INTRODUCCIÓN
El ganado caprino ha acompañado al hombre desde tiempos remotos, es de los primeros animales domesticados para producir alimentos; destacados entre los más ricos en proteínas en relación con su peso vivo. Conforme a diversos relatos históricos, mitológicos y bíblicos, los caprinos aparecen en la historia de la humanidad hace cerca de 10 000 años (1,2). También con larga data el hombre ha aprovechado su leche, carne, pelo, cuero, estiércol y hasta su trabajo. Estos productos son importantes indicadores de la capacidad de la especie para adaptarse a múltiples climas y sistemas (3).
La Murciano-Granadina es la principal raza caprina lechera en España, tanto en censo (más de 500 mil ejemplares) como en producción y distribución geográfica. Se conoce de su presencia en otros países europeos, en Asia, África y América, gracias a su buena adaptación a diversas condiciones climáticas sin perder sus excelentes cualidades lecheras (4).
En 2018, Cuba disponía de aproximadamente 1,7 millones de ovinos y 800 mil caprinos, (5), dispersos en las diferentes formas productivas existentes, con mayor atención en la masa organizada en las empresas y unidades genéticas. El Programa de Desarrollo 2019-2030 de la Empresa de Ganado Menor en Cuba, actualizado en 2021 (6), tiene en el ganado caprino uno de sus principales pilares. En él se establece priorizar el mejoramiento genético como base del crecimiento sostenido y sustentable de sus producciones, en especial de la leche y sus derivados. La demanda de leche de cabra se ha incrementado globalmente, entre otras razones, por ventajas de tolerancia digestiva respecto a los lácteos de origen bovino, así como características sensoriales demandadas por los consumidores (7,8).
En correspondencia con estos antecedentes, el Proyecto de Apoyo a una Agricultura Sostenible en Cuba (PAAS) propone acciones para el fortalecimiento de los diferentes eslabones de la cadena de valor ovino-caprina que incluyen la introducción del primer núcleo genético de cabras de la raza Murciano-Granadina en Cuba. Sin embargo, los movimientos de animales, en particular, a través de grandes distancias o entre países, constituyen un importante riesgo de introducción y potencial establecimiento endémico de patógenos en nuevas regiones geográficas con las consecuencias asociadas.
Entre los ejemplos de mayor impacto de escape de agentes patógenos de cuarentenas animales está la introducción de influenza equina en Australia, con difusión en dos estados y estrictas medidas durante dos años para recuperar estatus de libre (9,10).
Los mayores riesgos sanitarios relacionados con los movimientos de animales se relacionan con las enfermedades transfronterizas (ET) de grandes consecuencias (11) que no solo comprometen los medios de subsistencia de los productores, sino que pueden tener importantes efectos socioeconómicos para la población en general.
Entre los ejemplos más notables de impacto económico por ET, se reconoce la epidemia de fiebre aftosa de 2001 en el Reino Unido, con efectos multisectoriales en la economía, incluido el turismo (12); solo en el sector ganadero rebasó los 4 400 millones de dólares (13). Las fallas en la detección y notificación tempranas que propiciaran tal magnitud, se atribuyen a oleadas de infección y amplificación del virus causal inadvertidas, hasta que semanas después se confirmaran animales enfermos a cientos de kilómetros de distancia en un matadero (14).
El impacto negativo que puede tener la introducción de una enfermedad, particularmente exótica o zoonótica, puede ser tal que el potencial beneficio esperado de una importación de animales necesita contrastarse con análisis de riesgos de las potenciales consecuencias negativas de la importación para la toma de decisiones y manejo del riesgo (15-17).
La condición insular de Cuba y las políticas de sanidad animal llevadas a cabo por su Servicio Veterinario durante las últimas seis décadas, le conceden un estatus sanitario veterinario privilegiado, sin constatarse más del 60% de las enfermedades listadas por la Organización Mundial de Sanidad Animal (18), lo cual, por sí, es una importante condición a preservar. De otra parte, los análisis de riesgo de importaciones de animales también deben considerar el riesgo de introducción de agentes con capacidad para infectar más de una especie animal cuya difusión tendría mayores consecuencias y dificultades para ser erradicada.
