Introducción
La broncoscopia es una técnica de visualización de las vías aéreas inferiores y superiores, la cual puede ser utilizada con fines diagnósticos o terapéuticos. Esta técnica se utiliza para el diagnóstico de procesos inflamatorios, infecciosos, tumorales, hemorrágicos y la ubicación de cuerpos extraños.1
A finales del siglo XIX, en 1897, Gustav Killian, padre de la broncoscopia, la aplicó por primera vez cuando utilizó un tubo rígido metálico, luz eléctrica y anestesia local para remover un hueso de cerdo de la vía respiratoria de un granjero, ello dió inicio a una nueva era del intervencionismo bronquial.2,3
El primer broncoscopio fue hecho por Algernon Coolidge Jr., en mayo de 1898, usando un uretroscopio abierto, un observador y un espejo reflejante, logrando retirar una porción de material duro del bronquio derecho de un paciente.2
El fibrobroncoscopio o broncoscopio flexible (FBC) está constituido por paquetes de fibras ópticas, un canal longitudinal para facilitar la succión y la toma de biopsias, un mecanismo que permite flexionar la punta con una palanca de control proximal y lentes objetivos en la punta. Tiene en lo que se conoce como la cabeza el control de la succión, pieza ocular con dioptrías que se ajustan y hay un canal donde se aplica la succión, así como otro canal donde puede aplicarse solución o anestésico y es, a su vez, la entrada para los aditamentos broncoscópicos, como cepillo, pinzas de biopsia, catéteres, etcétera.2
Permite observar anormalidades en la vía aérea, obtener muestras de tejido pulmonar en varias enfermedades, las cuales pueden obtenerse realizando una biopsia, lavado bronco alveolar, cepillado endobronquial, entre otras.4
Es un procedimiento bien tolerado, con muy baja tasa de complicaciones graves y muy baja mortalidad (1,1 y 0,02 %, respectivamente) en una serie de 20 986 pacientes, pudiéndose realizar con seguridad de forma ambulatoria.5
Son varias las investigaciones que relacionan las técnicas broncoscópicas con el diagnóstico de las enfermedades respiratorias, en especial, el cáncer de pulmón, debido a la alta incidencia de esta afección en Cuba y la provincia Santiago de Cuba. Este estudio tiene como objetivo caracterizar la broncoscopia como método diagnóstico del cáncer de pulmón, sus complicaciones y hallazgos más frecuentes en el servicio de Neumología del Hospital General "Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso" durante los años 2016-2018.
Método
Se realizó un estudio descriptivo y transversal en el cual se detallaron las características de la broncoscopia como método diagnóstico del cáncer de pulmón, sus complicaciones y hallazgos más frecuentes en el servicio de Neumología del Hospital General “Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso” de Santiago de Cuba durante los años 2016-2018.
El universo estuvo constituido por 172 pacientes con sospecha de cáncer de pulmón y la muestra quedó representada por los 165 pacientes que se les realizó el proceder.
La información se obtuvo de la base de datos de los resultados broncoscópicos del servicio de Neumología de dicho hospital, para su procesamiento se usó el sistema Microsoft Office Excel.
Los pacientes procedieron del servicio de Neumología, Geriatría, Medicina Interna y la Consulta de Sombras Pulmonares del Hospital General “Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso” de Santiago de Cuba.
Se obtuvieron variables de interés, como: diagnóstico de malignidad, técnicas broncoscópicas, complicaciones y hallazgos broncoscópicos.
Resultados
En la Tabla 1 se observa que del total de casos con sospecha de cáncer de pulmón, se llegó al diagnóstico de malignidad en 103 pacientes para un 62,4 %, seguido por los negativos de malignidad con 58 casos para un 35,2 %.
Se evidenció que del total de casos el 61,8 % la biopsia resultó positiva, sin embargo, este por ciento descendió en el cepillado bronquial y el lavado bronquial al obtenerse un 49,7 y un 26,7 % de positividad, respectivamente. De manera opuesta sucedió con la negatividad que fue incrementándose significativamente desde un 35,8 % con la biopsia, un 48,5 % con el cepillado, hasta un 71,5 % con el lavado bronquial. Es importante señalar que en un mismo paciente se pudo obtener más de una técnica positiva, negativa o no útil (Tabla 2).
La mayoría de los pacientes 96,4 % no sufrió complicaciones durante ni después de realizada la broncoscopia (Tabla 3), sin embargo, un número reducido de ellos presentó hemoptisis 2,4 %, que aunque ligera, es un cuadro clínico que requiere una vigilancia más estricta. El broncoespasmo se produjo sólo en el 1,2 % de los enfermos.
En tanto, la Tabla 4 expone que el hallazgo broncoscópico más frecuente fue el enrojecimiento de la mucosa bronquial con un 82,4 %, seguido por la irregularidad de la mucosa con un 80,6 % y la infiltración bronquial en el 80,0 %. En un mismo paciente pudieron ser reconocidos más de un hallazgo broncoscópico.
