INTRODUCCIÓN
Desde el comienzo de la historia de la humanidad los seres humanos han estado expuestos a diferentes eventos traumáticos, y con el paso del tiempo los mecanismos por los cuales se producen los mismos han cambiado, aunque siempre ha figurado entre las primeras causas de muerte, fundamentalmente entre personas jóvenes.(1
Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), los traumatismos afectan notablemente a la salud del individuo y la comunidad, liderando las causas de morbilidad, mortalidad y discapacidad a largo plazo, contribuyendo aproximadamente al 10 % de los decesos anuales, responsabilizándose de más de 5,8 millones de muertes anuales, y repercutiendo en una disminución de la calidad de vida de más de 45 millones de pacientes, pudiendo ser catalogados como una pandemia por su impacto social y sanitario devastador.2,3,4)
En América Latina, los países en desarrollo, los politraumatismos tienen una incidencia dos veces mayor en comparación con los países desarrollados. A nivel mundial ha aumentado un 2,6 % en los últimos años.5) Y es que los mismos se presentan como un serio problema de salud pública en lo referente a los costos que involucran las atenciones de las situaciones agudas, hospitalización y tratamiento, y también los costos de los tratamientos de recuperación y reinserción del individuo a la sociedad, así como por los daños y pérdidas materiales; por la pérdida de producción por horas-hombre de los afectados con secuelas. A ello se suma el impacto económico puede llegar a representar cifras tan importantes que exceden el ingreso bruto interno de algunos países (aproximadamente 500 000 millones USD anuales).6,7)
Un politraumatizado es aquel individuo que sufre más de una lesión traumática grave, alguna o varias de las cuales supone, aunque sea potencialmente, un riesgo vital para el accidentado. En este sentido, el 20 % de los accidentados son politraumatizados graves y la cuarta parte de ellos son enfermos críticos que precisan ingreso en las unidades de cuidados intensivos. Constituye la sexta causa de muerte y quinta de discapacidad en el mundo.8
Contar con un perfil de los pacientes politraumatizados brinda un panorama de la principal atención traumatológica que se recibe en el servicio y de esta forma poder preparar al personal para resolver la necesidad y mejorar el pronóstico del paciente. Teniendo en cuenta ello, se realiza la presente investigación, la cual tuvo por objetivo caracterizar clínica y epidemiológicamente al paciente con politraumatismo grave, atendido en la Unidad de Cuidados Intensivos 3, del Hospital General Docente “Abel Santamaría Cuadrado”, entre 2018-2020.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo, transversal, en la Unidad de Cuidados Intensivos 3, del Hospital General Docente “Abel Santamaría Cuadrado”, de Pinar del Río, durante el período comprendido entre 2018 y 2020.
De forma probabilística, aleatoria simple, fue seleccionada una muestra de 50 pacientes, de un universo de 59. Los mismos cumplieron con los criterios de inclusión (paciente mayor de 18 años de edad, atendido en la institución sanitaria en cuestión, que haya ofrecido él o su acompañante el consentimiento informado de participación voluntaria en la investigación) y exclusión (paciente al que no se le pudiera recoger toda la información solicitada mediante la revisión documental).
Para realizar la investigación se procedió al análisis documental (revisión de historias clínicas y libro de movimiento hospitalario), lo que permitió obtener la información que dio salida a las variables estudiadas: edad, sexo, causa del politraumatismo, región afectada, estabilidad hemodinámica, y estado del paciente al egreso.
El tratamiento de los datos será realizado mediante la utilización del paquete estadístico SPSS en su versión 26 para Windows, empleándose métodos de estadística descriptiva para el procesamiento de la información. Fueron analizadas las frecuencias absolutas y porcentajes, para representar el comportamiento invariado de las variables estudiadas.
Para la ejecución del estudio se tomó en consideración los aspectos reflejados en la declaración de Helsinki en cuanto al diseño y aplicación de investigaciones en humanos, se cumplió de esta forma el principio de autonomía que se establece en el Código Internacional de Bioética para las investigaciones en humanos. Se consultó el Comité de Ética de la institución para la realización del estudio, se garantizó la confidencialidad de la información, se informó en detalle a cada paciente los objetivos y características del estudio y se les solicitó por escrito el consentimiento informado para participar en el mismo.
