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Pastos y Forrajes

versión impresa ISSN 0864-0394

Pastos y Forrajes v.33 n.2 Matanzas abr.-jun. 2010

 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

Los cambios en el modelo organizativo de investigación en la EEPF «Indio Hatuey». Algunas reflexiones

Changes in the organizational research model of the EEPF «Indio Hatuey». Some reflections

F. Blanco, G. Martín, J. Suárez y Milagros Milera

Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey»

Central España Republicana CP 44280, Matanzas, Cuba

E-mail: felix.blanco@rect.uh.cu


RESUMEN

El primer modelo organizativo de investigación en la EEPF «Indio Hatuey» fue el resultado de un proceso colectivo de construcción, impulsado por la necesidad y el deseo de cumplir un mandato de política científica en relación con la búsqueda y evaluación de plantas pratenses y forrajeras que superaran las limitaciones de las autóctonas. El modelo, denominado genocéntrico, se institucionalizó en 1976 y colocaba en el centro de la estrategia científica la obtención, por diversas vías, de nuevas especies y variedades de alto rendimiento, calidad y persistencia; incluía los objetivos, las vías para alcanzarlos y el flujo de los resultados en el tiempo. Este dio síntomas de agotamiento en la década de los 80 y fue sustituido por otro que ponía en el centro la producción de tecnologías, colocando la salida principal en un nuevo dispositivo denominado departamento de Tecnología Agropecuaria. Se transitó rápidamente hacia un modelo sistemocéntrico de investigación, bajo la influencia del paradigma agroforestal; la estrategia científica se centró en el diseño y evaluación de sistemas silvopastoriles o agroforestales ganaderos; la vocación y la racionalidad ecológica pasaron a desempeñar un papel dominante. En la actualidad se forja un nuevo modelo de investigación complejo, contexto-céntrico, diversificado e integrador que concibe a las entidades productivas agropecuarias como sistemas socio-eco-técnicos y presta atención a la problemática agropecuaria como parte de las estrategias de desarrollo local. Se discute la influencia de factores del contexto en los cambios del modelo organizativo, así como sus rasgos y tendencias actuales.

Palabras clave: Investigación, modelo organizativo


ABSTRACT

The first organizational research model of the EEPF «Indio Hatuey» was the result of a collective building process, driven by the need and wish to follow a scientific policy mandate in relation to the search and evaluation of pasture and forage plants that exceeded the limitations of the autochthonous ones. The model, called genocentric, was institutionalized in 1976 and placed at the center of the scientific strategy the attainment, through certain ways, of new high yield species and varieties, with high quality and persistence; it included the objectives, the ways to achieve them and the flow of results in time. It gave signs of exhaustion in the 80's and was substituted by another one which focused on technology production, placing the main output in a new device called department of Livestock production technologies. Transition was quickly made towards a systemocentric research model, under the influence of the agroforestry paradigm; the scientific strategy was focused on the design and evaluation of silvopastoral or agroforestry livestock production systems; ecological vocation and rationality began to play a prevailing role. At present, a new, complex, context-focused, diversified and integrating research model is forged, conceiving the livestock production organizations as socio-eco-technical systems, and paying attention to the livestock production problems as part of local development strategies. The influence of context factors on the changes in the organizational model, as well as its features and current trends, is discussed.

Key words: Organizational model, research


INTRODUCCIÓN

Desde la segunda mitad de la década de los 90 del siglo XX, se hizo evidente para la dirección de la EEPF «Indio Hatuey» que los cambios ocurridos en su agenda de investigaciones y en las estrategias científicas, tropezaban con la concepción organizativa bajo la cual se había desarrollado históricamente la práctica investigativa de la Institución. El fenómeno fue percibido por algunos como una curiosidad, y por otros como algo interesante. Las investigaciones históricas sobre el quehacer científico de la Institución, recogidas en un libro dedicado a su 45 aniversario, prestaron atención a la descripción de estos cambios para el período seleccionado (1962-2005). En general, se hablaba de cambios en el modelo organizativo de la investigación.

El estudio identificó cuatro momentos en la dinámica de cambios de dicho modelo organizativo:

• La institucionalización del modelo genocéntrico, que colocaba en el centro de la estrategia científica la selección de genotipos (especies y variedades).