La preservación del estatus sanitario y mitigación de estos riesgos tiene en cuenta, entre otras, acciones de compatibilización de requisitos sanitarios entre los Servicios Veterinarios involucrados, así como actividades de cuarentena y diagnóstico para propiciar la alerta temprana y contención oportuna de patógenos de interés que puedan estar presentes en los animales objeto de traslado (19). Con el propósito de asegurar, desde el punto de vista sanitario, la introducción del primer núcleo genético de cabras de la raza Murciano-Granadina en Cuba, se acometieron diversos protocolos y procedimientos que se reseñan en este trabajo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Compatibilización de requisitos veterinarios
El Servicio de Inspección de Sanidad de Albacete del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España previa compatibilización con el Centro Nacional de Sanidad Animal (CENASA), Autoridad Competente de Cuba, certificó en origen el estatus de libre a fiebre aftosa, viruela caprina, peste de los pequeños rumiantes, Akabane, enfermedad de Nairobi, hidropericarditis, fiebre del Valle del Rift, teileriosis y tripanosomiasis. Asimismo, ambas autoridades convinieron en evaluar mediante pruebas diagnósticas, en el plazo de los 21 días previos al embarque a Cuba, el estatus de los animales frente a epidimitis ovina, brucelosis, artritis encefalitis caprina (CAE)/ Maedi-Visna, paratuberculosis, lengua azul, fiebre Q, agalaxia contagiosa, aborto enzoótico
Medidas para el traslado y recepción de los animales
El núcleo estuvo constituido por 39 ejemplares, 27 hembras y 12 machos de la raza Murciano-Granadina, que se trasladaron a Cuba por vía área bajo las recomendaciones de bienestar animal y medidas sanitarias establecidas por el Código sanitario de los animales terrestres y otras normas nacionales (19-21).
Se establecieron coordinaciones para la recepción de los animales en aeropuerto y traslado hasta las instalaciones de cuarentena en el CENSA que incluyeron procedimientos y protocolos para la inspección de la documentación acompañante, certificación de la desinfección previa y posterior de los medios de transporte terrestre, desinfección y disposición sanitaria de los huacales y la cama, entre otros (22).
Cuarentena en Cuba
El proceso de cuarentena en el país importador se realizó en unidad de cuarentena del CENSA que forma parte de una instalación cerrada de 45 m2 con ventilación mecánica forzada (Fig. 1). Esta unidad cumple criterios relevantes de microlocalización y bioseguridad para este tipo de instalación (23) y cuenta con licencia de las autoridades nacionales en materia de sanidad animal y seguridad biológica para el desarrollo de esta actividad.
Manejo y evaluaciones de los animales
Los animales estuvieron por un periodo de 60 días en la unidad de cuarentena, atendidos diariamente por personal entrenado y especializado, incluido un médico veterinario. El protocolo de atención diaria incluyó inspección clínica diaria con termometría al 100% de la masa durante la mañana y la tarde, considerando el aislamiento eventual de aquellos animales con signos de alteración del homeostasis. La alimentación fue a base de heno y concentrado (300-700 g), así como agua ad libitum.
La toma de muestras para serología frente a las enfermedades definidas por análisis de riesgo, se realizaron a las 72 horas de recepcionarse los animales y una semana antes de la salida prevista. Las evaluaciones incluyeron determinación de anticuerpos frente a brucelosis, artritis encefalitis caprina, clamidia, paratuberculosis, fiebre Q y Micoplasma agalactea, mediante juegos ELISA indirectos de la empresa ID.vet (ID Screen®).
La limpieza mecánica de los cubículos se realizó diariamente en seco y los desechos orgánicos resultantes se retuvieron en tanques plásticos que, una vez llenos, recibieron CID 20 al 0,5% y después de al menos tres días de exposición se trasladaron al crematorio para la destrucción final del material orgánico por incineración.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Las pruebas diagnósticas aplicadas en el plazo de los 21 días previos al embarque a Cuba resultaron negativas frente a las nueve enfermedades evaluadas. No se produjeron incidentes durante la recepción en aeropuerto y traslado de los animales a la unidad de cuarentena.
