Sra. editora:
Después de haber leído el artículo: “Actitudes no homofóbicas en estudiantes villaclareños de ciencias médicas: respeto a la dignidad humana”1 consideramos que constituye un tema que por su actualidad y polémica conceptualización en la sociedad cubana actual, resulta de extraordinaria importancia su abordaje en revistas académicas de impacto nacional e internacional, y consideramos que el trabajo contribuye a un mejor entendimiento y comprensión sobre los niveles de homofobia en la juventud, tomando como referencia a estudiantes de las ciencias de la salud.
Coincidimos con los autores en que los niveles de homofobia guardan relación directa con el ambiente familiar, aunque es importante destacar la importancia que revisten otros factores sobre la adopción de determinadas actitudes hacia las personas cuyas preferencias sexuales distan de lo inculcado como “normal”.
Como afirman Campo-Arias et al.2 la actitud ante la homosexualidad varía ampliamente según las características culturales y sociales de la población. Es por esto que se considera que el nivel escolar de los padres generalmente influye tanto positiva como negativamente en la actitud de sus hijos hacia la diversidad sexual; de este modo, resultó interesante el análisis hecho por los autores del artículo en cuestión en cuanto al contexto social en que se desenvolvían los sujetos estudiados.
La concepción tradicional que rige la mentalidad de los jóvenes actuales está basada en principios prestablecidos de épocas donde el tabú de la palabra “homosexual” implicaba por sí solo la discriminación de un individuo o grupo de personas. Nuestros padres fueron educados bajo principios estereotipados en la medida en que apoyan la heteronormalidad, intentan conservar los roles de género tradicionales y defienden la prevalencia de instituciones sociales convencionales como el matrimonio, la pareja o la familia;3 sin embargo, resulta importante destacar que Pérez Obregón et al.1 atribuyen los bajos niveles de homofobia entre los encuestados al hecho de haberse educado en familias que apoyan el respeto, la tolerancia y la aceptación hacia la diversidad sexual.
En el artículo al cual hacemos alusión1 también se expresa que existió un bajo porcentaje de participación en acciones contra la homofobia; pero aproximadamente la mitad de los encuestados refirió disposición para participar en ellas. Conocemos el arduo trabajo de las cátedras de educación sexual en todo el país, y de las labores de promoción y divulgación de conductas en contra de los prejuicios acerca de la preferencia e identidad sexuales, pero es una realidad que dichas actividades resultan insuficientes en el contexto de una sociedad donde la discriminación y la estigmatización hacia la diversidad sexual existe aún en la mayoría de los escenarios.
Los beneficios de esta investigación residen en que la identificación de la existencia de homofobia en estudiantes de ciencias de la salud permitiría diseñar intervenciones o actividades durante su etapa formativa con el propósito de lograr una formación integral, técnica y humanística, que ayude a reducir los prejuicios y la discriminación respecto a las minorías sexuales.4
Los autores consideramos oportuno resaltar la influencia del credo religioso en la actitud de los individuos hacia la diversidad sexual. En el artículo en cuestión, Pérez Obregón et al.1 afirman que la prácticas religiosas no representaron un detonante para actitudes homofóbicas según el análisis realizado a la muestra, sin embargo, se describió la influencia hacia estas posiciones en una minoría de féminas que pertenecían a algún credo. En el mismo artículo se menciona que existen religiones que lastran el homosexualismo como severos pecados, lo cual constituye a nuestro entender otra de las formas de estigmatización. Muestra de ello es que la Constitución de la República de Cuba5 no concibe el matrimonio entre dos personas de un mismo sexo, ya que en su confección se tuvieron en cuenta principios tradicionales y religiosos propuestos por no pocas personas del pueblo cubano.
En un estudio publicado en 2017 en Perú, por López et al.6 concluyeron que los estudiantes de Medicina con mayor nivel de compromiso religioso presentaron una mayor actitud negativa hacia la homosexualidad. Dicho autor también afirma que la asociación entre compromiso religioso y rechazo a los homosexuales podría explicarse debido a una falta de información en torno a la homosexualidad y la creencia de ideas erróneas o prejuicios que no se ajustan a la realidad, creando una imagen tergiversada de estas personas.
Los autores de esta carta sugerimos la realización de intervenciones durante la etapa de pregrado que contribuyan mediante el diálogo y la persuasión a encaminar a los futuros profesionales de la salud a la creación de una sociedad donde los prejuicios, la ignorancia y la violencia no contradigan el principio máximo de nuestra profesión: el respeto a la dignidad humana.