• El paso fugaz por un modelo tecnocéntrico, que daba la prioridad a la producción de tecnologías.

• El establecimiento de un modelo sistemocéntrico, que daba la atención principal a la investigación, diseño y desarrollo de sistemas de producción, en particular los silvopastoriles o agroforestales ganaderos.

• La emergencia de un cuarto modelo, en proceso de construcción, caracterizado por la diversificación de las temáticas de investigación; la búsqueda de la integralidad, pero sobre todo por su sensibilidad a los cambios en el contexto.

La lectura del referido libro sugería nuevas preguntas en relación con estos cambios. En el presente trabajo, los autores se propusieron abordar algunas de ellas enmarcadas en los siguientes objetivos:

• Analizar y hacer precisiones sobre el concepto propuesto: `modelo organizativo de investigación'.

• Extender el estudio, con el aporte de nuevos aspectos sobre el modelo tecnocéntrico e ideas sobre el actual modelo organizativo en proceso de desarrollo.

• Reflexionar sobre los vínculos del modelo organizativo con otros factores; la influencia del contexto y el significado de estos cambios.

Algunas consideraciones sobre el concepto `modelo organizativo de investigación'

La noción de `modelo organizativo de investigación' surgió del análisis e interpretación, y de cierta intención de actualizar, lo que se denominó en la EEPF «Indio Hatuey» el Esquema General de Trabajo de la Estación (Memoria EEPF-IH, 1975 -1976).

En dicha publicación se señalaba: «…se ha confeccionado el esquema general de la Estación y en las diferentes secciones y grupos de trabajo, enmarcando los objetivos a alcanzar, las principales vías por donde acometerlos, así como el flujo de trabajo para el quinquenio».

La concepción adoptada representaba aquellos aspectos organizativos del proceso de investigación que estaban determinados básicamente por los objetivos tecno-científicos a alcanzar y los pasos fundamentales del proceso de producción de conocimientos, basado en la estrategia científica de la institución o área de investigación.

El concepto que se está proponiendo prácticamente no apareció en esos términos en la bibliografía consultada, aunque sí otros que de una u otra forma guardan alguna relación con él, como: modelos organizacionales, modelos organizativos, modelos de innovación y modelos de investigación.

Si se observan los modelos lineales, de Marquis o de Kline (citados por Escorsa y Valls, 1997), se puede apreciar que el proceso de I+D aparece como una fase del proceso de innovación, no siempre imprescindible para que este último ocurra. Pero es precisamente en ese proceso donde se localiza el modelo organizativo, sustentador de la estrategia científica. En este sentido, es oportuno traer a colación el comentario de Bernal (1986), quien refería: «La característica esencial de una estrategia de descubrimiento científico reside en la determinación del orden sucesivo de los problemas a resolver». Una visión de las complejidades y tendencias de la investigación hoy en día puede considerar limitada la aproximación de Bernal, pero la idea de un orden organizativo constituye una idea básica para las consideraciones posteriores.

Está claro que los modelos de gestión se vinculan a los modelos organizativos de la investigación, y estos últimos a los modelos de innovación. Por otra parte, la noción modelo de investigación se presenta con variados usos y significados.

Autores del campo de las ciencias médicas usan esta frase para referirse a animales de laboratorio que sirven de patrón o modelo para investigaciones científicas. Fuentes y Álvarez (2003) lo utilizan para deslindar las dos grandes vertientes metodológicas de la investigación: la cuantitativa y la cualitativa. Otros autores se refieren a modelo de investigación para significar las particularidades de formas que adquieren los métodos de investigación en su interacción con disciplinas o campos disciplinares con estrategias científicas muy específicas. Mills (1969) reconocía la existencia de diversos modelos de investigación dentro de las ciencias sociales, a lo que se refería de una manera crítica, y estableció la diferencia entre método de investigación y modelo de investigación.

Por último algunos autores, al referirse al término modelo, lo identifican con esquema (Arellano, 2005) y otros lo relacionan con sistema (Cruz Méndez et al., 2003).

