INTRODUCCIÓN
El cáncer bucal constituye una enfermedad destructiva de las regiones de la cabeza y el cuello, con posibilidades de infiltrar e invadir los tejidos y propagarse a otras zonas por vía linfática y sanguínea produciendo metástasis a distancia.1 Su etiología es multifactorial asociada a factores intrínsecos y extrínsecos; los de mayor riesgo son el consumo del tabaco y de alcohol, y en algunos casos, determinados productos químicos, la radiación ultravioleta de la luz solar, radiaciones ionizantes, infecciones, la dieta o situaciones de inmunodepresión pueden resultar especialmente relevantes.2) Actualmente se plantea que las infecciones por ciertos virus como el Virus del Papiloma Humano (VPH) se considera un factor carcinogénico de la cavidad oral y orofaringe.3) Se incluyen también los relacionados con el estilo de vida como la higiene bucal deficiente, pero el medio ambiente y la genética también tienen una incidencia importante.
La prevalencia del cáncer bucal tiene rangos muy amplios en las diferentes poblaciones, la incidencia anual varía de 2 a 4 casos por 100 000 habitantes en los países industrializados, y a 25 casos por 100 000 habitantes en ciertas poblaciones de Asia.4 Brasil tiene una de las incidencias más altas de América Latina: ocupa el tercer lugar de frecuencia en el hombre con 8,5 % y en la mujer es de 2,3 %.5
En Cuba los tumores malignos ocupan el segundo lugar como causa de muerte, después de los accidentes cardiovasculares que encabezan el registro. En el año 2016 la tasa de mortalidad por cáncer de labio, cavidad bucal y faringe en el hombre fue de 11,3 por 100 000 habitantes.6
En Villa Clara se muestran elevadas tasas brutas de mortalidad por cáncer y se registra alta incidencia de esta patología. Según registros estadísticos al cierre del año 2016 se presentó una tasa bruta de cáncer bucal por cada 100 000 habitantes: en el hombre de 5,2 y en la mujer de 1,3; cáncer de lengua en el hombre de 4,1 y en la mujer de 0,5; cáncer de labio de 0,5 en el hombre y 1,0 en la mujer, y cáncer de glándulas salivales en el hombre de 1,8 y en la mujer de 0,5.7
El cáncer bucal se presenta con más frecuencia en pacientes mayores de 40 años, pero últimamente se han encontrado lesiones precancerosas en pacientes jóvenes lo que ha motivado la restructuración del programa de detección del cáncer bucal y la inclusión como universo de trabajo del 100 % de la población.
El inicio del consumo de sustancias tóxicas ocurre frecuentemente en la adolescencia (sobre todo durante la temprana comprendida entre los 10 y 13 años) así como el comienzo de la práctica de relaciones sexuales muchas veces desprotegidas tan comunes en esta etapa convierte a los adolescentes en un grupo vulnerable; sin embargo, es una etapa maleable donde el adolescente es permeable a cambios; por ello resulta el momento ideal para implementar un programa educativo a fin de dotarlos de información que les permita adoptar conscientemente estilos de vida más saludables.
A partir de la situación problémica descrita los autores se trazaron como objetivo: diseñar un programa educativo sobre cáncer bucal en adolescentes según necesidades identificadas.
MÉTODOS
Se realizó una investigación con enfoque mixto, de intervención educativa, prexperimental, prospectiva y de corte longitudinal en el municipio de Santa Clara en el período comprendido de febrero/2016 a noviembre/2017. La población estuvo constituida por 206 adolescentes de octavo grado matriculados en la ESBU “Ignacio Rolando Abreu” durante el período en el que se realizó la investigación y la muestra integrada por 65, seleccionada por un muestreo intencional no probabilístico por criterios.
Criterio de inclusión:
Criterio de exclusión:
Adolescentes que no se encontraban presentes en la institución durante la etapa del diagnóstico inicial.
Criterio de salida:
Adolescentes que participen en menos de un 70 % de las actividades planificadas en la ejecución del programa educativo.
Métodos y técnicas empleadas en la investigación:
Se utilizaron métodos teóricos para la fundamentación teórica de la investigación e interpretación de los resultados obtenidos: análisis-síntesis, inducción deducción y sistémico- estructural.
