INTRODUCCIÓN
Conocer el estado de salud y la valoración nutricional de los distintos grupos poblacionales es fundamental para poder realizar intervenciones, tanto en materia de salud pública como en educación física y nutricional. Un parámetro que se utiliza para su evaluación es la calidad de vida.1,2
La percepción de la calidad de vida incluye un componente físico y mental, y puede estar sobrestimada o subestimada en relación con la situación y el contexto del individuo. El sector adolescente y juvenil de la población ha sufrido los efectos psicológicos y físicos de la pandemia y la reincorporación social, por lo que se han descrito cambios antropométricos en la condición nutricional, la percepción de la imagen corporal y disminución de la actividad física en este grupo, y particularmente en las poblaciones universitarias.3-5
A través de la relación entre la evaluación antropométrica, en su relación con la percepción de su estado físico y mental, se pudieran determinar los límites de sobrestimación de la calidad de vida. Por tanto, los autores se plantean como objetivo establecer la correspondencia entre la calidad de vida (CV) y las características antropométricas en estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo transversal. La población de estudio la constituyeron los estudiantes de Medicina de ciclo básico de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. La muestra fue seleccionada por conveniencia y estuvo conformada por un total de 47 individuos, estudiantes de primer y segundo años de la carrera de Medicina.
Antropometría
Las mediciones antropométricas fueron realizadas en el Laboratorio de Antropología Física de esta institución. En todos los casos se realizaron en el horario de la mañana, y los procedimientos para la recopilación de las medidas se hicieron siguiendo las recomendaciones técnicas propuestas por la Sociedad Internacional para el Avance de la Cineantropometría (ISAK).
Las mediciones fueron realizadas por dos investigadores certificados por el ISAK en la Categoría I de Perfil Restringido, y las medidas antropométricas se desarrollaron siguiendo su protocolo para la medición de la talla y el peso corporal, diámetros, circunferencias y pliegues cutáneos.6 El error técnico de los medidores fue menor del 5 % para los pliegues cutáneos y del 1 % para el resto de las medidas. Todas las medidas se tomaron dos veces en rotación y se calculó la media. Si la diferencia entre las 2 medidas era >2 mm, se tomaba una tercera medida y se promediaban las 2 medidas más cercanas.
Los instrumentos utilizados fueron calibrador de pliegues cutáneos SmartMet, con precisión de 0,5 mm para la medición de los panículos adiposos; antropómetro Holtain para la determinación de la estatura, con precisión de 0,1 mm; calibrador de pequeños diámetros SmartMet para la determinación de los diámetros, con precisión de 1 mm; cinta antropométrica metálica Nutriequipo Neca1 para la determinación de los perímetros y circunferencias, con precisión de 1 mm; y balanza electrónica KERN, con precisión de 0,1kg para la determinación del peso corporal.
Para evaluar la composición corporal se utilizó el método bicompartimental (peso = Kg grasa + Kg masa corporal activa), empleando la ecuación de Durnin y Rahaman,7 publicada en 1987 para los estimados de porcentaje de grasa (% grasa) en hombres y mujeres.
La masa corporal activa (Kg MCA) se calculó teniendo en cuenta la relación entre kilogramos grasa (Kg grasa) y el peso. Los kilogramos de grasa se obtuvieron de la siguiente manera: % grasa x peso/100. La adiposidad se evaluó a partir de la suma de los panículos subescapular, tríceps, supraespinal, abdominal, muslo y pierna para Suma_6_PL. Para Suma_8_PL se utilizó la sumatoria anterior, incluyendo los panículos del bíceps y la cresta iliaca.
El cálculo y la calificación del somatotipo antropométrico y la representación realizada en las somatocartas fueron realizadas siguiendo la metodología descrita por Heath y Carter.8 Para el mismo fueron evaluados los componentes endomorfia, mesomorfia y ectomorfia. El índice cintura-cadera (ICC) fue determinado por la relación entre las circunferencias de la cintura y la cadera. El índice de masa corporal (IMC) fue calculado según la fórmula que relaciona el peso en kilogramos entre la talla en metros al cuadrado. La clasificación del estado nutricional de los estudiantes analizados se realizó de acuerdo con los puntos de corte del IMC propuestos por la Organización Mundial para la Salud: bajo peso (< 18,5), normal (18,5-24,9), sobrepeso (25-29,9) y obesidad (>30).
Evaluación de la percepción de la calidad de vida
Con el objetivo de valorar la calidad de vida, se administró el cuestionario de salud SF36 a toda la muestra. Los participantes cumplimentaron el cuestionario impreso, respondiendo a cada una de las preguntas. Dicho cuestionario está formado por 36 preguntas cuyo objetivo es identificar lo que perciben los individuos sobre sus niveles de salud física y mental, caracterizadas en ocho dimensiones: el componente físico, que incluye función física, rol físico, dolor corporal y salud general, y el componente mental, que contempla vitalidad, función social, rol emocional y salud mental. Se recibieron respuestas en todos los casos.