Sólo dos autores, dentro de la muestra bibliográfica revisada, se aproximan y dan atención al tema de lo que aquí se ha denominado `modelo organizativo de la investigación': Arellano (2005) con su noción de esquema de producción socio-técnica (EPST), basado en estudios y reflexiones sobre los intentos de introducir en México el modelo de mejoramiento genético del maíz estadounidense, y Kreimer y Rossini (2005) con el modelo de organización de las actividades de investigación en el área agrícola. Estos últimos dan importancia a considerar los nuevos actores y las nuevas estrategias socio-cognitivas, cuyas transformaciones se explican como la consecuencia del cruce entre las políticas científicas institucionales y las estrategias profesionales.

Según los elementos expuestos, el modelo de investigación aparece como el encuentro, en un espacio común, entre el método y la estrategia profesional de la especialidad. Por otra parte el modelo organizativo de la investigación opera en una escala mayor, la institución, el departamento o el programa, y constituye la concepción y el diseño organizativo que sustenta la estrategia científica en busca del cumplimiento de objetivos de más largo alcance, los generalmente llamados objetivos estratégicos.

Antecedentes: la génesis del modelo genocéntrico

Para referirse a los aspectos de organización y gestión de este período es conveniente resaltar que apenas existía en la EEPF-IH una orientación estratégica que equivaldría a lo que en el moderno lenguaje de hoy se le llamaría misión; pero esta no estaba escrita en ningún lugar. Los antecedentes, lo que se hizo en los primeros momentos se refieren a lo que sería esa misión y que quizás hoy se pudiera formular de la siguiente forma: «Realizar investigaciones para el desarrollo de una ganadería a base de pastos, poniendo en el centro la atención a la búsqueda y evaluación de plantas pratenses y forrajeras que superen las limitaciones de los pastos naturales del país».

La Estación nació vinculada al Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), en particular al Departamento de Experimentos Especiales, y en 1969 pasó a ser atendida por la Universidad de La Habana. Durante los primeros cuatro años era imposible hablar de organización de la actividad investigativa.

A partir de 1967 se inicia una etapa de orientación y búsqueda, dentro de la cual aparecieron elementos que fueron conformando el modelo.

Las discusiones en torno a la conformación de la agenda de investigaciones y el diseño de una estrategia científica para lograr los objetivos propuestos condujeron a la construcción del modelo genocéntrico, como una realidad práctica, pero no de manera explícita, sistematizada ni documentada.

La construcción del modelo seguía la lógica de las prioridades de la agenda de investigación, que eran el resultado de una orientación política de la Alta Dirección de la Revolución. Los cambios en la agenda de investigaciones se movían en el sentido de lograr el desarrollo ganadero del país.

Pero el modelo, en su proceso de construcción, no escapó de otras influencias, como las concepciones de la Revolución Verde y la concepción lineal de lo que hoy se denomina el modo uno de producción de conocimientos; además, una importante influencia procedió del modelo organizativo de la CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization), considerada en ese entonces una institución de referencia en todo lo relativo a las investigaciones acerca de los pastos tropicales. La atención a los resultados de la ciencia de los pastos en Australia fue un rasgo de la primera mitad de la década de los ´70, lo que influyó notablemente en el resultado final de los debates y el rumbo posterior de las investigaciones.

La institucionalización del modelo genocéntrico de investigación

En el año 1976 se presentó ante el consejo científico el Esquema General de Trabajo de la Estación; se trataba de un documento que recogía las fases generales del trabajo de investigación y el orden en que se debían producir. Para cada sección y grupo de investigación también se construyó un esquema, excepto para el grupo de Mejoramiento Genético que ya lo tenía desde 1974 y cuya iniciativa parece ser uno de los elementos inspiradores, junto a la existencia de una concepción organizativa en el trabajo de investigación del Centro desarrollada a través de una intensa búsqueda de los caminos a seguir.

En el plano externo, la aprobación de la Política Científica Nacional por el Primer Congreso del PCC (Partido Comunista de Cuba, 1976) y la creación en 1976 del Ministerio de Educación Superior y el Comité Estatal de Ciencia y Técnica, constituían un fuerte estímulo por lo que significaban en relación con la promoción y organización de la ciencia.