Examen clínico: se realizó para identificar los posibles riesgos relacionados con el cáncer bucal. Se utilizaron los datos que ofrece la Historia Clínica Estomatológica Individual y la información fue recogida en un modelo de recolección de datos.
Del nivel empírico:
Cuestionario diagnóstico: constó de nueve preguntas, dos de ellas abiertas (uno y cuatro), seis cerradas (dos, tres, cinco, seis, siete y ocho) y una no evaluable (nueve). Se evaluó a través de las categorías de bien, regular y mal por preguntas y de forma general a partir de una clave de calificación, con un valor de 100 puntos. Permitió determinar las necesidades de información que presentan los adolescentes sobre el cáncer bucal antes de aplicar el programa educativo.
Observación: para determinar los modos de actuación del docente relacionado con la práctica de hábitos tóxicos, así como el tratamiento de la promoción de salud bucal dentro de la institución escolar. Estuvo apoyada por una guía.
Grupo focal: para recopilar los criterios de varios especialistas sobre cómo abordar la temática del cáncer bucal en la muestra estudiada.
Grupo nominal: para llegar a consenso, aunar y concretar las ideas y establecer las vías para desarrollar las acciones más oportunas.
Criterio de especialistas: para valorar el programa educativo diseñado por su estructura, pertinencia, utilidad, factibilidad y valor científico y pedagógico.
Cuestionario evaluativo: permitió evaluar la eficiencia del programa educativo una vez implementado.
Triangulación metodológica para el análisis de la información obtenida a partir de las técnicas aplicadas, y de fuentes a fin de contrastar e interpretar la información aportada.
Técnicas para el procesamiento de la información:
Se obtuvieron distribuciones de frecuencia de las variables cuantitativas y cualitativas, se expresaron los resultados en frecuencias absolutas y porcentajes agrupados en tablas.
Se utilizó la prueba T de Student para muestras relacionadas en la comparación de los resultados obtenidos antes y después de aplicado el programa educativo. La interpretación se realizó en función del valor de la probabilidad (p), asociado al valor fijado para α (0.05), se aceptó un nivel de significación del 95 % (p < 0,05.), de ahí que se consideraron los resultados según valor asociado de p en:
No significativos (p > 0.05): no existen evidencias significativas para rechazar la hipótesis nula, por lo que se plantean no diferencias o no asociación.
Significativos (p ≤ 0.05): existe evidencia significativa. Se rechaza la hipótesis nula y se acepta la alternativa.
Muy significativos (p < 0.01): existe evidencia significativa. Se rechaza la hipótesis nula y se acepta la alternativa.
Consideraciones éticas del estudio:
La investigación se efectuó teniendo presente las normas éticas internacionales para la investigación biomédica. Se obtuvo la autorización de la dirección de la ESBU “Ignacio Rolando Abreu”, y el consentimiento informado de los padres o tutores de cada estudiante, antes de ser incluidos en el estudio donde se les explicó en qué consistía y los beneficios que reportaría, así como la garantía de confidencialidad en el manejo de la información con la que se trabajó.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Como resultado de la realización del examen bucal y de la aplicación del cuestionario diagnóstico se evidenció que los adolescentes presentaron varios factores de riesgos del cáncer bucal, con predominio de deficiente higiene bucal (56, 9 %), la dieta no protectora en un 46,9 % y la práctica de hábitos tóxicos por padres u otros familiares en el 44, 6 % de los examinados, datos expresados en la Tabla 1.
Al comparar los resultados de la investigación con otros autores, coinciden con un estudio realizado por González Rodríguez et al.8) que encuentran la higiene bucal deficiente como primer problema observado; Santana Garay9 señala que ese es de los factores de riesgo más comunes y relaciona este hábito con la presencia de la placa dentobacteriana que, al no removerse, tiende a acumularse y se solidifica hasta formar el sarro o tártaro; este último, al irritar e inflamar mecánicamente las encías, hace que las bacterias y sus toxinas las infecten y sensibilicen en mayor medida, puesto que disminuye la respuesta del huésped ante las infecciones bacterianas al encontrarse debilitado el sistema inmunitario.
