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Revista Cubana de Cirugía

versión On-line ISSN 1561-2945

Rev Cubana Cir v.36 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 1997

 

Hospital Provincial Clinicoquirúrgico "Doctor Ambrosio Grillo", Santiago de Cuba

Alternativas de transfusión autógena en la paciente quirúrgico-electiva

Dr. Arístides de Jesús Luna González1 y Lic. Andrés Couto Soriano2

1 Especialista de I Grado en Anestesiología y Reanimación.
2 Asistente del nivel superior.

RESUMEN

Se realizó un estudio experimental y longitudinal desde enero de 1995 hasta octubre de 1996, en el Hospital Provincial Clinicoquirúrgico "Dr. Ambrosio Grillo" de Santiago de Cuba, en 130 pacientes con diagnóstico de cirugía ginecológica, vascular, urológica, proctológica, gastrointestinal y hernioplastia, a operar electivamente (con hematócrito por encima de 034 vol/% y hemoglobina mayor de 11 g/dL), en los cuales se evaluaron las ventajas de la autodonación con el método de extracción preoperatoria y el beneficio económico que representa, y se determinaron las infusiones administradas en relación con las pérdidas sanguíneas. La distribución fue equilibrada en cuanto a edad, peso y diagnóstico preoperatorio, sin diferencias significativas en los resultados hematológicos ni en las medias de indicadores hemodinámicos. No hubo complicaciones con el proceder empleado.

Descriptores DeCS: ESTUDIOS LONGITUDINALES; TRANSFUSION DE SANGRE AUTOLOGA; CIRUGIA ELECTIVA/métodos.

La primera referencia de una transfusión autógena es una recuperación de sangre intraoperatoria, realizada por Ducanen en 1986, donde se describe la reanimación de un moribundo por amputación traumática mediante la recolección de la sangre perdida y su reinfusión a través de la vena del muñón, con una jeringuilla.1

En 1921, Grant refirió el primer caso de donación autógena con predepósito, en un individuo operado por un tumor cerebral, con un grupo sanguíneo raro.2 En los años 30, Deichman utilizó ese mismo método para disminuir las reacciones transfusionales en embarazadas; mientras que Theis y Lockwood, Watson y otros en Norteamérica, continuaron desarrollando las prácticas de recuperación intraoperatoria.3,4

Es posible imaginar, con los medios disponibles en la época, las complicaciones de reinfusión de esta sangre y los problemas infecciosos y hemolíticos que se originaban; razón por la cual, a raíz del desarrollo de los grupos sanguíneos y la medicina transfusional durante la II Guerra Mundial, esas terribles prácticas fueron sustituidas por transfusión homóloga.5

Ya en 1974 se preconizaba la autotransfusión en varios bancos de sangre norteamericanos. En la década del 70, sobre todo como consecuencia del impacto social de la infección por virus VIH-SIDA y de su potencial de transmisión por hemoderivados, fue cuando se adquirió una clara conciencia sobre las ventajas de la donación autógena con referencia a la homóloga, dadas por mayor seguridad para el paciente, menor riesgo de trombosis, ausencia de exposición a infección o de transmisión de ésta, incompatibilidad sanguínea y problemas inmunológicos, disponibilidad inmediata de sangre para personas con anticuerpos contra múltiples antígenos, así como el beneficio económico que representa, entre otras.6

Todo lo expuesto anteriormente nos motivó para realizar el presente trabajo sobre el tema.

MÉTODOS

Se hizo una investigación experimental y longitudinal de 130 pacientes que debían ser operadas electivamente mediante cirugía ginecológica, vascular, urológica, proctológica, gastrointestinal y hernioplastia, a las cuales se les extrajo 10 % de la volemia hasta 500 mL, 72 horas antes de la intervención, y fueron retransfundidas en el acto quirúrgico; pero si no requerían transfusión, se enviaban al Banco de Sangre para la obtención de plasma.

También se realizaron previa sangría, próximo a la operación y después de ésta, controles clínicos (riesgo quirúrgico, cardiológico y funcional respiratorio) y de laboratorio (hemoglobina, hematócrito).

