Introducción
Las medidas de bioseguridad se definen como aquellas actividades de carácter preventivo que deben llevarse a cabo por los profesionales y/o técnicos que ejecutan acciones con seres vivos, para disminuir el riesgo de contagio debido a exposición a diferentes agentes patógenos, tanto físicos, mecánicos, químicos y/o biológicos.1 El desconocimiento de las medidas de bioseguridad y autocuidado genera alto riesgo no solo para los profesionales que se exponen al eludir su práctica cotidiana, sino para las personas en quienes recaen las consecuencias de estas malas prácticas, que regularmente afectan su situación de salud.2
Entender y extremar las medidas de bioseguridad y autocuidado resulta un proceso relevante para la formación universitaria, toda vez que los resultados de su mala práctica generan un aumento en días de hospitalización y en los costos derivados de la atención en salud.3
Los procesos de formación en los cuales se refuercen las medidas de bioseguridad y autocuidado constituyen factores clave para garantizar la salud de quienes intervienen en las atenciones; por tanto, se hace necesario que los profesionales identifiquen los riesgos a los que se exponen en sus labores diarias y adopten medidas de bioseguridad para su desempeño.4,5
En el marco de la pandemia algunos estudios han concluido que los procesos de formación resultan fundamentales para que se cumplan las medidas de bioseguridad y se utilicen de manera adecuada las medidas de barrera, que se definen como un medio eficaz para evitar el contacto o disminuir el riesgo debido a fluidos o materiales potencialmente infectados, por parte de los diferentes profesionales de la salud.6,7,8
El objetivo del presente trabajo fue identificar la evidencia científica sobre los procesos de formación en bioseguridad y autocuidado en el marco de la pandemia.
Métodos
Se realizó revisión de la literatura científica publicada entre 2016 y 2020, a través de la cual se pudieran evidenciar medidas de bioseguridad y autocuidado, con la posibilidad de tenerse en cuenta para la formación universitaria en tiempos de pandemia. Las búsquedas se realizaron mediante las palabras clave en español e inglés que fueron validadas en los DeCS y MeSH, y que permitieron identificar los artículos publicados en los idiomas español, inglés y portugués, en las bases de datos Biblioteca Virtual en Salud (BVS), Pubmed, Science Direct y el motor de búsqueda de Google Académico.
Se utilizaron los operadores booleanos AND y OR, que articularon las estrategias de búsqueda, según las bases de datos anteriormente mencionadas. Como criterios de inclusión se definieron idioma inglés o español, desarrollado en el marco de una institución universitaria; y evidencia sobre medidas de autocuidado o bioseguridad que puedan ser validadas y replicables en la formación universitaria. Según las bases de datos se estructuraron diferentes estrategias de búsqueda en ambos idiomas, como las siguientes: biosafety AND education, occupational health and safety AND curriculum, Security" AND occupational health, curriculum AND Pandemic, pandemic AND higher education, students AND occupational health, Pandemic AND Dental Education, Pandemic AND Education, biohazard containment AND education, occupational health and safety AND higher education, contención riesgos biológicos y educación superior 2016-2020, riesgo biológico prácticas de bioseguridad y educación superior, riesgo biológico prácticas de bioseguridad y estudiantes, pandemia bioseguridad y educación superior, pandemia bioseguridad prácticas en salud, pandemia autocuidado, prácticas en salud bioseguridad currículo educación superior.
Al aplicar la metodología PRISMA (fig.), los artículos se seleccionaron de manera inicial sobre la base de su título (5330); en la segunda fase fue leído el resumen y se descartaron 5256, por no cumplir con la temática de estudio; pasaron para la tercera fase 74 artículos, de los cuales, una vez leídos por completo, se obtuvieron aquellos que cumplían con los criterios de inclusión: se excluyeron 4 duplicados y 27 cuyo contenido no resultaba pertinente para el análisis; finalmente, se obtuvo el texto completo de 25 artículos para evaluar. En estos se analizaron las variables: base de datos, nombre de la revista, año de publicación, país, idioma, método, población, institución, tipo de texto, programa, medida de bioseguridad evidenciada, práctica de autocuidado evidenciada y principales hallazgos. La información derivada de los artículos se consignó en una matriz en Excel, que permitió el análisis según el objetivo propuesto.
