La sífilis es una enfermedad infecciosa causada por la espiroqueta Treponema pallidum subespecie Pallidum; suele adquirirse por contacto sexual o por transmisión vertical durante el embarazo.1 La sífilis destaca entre las enfermedades infecciosas por su gran variedad de manifestaciones clínicas. Progresa si no se trata, por los estadios: primario, secundario y terciario. Los estadios iniciales (primario y secundario) son infecciosos. Se produce la cicatrización espontánea de las lesiones iniciales y sigue un período de latencia prolongado. En aproximadamente el 30 % de los pacientes no tratados puede producirse la enfermedad tardía del corazón, el sistema nervioso central u otros órganos después de la infección inicial.2
Presentación del paciente
Se presentó un paciente masculino de 35 años de edad y de raza negra, con antecedentes de salud anterior, que acudió a consulta de Dermatología por presentar lesiones en la piel de 15 días de evolución que comenzaron como anillos que crecían localizados en los genitales externos. En el examen dermatológico presentaba lesiones anulares múltiples, eritematosas, de bordes bien definidos, de tamaño variable entre 1 y 5 centímetros, de centro deprimido u oscuro, localizadas en pubis, pene, bolsas escrotales y región superointerna de los muslos (Figura 1). Se le realizaron varios exámenes: serología VDRL con resultado positivo a una dilución de 1× 32, y VIH y antígeno de superficie B con resultados negativos. Se realizó la investigación de los contactos sexuales del paciente, lo que aportó un nuevo caso.
Se notificó, según la clasificación sanitaria de la sífilis, como sífilis temprana adquirida sintomática con lesiones cutáneas (STASc). Se indicó tratamiento con penicilina benzatinica a razón de 2 400 000 U vía intramuscular dosis única al paciente y a los contactos, además, se realizó educación sanitaria, entrega de condones y promoción de su uso, así como seguimiento clínico y serológico trimestral. Las lesiones cutáneas desaparecieron y la curva serológica decreció.
Comentario
La sífilis secundaria es una etapa de la enfermedad que se caracteriza por la presencia de lesiones mucocutáneas localizadas o difusas, que se suelen asociar con adenopatías generalizadas, según las biopsias o pruebas serológicas sistémicas para la sífilis. El chancro puede aún estar presente. 3 Es el período más florido de la enfermedad denominado el gran simulador, las erupciones cutáneas tienen un aspecto muy variado.4
Las manifestaciones cutáneas de la sífilis secundaria se denominan sifílides o sifilodermas (cuando afectan la piel), provocan erupciones entre 3 y 12 semanas después de la aparición del primer chancro (hasta 6 meses después de la exposición). Incluyen: erupciones maculosas, papulosas, maculopapulosas, papuloescamosas, acneiformes o foliculares y a veces nodulares.
Las pápulas tienen distribución simétrica, son de color rojo opaco, redondeadas o aplanadas, y están cubiertas de un fino collarete de escamas. Las lesiones son pequeñas o gigantes, pueden combinarse y generar diferentes formas: papulocostrosas, foliculares, papuloescamosas, papuloerosivas, anulares, corimbiformes, arciformes y circinadas.5
La morfología de la sífilis secundaria anular es muy variable, pues abarca desde pápulas tenues levemente descamativas hasta formas exofiticas verrugosas que pueden afectar: el cuero cabelludo, el troco, región perioral, perianal y genital.
La sifílide anular es más frecuente en personas de raza negra y se localiza frecuentemente en las mejillas, cercana a la comisura bucal. Aquí suelen formar patrones de bordes anulares, arciformes o girados, de bordes delicados, ligeramente sobreelevados, infiltrados y levemente descamativos. Debido a que las lesiones de la cara tienen el tamaño aproximado de monedas, esta erupción ha sido denominada « sifílide de monedas de 5 y 10 centavos».6
Las pápulas y las placas anulares, y ocasionalmente papuloescamosas, también pueden presentarse en el pene y el escroto. Estas formas atípicas pueden llevar a confusiones en el diagnóstico, retrasos en el tratamiento, y por tanto, un alto riesgo de transmisión. Es frecuente confundir estas sifílides con: lesiones por sarcoide, granuloma anular, tinea corporis, liquen plano, eritema anular centrífugo, o infecciones por micobacterias atípicas. En general, no generan cicatrices, a pesar de que pueden producirse cambios en la pigmentación como consecuencia de la inhibición de la melanogénesis.7
El diagnóstico de la sífilis depende de la sospecha clínica combinada con pruebas de laboratorio para detectar la infección por Treponema pallidum en forma directa o indirecta. Las pruebas serológicas para la sífilis incluyen pruebas no treponémicas y pruebas treponémicas.