Las respuestas de los sujetos se evaluaron a través de preguntas con respuestas para ser evaluadas con una escala del tipo Likert. Cada resultado obtenido se recodificó según el procedimiento de análisis de la encuesta, y se mostró el resultado en una puntuación final desde 0 a 100, donde 0 corresponde a un peor estado de salud general, y 100 al mejor estado de salud.9
Se recogieron los datos en tablas de Excel y se analizaron en el SPSS versión 20. Se realizó la estadística descriptiva para cada una de las variables analizadas, utilizando como base las frecuencias absolutas y relativas, la media y la desviación estándar.
Para realizar pruebas de estadística inferencial fueron corroborados los supuestos de normalidad con el test de Kolmogorov-Smirnov y el de Shapiro-Wilk; la de homogeneidad de varianza se valoró utilizando la prueba de Levene. Se utilizó el análisis ANOVA con las variables que cumplieron dichos supuestos, para evaluar la dispersión de resultados en el análisis de la varianza. El ANOVA Kruskall-Wallis se utilizó cuando alguno de estos no se cumplió en los contrastes de comparación de medias.
Como forma de protección de los participantes, se brindó de manera oral y escrita un consentimiento informado, donde se tuvo en cuenta al mismo como sujeto vulnerable debido al conflicto de intereses generado por efectuarse la investigación en la propia universidad donde se desempeña como estudiante. En el consentimiento se les dio a conocer el objetivo del estudio, se explicó la voluntariedad de la participación y se aseguró su total protección ante su condición especial, con garantes de organizaciones estudiantiles y científicas, cuidado del pudor, trato ético y moral adecuado, así como la confidencialidad de la información brindada. La investigación ha seguido los fundamentos propuestos en la Declaración de Helsinki sobre los principios éticos para la investigación médica con seres humanos.10 La misma fue valorada y aprobada por el Consejo Científico de la institución y su Comité de Ética.
RESULTADOS
Las características descriptivas de la población en estudio se muestran en la tabla 1. El sexo femenino ostentó los mayores porcentajes de grasa y endomorfia o adiposidad relativa. Por su parte, el sexo masculino mostró en sus resultados poseer una mayor masa corporal activa, peso, estatura, y mayor linealidad.
La tabla 2 muestra el análisis de las ocho dimensiones de los componentes físico y mental de la calidad de vida en general y según la categoría de evaluación del Índice de Masa Corporal. De manera general, los componentes más deprimidos fueron la salud mental, la calidad vital y la salud general de la muestra objeto de estudio.
DE: desviación estándar, FF: Función Física, RF: Rol Físico, DC: Dolor Corporal, SG: Salud General, V: Vitalidad, FS: Función Social, RE: Rol Emocional, SM: Salud Mental.
En las tablas 3 y 4 se muestran los resultados obtenidos del análisis de estadística descriptiva de la composición corporal y del somatotipo, separados por grupos según la evaluación de la calidad de vida global en el sexo femenino y el masculino respectivamente. Se aprecia que las que refirieron tener una calidad de vida muy buena fueron las que tuvieron mayor peso, endomorfia, adiposidad por la suma, índice de masa corporal, índice cintura-cadera y porcentaje de grasa. En el sexo masculino, se observó una variación entre la calidad de vida y las condiciones antropométricas más balanceadas, pero sin diferencia estadísticamente significativa.
La figura muestra la representación gráfica del somatotipo antropométrico de Heath-Carter en la somatocarta o diagrama de Releaux. Se muestran los resultados en el sexo femenino a la izquierda, y en el sexo masculino a la derecha, donde se destacan los componentes del somatotipo según la percepción de la calidad de vida.
En esta se aprecia que, en el sexo femenino, las que refieren que poseen una calidad de vida muy buena se encuentran en un extremo de la somatocarta que refleja a las personas con el mayor predominio del componente endomórfico o de la adiposidad relativa. Las que mostraron una calidad de vida inferior se encuentran cercanas a la zona central de la somatocarta. En el sexo masculino se aprecia que los que ostentaron calidad de vida regular estuvieron más al centro de la somatocarta; por otra parte, los que tuvieron las mejores calificaciones se encuentran más arriba en el eje, producto de una menor adiposidad y mayor o similar desarrollo músculo-esquelético relativo.
