La alta humedad por excesiva irrigación o por lluvias es probablemente el factor más importante que incrementa la severidad y dispersión de enfermedades causadas por hongos del suelo, y el empleo de prácticas agrícolas se presenta como una alternativa de bajo costo ante las mismas. Los resultados de diversas investigaciones sugieren que estas prácticas, producen mayor resistencia a eventos climáticos al traducirse en menor vulnerabilidad y mayor sostenibilidad a largo plazo (Folgueras, 2010).
En Cuba, pérdidas en la producción de yuca (Manihot esculenta Crantz) pueden ser ocasionadas por diferentes hongos fitopatógenos, se destaca la enfermedad pudrición radical, que se trasmite fundamentalmente por el uso de material de propagación (estacas) afectado. El conocimiento de prácticas culturales relacionadas con las semillas, como: su selección óptima, tamaño, posición, procedencia, profundidad de plantación, densidad y época de siembra, tiempo de cosecha, entre otros, permiten reducir su incidencia y asegurar el éxito de la explotación agrícola en yuca (Folgueras et al., 2013).
Varios agricultores de las mayores regiones productoras de Xanthosoma sagittifolium (L.) Schott (malanga, quequisque, yautía) perdieron la motivación por el cultivo, al aumentar las pérdidas producidas por el mal seco, que en algunas localidades fue de 90 % (MINAG, 2018), lo cual tuvo su origen en la deficiente calidad del material de plantación e indisciplinas tecnológicas en el manejo de la semilla (Dávila et al., 2011).
La validación de la tecnología de manejo propuesta para las pudriciones radicales de la yuca, que incluyó estrategias para incrementar la resiliencia al impacto de las intensas lluvias, se realizó en la Empresa de Tabaco y Cultivos Varios Guane, la Empresa Agropecuaria La Palma y la Empresa Integral de Tabaco “Augusto César Sandino”, de la provincia de Pinar del Río. Se coordinaron experimentos sobre el empleo de estacas procedentes de tallos primarios o secundarios en clones de porte medianamente ramificados, en sitios sometidos a períodos de precipitaciones intensas. Mientras que la propuesta de manejo fitosanitario del mal seco de la malanga, se realizó en la Empresa Agropecuaria Güira de Melena en Artemisa.
En el cultivo de la yuca, se tomaron en consideración los resultados obtenidos en cuanto al porcentaje de plantas con síntomas, respecto al total de plantas evaluadas, los que estuvieron influenciados por la selección de la semilla que fue realizada al concluir el propio estudio y para efectuar la plantación en el ciclo siguiente, pues como se apreció, se produjo una marcada reducción en esta variable en el segundo año (Tabla 1).
Tratamientos | Porcentaje de incidencia | |
---|---|---|
1er Año | 2do Año | |
'CMC-40' (Ramas primarias) | 85,47 | 5,30 |
'CMC-40' (Ramas secundarias) | 50,28 | 5,08 |
'CEMSA 74-6329' (Ramas primarias) | 76,85 | 5,52 |
'CEMSA 74-6329' (Ramas secundarias) | 50,90 | 4,19 |
'INIVIT Y 93-4' (Ramas primarias) | 59,41 | 5,38 |
'INIVIT Y 93-4' (Ramas secundarias) | 38,34 | 3,31 |
Resultó evidente que el tipo de rama empleada, ejerció influencia sobre el desarrollo de la enfermedad, independientemente del clon utilizado. Es por ello, que es necesario realizar una adecuada selección de la semilla antes de efectuar la plantación, ya que la presencia de hongos patógenos del suelo, afecta la calidad del material de propagación y esta es la vía más efectiva de transmitir la infección, sobre todo cuando existe la presencia de zonas con alta incidencia de estos y con vulnerabilidad a eventos climatológicos extremos.
El INIVIT y la Dirección Técnica de la Empresa Agropecuaria Güira de Melena, coordinaron la evaluación en las áreas de malanga Xanthosoma, de una estrategia de combate del mal seco, basada en prácticas que incluyeron:
Selección, saneamiento y tratamiento de la semilla (con Trichoderma harzianum Rifai, en espolvoreo a la semilla a razón de 15 kg ha-1).
Disminución del tiempo en el pilón (de 2-3 meses hasta 15 o 20 días).
Preparación profunda del suelo (subsolación del suelo en años alternos).
Aplicación de materia orgánica antes de efectuar la plantación.
Aplicación oportuna del fertilizante químico (N-P2O5-K2O, relación 2:1:3, 10 t ha-1) antes de los tres meses de plantado el cultivo.
Todas estas prácticas se compararon con un control que incluyó las prácticas tradicionales que se aplicaban en la entidad:
Tratamiento por inmersión a la semilla por 3 min en Mancozeb PH 50 % (1%) + Cuproflow 38 SC (1 %) + Dicofol (0,05 %).
Mantenimiento en el pilón durante períodos de 2-3 meses.
Aplicación del fertilizante químico (N-P2O5-K2O, relación 2:1:3) entre los 6-10 meses de efectuada la plantación.
Las labores de cultivo se realizaron cada siete días (hasta que lo permitió la plantación) con arado de doble vertedera y tracción animal en función del control de malezas, el resto de las limpias se hizo con la aplicación de herbicidas (MINAG, 2018).
Se observa en la Tabla 2 la reducción del mal seco en más del 70 %. Además, los rendimientos agrícolas se incrementaron de 14-18 t ha-1 a 20-24 t ha-1, lo que ha significado un mayor ingreso económico por hectárea.
Tratamientos | Porcentaje de Incidencia | Rendimiento (t ha-1) |
---|---|---|
Control (tecnología tradicional) | 85,47 | 18,56 |
Aplicación de nuevas prácticas | 10,34 | 23,85 |
La adopción de la tecnología de manejo propuesta se aplicó en 870 ha dedicadas a la malanga Xanthosoma, lo que permitió diseñar una estrategia de defensa para generalizarla en todas las áreas destinadas a la producción de este cultivo, en la provincia Artemisa (Folgueras, et al., 2018).
Actualmente, en Cuba se aplican diferentes alternativas para lograr el control de hongos fitopatógenos habitantes del suelo, lo que permite asegurar el éxito de la explotación agrícola en los cultivos y representa una alternativa de bajo costo ambiental y social, ante las patologías ocasionadas por tales organismos (Folgueras, 2010).
CONCLUSIONES
Es factible emplear prácticas alternativas en el manejo de enfermedades causadas por organismos patógenos habitantes del suelo en la yuca. Se evidenció una disminución del porcentaje de distribución de la enfermedad de 36,45 % como promedio.
Al evaluar alternativas en el combate del mal secote la malanga, los valores más bajos de incidencia se observaron en la variante donde se aplicaron las nuevas prácticas adoptadas con el criterio de los agricultores, con una reducción de 75,03 % de la distribución de la enfermedad