La dieta no protectora fue el segundo factor constatado en orden de frecuencia. Por su parte Antunes Freitas et al.10) también hallaron elevadas cifras de este en su estudio.
Es necesario modificar los hábitos de alimentación de manera que se incluyan aquellos grupos de alimentos que resultan beneficiosos y que por su composición aporten elementos antioxidantes y regeneradores. En etapas tempranas de la vida en muchas ocasiones no se percibe la importancia de una alimentación saludable, y es la adolescencia, según opinión de los autores, un momento oportuno para modificar ciertos patrones errados que han sido aprendidos desde la infancia.
La práctica de hábitos tóxicos por padres u otros familiares en presencia del menor, como riesgo social fue otro factor encontrado, con una frecuencia de un 44 %; situación que pudiera contribuir al inicio de este hábito tóxico en adolescentes que aún no lo practican y reafirmarlo en los que sí lo hacen.
Los medios familiar y escolar pudieran constituir factores de riesgo importantes para el consumo de hábitos tóxicos en los adolescentes si se revela desconocimiento y poca percepción por parte de estos actores sociales en la prevención del cáncer bucal.
El 67,7 % de la muestra obtuvo una calificación considerada como mal en cuanto al nivel general de información sobre el cáncer bucal, según datos de la Tabla 2.
Estos resultados coinciden con los encontrados por Limonta Vidal et al.11 y Rodríguez Rodríguez et al.12 quienes observaron que, de manera general, el nivel de información relacionado con el tema es deficiente. A consideración de los autores, conocer qué es el cáncer y sus posibles consecuencias es el punto de partida si se quiere ganar en percepción de riesgo que a la vez es el primer paso para modificar conductas perjudiciales.
Varios autores aseguran que el abuso del alcohol juega un significativo papel en la causalidad de lesiones premalignas o malignas; sin embargo, en ocasiones los pacientes y el resto de la población desconocen esta asociación. En una encuesta aplicada a pacientes con carcinomas en la boca y de sujetos sanos como control, se constató que solo el 14,9 % conoce de la incidencia del alcohol para el cáncer bucal.13
Formando parte del cuestionario diagnóstico se formuló la pregunta nueve no evaluable, la que permitió corroborar la escasa cantidad de adolescentes que reciben información sobre cáncer bucal y factores de riesgos y las vías (comunicación social, familiar y escolar) por las que la obtienen, datos observables en la Tabla 3.
Las mencionadas vías son reconocidas solo ligeramente por la mayoría de los adolescentes, estos seleccionan los medios de difusión como forma predominante (44,62 %). Es preciso señalar como el 40,0 % manifiesta no recibir información por vía alguna; las formas institucionalizadas, o sea estomatólogos, médicos o la escuela tienen una expresión ínfima y en ocasiones nula.
Estos resultados evidencian la necesidad de una atención integral del adolescente por todos los sectores de la sociedad. Las formas institucionalizadas deben jugar un papel protagónico, los autores consideran que si bien los medios de difusión masiva son importantes, el trabajo individualizado que debe realizar el equipo básico de salud o el equipo de atención a escolares apoyado en el sistema educativo resulta valiosísimo, pues se conocen las particularidades de cada educando, y en un medio más familiar, proveen al adolescente de información referente a esta temática; este criterio avala la realización del presente estudio.
Los resultados de la observación como método empírico utilizado mostraron:
Insuficiente realización de actividades de promoción de salud y prevención de enfermedades bucales sobre todo relacionadas con el cáncer bucal.
Insuficiente existencia de mensajes de salud en murales o pancartas informativas.
Inadecuados modos de actuación del personal docente y no docente de la institución en relación al consumo de sustancias tóxicas (hábito de fumar) en horario escolar.
Consumo de cigarrillos por los adolescentes fuera del aula pero en áreas cercanas a la institución escolar.
Estos resultados confirmaron lo antes referido por los adolescentes al declarar que no obtienen información referente al cáncer proveniente de la escuela, asimismo fueron observados docentes y otros trabajadores de la institución consumiendo cigarrillos en horario escolar, lo cual representa un mal ejemplo para ellos que encuentran en sus educadores un modelo a seguir.