La lógica del proceso de investigación que había desarrollado la Estación, lo cual colocaba al genotipo (especie y variedad) en el centro de sus objetivos científicos, presentaba una cierta «fuerza de gravitación» que hacía girar una parte importante de los proyectos o protocolos de investigación alrededor de este objetivo principal, en correspondencia con la misión histórica para la que había sido fundado Indio Hatuey.

El modelo indujo con frecuencia al estudio comparativo de especies y variedades, no solo en las primeras fases de evaluación, sino también en otras fases avanzadas del trabajo investigativo.

La obtención de especies y variedades, a partir de la introducción y el mejoramiento genético de los pastos y forrajes, constituía el punto de partida del proceso general de investigación que se proponía obtener variedades con toda la información básica sobre los potenciales de rendimiento y producción de semillas, el comportamiento ante el pastoreo, la adaptación a condiciones edafoclimáticas, los valores críticos para varios nutrientes y los indicadores del valor nutritivo, así como la tecnología completa de siembra, establecimiento y explotación de la variedad.

La lógica del modelo genocéntrico de la investigación se convirtió en punto de referencia para juzgar los proyectos que se presentaban ante el consejo científico. Rápidamente se detectó que estos no siempre concordaban con los propósitos que se perseguían. Los proyectos de fertilización, agrotecnia, riego o determinación del valor nutritivo no consideraban las mismas especies y variedades, y no existía un criterio de prioridad en relación con cuáles especies o variedades debían trabajarse.

La formación de una comisión de Variedades adjunta al consejo científico, con representantes de los departamentos y grupos de trabajo que abarcaran las principales temáticas de investigación, fue la solución. Esta debía comenzar con un levantamiento de los resultados existentes para las diferentes especies y variedades y se debía concluir con un informe, donde se especificara «qué le faltaba a cada variedad para poder ser recomendada a la producción».

Dicho modelo marcó profundamente el trabajo de investigación del Centro, lo cual se evidenció en sus producciones científicas, las características de la revista Pastos y Forrajes, la estructuración temática de los eventos y la organización de los procesos de formación. El trabajo científico no fue estructurado bajo un modelo disciplinar. Los estudios fisiológicos, por ejemplo, se hacían vinculados a los problemas a resolver; de esta manera aspectos de fisiología de la semilla eran abordados por el grupo de Semillas; los niveles críticos de nutrientes, por la sección de Estudios Agronómicos; y los estudios de la composición botánica, por todos los departamentos y diferentes investigadores.

El modelo cumplió de manera eficaz la función para la que fue creado. Las 31 variedades de pastos aprobadas por la Comisión Nacional de Certificación de Variedades constituían productos de alto valor agregado, pues se entregaban con una amplia información, no solo sobre su biología, valor nutritivo y potencial de reproducción, sino también sobre su potencial para la producción animal, su fitotecnia básica y los elementos para su manejo. Sin embargo, tuvo también efectos negativos, básicamente dos: a) su carácter lineal y jerárquico afectaba en alguna medida la autonomía del investigador; b) dificultó llegar a una visión sistémica de la realidad ganadera. El modelo dio síntomas de agotamiento hacia mediados de la década de los años ´80; las preocupaciones del sector productivo se centraban más en la utilización del acervo de variedades en lo que denominaban «la creación de la estructura de variedades», según las realidades de suelo y clima de las empresas del sector, así como en otras demandas tecnológicas.

El tránsito por un modelo centrado en la producción de tecnologías

En la década de los ´80 irrumpe y comienza a utilizarse en el Centro, de manera generalizada y creciente, el término tecnología. Apareció primeramente vinculado a la actividad de producción y conservación de alimentos y rápidamente se incorporó al lenguaje del grupo de Semillas y al resto de las actividades fitotécnicas, e incluso a la investigación pecuaria. El
término se utilizaba como sinónimo de técnicas, conjunto de técnicas afines y complementarias, e inclusive como sustituto del término sistema. Esta tendencia tuvo su clímax en el cambio de nombre y de composición profesional que adoptó el entonces departamento de Manejo y Utilización del Pastizal, el cual se denominó departamento de Tecnología Agropecuaria.