RESULTADOS

En la tabla 1 se observa que la mayor parte de las pacientes con diagnóstico de cirugía ginecológica, gastroduodenal, vascular y urológica, así como de hernioplastia, tenían edades entre 41 y 50 años, para el 39,2 % del total.
TABLA 1. Distribución de las pacientes según grupo etáreo y diagnóstico
Grupo etáreo
Cirugía ginecológica
Hernioplastia
Proctología
Cirugía gastroduodenal
Cirugía vascular
Cirugía urológica
Total
(en años) 
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
21-30
8
22,9
7
25,9
7
70,0
-
-
5
25,0
3
12,5
30
23,7
31-40 
8
22,9
6
22,2
3
30,0
4
28,6
5
25,0
2
8,3
28
21,5
41-50 
14
40,0
12
44,5
-
-
5
35,7
10
50,0
10
41,7
51
39,2
51-60 
2
5,7
2
7,4
-
-
3
21,4
-
-
5
20,8
12
9,3
61-70 
3
8,5
-
-
-
-
2
14,3
-
-
4
16,7
9
6,9
Total 
35
26,9
27
20,8
10
7,7
14
10,8
20
15,4
24
18,4
130
100,0
En la tabla 2 se puede ver el predominio de las mujeres de 41 a 50 años, que pesaban entre 110 y 129 libras, con respecto a los otros grupos.
TABLA 2. Distribución según grupo etáreo y peso
 
Peso (lbs)
Grupo etáreo 
110-129
130-149
150-169
Total
(en años) 
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
21-30 
12
27,3
10
25,0
8
17,4
30
23,1
31-40 
5
11,4
7
17,5
16
34,8
28
21,5
41-50 
25
56,8
8
20,0
18
39,2
51
39,2
51-60 
2
4,5
8
20,0
2
4,3
12
9,3
61-70 
-
-
7
17,5
2
4,3
9
6,9
Total 
44
33,8
40
30,8
46
35,4
130
100,0
No hubo diferencias significativas entre las variables analizadas antes de la sangría, próximo a la intervención quirúrgica y posterior a ésta (tabla 3), así como tampoco en cuanto a las medidas de variables hemodinámicas: presión arterial diastólica (PAD) y frecuencia cardíaca (FC) (tabla 4).
TABLA 3. Estado hematológico antes, próximo y después de la sangria
 
Hemoglobina
Hematócrito
Momentos 
_
DE
_
DE
Antes de la sangría
121,2
5,4
0,40
0,015
Próximo a la sangría
115,9
2,03
0,357
0,018
Después de la intervención quirúrgica
116,0
1,83
0,36
0,018
TABLA 4. Variación de los parámetros hemodinámicos (PAS, PAD, FC)
 
Preinducción
Posinducción
Mayor sangrado
Período posoperatorio
 
_
DE
_
DE
_
DE
_
DE
PAS
122,2
8,2
122,9
5,7
114,4
12,4
115,3
6,5
PAD
78,8
4,6
79,2
6,4
76,2
8,3
72,3
4,2
FC
82,5
5,1
84,6
5,8
85,0
7,5
84,5
4,8
Las pacientes con pérdidas sanguíneas entre 10 y 20 y más del 20 % recibieron una infusión equilibrada de líquido como proyección del estudio (tabla 5), pero en el segundo caso se adicionó una infusión con coloides, sin uso de sangre homóloga.
TABLA 5. Comparación de las pérdidas sanguíneas y líquidos administrados
 
Líquidos administrados
Pérdidas 
8 mL kg/h
8-16 mL kg/h
17 y más
Total
sanguíneas 
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
Menos de 10 %
33
67,3
15
24,6
-
-
48
36,9
Entre 10 y 20 % 
16
32,7
38
62,3
5
25,0
59
45,4
Más de 20 % 
-
-
8
13,1
15
75,0
23
17,7
Total 
49
37,7
61
46,9
20
15,4
130
100,0
No se presentaron complicaciones derivadas del método.

De 130 pacientes, 96 no requirieron ser transfundidas, de modo que la sangre fue enviada al Banco de Sangre Provincial por un costo de $ 414,72 y fue procesada para la obtención de plasma; pero las 34 que sí necesitaron recibir sangre autógena, implicaron un costo directo de $ 246,31. Por esa razón se analiza la búsqueda de un método apropiado para realizar la distribución de los gastos indirectos, que son los que encarecen el proceso, para de esta forma poder obtener el costo total de las transfusiones autógenas.

DISCUSIÓN

La distribución porcentual de la casuística arrojó una prevalencia de las integrantes de 41 a 50 años.

La diferencia hallada en las variables no influyó en el estado clínico de las pacientes, pues se ha demostrado que la extracción de 500 mL de sangre en una persona adulta provoca un descenso aproximado de 1 a 1,5 g en la tasa de hemoglobina; pero como se realiza 3 a 5 días antes de la intervención quirúrgica, es posible restablecer dichos valores, unido al hecho de que durante la extracción, el depósito globular comienza a restituir rápidamente la pérdida sanguínea.7

Al comparar estos resultados con los referidos por López (Autotransfusión en la esplenectomía de urgencia [trabajo para optar por el título de especialista de I Grado en Anestesiología y Reanimación], Ciudad de La Habana, 1982) y Dieppa (Cambios hematológicos en la autotransfusión [trabajo para optar por el título de especialista de I Grado en Cirugía General], Ciudad de La Habana, 1985), se halló que coincidían en cuanto a la ausencia de cambios en la fracción globular, relacionados con el hematócrito, por la ligera disminución que pudiera experimentar después de la extracción sanguínea, la cual se repone entre 2 y 5 días más tarde.

