INTRODUCCIÓN
Las enfermedades cardiovasculares han pasado a ser la primera causa de muerte en el mundo y en Cuba1. La salud cardiovascular ideal, intermedia y deficiente, fue definida por los objetivos de Impacto 2020 de la American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón)2 y han cambiado el enfoque mundial hacia la promoción de la salud y el control del riesgo, sin enmarcarse solo en la prevención y tratamiento de las enfermedades.
La salud cardiovascular ideal es la presencia simultánea de tres factores de salud ideales (colesterol normal, presión arterial normal y ausencia de diabetes mellitus), y cuatro comportamientos ideales de salud (no fumar, peso normal, actividad física alta y dieta ideal)2. Estudios previos sugieren que las personas con 5, 6 o 7 medidas ideales de salud cardiovascular tienen hasta 10 veces menos niveles de cardiopatía isquémica, mortalidad por enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y mortalidad por todas las causas, en comparación con aquellos con 0 a 1 medidas ideales2-4.
Un estudio realizado en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (España), publicado en Journal of the American College of Cardiology, demuestra: que el denominado índice Fuster-BEWAT, herramienta sencilla basada en cinco indicadores de salud cardiovascular, tiene la misma eficacia a la hora de predecir la presencia y extensión de la aterosclerosis subclínica en individuos sanos de mediana edad, que el índice de salud cardiovascular ideal (ISCVI, ICHS por sus siglas en inglés) -la herramienta más común usada en la actualidad- la cual también incluye valores de colesterol y glucosa; y precisa, por tanto, de un análisis de sangre5.
Ambas herramientas muestran un valor predictivo bueno y comparable para detectar el grado de la aterosclerosis subclínica en individuos sanos. Sin embargo, con un enfoque preventivo promocional, diferentes estudios han abordado el tema, y en países europeos han normado y estandarizado el índice de Fuster-BEWAT5; cuyas principales variables (peso, índice de masa corporal, presión arterial, alimentación con el consumo de frutas y verduras, tabaquismo y actividad física), son principales indicadores de riesgo cardiovascular en la atención primaria de salud, que no demandan muchos recursos económicos y, por tanto, es importante considerarlo porque los resultados son bastante confiables, como las tablas de la OMS/ISCVI, entre otros6-8.
En Cuba, la literatura científica no muestra artículos que hagan referencia al uso del índice de Fuster-BEWAT, razón que motivó el desarrollo de esta investigación, con el objetivo de comparar los resultados de este índice con el ISCVI en la estimación de los niveles de salud.
MÉTODO
Tipo de estudio y población
Se realizó un estudio descriptivo transversal en el servicio de Atención Primaria del Hospital Universitario Manuel Fajardo Rivero de Santa Clara (Cuba), en el período enero-junio de 2019. Se valoró el estado de salud cardiovascular en individuos sanos, sin antecedentes de enfermedad cardíaca, con edades comprendidas entre 40 y 59 años, mediante el uso del ISCVI, y el índice Fuster-BEWAT.
La muestra, obtenida por muestreo probabilístico de tipo aleatorio simple, quedó constituida por 347 personas. Para determinar la cantidad de pacientes, se tuvo un nivel de confianza de 95%, precisión de 8% y una proporción esperada de 50%.
Variables
Las variables estudiadas fueron: edad, sexo, tabaquismo, índice de masa corporal, actividad física, dieta, presión arterial, glucosa en ayunas, colesterol total y estado de salud cardiovascular.
Se solicitó el consentimiento informado del paciente y luego se procedió al llenado del formulario, donde se incluyeron los datos de las variables mencionadas. El índice de masa corporal se calculó mediante la división del peso corporal en kg, entre la talla en metros elevada al cuadrado; además, previo ayuno de 12 horas, a cada paciente se extrajo muestra hemática para la determinación de glucemia, colesterol total, HDL colesterol (lipoproteína de alta densidad), LDL colesterol (lipoproteína de baja densidad) y triglicéridos.
Se consideraron los marcadores de salud cardiovascular de acuerdo con las recomendaciones de la American Heart Association2 (Tabla 1).
Estado de salud cardiovascular
Los siete comportamientos y factores de riesgo del ISCVI (ejercicio, índice de masa corporal, dieta, tabaquismo, presión arterial, colesterol sérico y glucosa en ayunas) se clasificaron de acuerdo con las definiciones de la American Heart Association2 como pobres, intermedios o ideales. Cada componente se dicotomizó como ideal versus no ideal, y los sujetos se clasificaron, en función del número total de indicadores ideales, como de salud cardiovascular de pobre (0-2), intermedia (3-5) o ideal (6-7).
Para el índice Fuster-BEWAT, que contempla cinco indicadores de salud cardiovascular (presión arterial, actividad física, índice de masa corporal, consumo de fruta y verdura, y hábito de fumar), se establece que de 0 a 1 la salud cardiovascular es pobre; entre 2 y 3, intermedia; y 4 a 5, ideal.
Análisis estadístico
Los datos se incluyeron en el programa SPSS versión 13, se confeccionaron tablas y gráficos, y se aplicaron pruebas estadísticas donde predominó la distribución de frecuencia. Para comparar la concordancia de la salud cardiovascular obtenida por ambos índices se calculó el coeficiente Kappa de Cohen9 (Tabla 2).
