Introducción
Entre las tumoraciones benignas que afectan al cordón espermático, epidídimo y túnica vaginal se encuentra el tumor fibroso, con la particularidad de no incluir al testículo. Representa el 6 % de las lesiones y tumores paratesticulares.1 Todos los grupos etáreos pueden afectarse por esta enfermedad, pero el mayor número de casos se describen entre los 20-30 años. Estas tumoraciones se conocen como: tumor benigno fibroso paratesticular, pseudotumor fibroso vaginal, fibroma, pseudotumor inflamatorio, mesotelioma fibroso, funiculitis proliferativa, fibromatosa, entre otros.2 Su etiología no se encuentra perfectamente conocida y constituye un reto para el cirujano diferenciarlo de tumores malignos.
Presentación de caso
Paciente de 21 años de edad que refiere aumento paulatino del escroto de varios meses de evolución, sin dolor u otros síntomas.
El examen físico abdominal es completamente normal. No existen adenopatías visibles ni palpables. El hemiescroto derecho (Fig. 1) presenta aumento de volumen y se observa una tumoración paratesticular derecha de consistencia más bien blanda, con forma ovoide, de aproximadamente 3 cm, no dolorosa y movible, por lo que es difícil localizar su meso. La transiluminación es negativa. El testículo izquierdo se encuentra normal.
Los complementarios habituales se encuentron normales. La inmunohistoquímica reportó actina de músculo liso (AML), citoqueratina (CK) y beta catenina negativas, receptores de progesterona positivos en algunas células estromales alrededor de, túbulos seminíferos y desmina positiva en células musculares lisas.
En el ultrasonido se observó una masa extratesticular que establece contacto con el testículo, con característica sólida y sin otro detalle que observar.
Los otros complementarios imagenológicos con los que se trataba de identificar metástasis (Radiografía de tórax (Rx) y tomografía axial computarizada (TAC) abdominal y pélvica) no mostraron alteraciones patológicas.
Fue llevado al salón de operaciones donde se le realizó incisión escrotal y disección por planos hasta localizar el proceso tumoral que a la palpación parecía tener aspecto benigno, se realizó una biopsia intraoperatoria por congelación cuyo resultado preliminar informó tejido fibroso sin signos de malignidad. Se practicó una exéresis amplia de la tumoración, y se conservó el testículo (Figs. 2 y 3)
El posoperatorio transcurrió sin dificultades. Anatomía patológica informó: pseudotumor fibroso,3,4,5,6) con proliferación difusa y nodular, presencia de fibroblastos estrellados e infiltrado linfoplasmocitario perivascular e intersticial y focos de necrosis.
Discusión
En el aparato genitourinario son varios los órganos en donde ha sido identificado el tumor fibroso: vejiga, riñón, próstata, vesículas seminales, cordón espermático, escroto y la túnica vaginal.7
Varios autores han realizado su descripción, entre los que se encuentran Astley-Cooper (1830) Balloch (1904),8Goodwin y otros.9) No se han publicado casos que se comporten como neoplásicos. Se considera un proceso reactivo10,11) y no neoplásico a partir de 1960, cuando se reportaron tres casos con la designación de periorquitis nodular. En muchos pacientes, se recoge el antecedente de traumatismo, o bien inflamaciones del tipo de las orquiepididimitis.
Por lo general estas tumoraciones tienen consistencia firme, unilaterales, con un tamaño entre 1 y 30 cm. Los pacientes son atendidos en consulta por la deformidad y aumento de peso escrotal, momento en que se le ordena la realización de una ecografía.12,13
La histología muestra al tejido fibroconectivo hialinizado, con colágena y gran vascularización. En ocasiones, se encuentra osificación e inclusiones cálcicas. Existe infiltración focalizada crónica dependiente de linfocitos, histiocitos y células plasmáticas. Con el desarrollo de las técnicas microscópicas electrónicas, así como la inmunohistoquímicas (positividad para vimentina, factor VIII de células endoteliales y frente al CD34 (antígeno de células precursoras del sistema hematopoyético()14) se conceptualizan estas lesiones como proliferaciones mesenquimales fibroblásticas vascularizadas.
Consideraciones finales
El tumor fibroso de la túnica vaginal puede ser reconocido de manera intraoperatoria, siempre que pensemos en dicho tumor, y con ello, se evita al paciente la orquiectomía radical. La clínica, los estudios imagenológicos y los marcadores tumorales, proporcionan una idea para separar esta enfermedad de los procesos de comportamiento maligno. El examen de biopsia por congelación15,16,17 es un procedimiento intraoperatorio altamente sensible y específico, que permite diferenciar entre lesiones testiculares y paratesticulares benignas y malignas, con la posibilidad de cirugía conservadora de órganos cuando son benignas.