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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med v.10 n.2 Ciudad de Camaguey Mayo-ago. 2010

 

ARTÍCULO

José Martí en la formación ético-humanista del futuro profesional de la Salud

 


José Martí within the ethical-humanistic formation of future health care professionals

 

Ana Lidia Torres ArmenterosI, Yohaysa Pérez AlfonsoII, Sura Chávez HernándezIII

 


I. Licenciada en Economía Política, Máster en Metodología de la Investigación, Profesora Auxiliar, Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Departamento de Filosofía e Historia. Carretera Central Oeste Km 4½, Camagüey, Cuba, CP. 70 700. alidia@iscmc.cmw.sld.cu

II. Licenciada en Marxismo e Historia, Profesora Instructora, Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Departamento de Filosofía e Historia. Carretera Central Oeste 4½, Camagüey, Cuba, CP. 70 700.


III. Licenciada en Ciencias Sociales, Profesora Asistente, Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Departamento de Filosofía e Historia, Carretera Central Oeste 4½, Camagüey, Cuba, CP. 70 700


RESUMEN

Este trabajo tiene el objetivo de elevar la contribución de la asignatura Filosofía y Salud a la formación ético-humanista de los estudiantes de Medicina, tomando como paradigma el legado de José Martí. El estudio recoge el tratamiento conceptual acerca de la ética, la ética médica, la moral, y el humanismo como concepción filosófica, así como vías para insertar creativamente el pensamiento humanista martiano en la asignatura, utilizando pasajes, testimonios y citas de sus obras. Más adelante, se concretan actividades para conseguirlo. Se concluye generalizando que el hombre nuevo, que se quiere forjar en las universidades, no estaría completo sin el conocimiento de la vida y obra martiana y la aplicación creadora de su pensamiento humanista en las nuevas circunstancias históricas.

Palabras clave: José Martí, Ética, Humanismo



ASBRACT

The article aims to increase the contribution of the subject Philosophy and Health to the ethical-humanistic formation of medical students, taking into account José Martí’s legacy as paradigm. It conceptually analyzes ethics, medical ethics, moral, and humanism as a philosophical concept, as well as dealing with different approaches to creatively include Martí’s humanistic thought in the subject, by means of passages, testimonies, and quotations. After that, a set of activities is suggested. As conclusions, it states that the new man to be educated at the university fails to be complete if he has a deficient knowledge about Martí’s life and work, and an inadequate application of his humanistic thought in the present historical circumstances.

Palabras clave: José Martí; Ethics; Humanism




INTRODUCCIÓN

La humanidad atraviesa una profunda crisis económica, ambiental, financiera, social y ética y humanística. Donde debía prevalecer la solidaridad, el altruismo, los valores y el respeto a las tradiciones, prevalece el egoísmo, la indiferencia, el desamor y la agresión. Recientemente, una cámara oculta captó como un hombre que intentaba defender a una joven que estaba siendo agredida, fue apuñalado vilmente por el agresor, pero más sorprendente fue el hecho de que varias personas pasaron a su lado y le negaron el auxilio, huían como si aquello no les concerniera. Evidentemente, la célebre frase de Ernest Hemingway: "No preguntes por quién doblan las campanas, ellas doblan por ti", cada día repica menos en los oídos de hoy.

Actualmente se percibe una latente contradicción entre el desarrollo de las Ciencias Médicas, por un lado, y la Práctica Médica, por otro. La búsqueda de la excelencia en la atención médica constituye un reto permanente en la sociedad cubana actual. El buen trato, la calidad de los servicios, la no mercantilización de los mismos, la sencillez, la solidaridad, el humanismo y el altruismo deben distinguir al profesional de la Salud. Convertir cada espacio universitario en un lugar de lucha contra las manifestaciones negativas y violaciones que arriesguen la citada excelencia, debe constituir un desafío para los profesores de las altas casas de estudios médicos.

La concepción cubana de formar un profesional integral, en correspondencia con nuestra sociedad y las necesidades de otros pueblos del mundo, reclama un mayor esfuerzo por parte de la educación. La actual generación tiene el compromiso de asegurar el futuro y perpetuar lo que el humanismo ha ganado. El presente estudio se refiere a la formación ético-humanista del futuro profesional de la Salud y pone de manifiesto cuanto puede aportar la obra de José Martí a este noble empeño. La formación humanista del Héroe Nacional cubano es ostensible en sus discursos, cartas, versos y, muy especialmente, su vida.