Desde el punto de vista ético se siguieron los criterios establecidos en la Resolución 08430 de 1993 de investigaciones en humanos y la Declaración de Helsinki.9,10 Al trabajar con artículos publicados, no se generó ningún riesgo y siempre se respetaron los derechos de autor, al consignar las respectivas referencias.
Resultados
En la tabla se presentan las principales características de los 25 estudios analizados. Según el año de publicación, se encontró que 2020 fue el de mayor frecuencia, seguido por 2019; y en cuanto al idioma, 9 se publicaron en español, 17 en inglés y 1 en portugués. Se resalta como el mayor número de los trabajos se realizó en el contexto universitario y el hospitalario. Los programas de formación tuvieron más frecuencia en el área de salud (medicina, enfermería, odontología); sin embargo, se encontraron manuscritos realizados con participantes de programas de veterinaria, bioquímica, entre otros. En cuanto al país de publicación, el número más alto lo presentó Colombia (6), seguido por Brasil (4), Australia (3), Estados Unidos (2), y países como India, España, Reino Unido, Taiwán, Arabia Saudita, entre otros, con 1 artículo cada uno.
Con respecto a las medidas de bioseguridad de mayor frecuencia en los diferentes estudios, se hallaron la higiene de manos y el uso de guantes, sobre todo en casos de emergencia; se encontró que las medidas universales son conocidas e implementadas por los participantes.
Frente el autocuidado se observó un moderado conocimiento de la prevención de factores de riesgos biológicos, especialmente en las prácticas clínicas.
Sobre las recomendaciones, algunos estudios resaltan la importancia de implementar procesos de formación, a través de plataformas tecnológicas y que estos puedan ser reforzados de manera especial en población de mayor vulnerabilidad, como los estudiantes de medicina y enfermería.
Categoría | Subcategoría | Hallazgos | País/Año |
Bioseguridad | Medidas de precaución universal | Uso de EPP y lavado de manos: conducta frecuente | Arabia Saudita, 201711 |
Uso de mascarilla N95 durante la práctica académica (medicina) | Egipto, 202012 | ||
Moderada y alta percepción del riesgo durante las prácticas | Egipto, 2020;12) India, 2021;13) Irán, 202014 | ||
Lavado de manos, desinfección del medio ambiente, higiene personal, uso de mascarilla, distanciamiento social | Egipto, 2020;12) India, 2021;13) Australia, 201715 | ||
Desinfección, manejo de objetos cortopunzantes y desechos | India, 202113 | ||
Bioseguridad para prácticas seguras y equipos de protección | Colombia, 201916 | ||
Bioseguridad y currículo | Protocolos institucionales sobre el riesgo biológico en las asignaturas | Pakistán, 201917 | |
Oferta de asignaturas sobre gestión de riesgos biológicos | |||
Aprendizaje basado en problemas | Taiwán, Japón, Italia, Tailandia, 202118 | ||
Innovación del modelo educativo utilizando tecnologías | Taiwán, Japón, Italia, Tailandia, 202118 | ||
Planes de estudio, evaluación de bioseguridad para minimizar riesgo | India, 202113 | ||
Evaluar políticas y planes de estudio e incorporar nuevos métodos en el proceso de enseñanza-aprendizaje | Reino Unido, 2020;19) Colombia, 201920 | ||
Telesalud como oportunidad para los procesos formativos | Estados Unidos, 202021 | ||
Principal fuente de información: contenidos curriculares | Arabia Saudita, 201711 | ||
Implementación de programas sobre acciones de prevención y adherencia a normas de precaución universal para mejorar acciones de bioseguridad y conductas en futuros profesionales | Argentina, 2019;22 Colombia, 2017;23) Colombia, 201624 | ||
Reforzar la formación periódica de los docentes en medidas de bioseguridad y manejo de infecciones para minimizar riesgos | Colombia, 2016;25 Colombia, 201624 | ||
Implementación de un sistema de vigilancia, notificación y registro de incidentes relacionados con bioseguridad y autocuidado | Colombia, 201624 | ||
Bioseguridad y salud mental | Aprendizaje tecnológico atenúa la angustia del estudiante ante riesgos | Reino Unido, 202026 | |
La sobrecarga de trabajo dificulta la adherencia a los protocolos de bioseguridad | Brasil y Colombia, 202027 | ||
