Introducción
La automedicación genera riesgos en la salud de las personas, lo que puede generar reacciones adversas, interacciones medicamentosas, retraso y fallo en el diagnóstico de la enfermedad, resistencia a los antibióticos y pérdida de recursos sanitarios.1,2 Por otro lado, se plantea que la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) es un escenario donde estos problemas pueden ser más frecuentes debido a un aumento en la demanda de medicamentos por parte de la población.3) Esta última afirmación se ejemplifica en un estudio realizado durante la pandemia donde se reporta que la frecuencia de reacciones adversas por automedicación se ha duplicado.4
Debido a esa problemática, algunos estudios evaluaron el impacto de la pandemia por COVID-19 en las prácticas de automedicación de la población. En Polonia se observó que durante la cuarentena aumentó la cantidad de personas que comenzaron a automedicarse pese a nunca realizarlo antes.5 Asimismo, en Uganda, se reportó un 57 % de proporción de automedicación en la población general6; mientras que en universidades de Sri Lanka un 78,0 % de los estudiantes universitarios se automedicaron.7) Similar fue en una ciudad de Perú, en la que un 51,3 % de los estudiantes de ciencias de la salud se automedicaron con fármacos relacionados con la COVID-19.8
Con vistas que la automedicación representa un problema de salud pública a nivel mundial debido a sus consecuencias tanto en profesionales de salud, así como también en la población en general, Ecuador no queda exento de esta problemática; por tales razones se propone en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el objetivo 3, garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades, destacando que se necesitan muchas más iniciativas para erradicar por completo una amplia gama de enfermedades y hacer frente a numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes relativas a la salud.9
De acuerdo al Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de la provincia del Carchi, se tiene como prioridad la gestión social a través de la implementación de políticas y lineamientos enfocados a mejorar la calidad de vida de la población, mediante la promoción y el fomento del bienestar social, de tal forma, que se asegure el logro de una adecuada calidad de vida para todos los habitantes de la provincia.10
Dado la situación de estudiantes internos de Enfermería incurrir en este error de la automedicación por sospecha de COVID-19 en la provincia, el proyecto pretende aportar a la salud de estos internos mediante la prevención de enfermedades que desencadena la automedicación que sigue presente en este grupo.
Es así que resalta la importancia de la conservación de la salud y bienestar de todas las personas por medio de la prevención y cuidado de las enfermedades, destacándose dentro de este proyecto la disminución de la automedicación en los internos rotativos de Enfermería y el mal uso de los medicamentos, con la finalidad de poder evitar posibles complicaciones.
El Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Cantón Tulcán en la Política 7 pretende “fortalecer la institucionalidad, los servicios integrales de atención en salud, y establecer protocolos y rutas de atención interinstitucional para la prevención y restitución de derechos con pertinencia generacional cultural11; trabaja por el mejoramiento de las atenciones integrales en los servicios de salud ya que busca el acceso de todas las personas y mejorar la calidad de vida, por lo que persigue fortalecer los protocolos de atención para lograr que los internos rotativos de Enfermería que se automedican, acudan a las citas médicas en las diferentes casas de salud ofertadas, para de esta manera preservar su salud.
Esta investigación se realizó con el objetivo de verificar las diversas causas y factores que inciden en la automedicación de los internos rotativos de Enfermería, para lograr datos que determinen la situación real y brindar solución a través de un plan educativo.
Método
Se realizó un estudio transversal descriptivo-analítico-correlacional, que permitió la recolección de información sobre la automedicación durante el transcurso de la enfermedad COVID-19 en los internos rotativos de Enfermería del Hospital General “Luis Gabriel Dávila” de Tulcán, Ecuador, de una forma sistemática, válida, confiable e intencionada, fundamental, con el objetivo de verificar las diversas causas y factores que inciden en la automedicación de dichos internos.
La población estuvo conformada por 64 internos rotativos de Enfermería que cursan el año de internado en la institución antes mencionada.
Se utilizaron los métodos: del nivel empírico, analítico- sintético, inductivo-deductivo e histórico-lógico. El cuestionario aplicado mediante preguntas cerradas (Dato complementario al final) permitió obtener información veraz de forma individual, necesaria para determinar el estado actual de los internos rotativos de Enfermería que cursan su año de internado en el este hospital.
Los datos recolectados se exportaron a Microsoft Excel v.2013, donde se realizó el control de calidad de datos (se excluyeron 6 cuestionarios por presentar información incongruente). El análisis estadístico fue realizado en el programa estadístico Stata v.14.
Se describieron las frecuencias y porcentajes para las variables categóricas, las medidas de tendencia central y dispersión para variables numéricas (posterior a la evaluación de la normalidad) y se realizaron gráficos para observar las características de algunas variables.
El outcome de este estudio fue el haberse automedicado con al menos uno de los 14 fármacos evaluados (no/sí). En primer lugar, se realizó una asociación para observar las características de las variables categóricas y el outcome con la prueba de Ji-cuadrado.
