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Revista Cubana de Educación Superior

versión On-line ISSN 0257-4314

Rev. Cubana Edu. Superior vol.41 no.3 La Habana sept.-dic. 2022  Epub 25-Oct-2022

 

Artículo original

Algunos desafíos de la lengua portuguesa para el hispanohablante

Some challenge of the portuguese languange to the spanish speaker

0000-0001-9797-0529Ángel Jesús Pérez Ruiz1  * 

1Facultad de Lenguas Extranjeras, Universidad de La Habana, Cuba.

RESUMEN

El presente trabajo propone un estudio comparativo y algunas ideas de tratamiento pedagógico para la solución de las relaciones interlenguas del español al portugués y viceversa, identificando en el primer binomio al español como lengua materna o de partida, y al portugués como lengua no materna o de llegada, también conocidos como L-1 y L-2 respectivamente. El autor se basa en varios estudios, en su experiencia docente y su labor como secretario del Tribunal de Portugués para Cambios de Categorías Docentes y /o Científicas de la Universidad de La Habana, y conduce la investigación mediante de reflexiones que podrán ser de utilidad para los interesados.

Palabras-clave: portugués; errores; diagnóstico

ABSTRACT

The present work proposes a comparative study and some ideas about the pedagogical treatment of interlanguage relations between Spanish and Portuguese and vice versa, identifying in the first couple the Spanish as mother or source language and Portuguese as non-mother or target language, also known as L-1 and L-2, respectively.

The author is based on several studies, on his teaching experience and on his work as Secretary of the Havana University Portuguese Board for the Upgrading of Teaching and/or Scientific Categories and develops his research through reflections that could be very useful for those interests.

Key words: portuguese; mistakes; diagnosis

INTRODUCCIÓN

Nunca podrás entender un idioma hasta que entiendas al menos dos. Geoffrey Williams

Es más fácil para un germano o un eslavo aprender portugués que para un cubano en su condición de hispanohablante. Maria de Jesús Pereira Orama, Ju (Santarém de Ribatejo. Portugal, 1967-), profesora de Lengua y Literatura Portuguesa en la Facultad de Lenguas de la Universidad de Lisboa en niveles C-1 y C-2 de los cursos para extranjeros, opina que para los germanos y eslavos los sonidos y la gramática portuguesa son susceptibles de ser novedosos y de ser aprendidos con avidez desde cero (Pereira Orama, comunicación personal, agosto de 2019). Sin embargo, el hispanohablante cree reconocer muchas palabras del portugués y algunos muestran desdén en ceñirse al aprendizaje correcto de sus estructuras y sonidos, porque las está concibiendo erróneamente desde el español.

Un lusohablante difícilmente podrá equivocar un sonido nasal o vocálico de un enunciado español, ya que su referencia sonora es más compleja que la hispana; sin embargo, en el caso de los hispanoblantes, y entre ellos los cubanos, tienen que aprender las variantes hablada y escrita con suficiente rigurosidad para alcanzar el dominio aceptable de la lengua de llegada.

Los casos más controversiales son los llamados falsos amigos, que conducen a la eterna duda, de decirlos o no, o de escribirlos o no, según la acepción adecuada para una y otra lengua. Aquí se advierte sobre la complicación del camino del hispanohablante hacia el portugués como más escabroso que en la dirección opuesta. La correlación entre diferencias y semejanzas del español y el portugués se da de diferente manera, según el vocabulario, los derroteros de la fonética, la morfosintaxis y la semántica.

Es objetivo del artículo sugerir un debate sobre las encrucijadas más frecuentes que enfrenta el nativo hispanohablante de Cuba al asumir la lengua portuguesa.