Para dar solución a la problemática encontrada se consideró necesario diseñar un programa educativo como alternativa de solución al problema detectado. Para ello se conformaron dos grupos: uno focal y otro nominal, y de sus consideraciones se obtuvieron criterios para la elaboración del citado programa titulado: “El cáncer bucal y sus factores de riesgo”.
Se sustentó la justificación del diseño y posterior aplicación del programa propuesto. El desarrollo del componente educativo se promovió mediante técnicas encaminadas a elevar el nivel de información sobre el tema y reflexionar acerca de asuntos relacionados con el cáncer bucal y sus factores de riesgo modificables para su prevención como componentes claves en la preservación de la salud individual, familiar y colectiva. Capote Fernández et al.14) expresaron que para lograr resultados concretos a través de la promoción sanitaria hay que hacerlo en personas cuyas edades favorezcan asimilar o introducir los cambios positivos. Se consideró importante definir a qué grupo se destinaría el programa educativo. Asimismo se definieron los límites en el tiempo y el espacio para su aplicación.
El programa educativo diseñado es el resultado de la identificación de las necesidades de información de los adolescentes sobre el cáncer bucal y sus factores de riesgos para contribuir a su prevención, con el propósito educativo de fomentar hábitos de vida saludables desde edades tempranas de la vida. Este estuvo constituido por ocho sesiones nombradas según los contenidos a impartir en forma de talleres, con una duración de 50 minutos; se planificaron para ser realizados en el horario de la mañana en la propia institución escolar por el equipo de investigación y con la colaboración de los maestros para el control de la disciplina. Se consideró el empleo de técnicas afectivo-participativas y la utilización de medios de enseñanza como la computadora y otros diseñados al efecto como pancartas y plegables. Se planificó un sistema de evaluación frecuente, parcial y en la sesión final o de consolidación se aplicó el cuestionario final evaluativo.
Descripción
Programa educativo “El cáncer bucal y sus factores de riesgo”
Objetivo general:
Elevar el nivel de información de los adolescentes sobre el cáncer bucal y sus factores de riesgos para su prevención desde edades tempranas.
Objetivos específicos:
Proveer la información adecuada sobre el cáncer bucal en este grupo de estudio.
Estimular la preocupación por el autocuidado de la salud bucal.
Propiciar actitudes y conductas favorables para el control de factores de riesgo del cáncer bucal.
Límites:
Grupo destinatario: adolescentes.
Zona geográfica: ESBU “Ignacio Rolando Abreu” de Santa Clara.
Tiempo que dura la ejecución del programa: ocho encuentros.
Distribución de los temas.
1. Presentación del programa educativo.
2. Generalidades sobre el cáncer bucal.
3. Factores de riesgos para contraer cáncer bucal.
4. Hábito de fumar y consumo de alcohol. Su relación con el cáncer bucal.
5. La dieta no protectora y su efecto en la cavidad bucal.
6. Piercing en la cavidad oral: moda que arriesga la salud.
7. El autoexamen bucal: una vía eficaz para la detección del cáncer bucal.
8. ¿Cuánto he aprendido?
Los elementos que componen la estructura del programa educativo coinciden con los de Crespo Mafrán et al.15 Se garantizaron los recursos humanos y materiales pertinentes, y se planificó la evaluación para lograr la retroalimentación con respecto a los conocimientos adquiridos, una vez aplicado en los grupos de adolescentes seleccionados.
El programa educativo diseñado fue valorado por un grupo de especialistas que analizaron y evaluaron la propuesta teniendo en cuenta las categorías de aceptada, aceptada con dificultades o no aceptada; resultó aceptada por la gran mayoría (88,9 %) y permitió su posterior implementación.
Finalmente se aplicó un cuestionario evaluativo que reflejó las modificaciones en el nivel de información de los adolescentes al obtener la mayoría altas calificaciones en cada una de las interrogantes; la evaluación general fue de bien para el 81,6 % de la muestra, lo cual se aprecia en la Tabla 4.
Se evidenció un incremento altamente significativo del nivel de información después de aplicado el programa respecto al obtenido inicialmente; los resultados fueron avalados por la prueba estadística T de Student para las muestras relacionadas.