El desarrollo de la especialidad de Anestesiología y Reanimación en los últimos años ha logrado un avance significativo en la formación académica de sus recursos humanos en diferentes aspectos, desde el punto de vista asistencial, docente e investigativo.
En el ámbito asistencial, se señala como importante la seguridad del paciente con la administración de diferentes fármacos, técnicas anestésicas, la prevención y el tratamiento del dolor, así como la importancia de los cuidados posanestésicos especiales en pacientes posoperados con técnicas quirúrgicas complejas.1
Hace algunos años atrás el paciente en situaciones críticas era inoperable, hoy en día la especialidad de Anestesiología y Reanimación se enfrenta a grandes procedimientos quirúrgicos, como son las sustanciales pérdidas hemáticas y las posibles complicaciones; sin embargo, logran una recuperación satisfactoria.
Esto se debe a que hoy el anestesiólogo cuenta con un desarrollo tecnológico, acorde al estado actual del arte de la especialidad. Se han implementado nuevos dispositivos, tecnologías y fármacos que mejoran la práctica anestésica; además, se han modificado los postulados y técnicas en reanimación cardiopulmonar y cerebral, tanto básica, como avanzada.2
En el ámbito docente se ha actualizado el programa de formación con calidad, certificado de excelencia por la Junta de Acreditación Nacional (JAN). Se incentiva la educación continuada para residentes, anestesiólogos y personal de apoyo en el quirófano. Se ha fomentado la investigación clínica, así como otras actividades académicas que afianzan las posibles carencias existentes.
En cuanto a la investigación, se ha realizado y se realizan en la actualidad numerosos estudios que mejoran diferentes aspectos como son la profilaxis y el tratamiento del dolor posoperatorio, la monitorización de los pacientes antes, durante y después del acto anestésico-quirúrgico, el acceso a la vía respiratoria, sobre todo en aquellos pacientes con signos visibles o no de intubación difícil.
Definitivamente, hay que enfrentar desafíos, pero a pesar de todo, se ha logrado avanzar en cuanto al desarrollo de las nuevas técnicas, se ha incorporado la ultrasonografía para bloqueos nerviosos y la cateterización de venas centrales, así como el estudio de la farmacocinética y la farmacodinamia de los medicamentos inherentes a la especialidad. A pesar de los avances logrados en la especialidad, aún queda mucho por hacer.
El hecho de enseñar en un hospital de tercer nivel, donde se atienden pacientes con enfermedades complicadas y se realizan procedimientos de alta complejidad, constituye un reto para los profesores que se involucran en esta tarea. En ellos, la superación profesional es esencial para mantener la excelencia en la atención médica y en la enseñanza de los estudiantes.2
Es necesario enfatizar en la seguridad y la calidad asistencial, la implementación de los protocolos de recuperación acelerada, como también promover la participación en los programas de formación continuada y las actividades investigativas. Igualmente es importante fomentar la colaboración interdisciplinaria3 y tener en cuenta, además, la actualización constante sobre las nuevas tecnologías y las estrategias terapéuticas en el cual la simulación clínica es un eslabón fundamental.