Durante el periodo de cuarentena, especialmente en la fase de adaptación, se produjeron algunos trastornos digestivos que se atribuyeron a las diferencias de la dieta respecto al lugar de origen. La diarrea en cabras es común y, entre otras causas, los cambios repentinos en la alimentación pueden estar implicados (24). Las intervenciones aplicadas para restablecer la homeostasis se consideraron efectivas, dada la ocurrencia de solo una muerte.
Los resultados serológicos durante la cuarentena en Cuba fueron esperados y favorables (Tabla 1). La alta reacción frente a Chlamidia no se interpretó como indicativa de exposición porque los animales recibieron vacunación en origen 43 días antes del muestreo. La vacunación se considera la medida de control más efectiva contra la clamidiosis en ovino-caprinos (25) y, en este caso, la presencia de anticuerpos más bien puede considerarse un factor de protección del núcleo genético de cabras. Esta evaluación se hizo en un solo momento y como criterio de respuesta a la vacunación.
clamidiosis | fiebre Q | CAE | paratuberculosis | brucelosis | ||
---|---|---|---|---|---|---|
3er día | 94,87 | 5,13 | 0 | 0 | 0 | 0 |
24avo día | NE | 5,13 | 0 | 0 | 0 | 0 |
NE: no evaluado; CAE: artritis encefalitis caprina
Por otra parte, la reacción encontrada frente a fiebre Q no se interpretó como evidencia de infección activa, dado que no se evidenciaron incrementos del tenor de la reacción individual, ni nuevos seroreactores en el segundo muestreo. Por ello, la débil y escasa reacción frente a esta enfermedad no fue compatible con lo que debe ocurrir con un agente altamente transmisible como Coxiella burnetii (26). De hecho, las seroprevalencias de rebaños afectados son mucho más altas (27), lo cual permite enfatizar el criterio de ausencia de infección activa en el rebaño en cuarentena.
Chlamidia y Coxiella son importantes patógenos zoonóticos multi-hospederos con capacidad para impactar significativamente tanto en la ganadería como en la salud pública (28). La infección animal con estos organismos puede tener una variedad de implicaciones para la salud, incluido el menoscabo del potencial reproductivo, lo que las hace particularmente problemáticas en los entornos agropecuarios.
Para el resto de las enfermedades evaluadas no se detectaron seroreactores, lo cual fue de importancia dado el impacto que pueden tener en los rebaños ovino-caprinos, en ocasiones con implicaciones zoonóticas (28-30).
La estrategia de muestreos seriados, brinda la posibilidad de adoptar oportunamente acciones de contención en caso de que desde el primer muestreo se tuviesen hallazgos para los que estuvieran prescriptas medidas radicales. De esta manera, también se mejora la certeza del alcance del objetivo primordial de la cuarentena consistente en preservar el estatus sanitario del país (31). El segundo muestreo viene a consolidar este objetivo al realizarse más inmediato a la liberación planificada de los animales y con tiempo suficiente para revelar seroreacción en animales que hubieran podido estar en periodo de incubación en el primer muestreo.
Con la información generada durante el proceso de cuarentena, se conformó y se entregó el expediente a la Autoridad Veterinaria con la solicitud de liberación de los animales que fue concedida. Posteriormente, el núcleo genético se trasladó para las áreas de la Unidad Básica de Producción Futuro Lechero perteneciente al CIPB, donde cumplen la etapa de post-cuarentena, en la cual durante 12 meses transcurridos no se han registrado incidentes sanitarios relevantes, al tiempo que se han confirmado niveles productivos en consonancia con los reportados para la especie (4). Estos resultados en su conjunto respaldan el Programa de Desarrollo de Ganado Menor en Cuba (6).
CONCLUSIONES
El análisis de riesgo y los procedimientos seguidos durante la cuarentena de importación, posibilitaron establecer un nivel de riesgo aceptable para la liberación del núcleo de cabras de la raza Murciano-Granadina para su uso en el programa genético de desarrollo de la especie, lo cual se ha validado después de transcurrido un año en post-cuarentena con buen desempeño productivo y sin incidentes sanitarios relevantes.