El agotamiento del modelo genocéntrico transitó por un modelo no explícito, que colocaba la tecnología en el centro de sus objetivos. La cuestión era no sólo producir tecnologías para las variedades, sino también para la producción de semillas y de alimentos y para el manejo animal, con una clara inclinación de articularlas a los sistemas de producción. La principal salida del proceso de producción de conocimientos se colocaba en el departamento de Tecnología Agropecuaria, al cual se integró una parte de los investigadores que trabajaban en el departamento de Estudios Agronómicos.

A esta tendencia contribuyeron el agotamiento relativo de la variedad como principal producto científico y la demanda de tecnologías por el sector ganadero en varias áreas, así como la presencia y manejo del concepto, tanto en los medios académicos como en el sector productivo.

La centralidad de la investigación en la tecnología y la ubicación de la salida de los principales resultados en el departamento de Tecnología Agropecuaria originó algunos conflictos relacionados con esta pregunta: ¿quiénes tenían el peso principal cuando se obtenía una información sobre una nueva variedad, los genetistas o los que determinaban su comportamiento frente al animal, y definían su tecnología y su manejo?

El modelo centrado en la tecnología fue fugaz, de tres o cuatro años. En el seno del colectivo científico la valoración de la importancia sobre los sistemas de producción se había incrementado.

El establecimiento del modelo sistemocéntrico

A mediados de la década de los ´80 se desarrolló un encuentro de jefes de temas de investigación promovido por la Academia de Ciencias de Cuba, para coordinar los esfuerzos de los centros de investigación y evitar duplicidades innecesarias. En este encuentro se acordó seguir una estrategia de división de la investigación entre la EEPF «Indio Hatuey» y el Instituto de Ciencia Animal (ICA). Indio Hatuey se encargaría de realizar sus investigaciones en condiciones de secano y animales de mediano potencial; mientras que el ICA atendería sistemas más intensivos con animales de alto potencial genético. Tal decisión produjo profundos cambios en la estrategia de investigación de Indio Hatuey. La principal consecuencia fue que se comenzó a pensar seriamente en los árboles y arbustos forrajeros como una alternativa para la alimentación animal y el desarrollo de nuevos sistemas de producción.

No obstante, el punto de viraje en el cambio del modelo de investigación se produce en el quinquenio 1991-1996, en medio de la crisis y desintegración posterior del campo socialista europeo; una fuerte corriente de pensamiento busca la solución a los problemas que comienzan a enfrentarse con el advenimiento del Período Especial. La corriente de pensamiento centraba la búsqueda de las soluciones al problema ganadero en los sistemas de producción y estuvo influida por la nueva promoción (desde la alta dirección del país) del Pastoreo Racional Voisin, con el apoyo del especialista brasileño Luis Carlos Pinheiro.

En la Estación se reaccionó con entusiasmo y se formó un grupo multidisciplinario con un objetivo bien definido: contribuir al perfeccionamiento de una tecnología de manejo de amplias posibilidades para los sistemas de producción ganadera del país, con el fin de lograr la óptima utilización de los pastizales.

Otra importante propuesta en esa misma dirección fue la del trabajo «Multiasociación y biodiversidad: alternativa para producir leche sólo con pastos». La solución se buscaba también en el sistema y no en el valor de los pastos individuales, que había primado en la investigación y que se correspondía con la desarrollada en las empresas ganaderas de creación de pastizales monoespecíficos, cuyo rendimiento y calidad debían lograrse a partir del genotipo y la aplicación de riego y fertilizantes.

En la primera mitad de la década de los 90 surgió la propuesta de la tecnología del Silvopastoreo, la que se presentó posteriormente con el título de «Sistemas silvopastoriles: fundamento del desarrollo sostenible de la ganadería cubana». Esta fue reconocida y premiada en el Forum Nacional de Ciencia y Técnica. Si bien se partía del uso de recursos fitogenéticos, el centro de la estrategia estaba en la conformación de un sistema que tenía como elemento fundamental la presencia de un árbol o arbusto forrajero de la familia de las leguminosas.