El humanismo martiano, desarrollado a partir de una sólida concepción ética, puede y debe constituir un paradigma en la batalla cotidiana por salvaguardar y perfeccionar las conquistas sociales del pueblo cubano. En Cuba, el pensamiento de José Martí (1853-1895) se materializa en cada proyecto social que libra la Revolución. No obstante, falta por hacer en la difusión del gran caudal de valores éticos y estéticos legados por él.

Los profesionales de la Salud llevan a cabo la humana tarea de prevenir y curar enfermedades pero no siempre esta atención va acompañada de la necesaria ética. Ella debe forjarse desde las propias aulas, a partir de una formación en valores y sentimientos humanistas.

El estudio recoge el tratamiento conceptual acerca de la ética, la ética médica, la moral y el humanismo como concepción filosófica, así como vías para la inserción creativa del pensamiento humanista martiano en las clases de la asignatura Filosofía y Salud. Su objetivo es elevar la contribución de dicha asignatura a la formación ético-humanista de los estudiantes de Medicina, tomando como paradigma la obra de José Martí

Los métodos utilizados fueron la revisión documental, el análisis, la síntesis y, como técnica, la entrevista a 40 estudiantes del primer año de la carrera de Medicina, para diagnosticar su conocimiento sobre el pensamiento humanista martiano.

DESARROLLO

La Ética, entendida como principios o pautas de la conducta humana, se refleja conceptualmente con múltiples definiciones; entre estas, la siguiente: "Realidad y saber que se relaciona con el comportamiento responsable donde entra en juego el concepto del bien o del mal del hombre."1 En la propia fuente aparece: "La Ética florece a partir de nuestros valores que nos dictan si algo está bien o mal (correcto o incorrecto) en un acto humano. Mayor relevancia adquiere cuando el acto afecta a un tercero."1

En las citadas definiciones se identifica un tanto los conceptos de ética y moral, fenómenos bastante frecuentes en la literatura y, sobre todo, en el lenguaje popular. Ello se explica por la comunidad de su contenido etimológico. Ambos términos se han empleado para hacer alusión al conjunto de principios y normas de conductas que regulan las relaciones entre los hombres.

La Ética es la ciencia filosófica que estudia la moral, es una de las disciplinas teóricas de mayor antigüedad y surge como parte de la Filosofía, en el período de formación de la sociedad esclavista. Es también el resultado de la división entre trabajo manual e intelectual y del surgimiento de la sociedad clasista, la cual permitió que la producción espiritual se desgajara hasta cierto punto de la vida material. El término fue introducido por Aristóteles con la finalidad de representar la enseñanza referente a la moral.

La enseñanza de la ética médica es decisiva en la formación de los estudiantes de Medicina. La formación de un profesional con sólidos conocimientos científicos y humanos es imposible sin una profunda formación ética. En Salud, la ética profesional constituye un campo de conocimientos y prácticas de límites insuficientemente definidos. No obstante, se puede afirmar que la misma está encaminada a la formación de los valores éticos, entre los que se destacan: solidaridad, humanismo, internacionalismo, etc.

La ética médica socialista tiene por objetivo central la garantía de la integridad de la población, cuyos derechos son propios e inalienables. A diferencia de la ética médica capitalista, preserva el trabajo y las relaciones interprofesionales, no permite que se utilice un solo argumento científico o social que atente contra la integridad de la personalidad humana e incluye principios tales como: inmediatez del servicio, no discriminación, prioridad de los casos graves sobre los menos graves, no regirse por criterios de edad, sexo, posición social o raza para ofrecer asistencia, no suplantar la capacidad de decisión del enfermo y brindarle la información adecuada para que pueda comprender y aceptar las decisiones sobre su salud.

Mantener y preservar la salud del pueblo deviene una tarea priorizada en Cuba. La experiencia de la Isla se extiende al terreno de la ayuda internacionalista, lo cual dignifica a los trabajadores del sector de la Salud, sobre quienes recae el respeto y la confianza, no solo del pueblo cubano, sino de muchos pueblos del mundo. Es por ello que, en el ejercicio de su función social, deben observar celosamente los principios éticos morales de profundo contenido humano. El legado ético-humanista martiano ofrece todo un potencial de inmensurable valor en este sentido.