Posteriormente se calcularon las razones de prevalencia, sus intervalos de confianza y valores p mediante los modelos lineales generalizados la familia Poisson, función enlace log, modelos robustos. Se trabajó con un nivel de confianza al 95 %, tomando a los valores p menores a 0,05 como significativos.
El proyecto de investigación tuvo la aprobación del Comité de Ética de la Universidad Carchi y del Hospital “Luis Gabriel Dávila” de Tulcán por donde rotaron los 64 internos del estudio. Previo a la ejecución del cuestionario, se solicitó el consentimiento informado a los participantes, explicándoles los objetivos, utilidad, beneficios y riesgos de su participación. En el consentimiento se consignó información de contacto del autor principal para los participantes que hayan tenido dudas sobre el cuestionario o su participación. La data fue recolectada de manera anónima, respetándose los preceptos éticos para investigación científica.
Resultados
En el cuestionario aplicado a los estudiantes de Enfermería del internado rotatorio se encontró que el mayor porcentaje de la población encuestada indicó dentro de las alternativas propuesta que la automedicación por síntomas de COVID-19 fue de forma frecuente, representado por el 50,3 %.
Entre los medicamentos que estos internos de Enfermería utilizaron con mayor frecuencia cuando presentaron alguna sintomatología de COVID-19, se encontraron los analgésicos y antibióticos, con el 60,9 % y 23,4 %, respectivamente.
Por otro lado, refirieron acudir pocas veces (37 %) a los controles médicos, cuando presentaron algunos de los síntomas de alguna enfermedad y, específicamente, del COVID-19; sin embargo, estos estudiantes presentaron un alto conocimiento (40,6 %) sobre la práctica segura de los medicamentos aprendidas en su formación profesional, lo que significa una buena formación profesional.
El 29,7 % coincidieron en que la automedicación de ellos fue por presentar dolor de garganta como primera sintomatología y, el 26,5 %, por presentar fiebre. El 55 % de ellos siempre tuvo libre acceso a los medicamentos durante su internado rotativo.
Entre los factores que contribuyeron a la automedicación se destacó el fácil acceso a los medicamentos (42,2 %), mientras que el 32,8 % alegó no tener tiempo suficiente para asistir a consultas médicas. Refirieron entre las dificultades para asistir a estas consultas el horario laboral implementado (50 %) y la demora de las mismas (32,8 %).
Poco menos de la mitad de los internos rotativos de Enfermería encuestados (43,8 %) argumentaron que esta práctica de automedicarse ha originado que se enmascaren las enfermedades, seguidos por los que no han presentado ninguna complicación (21,9 %) y los que presentaron resistencia a los antibióticos (18,8 %). El 15,6 % refirió dependencia.
Estos internos rotativos a pesar de conocer las vías de administración, efectos secundarios y reacciones adversas de los medicamentos, el 78,1 % prefirió utilizar la vía oral para su automedicación.
En la implementación de un plan educativo para la prevención de la automedicación en el personal de internos rotativos de Enfermería (Gráfico 1), el 93,8 % se encontró de acuerdo, lo cual es un punto a favor de la investigación ya que demuestra el compromiso hacia su desarrollo por parte de las personas quienes van a hacer parte la investigación, razón por la cual tanto el diseño como aplicación y seguimiento podrá tener mayores resultados.
Discusión
La automedicación de los estudiantes del internado rotatorio del Hospital General “Luis Gabriel Dávila” de Tulcán, fue bastante alta comparada con otros estudios como el de Rojas, et al.12 que obtuvieron una muestra baja, sin embargo coincide con lo encontrado en este estudio en cuanto a los motivos más frecuentes sobre dolor de garganta, fiebre y prevención de la enfermedad.
Los medicamentos más consumidos en el estudio comparativo fueron el paracetamol, aspirina y antigripales. Además, los que se automedicaron con aspirina, ivermectina, dexametasona y dióxido de cloro atribuyeron efectos secundarios luego de su consumo. La percepción de que la automedicación es dañina para la salud y tener a los médicos como fuente de información de los medicamentos se asoció a una menor automedicación por COVID-19.
En Nigeria se reporta que un 41,0 % de determinada población se automedicó para prevenir o tratar la COVID-19, mientras que, en una ciudad de Togo, un 34,2 % lo hizo para prevenirla.13,14) La diferencia con estos reportes puede deberse a que el presente estudio solo evaluó población joven, la cual tiende a presentar COVID-19 de menor gravedad15) y, por ello, pueden percibir una menor necesidad de recurrir a la automedicación para la enfermedad.
Por otro lado, un estudio sobre automedicación realizado en estudiantes de ciencias de la salud de otras universidades peruanas reporta una proporción del 51,3 %. Esto puede deberse a que dicho estudio evaluó medicamentos relacionados con la COVID-19, pero no consultó directamente si la automedicación se realizó por esta enfermedad.8) Además, plantea que las facultades con menor automedicación son ciencias de la salud y ciencias agrarias, lo que se puede deber a que ambas brindan formación acerca de los problemas relacionados con la automedicación como la resistencia bacteriana, el riesgo de los efectos adversos y los principios biológico-químicos de los medicamentos.