DESARROLLO

Las teorías especializadas identifican a la lengua materna (LM), lengua nativa (LP o L1), como la que puede derivarse del presupuesto de considerar que es la matriz que delega la lengua de comunicación al sujeto que ha comenzado a adquirirla como suya en su hogar y la practica durante todas las etapas de la vida. La segunda lengua (L2), se adquiere de forma alternativa posterior al aprendizaje de la lengua materna en contextos sociales o demográficos específicos y alternativos. Por ejemplo, para un nativo de Trás-os-Montes (norte de Portugal), podría ser el mirandés, preservando para la lengua materna al portugués.

La lengua extranjera es aquella que significa algo totalmente desconocido y externo para un hablante, sin ningún vínculo con la lengua materna, por ejemplo, el portugués para un hispanohablante. Obsérvese que, aunque se hable como lengua oficial, cada país lusófono agrega diversas lenguas nacionales o locales, sonidos, vocablos, e interjecciones.

Clémence Jouët-Pastré (Brasil, 1959-EE.UU., 2019), conferencista y profesora de las universidades de Harvard, Stamford , Princeton (EE.UU.) y Campinas (Brasil), y coautora de obras consideradas icónicas del portugués como lengua extranjera, entre ellas: Ponto de Encontro: Portuguese as a World Language, y Mapeando a Língua Portuguesa (Sobral y Jouët-Pastré, 2015) afirmó que en Angola se hablan hasta treinta y ocho lenguas vivas o nacionales, como: tchocué, kikongo, kimbundu, umbundu, nganguela e o ukwanyama, entre otras. Quienes han cumplido misiones de colaboración en ese país, saben que de una provincia a otra no se habla «lo mismo».

Al leer al escritor angoleño Manuel Santos, Pepetela, afloran palabras diferentes de la lengua portuguesa, más propias de lenguas nativas; así, maka en quimbundo significa problema y mujimbo, de origen banta, significa boato o mexerico (o sea, chisme o enredo, aunque mexerica en Brasil es una mandarina) o la interjección haka en umbundo, demuestra sorpresa o admiración (Santos, como se citó en Galvão, 2014).

En cada uno de sus 27 estados las variantes básicas de Brasil tienen mixturas con las lenguas nativas tupí y guaraní, y con más de 1 300 lenguas indígenas y vestigios de las lenguas africanas llegadas con la esclavitud. Ello explica que los brasileños han creado sus propios diccionarios de la lengua portuguesa (Diccionario Aurélio-Buarque de Holanda, el Houaiss, de António Houaiss, el Nordestino, el Baianés, el Michaelis de Douglas Tufano, el Lusitano Brasileño de Eno Wanke y otros muchos), así como un conjunto notable de adaptaciones gramaticales en relación con el portugués original europeo.

Los timorenses suelen entremezclar algunas frases con su lengua tetum y con el inglés, mientras que, en Cabo Verde y Guinea Bissau, los nativos suelen comunicarse entre ellos mediante una combinación de portugués con crioulo. Por su parte, los mozambiqueños, además del portugués, hablan la macua, la tsonga o la sena, mientras que los naturales de Sao Tomé y Príncipe, además del portugués, también se expresan en forro, angolar y principense.

Esas palabras pueden dar origen a nuevos vocablos extraoficiales para la lengua portuguesa. Conocer uno de ellos puede conducir a la falsa percepción de que ya se domina el portugués en su conjunto. En realidad, hay más barreras que las imaginables entre el portugués y el español en el orden fonético-fonológico, sintáctico, gramatical y ortográfico.

Aspecto fonético-fonológico

En lo tocante al aspecto fonético-fonológico, las diferencias se evidencian por el hecho de que la fonología del portugués es más compleja que la española, y mucho más para los habitantes de países donde se adultera fácilmente el español castizo.

Un portugués puede entender perfectamente a un niño de su país cuando se refiere a los abuelos. Para el cubano, ese niño tendrá que señalar a sus abuelos con el dedo, ya que no encuentra la diferencia auditiva. Estamos hablando de la /ó/ con una /ô/ en la palabra vovó/ô (abuela/abuelo).

