudiantes, pero las tecnologías brindan la posibilidad de que el propio estudiante pueda autoevaluarse en determinados momentos o que un estudiante pueda evaluar a otro.

Según Pérez (2008), la evaluación continua en tareas comunicativas en el PEA del inglés va a permitir una evaluación integral del desempeño comunicativo del estudiante en aras de un aprendizaje gradual, progresivo y, por tanto, mucho más eficaz en la práctica diaria de las lenguas extranjeras. En la evaluación mediada por las TIC se proponen formatos de evaluación alternativa (auténtica y del desempeño) que incluyen la webquest, el portafolio electrónico, la realización de tareas comunicativas a través del correo electrónico, el fórum de discusión, entre otras.

Como consideraciones finales se puede acotar que el uso correcto de los medios tecnológicos y los componentes no personales conlleva al desarrollo del aprendizaje del IFP de los estudiantes si se tiene en cuenta que con el uso correcto del medio y del método se logra el objetivo que se persigue con una asimilación consciente del contenido que se aprende, comprobado a partir de la evaluación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 15 de Abril de 2021; Aprobado: 28 de Febrero de 2022

*Autor para la correspondencia: carmenlg@uclv.cu

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

Carmen Luisa González Arias: realizó la búsqueda bibliográfica de las fuentes y participó en la redacción y revisión del artículo.

Pedro Bernal Díaz: participó en la redacción y revisión del artículo y organizó las referencias bibliográficas.

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