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Educación Médica Superior

versión impresa ISSN 0864-2141

Educ Med Super v.24 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2010

 

HISTORIA DE LA ENSEÑANZA MÉDICA EN CUBA

 

Biografía del eminente cardiólogo cubano Dr. Néstor Reynaldo Calafell Vázquez

 

Biography of the eminent cardiologist Nestor Reynaldo Calafell Vázquez M.D.

 

Esequiel Hernández AlmeidaI; Rey Alejandro Calafell ValdésII

IMáster en Educación Médica. Especialista de I y II Grados en Medicina Interna. Profesor Auxiliar. Doctor en Ciencias Médicas. Hospital Universitario "Celia Sánchez Manduley". Manzanillo. Granma, Cuba.
IIMédico residente de Medicina General Integral. Policlínico Comunitario Docente "Luis E. de la Paz". Manzanillo. Granma, Cuba.

 

 

 


El 29 de octubre del 2009, justo a las 2:50 p.m dejó de latir el corazón del Dr. Néstor Reynaldo Calafell Vázquez, eminente cardiólogo cubano, que había nacido el 26 de Mayo de 1927, en el seno de un humilde hogar de Manzanillo, actual provincia Granma, hijo de un padre albañil y una madre ama de casa.

Inició sus primeros estudios en la educación primaria en escuelas particulares de su ciudad natal, continuando en cuarto grado en la escuela pública Bazán. En el año 1942 ingresó por examen en el Instituto de Segunda Enseñanza de Manzanillo y en el año 1947 ingresó en la Universidad de La Habana para estudiar Medicina, obtuvo las matrículas gratis durante toda la carrera por su excelente expediente académico y se graduó de médico en 1954.

Al graduarse obtuvo por concurso una beca de Cardiología para México, pero la pésima situación económica de su familia lo obligó a regresar a Manzanillo donde comenzó una intensa vida profesional de la que solo la muerte pudo separarlo.

Su primer desempeño profesional fue en consultas privadas y luego en la clínica "La Caridad" de Manzanillo, que dirigía el Dr. René Vallejo Ortiz, quien fuera Comandante del Ejército Rebelde. Allí se destacó como combatiente de la clandestinidad en la cura y protección de heridos enviados desde la Sierra Maestra, participó en el enterramiento y custodia del diario del entonces Comandante Raúl Castro Ruz en el patio de esta institución y cuando la permanencia en Manzanillo se hizo imposible por el riesgo que su vida corría, se incorporó, por orden del Movimiento 26 de Julio a la Guerra de Liberación Nacional en el Hospital "Pozo Azul" en la Sierra Maestra como médico del Ejército Rebelde.

Posterior al triunfo de La Revolución renunció al trabajo privado y donó al Ministerio de Salud Pública dos electrocardiógrafos y un fluoroscopio, para ser usados en la atención de enfermos, ya que el país estaba carente de equipos médicos.

Trabajó entonces como Vicedirector del Hospital Militar de Santiago de Cuba que dirigía el Comandante Manuel Fajardo Rivero (Piti), su amigo entrañable, donde comenzó su vida de docente participando en la formación de múltiples generaciones de médicos. Desde allí fue trasladado junto a Piti al Caney de las Mercedes, fue el primer médico que atendió a los alumnos de la ciudad escolar "Camilo Cienfuegos" durante su construcción y donde no solo continuó trabajando en la docencia, sino en la formación vocacional de los estudiantes. Participó en el primer trabajo voluntario realizado en Cuba en la Ciudad Escolar "Camilo Cienfuegos" y estuvo movilizado en la Crisis de Octubre en una unidad médica del Ejército.

En el Caney de las Mercedes fue director del Hospital "Mariano Pérez Balí" y posteriormente laboró en el Hospital "Manuel Fajardo" de Manzanillo, en el Hospital Infantil "Hermanos Cordové" y en el Servicio de Neonatología del Hospital "Fé del Valle" de la misma ciudad hasta su jubilación.

Fundador de la docencia de pregrado y posgrado en la provincia Granma, trabajó en los inicios del internado rural en zonas de difícil acceso y Profesor de Mérito de la Facultad de Ciencias Médicas de Granma.