En cuanto al sistema consonantal baste citar la fusión de la /b/ y la /v/ (que en español pueden ser tanto bilabial como labiodental); la solución de las ambigüedades que puedan surgir queda a cargo del contexto. Los hispanohablantes que aprenden el portugués en edad adulta encuentran dificultad para articular palabras que en español terminan en -on, -ion y en portugués en -ão. Así, São Paulo lo llaman tristemente Sao a secas. Peor sucede en palabras como pão e pao la confusión puede llegar al extremo de confundir pan con palo. Los lusohablantes, especialmente los brasileños pronuncian su erre, como la jota española. Así, es posible poner en aprietos a un brasileño, sobre todo carioca, si se le invita a decir «jarra roja».

Los sonidos que más dificultades entrañan, tanto para los nativos de portugués que aprenden español como para los hispanohablantes que quieren hablar portugués, corresponden a las vocales a, e y o, puesto que se duplican en portugués, y a las consonantes b/v, g/j, c/ch, l/11, s/z, n/ñ y r/rr, por las peculiaridades que presentan en ambos idiomas. Tales peculiaridades afectan más a la pronunciación que a la ortografía, puesto que aquella se da de forma inmediata en la actuación y esta supone un período de reflexión previo a la producción.

Aspecto sintáctico

En este aspecto sintáctico, las diferencias se enmarcan en el infinitivo flexionado típico del portugués: irmos, tratares, chegaren; mientras que en español el infinitivo es impersonal y al igual que el gerundio, es invariable: amar, beber, partir. O sea, es una forma verbal que no existe en español, y se debe asumir como un presente del subjuntivo al interpretarla. Es decir, para sermos podría pasar al español como «para que seamos», y si fuera viceversa, podría dejarse para que sejamos, pero en un portugués más trabajado, se impone la presencia del infinitivo flexionado.

Otro rasgo que llama la atención es del pretérito pluscuamperfecto compuesto del portugués: que se reconoce como pretérito mais que composto. Ese no tiene antagonismos con el español, pues se forma con el imperfecto del auxiliar ter o haver, más el participio del verbo correspondiente.

Sin embargo, el simple si tiene un falso equivalente: el imperfecto de subjuntivo en español. Los errores más graves que el autor ha encontrado en exámenes escritos tienen que ver con este tiempo engañoso. Según el contexto, debe traducirse al pluscuamperfecto, es decir, falara por había hablado, porque confundir ese tiempo con un subjuntivo sería ignorar la existencia de las terminaciones -sse, o sea, falasse, y de la luz guía que aporta la partícula se al inicio de la frase.

Hay quienes encuentran dificultades en la interpretación del futuro del subjuntivo, pero se puede acudir al estudio detallado de la intencionalidad de enunciado en la LP. Por ejemplo, si se nota que los interlocutores están siendo enfáticos y se predice la afirmación subsiguiente: ante un se nós tivermos, se puede experimentar un «si nosotros tenemos», pero si se nota incertidumbre o estado hipotético por parte del emisor, se puede acudir al «si nosotros tuviéramos», como fórmula de deseo.

Aspecto ortográfico

En el aspecto ortográfico, ambas lenguas poseen sutiles puntos de divergencia. Por ejemplo:

  • No se acentúan en portugués las palabras agudas terminadas en i o u (rubi, menu); en español, sí (rubí, menú).

  • Las palabras graves terminadas en vocal i o u no llevan acento gráfico en español (juri, tenis, virus), lo llevan en portugués (júri, ténis, vírus).

  • Las palabras graves o esdrújulas terminadas en diptongo llevan acento gráfico en portugués (secretária, média, prémio, sítio, sério); no lo llevan en español (secretaria, media, premio, sitio, serio).

  • Los hiatos se acentúan en español (río, poderío, secretaría, tía, día, vía); algunos no se acentúan en portugués (rio, poderío, secretaria, dia, tia, via).