RESULTADOS
Edad | Sexo | Total | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Femenino | Masculino | |||||
No. | % | No. | % | No. | % | |
18-29 | 3 | 37,5 | 5 | 62,5 | 8 | 16 |
30-39 | 0 | 0 | 6 | 100 | 6 | 12 |
40-49 | 1 | 6,2 | 15 | 93,8 | 16 | 32 |
50-59 | 0 | 0 | 10 | 100 | 10 | 20 |
60-69 | 1 | 20 | 4 | 80 | 5 | 10 |
≥70 | 0 | 0 | 5 | 100 | 5 | 10 |
Total | 5 | 10 | 45 | 90 | 50 | 100 |
Fuente: Historias clínicas.
Se constató en la tabla 1, predominio de los pacientes del sexo masculino (90,0 %), así como de aquellos pertenecientes al grupo etario 40-49 años (32,0 %).
Como se puede observar en el gráfico 1, los accidentes de tránsito fueron la causa más frecuente de traumatismos complejos figurando en el 68,0 % de los casos, seguida de la caída de alturas (12,0 %).
Región afectada | No. | % | Estabilidad hemodinámica | |
No. | % | |||
Cabeza | 13 | 26 | 4 | 30,8 |
Tórax | 23 | 46 | 8 | 34,8 |
Abdomen | 11 | 22 | 8 | 72,7 |
Pelvis | 3 | 6 | 3 | 100,0 |
Columna vertebral | 3 | 6 | 2 | 66,7 |
Extremidades | 3 | 6 | 3 | 100,0 |
Fuente: Historias Clínicas
Se puede observar en la tabla 2, que las regiones más frecuentes de asiento de las lesiones, siendo la torácica la más afectada (46,0 %), siendo la cabeza y el tórax, las regiones que se relacionaron con una menor estabilidad hemodinámica (30,8 y 34,8 % respectivamente).
Al egreso hospitalario, el 80 % de los pacientes estuvieron vivos, comportamiento precisado en el gráfico 2.
DISCUSIÓN
El conocimiento del politraumatizado como problemática de salud en la población reviste importancia trascendental dada su influencia negativa en la supervivencia. Al respecto, diversos estudios demográficos han destacado como los individuos del sexo masculino, poseen hasta un riesgo 1,5 veces mayor que las mujeres de sufrir politraumas.6,9
Al analizar y comparar el presente estudio con otras investigaciones se observa que la mayoría de los reportes concuerdan en que el paciente politraumatizado se presenta con mayor frecuencia en edades medias o jóvenes de la población, como refiere López Giler,10 quien constata como el 34 % de los pacientes atendidos por politraumas presentaban 18-25 años, inferior en comparación con lo reportado en la presente investigación.
No obstante, Burgos Muñoz, et al.,4) documentan como el grupo etario más afectado fue los menores de 35 años; y es precisamente a estas edades donde se precisa una mayor actividad tanto laboral como escolar, y por ende, condiciona años de vida potencialmente perdidos así como daños a la economía por pérdida de ingresos y requerimientos de atención médica, lo que marca la envergadura de dicho fenómeno.11
Según la OMS, los traumas son causados en un 70 % por los accidentes de tráfico. Estos a nivel mundial provocan 1,8 millones de muertos, entre 20 y 50 millones de lesionados y unos cinco millones de discapacitados permanentes. En los países desarrollados suponen la primera causa de mortalidad en el grupo de cinco a 44 años. En América Latina constituye la tercera causa de muerte y fallecen de tres a cuatro adolescentes entre 15 y 24 años y dos de tres adultos jóvenes de 28 a 40 años. La mitad de las personas han sido usuarios vulnerables de la vía pública, es decir peatones, ciclistas y motociclistas.1,2
Martínez-Rondanelli, et al.,12) identificaron de igual manera como los accidentes de tránsito constituyeron la principal causa del politrauma, guardando ello relación con el número de vehículos, las fallas técnicas de estos, la imprudencia de los conductores así como infracciones con vehículos de tracción animal.