El análisis de las alteraciones hemodinámicas, tanto antes como luego de la inducción, en el momento de mayor sangrado quirúrgico y posterior a la intervención, no arrojó diferencias significativas.

Múltiples son los factores que pueden influir en las variaciones de la tensión arterial y frecuencia cardíaca por distintas reacciones fisiopatológicas; en nuestra serie mantuvimos un suficiente y estable nivel anestésico, oxigenación adecuada (FiO2: 0,35 %) y reemplazamiento de líquido, y también estimamos el valor absoluto de la tensión arterial, tomando en cuenta su estado general y las cifras tensionales anteriores.

En nuestro caso recibimos a la paciente en el período preoperatorio con una hemodilución fisiológica normovolémica, que mejora las propiedades de la sangre, garantiza una mejor oxigenación periférica y disminuye la frecuencia de complicaciones como trombosis venosa profunda, lo cual influye en su estado hemodinámico.8

En la transfusión autógena, la extracción y retransfusión de una cantidad igual o inferior a 400 mL, los incidentes o complicaciones son poco frecuentes, inferiores al 3 %, que incluye las molestias benignas que cesan de inmediato sin terapéutica.9,10 La ausencia de complicaciones, como también se registra en la literatura médica revela la efectividad y seguridad del método, que lo convierten en la fuente menos riesgosa y económica para la transfusión sanguínea, debido al riesgo nulo de transmitir infecciones.

Con el uso consecuente de la sangre autógena se evitó el empleo de sangre ajena en operaciones con pérdidas sanguíneas superiores al 20 % de la volemia y se redujo sustancialmente el número de complicaciones causadas por transfusiones, así como el porcentaje de trombosis.

SUMMARY

An experimental and longitudinal study was conducted from January, 1995, to October, 1996 at the "Dr Ambrosio Grillo" Clinical and Surgical Provincial Hospital, in Santiago de Cuba, among 130 patients with diagnosis of gynecological, vascular urological, proctological, and gastrointestinal surgery, and hernioplasty to be electively operated on (with hematocrite above 034 vol/% and hemoglobin over 11 g/dl). The advantages of selfdonation by the preoperative extraction and the economic benefit it represents were evaluated. The transfusions administered in connection with blood losses were determined. The distribution was balanced according to age, weight and preoperative diagnosis. Marked differences were not found either in the hematologic results or in the mean values of hemodynamic indicators. There were no complications with the procedure used.

Subject heading: LONGITUDINAL STUDIES; BLOOD TRANSFUSION, AUTOLOGOUS; SURGERY, ELECTIVE/methods.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Friedman RJ. Blood conservation in spinal surgery. Transfusion 1992;17(2):1450-6.
  2. Von Borman. Acute treatment with recombinant erythroprotein in patients with pre-and postoperative anemia. Clin Investig 1994;72(6):31-5.
  3. Rio B. Heamatological effects of postoperative autotransfusion in spinal surgery. Acta Anaesthesiol Scand 1994;38(4):336-41.
  4. Aubuchon JP. Determinant of physician ordering of preoperative autologous donations. Vox Sang 1994;66(3):176-81.
  5. Ereth MH. Perioperative interventions to decrease transfusion of allogenic blood products. Mayo Clin Proc 1994;69(6):575-86.
  6. Atlas SG. Changing blood use in the AIDS era: The case of elective hip surgery. Transfusion 1994;34(5):365-7.
  7. Marcuriali F. Erythroprotein treatment to increase autologous blood donation in patients with low basal hematocrit undergoing elective orthopedic surgery. Clin Investig 1994;72(6):16-8.
  8. Goodnough LT. Autologous blood donation in nonorthopedic surgical procedures as a blood conservation strategy. Transfusion 1992;17(2):96-101.
  9. Zipparo L. Study of the actual and potential utilization of autologous blood donation in four Central Sydney Area Hospitals. J Qual Clin Pract 1994;14(2):65-75.
  10. Grevlee GP. Autologous blood collection is not useful for elective coronary artery pass graft surgery. J Cardiothorac Vas Anesth 1994;8(2):238-41.
Recibido: 24 de marzo de 1997. Aprobado: 10 de abril de 1997.

Dr. Arístides de Jesús Luna González. Calle Byrnes, No. 54, entre Julián del Casal y Pérez Andrés, reparto Los Olmos, municipio Santiago de Cuba, provincia Santiago de Cuba, Cuba.

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