DISCUSIÓN
El principal hallazgo de esta investigación es el desequilibro que se evidencia entre la percepción de la calidad de vida y las características corporales del estudiantado universitario. Se evidencia una sobreestimación o subestimación de la calidad de vida, lo que denota la apreciación distorsionada de la salud a partir de la composición corporal, datos que responden a patrones culturales propios del entorno. Los individuos con sobrepeso o bajo peso mostraron mayor puntuación en la función y rol físico que los que tuvieron una composición corporal normal según su IMC. Los primeros también refirieron tener mayor salud general, función social y rol emocional que los segundos y los de IMC normal.
Uno de los aspectos de interés fue evaluar la calidad de vida en este grupo poblacional para establecer su relación con la valoración nutricional antropométrica. Se ha reportado que, en la etapa universitaria, los estudiantes experimentan con mayor frecuencia trastornos que pueden afectar su salud física y mental. Estos problemas suelen estar relacionados con el aumento de los problemas de salud, la irritabilidad, la depresión, la fatiga, la falta de atención, dificultad para alcanzar la concentración y el bajo rendimiento escolar universitario.
En este estudio, la composición corporal y el somatotipo, separados por grupos según la evaluación de la calidad de vida global en el sexo masculino, muestran que los que refirieron tener una calidad de vida muy buena fueron las que tuvieron menor endomorfia, adiposidad y porcentaje de grasa a pesar de su mayor peso corporal. Los que refirieron una evaluación de la calidad de vida global de regular fueron los que tuvieron la mayor endomorfia, adiposidad y porcentaje de grasa. Los de mayor calidad de vida tuvieron mayor masa corporal activa, mientras los de peor calidad de vida tuvieron menor masa corporal activa. La relación entre el IMC y los niveles de actividad física han sido tema de debate entre los investigadores. Mollinedo Montalvo et al.11 evaluaron 563 estudiantes universitarios para correlacionar el valor nutricional, la dieta y la actividad física.
Según Pacheco et al.12 y Pozo,13 en Cuba, desde hace años, se han realizado algunas incursiones en el análisis de la calidad de vida de los jóvenes universitarios, pero son pocas las investigaciones.
Refieren Villaquirán et al.14 que la población universitaria es un grupo importante para análisis de evaluación antropométrica, entre otras razones por su condición nutricional. Moreira et al.15 y otros autores16,17 lo atribuyen a que el acceso a la universidad incluye cambios importantes en el estilo de vida de los jóvenes, por lo que consideran vital conocer y evaluar la percepción de esta en el alumnado universitario.
En un estudio cubano realizado por Pacheco et al.12 en 2014, sobre calidad de vida relacionada con la salud en un grupo de jóvenes universitarios de La Habana, se constató que el 81 % de ellos planteó que su salud es satisfactoria, y los individuos con sobrepeso se vieron cuatro veces más afectadas en su calidad de vida que los normopeso.
La presente investigación contrasta con lo reportado en la literatura en el sexo femenino por algunos autores,16-18 porque se obtuvo que en este sexo se sobrestimó la calidad de vida. Este fenómeno de distorsión de la imagen corporal ha sido descrito en la literatura internacional, pero la antropometría ha servido, en este caso, como evidencia de la sobrestimación, donde mujeres con un somatotipo no deseado y un sobrepeso en grasa hablan de una calidad de vida muy buena.16,19
Los resultados de este trabajo derivan en el diseño de un plan de intervención educativo donde, sin duda, estos jóvenes de reciente incorporación en la carrera de medicina aprenderán más sobre estilos de vida saludables, a valorar su somatotipo, composición corporal y tener mejor percepción de su calidad de vida, relacionado además con su imagen corporal en base a datos científicos basados en los estudios antropométricos que se introducen por primera vez en la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas.
Las principales limitaciones del presente estudio fueron que la población del mismo estuvo enfocada a estudiantes de primer y segundo años de Medicina, entre 17 y 19 años, y el tamaño de la muestra, además de que la misma se obtuvo de los alumnos que decidieron participar de modo voluntario en el estudio, por lo que no se puede considerar aleatoria. La consecución de un número más elevado de participantes y un muestreo aleatorio permitirían generalizar los resultados, que ya constituyen un hallazgo de interés para la institución.
Por otro lado, una fortaleza del estudio fue la incorporación de la antropometría nutricional como herramienta práctica que permite dilucidar las verdaderas contradicciones del empleo de cuestionarios para evaluar la calidad de vida.
En la presente investigación, el empleo de las características antropométricas de los sujetos estudiados permitió establecer que en el sexo masculino hubo una correspondencia entre estas y su calidad de vida. Por su parte, en el sexo femenino se sobrestimó la calidad de vida, reflejado en un mayor valor de masa grasa en las que refirieron muy buena calidad de vida, así como en una subestimación de la calidad de vida de las que tuvieron mejor condición física.