En Cuba, el trauma se encuentra entre las primeras causas de muerte en los habitantes menores de 40 años, sobre todo a expensas de los accidentes automovilísticos, Se desarrolla un arduo trabajo de conjunto con el Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) y la atención primaria de salud, así como también con los consultorios médicos de urgencias (CMU) y policlínicos principales de urgencias (PPU) para garantizar el tratamiento pre hospitalario de quienes lo necesiten con inmediatez; no obstante, se impone continuar elevando el nivel cultural de la población por diferentes vías, entre las que sobresalen los medios de difusión masiva, para mantener conductas disciplinadas, evitar las imprudencias y prever los accidentes.1)
En relación a la localización o sitio de asiento de las principales lesiones en los pacientes aquejados de esta entidad, un estudio retrospectivo llevado en un centro de trauma mayor en Reino Unido, arrojó como predominaron las lesiones con asiento en el tórax (28,0 %), similar a lo reportado en la presente investigación.13,14
Por su parte, aunque se reporta como el trauma craneoencefálico, y las fractura de huesos largos son frecuentes en este tipo de accidente,15) según describe Berwin y cols,16) no se tuvieron porcentajes tan altos como los identificados por Bustillo,5) presentando el 45,3 % de los individuos afectación a nivel craneal, y el 48,7 % fracturas óseas a nivel de las extremidades.
En relación a la letalidad encontrada en la presente investigación, se tuvo que fue inferior a la reportada por otro estudio llevado a cabo en la misma provincia, por Granda Breijo A y Breijo Puentes A,6) donde se tuvo 38,2 %. Zhang y cols,17) en tal aspecto dejan bien clara la necesidad de un adecuado manejo de este paciente, desde la ocurrencia del siniestro, hasta la conducta definitiva, llamando para ellos poderosamente la atención, un adecuado manejo pre hospitalario, siendo pertinaz una rápida estrategia y manejo del paciente en la primera hora de producido el traumatismo, lo que influirá posteriormente en los resultados del tratamiento, y la aparición de complicaciones.6,18
Escalona Cartaya y cols.,19) afirman que el tiempo es un factor decisivo en el pronóstico de los lesionados y si bien el marcador "hora dorada" constituye un indicador de excelencia, para que se cumpla tiene que existir necesariamente un manejo pre hospitalario y hospitalario inmediato, siendo la sala de emergencia el pilar de la atención inicial del traumatizado lo cual quedo demostrado en los estudios en cuestión. Lo cierto es que a medida que van pasando los años los casos que se atienden en servicios de atención al grave, van recibiendo mejor seguimiento a pesar de que aún, no se ha llegado a un consenso, para su atención integral y su clasificación adecuada antes de la admisión en las unidades polivalentes, lo que conlleva a una estadía más prolongada y a un aumento en las complicaciones asociadas y la mortalidad.
CONCLUSIONES
El mayor número de politraumatizados que ingresaron en UCI, proceden del servicio de Emergencias. No existe un criterio estandarizado sobre el destino final del politraumatizado. Hubo predominio de antecedentes de salud previa. Los accidentes de tránsito y por tanto el mecanismo de acción aceleración/desaceleración fue la causa más frecuente. Las regiones corporales más afectadas fueron el tórax, cráneo y abdomen, en su mayoría en combinación, lo que influyó, que la inestabilidad hemodinámica prevaleciera. No se realizó ninguna escala evaluativa pronostica de los politraumatizados en Emergencias, lo que redundo en no ser bien clasificados, ni orientar hacia donde derivar su ingreso hospitalario. El ECO-fast así como la body TAC deben ser estandarizados como medios diagnósticos en Emergencias. Los procedimientos quirúrgicos realizados, no siempre se efectuaron al diagnosticarse las lesiones en la valoración inicial en Emergencias, siendo necesarios realizar algunos en la UCI. Las complicaciones más representadas fueron el Shock y las infecciones respiratorias. No se logró la estabilidad hemodinámica de numerosos pacientes politraumatizados en Emergencias. La baja mortalidad, aunque influenciado por el buen estado de salud previo, estuvo relacionado con una mejor atención integral del politraumatizado en la UCI.