Sra. editora:
Identificados con el artículo: “Las redes sociales académicas: espacios de intercambio científico en las ciencias de la salud”, de Romero Borges et al.,1) donde los autores expresan la necesidad de que los profesionales de la salud pública cubana conozcan la existencia y el uso de las redes sociales académicas, por representar la posibilidad de aumentar la colaboración investigativa, asistencial y la obtención de nuevos conocimientos, nos sentimos tentados a escribir al respecto.
Entre los días 23 y 27 de abril se desarrolló en La Habana el evento internacional “Cuba Salud 2018” bajo el lema “Salud universal para el desarrollo sostenible”, y como parte de las actividades programadas se realizó el primer Encuentro Nacional de Jóvenes Investigadores de la Salud, donde 50 de los mejores investigadores de pregrado en ciencias médicas de todo el país fueron reconocidos por sus méritos en marco propicio para potenciar la investigación médica.
El encuentro, organizado por el Ministerio de Salud Pública (Minsap) y el Secretariado Nacional de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)2, buscaba poner en la mesa de debate realidades de la investigación estudiantil galena en virtud de establecer líneas de trabajo común que permitiesen explotar al máximo las potencialidades de la ciencia que hoy la comunidad científica universitaria realiza, de cara al IX Congreso de la organización joven más antigua de Cuba.3
Temas como el desarrollo territorial de nuevas revistas científicas estudiantiles, la necesidad de que cada investigador establezca una línea investigativa, la baja producción científica estudiantil cubana, con la consecuente insuficiente publicación en revistas acreditadas, el uso de las redes sociales académicas, entre otros, merecieron especial atención de todo el auditorio allí presente.
Novedoso fue para muchos conocer que a los canales tradicionales de divulgación del conocimiento científico se suma la promoción a través de redes sociales, tanto las generales o de mayor popularidad -Facebook y Twitter- como sitios especializados o verticales -Mendeley, ResearchGate, Academia, entre otras-, útiles para dar a conocer la actividad investigadora e incrementar la visibilidad de nuestros resultados científicos, tener más posibilidades de ser citados y contactar con otros investigadores afines, así como para corregir errores de identificación en nombres de autor o de institución.
No quedaron exentas interrogantes tales como: la posibilidad de su creación en nuestras altas casas de estudio, en las instituciones del sector o en todas las ramas científicas del país, la importancia y relevancia de vincularse a ellas desde pregrado, la necesidad real de divulgar todo el aporte científico del estudiantado cubano en las grandes plataformas internacionales y cómo lograr un uso más adecuado de la conexión que actualmente se hace a la red de redes.
Se profundizó en sus ventajas al establecer redes de contacto profesional, crear grupos de interés con los que debatir o compartir recursos e información, experiencias profesionales, invitaciones a eventos, lecturas, ideas, publicar contenidos de interés y opiniones, emanando estrategias en pos de lograr mayor vinculación a mediano plazo en nuestras universidades y a largo, en las ciencias médicas cubanas.
Espacios como este, donde prime la instrucción de la avanzada estudiantil en materia de investigación, auguran un futuro exitoso en la adquisición y divulgación de nuevos conocimientos, puesto que los estudiantes que investigan y publican en el pregrado continúan haciéndolo después de graduados, con más posibilidades de tener éxito en su desempeño profesional.
Concluido el evento, cada participante, y con ellos cada universidad médica de Cuba contó con experiencias compartidas para desplegar aún más la ciencia joven y lograr resultados que propicien el desarrollo de la salud pública en las provincias, dando solución a problemas existentes en cada territorio.