A partir de ese momento había que buscar variedades para el sistema silvopastoril, que se adaptaran a la sombra y a la eventual competencia que originaban los árboles. Las tecnologías de siembra, establecimiento y manejo del componente leñoso no podían considerarse independientes del pastizal; el sistema pasaba al centro de la estrategia de investigación.

El quinquenio siguiente sería de consolidación de este pensamiento estratégico. Se había comenzado a trabajar la planificación estratégica por objetivos y el objetivo general del quinquenio 1996-2000 quedaba enunciado de la siguiente forma: «Fortalecer el desarrollo de las investigaciones fundamentales y aplicadas para obtener tecnologías que puedan utilizarse en sistemas de producción sostenibles, con vista a producir un incremento en la producción pecuaria del país, así como incrementar la divulgación de los resultados obtenidos».

Tecnologías y sistemas de producción sostenibles eran las palabras clave. De los cinco objetivos específicos, los dos primeros precisaban los aspectos esenciales de la política científica que se adoptaba:

• Potenciar las investigaciones fundamentales aplicadas, con el fin de complementar los sistemas sostenibles de producción ganadera.

• Desarrollar tecnologías sostenibles para los sistemas de producción ganadera, a partir de los recursos genéticos forrajeros y otros alimentos.

Estaba claro en el enunciado que los recursos genéticos quedaban subordinados a las tecnologías y estas a los sistemas de producción. Los dos componentes básicos (recursos fitogenéticos y tecnologías) eran ingredientes para el desarrollo y perfeccionamiento de los sistemas sostenibles de producción.

La visión sistémica y holística del grupo de Socioeconomía y Gestión, devenido después en Programa de Desarrollo Rural Sostenible, contribuyó a acentuar la centralidad del sistema de producción y promovió una visión más amplia del agroecosistema y de las empresas como sistemas socio-eco-técnicos, del cual no podían ser separados los componentes tecnológicos ni humanos. Así, el objetivo general de trabajo de la Estación en el 2001 manifestaba esta influencia y quedó formulado de la siguiente manera:

«Realizar investigaciones en sistemas agroforestales integrados y en la gestión del desarrollo rural que permitan crear la base para la articulación de la relación naturaleza-sociedad en el sector ganadero cubano».

Los objetivos específicos priorizaban las investigaciones ambientales y socioeconómicas vinculadas a las propuestas tecnológicas y a la promoción de la elaboración de proyectos de innovación tecnológica, de manera que se lograra una mayor incidencia en el sector ganadero.

Parece interesante resaltar que el cambio de modelo organizativo llevó implícita una transformación en el orden epistemológico: el pensamiento y la racionalidad inducida por la ciencia genética y las tecnologías fitomejoradoras, dejaron de desempeñar el papel principal en la estructuración de la estrategia científica, para dar paso al pensamiento y la racionalidad ecológica.

El papel histórico de la genética y el fitomejoramiento en la estructuración de los modelos de investigación agropecuaria, es señalado por Arellano (2005) y por Kreimer y Rossini (2005). Estos últimos autores resaltan cómo la moderna biotecnología y la ingeniería genética han ido sustituyendo al antiguo pensamiento genético en estas funciones en las nuevas instituciones.

Se forja un nuevo modelo de investigación

Los cambios que se fueron operando en la agricultura cubana durante la década de 1990 al 2000 (García Álvarez, 2004), e incluso en los propios centros de investigación con el mecanismo de autofinanciamiento, la percepción creciente en cuanto a la importancia de lo local como elemento complementario para una estrategia de desarrollo en las actuales condiciones, así como otros cambios en el contexto, han incidido en la estrategia científica de la EEPF «Indio Hatuey». Estas transformaciones, unidas a una historia tecnocientífica y a una conciencia que atribuye gran importancia a la gestión del cambio institucional, han promovido un nuevo movimiento de evolución en la concepción y la estrategia científica y, por tanto, en el modelo organizativo de la investigación. Martín y Suárez (2007) lo denominaron modelo contexto-céntrico.

Los principales rasgos de ese modelo son:

• Se amplía y se diversifica el espectro de investigación; este ya no se limita al ganado vacuno, sino a otras especies que pueden aprovechar los recursos forrajeros y los sistemas creados, e incluye temas socioeconómicos y ambientales.