Autocuidado | Conocimiento de protocolos | Interés en los protocolos de bioseguridad por parte de los estudiantes | Pakistán, 201917 |
Conocimiento sobre la gestión del riesgo | Australia, 201628 | ||
Conocimiento general sobre precauciones universales | India, 2021;13 Pakistán, 2019;17 Taiwán, Japón, Italia, Tailandia, 2021;18) Venezuela, 201829 | ||
Formación y capacitación | Oferta de capacitaciones relacionadas con la práctica de medidas preventivas para el COVID-19 | Egipto, 2020;12 Colombia, 201920 | |
Intensión educativa: aumentar la conciencia y conductas positivas de los estudiantes | |||
Mejorar adherencia de los estudiantes a las prácticas de conductas preventivas | Pakistán, 2019;17 Colombia, 201624 | ||
Capacitación gestión de riesgo e infecciones asociadas a la atención en salud: mejora el razonamiento clínico y empodera sobre el autocuidado | Australia, 2016;28) Venezuela, 2018;29 Pakistán, 201917 | ||
Formación continua y a largo plazo en los protocolos de bioseguridad (lavado de manos, uso de guantes) | Australia, 2017;15 Pakistán, 2019;17 Argentina, 2019;22 Brasil, 201930 | ||
Seguimiento y evaluación | Entornos laborales y académicos seguros | Brasil, 2019;30 Arabia Saudita, 201711 | |
Proveedores de la atención médica | |||
Eliminación de objetos cortantes | |||
Utilización de tecnologías | Cursos y reuniones en línea, a través del uso de diferentes aplicaciones tecnológicas: Zoom, Google Meet, Skype, Canva, Panopto, Microsoft teams | Taiwán, Japón, Italia, Tailandia, 202118 | |
Uso de vídeos de simulación | Taiwán, Japón, Italia, Tailandia, 202118 | ||
Utilización de aplicaciones móviles para formación en riesgos | España, 201931 | ||
Efectividad y diversificación de las fuentes de información | Brasil, 202032 | ||
Aprendizaje electrónico: mejor interacción alumno-docente | Reino Unido, 202026 | ||
Tecnología inteligente novedosa para reforzar prácticas de autocuidado | Taiwán, Japón, Italia, Tailandia, 202118 | ||
Barreras para la práctica clínica | Bajo conocimiento en el manejo de los riesgos biológicos es una barrera para la atención | Pakistán, 201917 | |
Largos períodos de práctica | Brasil, 201930 | ||
Adherencia al uso de elementos de protección personal | Brasil y Colombia, 2020;27 Brasil, 2019;30) Brasil, 201933 | ||
Desconocimiento de los casos por ausencia de notificación | Australia, 202034 | ||
Riesgos asociados a la práctica, punción y transmisión de infecciones | Colombia, 201916 | ||
Alta incidencia de accidentes con material biológico | Brasil, 201930 | ||
Falta de adherencia para la disposición final de objetos cortopunzantes y de residuos biológicos | Arabia Saudita, 201711 |
Discusión
La bioseguridad resulta un tema de interés mundial, donde se hace evidente la relación entre los seres humanos, los microorganismos y el entorno. Es un elemento de análisis permanente, cuyos resultados se deben ver reflejados no solo en las medidas de protección personal y colectiva, sino en el entorno; por lo tanto, los tomadores de decisiones en el ámbito educativo deben garantizar las mejores condiciones de bioseguridad para el ejercicio de la docencia y el desarrollo de las prácticas formativas en contextos universitarios.35
Al respecto, durante el proceso de formación universitaria se requiere incluir el desarrollo y fortalecimiento integral de las medidas de bioseguridad y autocuidado; lo anterior debe intensificarse en el marco de las prácticas que realizan los estudiantes.36 Los resultados de este trabajo evidencian cómo los estudiantes acatan y practican medidas de bioseguridad universales. Sin embargo, esto se muestra diferente, según el programa de formación y la práctica misma. En el marco de la pandemia actual, el trabajo desarrollado por Restrepo y otros37 resalta la importancia de que estas medidas de bioseguridad se tengan en cuenta, incluso antes de ingresar a las instituciones de salud; de igual manera, sugiere reforzar la relevancia del uso de la mascarilla y el lavado de manos, prácticas que en el presente artículo se evidenciaron en la mayoría de los textos analizados.