  • El encuentro vocálico /ui/ es diptongo en español, por lo tanto, no lleva tilde (jesuita, construido); en portugués es hiato por su concepción fonológica, por consiguiente, se acentúa (jesuíta, construido).

  • Los pronombres interrogativos y exclamativos llevan acento gráfico en español (cuál, cómo, cuánto); no lo llevan en portugués (que, qual, como, quanto).

En español, los adjetivos acentuados mantienen la tilde al añadirse la terminación ‒mente (únicamente); en portugués, no la mantienen, y en este caso queda: unicamente.

Aspecto léxico

El aspecto léxico es quizás el más traicionero. En él aparecen con mayor fuerza los llamados «falsos amigos», que son palabras que pueden escribirse o escucharse de manera similar en los dos idiomas, pero en realidad significan cosas diferentes, debido a sus distintas etimologías, o a que el significado original se corrompió en una de ellas con el paso de los siglos. Poseer una relación organizada de ellos es importante al aprender la segunda lengua o realizar una traducción.

Por ejemplo, largo, es «ancho» para el portugués, y en una ciudad hasta puede ser una explanada o plaza (el Largo do Rossío en Lisboa). Si se va a decirle a una muchacha que su vestido es largo (en español), recuérdese encontrar el sentido en portugués, que es diferente.

Una persona delgada no es fraca, es magra. ¡Cuidado con decirle a un hombre homofóbico que es fraquinho! Eso en portugués es «debilito», y todas las interpretaciones y discriminaciones sinónimas que se le puedan o quieran dar.

Una persona embaraçada en portugués puede estar avergonzada, o ensimismada, porque a quien van a dar a luz le dicen grávida.

Es posible perder la amistad de un anfitrión si invita a comer y se le dice que su culinaria estuvo bem esquisita, pues en realidad se le habrá dicho muy extraña o rara; y hasta se podrá ofender a una amiga lusohablante que por casualidad esté bebiendo una cerveza y se le confiesa que no se quiere ver nunca más a una borracha en la vida. Se refería a una goma de borrar.

Verse logo no puede ser antecedente para una despedida y decir hasta mañana, pues en portugués significa inmediatamente. Preguntarle a un brasileño por el apelido, es pedirle su apodo; por tanto, el apelido de Edson Arantes do Nascimento es Pelé. Sin embargo, a un portugués hay que pedirle el sobrenome para que nos diga ese dato.

Los brasileños suelen hacerles resistencia a las normas lingüísticas portuguesas y por ahí vienen diferencias. En calidad de hispanohablantes, la labor debe centrarse en identificar con qué norma se ha de lidiar y respetarla de principio a fin, no mezclarla.

Es necesario advertir que, si errores o deficiencias de este tipo son reflejados por estudiantes de lengua portuguesa, es responsabilidad de los docentes que le impartieron la asignatura el no haberlo tratado a tiempo en clases. Por ello, es recomendable determinar y clasificar los errores mediante talleres continuados en las aulas. Todo aprendiz comete errores, entendiéndose por tal, una transgresión involuntaria de la norma o una desviación sistemática de las producciones esperables en la L2.

Puede verificarse en una primera etapa, cuando el aprendiz ignora la existencia de una regla en particular y solo ocasionalmente da con la forma correcta. En una segunda etapa los errores son regulares, pero aún el aprendiz no los puede identificar claramente, aunque comienza a dar explicaciones coherentes sobre la regla que ha seguido. Al arribar a una fase de consolidación, el educando produce formas correctas de manera inconsistente, incurre en faltas o lapsus debidos a factores psicológicos, y puede corregir su error y explicar la causa de su equivocación.