• Se considera necesario atender los vínculos y las sinergias agricultura-ganadería dentro de la concepción sistémica. Por lo tanto, no se abandona la problemática ganadera, sino que se inserta en un contexto más amplio.

• Se consolida un área de investigación y servicios de encespado a ciclo completo, de gran aceptación en el sector turístico y deportivo cubano. Emerge una industria del césped de base tecnológica.

• Aparece la atención al problema agropecuario dentro de la estrategia de desarrollo local, lo que constituye una gran oportunidad de integración transdisciplinaria para la Institución.

• Se hace evidente la aparición del modo II de producción de conocimientos, que subsiste con los estilos propios del modo I. Se promueve la investigación y la innovación en el contexto de aplicación; se tiende a la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, así como se aprecia y se busca el compromiso compartido en el proceso investigación-innovación-desarrollo.

• La problemática energética de la producción agropecuaria en general y la ganadera en particular, comienza a ser considerada como parte del gran problema técnico, productivo y ambiental.

• Se muestra una particular sensibilidad a los cambios del contexto.

Los primeros intentos de sistematizar y documentar este nuevo modelo se han expuesto públicamente (Martín y Suárez, 2007); los autores explican la introducción de un nuevo concepto constituido en realidad organizativa «los módulos de investigación-producción-innovación», los que definen como: «…el espacio físico en el que coexisten investigadores, técnicos, personal obrero y de servicio para generar nuevos conocimientos, adoptar tecnologías y realizar innovaciones en determinados procesos tecnológicos dentro de un sistema de producción, con el fin de lograr un resultado productivo, eficiente y sostenible. Es el lugar donde se hace realidad la ciencia proyectada en la línea científica y concebida en el proyecto».

Las prioridades estratégicas del proceso investigativo son definidas como líneas de investigación y la unidad de gestión del proceso es el proyecto, el cual se utiliza también como unidad de gestión de los servicios científico-técnicos. Los autores plantean que el éxito transita por el perfeccionamiento institucional y hacen suya las ideas de Silva et al. (2001) de dar una atención prioritaria «al cambio de las personas que cambian las cosas».

El nuevo modelo en construcción es complejo e integrador y tiende a avanzar hacia el modo II de producción de conocimientos.

Conclusiones

1. Los modelos organizativos de la investigación a escala institucional, aparecen como un tema mucho menos tratado que los modelos de innovación o de gestión.

2. Los cambios en el modelo organizativo de la investigación de la EEPF «Indio Hatuey», muestran que es una variable que está bajo la influencia de diversos factores del contexto.

3. El primer modelo centraba su atención en la obtención de especies y variedades de plantas, en correspondencia con una tendencia mundial que situaba a la ciencia genética y a las tecnologías de fitomejoramiento como estructuradoras de las estrategias científicas de la investigación agrícola durante el pasado siglo.

4. El cambio de modelo organizativo llevó implícito una transformación en el orden epistemológico: el pensamiento y la racionalidad inducida por la ciencia genética y las tecnologías fitomejoradoras dejaron de desempeñar el papel principal en la estructuración de la estrategia científica, para dar paso al pensamiento y la racionalidad ecológica.

5. Los cambios que se han producido en el modelo organizativo de la investigación muestran una tendencia a presentar rasgos característicos del modo II de producción de conocimientos.

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10. Martín, G.J. et al. Evolución del modelo de gestión positivista de la ciencia a un modelo de gestión contexto-céntrico, en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey». Memorias. Agrodesarrollo ´09. Varadero, Matanzas. p. 52. 2009

11. Martín, G. & Suárez, J. Algunas consideraciones sobre el desarrollo de la EEPF «Indio Hatuey». Conferencia. EEPF «Indio Hatuey». Matanzas, Cuba. (Impresión ligera). 2007

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13. Mills, W. La imaginación sociológica. Ediciones Revolucionarias, La Habana. p. 134. 1969

14. Partido Comunista de Cuba. Sobre política científica nacional. Tesis y Resolución. Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central, La Habana. p.425. 1976

Recibido el 10 de agosto del 2009

Aceptado el 15 de enero del 2010