Con relación a las precauciones universales de bioseguridad, los resultados de este trabajo reflejan como estas se conocen y asumen de manera general por los estudiantes que participaron en los diferentes estudios. Sobre este aspecto, actualmente profesiones como la odontología se han visto avocadas a repensar el ejercicio de la propia práctica, para aquellos procedimientos que requieren, en definitiva, atención presencial del paciente. En este sentido, además, se ha establecido el uso de mascarillas adecuadas, guantes, gorro, traje antifluido e instrumental con características especiales, porque se necesita que, tanto estudiantes como profesionales, tengan claro el tipo de instrumental que deben utilizar para la atención, y todos los procesos de desinfección y esterilización previo y posterior a cada procedimiento.38
Sobre los conocimientos en bioseguridad es relevante que se actualicen de modo permanente. Esta actividad puede combinarse con otras medidas, como procesos de supervisión para corregir oportunamente aquellos que generen riesgo, tanto para el estudiante o el profesional que interviene como para el paciente; por tanto, realizar actividades educativas con los trabajadores de la salud, orientadas a mejorar sus conocimientos en bioseguridad, representa un reto fundamental toda vez que son ellos los que día a día están al frente de situaciones de riesgo, en las cuales las buenas prácticas marcan las diferencias.39,40)
En la articulación bioseguridad-currículo, según los hallazgos, se hace necesario que al interior de los diferentes programas se realicen la revisión, el mejoramiento y la inclusión de esta actividad académica en los planes de estudio, lo que se confirma en los resultados de otros trabajos que lo destacan como necesario para el fortalecimiento de los procesos de atención y protección individual de quienes intervienen en relación con el paciente.41,42 De Asimismo, en cuanto a las intervenciones educativas pertinentes para mejorar el cumplimiento de las conductas o prácticas, específicamente en higiene de manos, se deben incluir, según diferentes estudios: el modelado o la simulación de roles por parte de los trabajadores de la salud para los estudiantes de medicina y enfermería, instrucciones claras sobre la adecuada higiene de manos, además de capacitaciones en las asignaturas clínicas en medidas de bioseguridad en general; y, en últimas, lograr un cambio cultural en estudiantes, mediado por modelos profesionales y de comunicación abierta.43,44,45
Como otra categoría que emerge de los resultados de este trabajo se plantean las condiciones personales frente a sentimientos de ansiedad, miedo e incertidumbre, no solo sobre la calidad del trabajo desempeñado, sino sobre el correcto uso de los equipos de protección personal, el cumplimiento de las medidas de bioseguridad y el temor a infectarse. Al respecto, en un estudio desarrollado en profesionales de enfermería, se encontró que la poca disponibilidad de insumos y el alto riesgo de contagio derivado de la atención generan cambios en patrones de sueño y descanso en los participantes. En este mismo sentido, un estudio realizado en población general evidenció que el miedo a la infección ocasiona problemas emocionales y alteración en el patrón de sueño.46,47
En el estudio de Soltan y otros12 se encontró la relación existente entre el conocimiento y la práctica de medidas preventivas, por lo que deben aumentarse la conciencia y las conductas de los estudiantes de medicina como población vulnerable en una pandemia; además, que la percepción del riesgo tiende a disminuir, lo que contrasta con la investigación de Taghrir y otros,14 quienes hallaron que los estudiantes de medicina tenían un alto nivel de conocimientos relacionados y un alto desempeño de conductas preventivas, pero una percepción del riesgo moderada, que puede generar inquietudes sobre sus comportamientos de autoprotección. En tanto, como grupo vulnerable, se debe considerar este tema de interés e importancia para la generación de políticas en el campo de la educación médica, centrado en la comunicación eficaz de riesgos y educación para el control de epidemias, especialmente en este caso. Por tanto, las facultades de medicina deben capacitar sobre el factor de riesgo biológico (SARS-CoV-2), con énfasis en los primeros años académicos y de seguimiento a medidas de bioseguridad para los estudiantes. La conciencia mejorará la práctica de conductas preventivas para ayudar a controlar la enfermedad y se evidenciará cómo los estudiantes muestran gran interés por los protocolos de esta disciplina científica que refleja el futuro optimista de la bioseguridad;11 deben incluirse los demás estudiantes del área de la salud, como los de laboratorio.17
