Señor Director:
La actual pandemia de COVID-19 está afectando a 192 países y regiones del planeta, ocasionando que, hasta el 13 de mayo del 2021, 160 819 979 de personas hayan sido contagiadas, de las cuales, 3 340 130 fallecieron. Frente a ello, las vacunas emergen como una solución para reducir el riesgo de mortalidad y contagios por el virus SARS-CoV-2.1
No obstante, existe un fenómeno mundial conocido como reticencia a la vacunación, que es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la vacilación o rechazo de aceptar ser vacunado aun existiendo la disponibilidad en centros de salud.2
Ante ello, surge la necesidad de identificar los múltiples factores que contribuyen a este fenómeno en el contexto actual de pandemia de COVID-19. En este sentido, recientes investigaciones encontraron aspectos psicológicos involucrados en la reticencia de vacunas contra la COVID-19.
De tal forma, se conoce que entre los factores con mayor implicación están las creencias sobre teorías conspirativas, las cuales hacen referencia a un conjunto de teorías alternativas a la oficial, que tratan de explicar un evento o acontecimiento ocasionando miedos, temores y dudas sobre la versión ofrecida por los Estados. Por ejemplo, se identificó en una investigación realizada en Irlanda que personas con niveles altos de creencias sobre teorías conspirativas tendían a una mayor reticencia a ser vacunados. Asimismo, otro estudio desarrollado en países árabes reveló que un 59,5 % creía que la COVID-19 había sido creada por el hombre, un 27,7 % señalaba que era una forma de implantar chips para controlar a los seres humanos y 23,4 % de los encuestados afirmó que las vacunas contra la COVID-19 causarían infertilidad.3,4,5.
Otro factor que está comprometido con la reticencia a la vacunación es la personalidad. Una investigación desarrollada en Irlanda y Reino Unido encontró dos rasgos de personalidad involucrados. El primero es el rasgo de conciencia, que describe cuán persistente, organizada y orientada a objetivos es la persona. Es así como, individuos con niveles bajos en rasgo de conciencia tenían mayor reticencia a vacunarse. El segundo rasgo es el neuroticismo, este describe la sensibilidad de una persona al estrés y a los desencadenantes emocionales negativos. Los resultados mostraron que personas con niveles altos de neuroticismo evidenciaron mayor reticencia a la vacunación contra la COVID-19.5,6
Es de suma importancia que se enfatice la investigación en los diversos aspectos psicológicos involucrados en la reticencia a la vacunación contra la COVID-19. De tal forma, se obtendrá una mayor compresión del componente psicológico implicado, lo cual permitirá realizar intervenciones a fin de lograr una mayor confianza y seguridad con la vacunación.