Al enfermar repentinamente ostentaba el grado de Mayor en las reservas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, pertenecía a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y atendía el Frente Médico en la comisión de atención del combatiente; durante todos estos años fue el médico de las madres de mártires. Pertenecía a los Comité de Defensa de la Revolución desde su fundación y había recibido las siguientes condecoraciones: Combatiente de la Guerra de Liberación, Combatiente de la Columna "José Martí", Medalla "Frank País" de la lucha clandestina, Medalla de la lucha contra bandidos, Treinta y cuarenta años de las FAR, Medalla "Piti Fajardo", Destacado en la preparación para la defensa, Diploma del primer trabajo voluntario de la Ciudad Escolar, Diploma como fundador de la docencia en la provincia Granma, Diploma de labor destacada en la formación de los recursos humanos del Sistema Provincial de Salud y Diploma de reconocimiento del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud.

Fue el Dr. Calafell un estudioso incansable hasta sus últimos días, médico especialista de I Grado en Cardiología que recibió adiestramiento cardiológico pediátrico y de arritmias cardiacas en el Instituto de Cardiología de La Habana, respetado en la comunidad científica nacional por sus brillantes diagnósticos cardiopediátricos usando solo los elementos del examen físico, el electrocardiograma y la radiografía de tórax, conocedor de múltiples enfermedades clínicas del niño y del adulto, amante y defensor de la clínica clásica, de virtuosísimos oídos para practicar la auscultación cardíaca, sabía explotar hasta la saciedad los sutiles elementos de un electrocardiograma y extraer de este los más disímiles criterios diagnósticos así como describir con majestuosidad cualquier tipo de radiografía del cuerpo humano. Sus disertaciones diagnósticas realizadas en secciones de piezas anatómicas y en clínicas patológicas serán recordadas por mucho tiempo por sus alumnos de siempre.

Era el profesor Calafell un hombre multifacético, culto y romántico, extremadamente modesto, de hablar pausado, talentoso pintor que dejó de su pincel varias obras donde plasmó las bellezas del paisaje campestre y marítimo manzanillero, capaz de hacer obras de artesanía y carpintería de alta calidad. Fue campeón nacional de aeromodelismo y Experto Provincial de ajedrez.

Excelente cultivador de buenas amistades, amante de la naturaleza, la flora, la fauna y especialmente del mar, disfrutaba contemplar el excepcional paisaje del atardecer con la singular belleza que ofrece la puesta del sol desde las costas del Golfo de Guacanayabo.

Fue autor del "Manual Clínico del diagnóstico de las cardiopatías congénitas" y al morir deja en prensa otro inédito texto sobre electrocardiografía pediátrica los que aportan conocimientos a la nueva generación de médicos formados por la Revolución. Fue nombrado Profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Médicas de Granma, donde participó por un cuarto de siglo en la formación de estudiantes de Medicina, de residentes de Pediatría y otras especialidades clínicas.

Su mérito más excepcional fue, sin embargo, haberse desempeñado siempre como médico de pueblo, desde Manzanillo, su ciudad natal, a la que amó y defendió en múltiples tribunas con ferviente vehemencia, pintó en sus cuadros y evocó en sus escritos, que algún día merecen ser publicados.

Tuvimos el privilegio excepcional de disfrutar de su amistad y la enorme responsabilidad de atenderlo durante el corto periodo de tiempo que duró su mortal padecimiento y cada día nos daba enseñanzas múltiples; en una ocasión cuando colegas, amigos y familiares insistíamos en buscar otras alternativas terapéuticas para su ya avanzado e incurable padecimiento en otros centros asistenciales de la capital, con gran firmeza e incalculable valor dijo: "Yo he vivido casi 83 años y me ha llegado la hora y no estoy en condiciones de regatearle a la vida unos meses más de sufrimiento."

Su sepelio, modesto como toda su vida, fue una exclamación muda de un pueblo entero que lloró en silencio a un verdadero hijo ilustre de esta ciudad, a él fueron a rendirle el último homenaje cientos de corazones que hoy laten en el pecho de personas adultas, útiles a su familia y a la sociedad, gracias a los cuidados tan esmerados y pertinentes que el Dr. Néstor Reinaldo Calafell Vázquez les brindó cuando eran niños.

Al morir deja un vacío incalculable en su casa de la calle Martí No. 72, donde a tantas personas brindó asistencia médica, deja en la comunidad médica de esta ciudad el espacio de una de las figuras más grandes que ha dado la medicina de Manzanillo, Granma y Cuba, pero se marchó con la satisfacción del deber cumplido con sus 4 hijos, todos personas de bien, su esposa, sus pacientes y todo el pueblo que cada día lo evoca.

 

 

Recibido: 4 de enero de 2010.
Aprobado: 19 de enero de 2010.

 

 

Dr.C Esequiel Hernández Almeida. Hospital Universitario "Celia Sánchez Manduley". Manzanillo. Granma. Cuba. Correo electrónico: esequiel@golfo.grm.sld.cu