Estimado editor:
El desarrollo de la Enfermería en la contemporaneidad coloca a sus profesionales y los cuidados que estos brindan en mejores condiciones para el desempeño de sus funciones. Sin embargo, las maneras en las que se ofrecen y ejecutan los cuidados de Enfermería dependen, por lo general, de las políticas públicas, de los gestores de salud y de la voluntad humana de quienes cuidan. Si bien es cierto que los profesionales colocan su dosis de proactividad y dinamismo al desarrollo de la profesión en el contexto en el que se desempeñan, es necesario identificar las experiencias de otros profesionales en contextos diversos.
Cuba tiene un sistema de salud con un reconocimiento internacional relacionado con la calidad de la atención en salud, en especial la Atención Primaria de Salud (APS). Esta consideración está avalada por los indicadores de mortalidad materno infantil que no excedía desde hace unos años la tasa de 4,1/1000 nacimientos, aun cuando este año, a pesar de los grandes esfuerzos, alcanzó cifras de 7,6/1000 nacidos vivos,1 lo que lo coloca en un lugar cimero al compararlo con otros países en vías de desarrollo.
México, país con grandes riquezas culturales y humanas, con diferentes características de los individuos y de la sociedad, está en una situación compleja ante múltiples retos en la Atención Primaria de Salud Integral (APS-I) y asume como parte de sus atribuciones la responsabilidad de la atención del proceso salud-enfermedad. Con ello busca acercar los servicios a la población más vulnerable y disminuir los gastos de bolsillo para contribuir a la mejora de la calidad de vida.2
La práctica de enfermería en México desarrolla el cuidado de la salud en la comunidad de forma integral, pues favorece la coordinación de todos los actores implicados en el proceso de salud. Sin embargo, merece matizar sus cuidados con las experiencias de la APS de Cuba, en la manera que sus profesionales son competentes para ofrecer cuidados integrales e integrados. Integridad que le da al cuidado de enfermería mayor dinamismo y autonomía, convierte al profesional y sus cuidados en protagonistas de la salud de los seres humanos a su cargo.
En estos tiempos, cuando el mundo se veía al borde del colapso, este amigo del caribe sin pensarlo ayudó al pueblo mexicano, con sus profesionales de Enfermería, médicos y otros profesionales de la salud. Su aporte cambió la vida de muchos, permitió la existencia de otros y dio fe de la grandeza y el desinterés del pueblo cubano. Hoy, el virus del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, mostró la incapacidad de los sistemas de salud de todo el mundo, si bien es cierto que con el tiempo se implementarán estrategias que favorecerán el ajuste a los nuevos tiempos, siempre quedará en la historia de los sistemas de salud el recuerdo de lo que se fue incapaz de lograr cuando los seres humanos más lo necesitaban.
El desarrollo de la Enfermería con el que se inicia este texto se vio favorecido por la documentación de las publicaciones de teorizadoras e investigadoras de la Enfermería a lo largo del tiempo. Por lo que esta reflexión cada vez llama a desarrollar acciones que favorezcan el cumplimiento de la visión de Florence Nightingale de cómo sería la Enfermería 150 años después de su existencia. Una Enfermería dinámica, autónoma, proactiva, integral e integrada. Quedan pocos pasos para visualizar esta ilusión, si además de lo que ya se hace, se mantienen las vías para mantener el intercambio científico, académico y asistencial de los profesionales a pesar de las contingencias; y estas experiencias colocarlas en práctica y que formen parte de lo cotidiano de los profesionales de Enfermería, lo cual favorecerá el desarrollo del conocimiento y la profesión en general.
Así se da fe al decir de Cross en el año 1981: “La acumulación sistemática de conocimientos es esencial para progresar en cualquier profesión (...) La teoría sin la práctica está vacía y la práctica sin la teoría, ciega”.3
Ante estos argumentos, se convoca al debate para establecer acciones de políticas públicas y de gobernanza en salud de colaboración intencionada entre profesionales cubanos y mexicanos para el desarrollo de competencias y funciones que satisfagan cada vez más las necesidades de las personas que demandan la atención de la salud.