Sadio, et al.13 en su estudio planean que, aproximadamente la tercera parte de los estudiantes que se automedican lo hacen para prevenir la COVID-19. Este hallazgo es similar a lo reportado en otro estudio, donde un 34,2 % de la población general se automedicó para prevenir la enfermedad. Zhang, et al.16 explican que puede ser la angustia generada por la pandemia, la cual puede predisponer a que las personas recurran a medidas desesperadas como la automedicación para prevenir la enfermedad. Algunas razones podrían incluir el miedo a la estigmatización que puede significar la enfermedad, el miedo a ser colocado en cuarentena o el miedo a infectarse por la cercanía con un contacto sospechoso.(15
El medicamento con el que más se automedicaron los estudiantes fueron los analgésicos, ello puede explicarse por ser de fácil acceso para la población y su uso recomendado para el tratamiento sintomático de la COVID -19, similar a lo encontrado por Llover, et al.17) Otros medicamentos que se consumen son la ivermectina, hidroxicloroquina y el dióxido de cloro, lo cual puede deberse a las presuntas propiedades preventivas y terapéuticas que les atribuyeron para la COVID-19 por autoridades sanitarias y políticas. Por ejemplo, la ivermectina y la hidroxicloroquina fueron permitidas para utilizarse a criterio médico por el Ministerio de Salud del Perú (MINSA) a inicios de la pandemia18, mientras que, el dióxido de cloro fue planteado como posible adición al protocolo de manejo de la COVID-19 por políticos.19) Todo ello, a pesar de la ausencia de evidencia científica sólida que respalde su uso ante esta enfermedad.
Asimismo, otros medicamentos consumidos fueron los antibióticos, lo cual puede deberse a la desinformación de la población respecto a su uso adecuado, la angustia generada por la pandemia puede motivar medidas adicionales de protección como el uso de antibióticos y el fácil acceso a este tipo de medicamentos.16
Miñan-Tapia, et al.8 plantean que aproximadamente uno de cada cinco estudiantes que se automedicaron atribuyeron efectos secundarios luego del consumo de ciertos medicamentos. De forma similar, otro estudio señala una cifra de uno por cada diez estudiantes. La presentación de efectos secundarios relacionados con la automedicación por COVID-19 parece ser un evento frecuente entre los estudiantes del internado rotatorio del Hospital “Luis Gabriel Dávila” de Tulcán; sin embargo, estos datos fueron recolectados mediante encuestas.
Sulca Clemente20 en su informe plantean que la pobreza es uno de las resultantes de esta situación y la no disposición de recursos hace que los usuarios busquen una solución accesible para sus necesidades de salud siendo una de ellas la automedicación. El desempleo que va muy ligado a lo anterior, es otro motivo por el cual no hay un adecuado acceso a la salud pues las prioridades de las personas también cambian. El aumento de la población hace que los recursos se hagan limitados en el campo de la salud y se agoten a mayor velocidad y no se igualen al crecimiento de la pirámide demográfica.
Tener el mayor porcentaje de los encuestados de acuerdo con la implementación del plan educativo, el cual consiste en todas las formas que puedan llevarse a cabo en el ámbito educativo, ya sea desde lo más altos rangos gubernamentales, hasta los planes que el operador pueda proyectar a la población, es un punto a favor de la investigación ya que demuestra el compromiso hacia su desarrollo por parte de las personas quienes van a hacer parte la investigación, razón por la cual tanto el diseño como aplicación y seguimiento podrá tener mayores resultados.
Estos planes educativos en salud están encaminados a la prevención eficaz de salud, los cuales son de gran importancia para la población debido a factores sociales, económicos, físicos y médicos. Las actividades de promoción de salud y prevención integral intensiva deben comenzar desde la niñez y mantenerse en todas las etapas de la vida, teniendo en cuenta que la salud está estrechamente vinculada a la salud general y bienestar de cada persona.21
Conclusiones
Los resultados obtenidos sirven para caracterizar la problemática de la automedicación por COVID-19 en estudiantes universitarios y brindar información para el planteamiento de estrategias que reduzcan su impacto negativo. Las autoridades universitarias y sanitarias deben dedicar esfuerzos ante la problemática de la automedicación por COVID-19, dado que es un problema de salud pública a nivel mundial.
Recomendaciones
Se sugiere aplicar programas educativos remotos en distintas provincias del país, a nivel de las distintas redes de salud, ligado al proyecto al de investigación y a la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, para mejorar los problemas de salud derivados de la automedicación, para de alguna manera apoyarlos y lograr el respeto y cumplimiento de sus derechos, mediante el diseño de un plan educativo que permita concientizar a la población en estudio sobre la importancia de la no automedicación.