RESULTADOS
En el estudio realizado se encontró que los peores marcadores incluyeron la actividad física (79,8%) y la dieta no balanceada (74,9%) que influyeron en una salud cardiovascular pobre (Figura 1).
En la figura 2 aparece la distribución de la población según el ISCVI y el índice Fuster-BEWAT, donde se observa que sólo un 15,3% de los hombres y mujeres analizados cumplían con el estado ideal según el índice de Fuster BEWAT y un 17,8% según el índice de salud cardiovascular ideal, con un menor perfil de riesgo en mujeres e individuos más jóvenes.
Al comparar los resultados de ambos índices, a través del coeficiente Kappa de Cohen, el valor obtenido fue de 0,935; lo que significa que la concordancia al evaluar la salud cardiovascular mediante ambos índices fue casi perfecta, pues está muy próxima a 1.
Esta investigación aportó la confección de un plegable y un póster, a través de los cuales los individuos pueden obtener información actualizada de la prevención de las enfermedades cardiovasculares y, además, consiguen calcular su propio estado de salud cardiovascular. Ambos medios ilustran, de forma sencilla, pero muy didáctica, elementos claves para la promoción de la salud cardiovascular.
DISCUSIÓN
El presente estudio corroboró que la población evaluada presentó un bajo nivel ideal de salud cardiovascular, con menor evidencia de riesgo en las mujeres y los individuos más jóvenes. Estos resultados son mejores a los obtenidos por Del Brutto et al3, Brant et al4 y Benziger et al7, quienes hallaron menor prevalencia de salud cardiovascular ideal, aunque todos concuerdan que las edades más jóvenes son más saludables.
Brant et al4, hacen referencia a los estudios publicados con el uso de las métricas de la American Heart Association, los cuales han demostrado que el número de indicadores ideales está inversamente relacionado con la mortalidad por todas las causas y por enfermedades cardiovasculares. Fernandez-Alvira et al5, por su parte, muestran que los perfiles cardiovasculares más saludables se asocian con menor prevalencia y menor extensión de enfermedad subclínica en individuos sanos, lo que evidencia el impacto de los estilos de vida y los factores de riesgo en las fases tempranas de la enfermedad. Dichos resultados fueron obtenidos al evaluar la presencia de enfermedad subclínica en distintos territorios (placas de ateroma en arterias carótidas, iliofemorales, aorta abdominal y la cuantificación del nivel de calcio en arterias coronarias) mediante técnicas de ultrasonido (ecografía) vascular y tomografía axial computarizada.
Al evaluar los factores comportamentales -actividad física, tabaquismo, índice de masa corporal y la dieta- la actividad física presentó menor prevalencia de adecuación, seguida por la dieta y el peso corporal. A juicio de los autores de la presente investigación, ello no implica que se deba prescindir de las analíticas, pero sí es factible utilizar este índice como método educativo, con el cual cada persona puede hacer una estimación de su nivel de riesgo, elementos estos que pudieran incidir en la prevención y el autocuidado; pues, por ejemplo, aunque evaluar la dieta en Cuba es muy difícil, no hay mejor control sobre ella que la que puede hacer el propio individuo.
Por el alcance de este problema y la complejidad de sus causas, que incluyen factores culturales, sociales, políticos y sanitarios, la estrategia para combatir la enfermedad cardiovascular a escala global debe ser igualmente sofisticada e integral. Como la exposición a los factores de riesgo cardiovascular empieza desde edades tempranas, se debe expandir y ajustar esta estrategia a lo largo de la vida del individuo10-11.
La posibilidad de prescindir de análisis de sangre para evaluar el riesgo cardiovascular puede suponer una ventaja en regiones o situaciones con recursos sanitarios limitados. Es, por tanto, una opción más práctica y económica para la promoción de la salud cardiovascular; pero no sólo eso, sino que también es posible utilizar este índice de Fuster-BEWAT para la educación en entornos no sanitarios, como escuelas, institutos o universidades, o incluso como herramienta para fomentar la adopción de hábitos saludables, ya que permite concienciar a los individuos de los beneficios directos que supone un cambio en el estilo de vida.
El conocimiento del estado de salud cardiovascular de la población es primordial para implementar estrategias dirigidas a reducir la prevalencia de estas enfermedades12-15. A pesar de contar en Cuba con excelentes recursos humanos y con un sistema de salud donde la promoción de salud y la prevención de enfermedades son pilares básicos, se encontró que solo una minoría de la población estudiada tenía un estilo de vida y hábitos saludables. Por ello, es necesario centrar los esfuerzos no solo en el tratamiento de la enfermedad y la prevención cardiovascular, sino también en la promoción de la salud y la prevención primaria, que es primordial.
CONCLUSIONES
Al comparar los resultados de los índices de Fuster-BEWAT y el de salud cardiovascular ideal en la población estudiada, se encontró una concordancia (mediante el coeficiente Kappa de Cohen) casi perfecta; lo que demuestra que el índice de Fuster-BEWAT, que es más sencillo y no requiere analítica sanguínea, puede considerarse la primera en contextos socioeconómicos donde el acceso a análisis de laboratorio es limitado.