Lo anterior es congruente con un estudio realizado con estudiantes de patología en odontología y profesionales graduados, frente a los conocimientos y las prácticas de pautas de bioseguridad para laboratorios. De manera diferencial los estudiantes obtuvieron menores puntajes que los graduados, lo que lleva a insistir en el cumplimiento de las normas de bioseguridad para reducir los riesgos para la seguridad y salud en el trabajo.48
En los estudiantes del nivel básico del área de la salud, tanto de enfermería como de medicina, se encontró que estos conocen los conceptos básicos de bioseguridad, el proceso de lavado de manos y la disposición final correcta de materiales en los respectivos recipientes; sin embargo, la aplicación en la práctica de dicho conocimiento también muestra algunas falencias, para lo cual se recomienda reforzar las medidas de bioseguridad en estos estudiantes.49
De acuerdo con los hallazgos de Amaral y otros,30 en la que la proporción por tasa de incidencia de accidentes con material biológico fue alta -mayor en los profesionales y especialmente entre los médicos-, se resaltan como categorías importantes los niveles de conocimiento y la adherencia a las precauciones estándar, los cuales se consideraron adecuados en dentistas titulados y estudiantes de odontología. El aumento de los accidentes biológicos entre los estudiantes se explica por los períodos más largos de práctica clínica, lo que implica la necesidad de una formación continua en protocolos de bioseguridad para tener un entorno de trabajo más seguro, tanto para estudiantes y profesionales de la salud como para los pacientes. Igualmente, García24 encontró que los accidentes biológicos en estudiantes de pregrado de medicina y enfermería se presentan en mayor proporción durante las prácticas clínico quirúrgicas por la manipulación y las actividades de instrumentación, que son más frecuentes en los programas de medicina; y la población más afectada en cuanto al género resultó la masculina. Esto coincide con el estudio de Magri y otros,50 que demostraron la necesidad de ampliar y fortalecer la enseñanza sobre los tipos de exposición y atención inmediata, por accidente con material biológico durante la práctica de los estudiantes de enfermería.
Con respecto a lo mencionado, se observó en un estudio realizado en un hospital público de Brasil, en 2019, que la adherencia a los cinco momentos de higiene de manos varió en todos los períodos analizados. Esta fluctuó entre el 25 % y el 85 % durante el estudio. La adherencia al lavado de manos mejoró cuando se realizaron intervenciones educativas. La educación debe ser continua como estrategia para que los trabajadores de la salud se apropien de la higiene de las manos como parte del cuidado. Se destaca la importancia de que las instituciones, además de los protocolos, provean la infraestructura y los insumos necesarios para garantizar las medidas de bioseguridad.51
Para afrontar futuras situaciones de pandemia, el análisis de la evidencia científica sobre bioseguridad y autocuidado denota la importancia de que, en los procesos de formación, se tenga en cuenta la relevancia de reforzar ambas medidas para favorecer el ejercicio profesional.
Analizar aspectos como conocimiento de protocolos, barreras para la práctica clínica, y procesos de seguimiento y evaluación, evidencian que se deben diseñar y repensar los procesos de formación, tanto en docentes como estudiantes, a través de nuevos métodos y cambios curriculares.
Emergen categorías como la salud mental, que ponen de manifiesto que esta puede verse afectada, no solo por la situación misma, sino por aspectos como desconocimiento, miedo a infectarse y sobrecarga laboral.