Los errores pueden clasificarse en un primer nivel por la omisión, adición, elección falsa, forma errónea o error ortográfico y colocación falsa, pero al profundizar en ellos se arriba a los errores gramaticales (cuando no concuerdan género y número, o hay verbos u otros vocablos mal conjugados), morfosintácticos (cambian el contenido) los léxico semánticos (conducen a pérdidas de la coherencia y sentido), y están los errores pragmáticos y discursivos (el aprendiz produce o comprende un enunciado gramaticalmente correcto y con un sentido literal idéntico en ambas lenguas, pero con un valor comunicativo distinto en una y otra cultura).

Los errores van correspondiendo a los niveles que se imparten en la lengua portuguesa. No es normal que en niveles avanzados se muestren errores de nivel inicial o básico. Ello es demostrativo de alguna falla en la autopreparación del sujeto o en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Esta investigación propone algunas interrogantes de fácil pero indispensable cumplimiento en cada contexto docente que pueden ayudar a tratar deficiencias de los alumnos hispanohablantes al enfrentarse a un acto de traducción o producción de lengua portuguesa:

  • ¿Se ha diagnosticado correctamente al grupo de clases o al examinante?

  • ¿Se aplica de forma sistemática la atención diferenciada a los estudiantes?

  • ¿Se ha advertido sobre las diferencias más notables entre las distintas normas de la lengua portuguesa? ¿Se han incluido ellas en el proceso de aprendizaje?

  • ¿Se posee una guía de criterios para clasificar errores entre gráficos, ortográficos, gramaticales, omisiones, de pérdida momentánea o permanente de sentido?

  • ¿Se posee, en correspondencia, una clave para evaluarlos en cada caso?

  • ¿Se evalúa por clave o bajo el criterio subjetivo del evaluador?

Con toda intención, se someten a la consideración del lector sin traducir los textos a continuación, pues hay una palabra muy recurrente en ellos para los cubanos, que, sin embargo, para los portugueses según el contexto significa sorbo, gota, llovizna, medida líquida pequeña, y para los brasileños, además, es un aguardiente.

El autor presenció cómo una turista portuguesa de la tercera edad, decía a un joven cantinero que tenía en sus manos un vaso con ron: «Por favor, da-me uma pinguinha? Quero experimentar o sabor cubano».1 Y a este autor le escribieron desde una residencia estudiantil de la Universidad de Campinas, en Brasil, lo siguiente: “Na esquina tem um botequim com vinte tipos de pinga”.2

CONCLUSIONES

La gran diversidad de variantes y normas dentro de la lengua portuguesa pueden inducir con mucha facilidad a las interferencias lingüísticas y los llamados falsos amigos, con los consecuentes errores. Subestimar la lengua portuguesa es un grave error para el hispanohablante que desea estudiar idiomas y conduce a errores garrafales que afectan el rendimiento académico y las evaluaciones.

Esto debe ser inspiración para que los docentes de portugués puedan hacer sus guías clave y enfrentar con eficacia los errores, interferencias y producción de falsos amigos. Es algo sobre lo que se debe trabajar en los colectivos de asignatura y los proyectos evaluativos de cada curso, teniendo como objetivo que el hispanohablante controle en mejor medida a ese idioma portugués supuestamente tan fácil.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Galvão, C. (2014): Ensino do Português como Segunda Língua. A perspetiva dos Professores do 1º Ceb, (Tesis de maestría), Universidad de Coimbra, Portugal. [ Links ]

Sobral, P. y Jouët-Pastré, Clémence (2015): Mapeando la língua portuguesa a través de las Artes (ed. corr.). Editorial Focus. [ Links ]

Notas aclaratorias

11 «Por favor, ¿me da un sorbito? ¡Quiero probar el sabor del ron cubano!» (Traducción del autor).

22 «En la esquina hay un barcito con veinte tipos de aguardiente». (Traducción del autor).

Conflictos de intereses

3El autor declara que no existen conflictos de intereses.

Recibido: 15 de Abril de 2021; Aprobado: 28 de Febrero de 2022

*Autor para la correspondencia: ajperez@flex.uh.cu

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