Discusión
De acuerdo al diagnóstico de malignidad según broncoscopia, en estudio realizado por Pino Alfonso y colaboradores6, encuentran que de los 64 hallazgos macroscópicos sugestivos de carcinoma pulmonar, en 53 lograron diagnóstico mediante los distintos procederes broncoscópicos, lo que representó un 82,8 %. Este resultado no coincide con los encontrados en nuestro estudio, pero se destaca que estos autores utilizan otras técnicas broncoscópicas, como la citología aspirativa con aguja fina, que aumenta las posibilidades diagnósticas en estos pacientes.
Según las técnicas broncoscópicas como método diagnóstico en el cáncer de pulmón, coinciden los resultados en estudio similar sobre la rentabilidad de la broncoscopia en el diagnóstico de lesiones pulmonares focales malignas en el que se resalta la alta rentabilidad diagnóstica de la biopsia en el cáncer de pulmón. Destacan que las características del tumor, el tamaño y la localización influyen en los resultados del procedimiento broncoscópico.7
En estudio sobre el valor diagnóstico de la citología del lavado y el cepillado bronquial en el cáncer de pulmón realizado en 2018, se obtiene similares resultados al reflejarse mayor positividad y sensibilidad con la citología exfoliatriz, no siendo así con el lavado broncoalveolar.8
En nuestro hospital realizamos entre tres y cinco toma de muestra, es misión del broncoscopista acumular experiencia, habilidad y conocimiento de la anatomía con sus variaciones más frecuentes para lograr así productivos resultados.
Teniendo en cuenta las complicaciones presentadas por los pacientes durante el proceder, investigación realizada por Fernández-Bussy9, obtiene resultados similares, donde encuentra que la complicación más frecuente es la hemorragia ligera en un 5,7 % de los casos estudiados. Sin embargo, también describe la presencia de neumotórax, arritmias, hipertensión severa, dolor torácico y vómitos.
Por otra parte, en estudio realizado por Pino Alfonso y otros10, no describe la hemorragia como complicación presentada, sino la hipoxemia y el broncoespasmo. No concordando de esta manera con nuestra investigación.
Con este proceder las complicaciones están relacionadas con el procedimiento en sí, las enfermedades de base y las técnicas de sedación utilizadas, éstas se pueden dividir en fisiológicas, infecciosas, mecánicas y anestésicas. En general, se considera un procedimiento seguro. En una serie retrospectiva de más de 24 mil casos se encuentran tasas de mortalidad de 1 por 10 mil y de complicaciones 8 por 10 mil.11
En un estudio titulado Complicaciones asociadas a la broncoscopia flexible: análisis de registro post-procedimiento12, también hallan la hemoptisis leve como complicación más frecuente.
Pino Alfonso y colaboradores6, en estudio realizado a 125 pacientes, aunque utiliza otras técnicas como citología aspirativa con aguja fina, encuentra que no presentaron complicaciones 114 pacientes para un 91,2 %, coincide este autor en que es un procedimiento seguro.
La broncoscopia como técnica siempre tiene sus riesgos, pero es un proceder cada vez más seguro que proporciona al paciente beneficios en aras de proveer un mejor estado de salud y mayor calidad de vida.
Según los principales hallazgos macroscópicos observados, otros estudios no coinciden sobre las mismas variables, ya que emplean características endoscópicas de los distintos tipos de masa, en sospecha de benignidad (coloración rosada, superficie lisa), sospecha de baja malignidad (coloración rosada. superficie granulosa “fresa”) y sospecha de alta malignidad (coloración irregular. superficie irregular, mamelonada con zonas “blancas”).5
En un estudio titulado Broncoscopía, diagnóstica en el adulto mayor con sospecha de cáncer de pulmón6, encuentran como hallazgos más frecuentes la infiltración tumoral, masa tumoral y las lesiones mixtas. No coincidiendo de esta manera con el nuestro.
En un trabajo titulado Hallazgos frecuentes por broncoscopía con luz blanca13, a pesar de no describir las alteraciones de la misma manera, encuentra como lesión orgánica más frecuente el edema. No coincidiendo de esta manera con nuestro trabajo, conocer la morfología normal del árbol traqueobronquial permite saber cuáles son los mejores sitios para la toma de muestra en caso de alteraciones.
La investigación proporcionó conocimiento científico sobre la positividad y sensibilidad de las diferentes técnicas broncoscópicas utilizadas en el diagnóstico del cáncer de pulmón y permitió conocer los mejores sitios de la anatomía endobronquial para realizar una toma de muestra en pacientes que se sospeche una neoplasia de pulmón y que ésta sea suficiente en cantidad para elevar su rendimiento diagnóstico.
Conclusiones
Se revela la precisión de las técnicas broncoscópicas para el diagnóstico del cáncer de pulmón, de éstas la más útil fue la biopsia bronquial y no fueron comunes las complicaciones. El hallazgo broncoscópico más frecuente fue el enrojecimiento de la mucosa.
Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.