En Cuba, el humanismo está profundamente marcado por el pensamiento de mentes ilustres como: el padre Valera, José de la Luz y Caballero y, su más alta expresión, José Martí, quien con su sensibilidad patriótica, artística y literaria contribuyó a forjar en el seno del pueblo cubano una moral humanista, expresada en los ideales profundos de libertad y justicia. Su confianza en las capacidades del hombre y su profundo respeto al decoro humano están presentes a través de toda su vida y obra. También, en su humanismo revolucionario se manifiesta su expresión pedagógica y política, pues llamó a la lucha con el propósito de crear un mundo de justicia en la patria explotada y humillada por el coloniaje español. El carácter práctico de su humanismo alentaba la necesidad de transformar al hombre y especialmente a su medio.

En un entorno caracterizado por la opresión nacional, Martí alentaba el amor entre los hombres, el culto a la laboriosidad, el rechazo a la corrupción, a los vicios y al egoísmo. La lucha de Martí es impulsada por la ternura y el amor a la justicia y a la dignidad humana, lo cual expresa en la consideración por sus semejantes, en su sensibilidad ante los problemas y necesidades de su pueblo. Es un amor para hacer crecer a los demás.

Martí fundó sueños, sembró esperanzas, inspiró en los demás sentimientos y razón, no para encumbrarse, sino para acompañarlos en el ascenso hacia la luz. Veía en la guerra necesaria, cordial y humana la batalla por el humanismo. Sufría la posibilidad de pasar por ambicioso frente a ojos ajenos. Asumió una posición de vanguardia con deberes auténticamente liberadores. Pedía virtud modesta y extraordinaria para ponerla de almohada a los desdichados. En sus palabras: "El hombre verdadero no puede contemplar impasible un crimen que se comete en la persona de otro ser humano [...]. En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero, el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre."2

La solidaridad humana y la identificación con los dolores y sufrimientos de los demás forman parte esencial de las concepciones humanistas de Martí, quien no concebía ni toleraba el abuso, el vejamen o la humillación de sus semejantes. El humanismo presupone el ensanchamiento de la capacidad humana en beneficio de la condición humana.

Fidel Castro destacó la esencia humanista del Apóstol: "La preocupación martiana por limitar y aliviar en lo posible las calamidades que la guerra podía traer al pueblo pacífico e incluso al enemigo prisionero, la promulgación clara y determinante de la política de la guerra en este sentido, hace nuestro criterio un precursor del Derecho Internacional Humanitario en nuestra patria [...]. Pero una guerra meticulosamente organizada por un humanista de la talla de José Martí, tenía que tener en su esencia ese espíritu humanista, tanto por sus objetivos como por la política que definiera su desarrollo, y en ese sentido José Martí brilló como pocos.3

Martí insistía con vehemencia en que la guerra por la independencia de Cuba no era contra el español como persona sino contra la codicia, la incapacidad y lo crímenes del gobierno hispano y abogaba por la menor pérdida de sangre posible y el trato decoroso al enemigo. La ética martiana era estricta, incluso en las condiciones más hostiles, como la guerra. En su escrito El presidio político en Cuba denunció, sobre la base de su propia experiencia, todo el horror que encerraba el sistema carcelario en la Isla, donde fueron sometidos incluso niños y ancianos, por el solo hecho de ser sospechosos de simpatizar con la causa independentista.

Para la nueva guerra que se preparaba, él proclamaba persistentemente un espíritu humanista. En carta a Martín Herrera así se evidencia: "Trabajamos para la dignidad y bienestar de todos los hombres. Así lo entendemos y esa es nuestra resolución. Esa es la obligación [...] predicar sin cansancio el espíritu humano y democrático de nuestra revolución."4

La guerra, que estalló el 24 de febrero de 1895, estuvo presidida de una amplia labor política, la cual permitió el mayor humanismo posible. El precio de una república justa no podía ser pagado con atrocidades y violaciones de principios. La violencia es una condición inherente a la guerra, pero solo aquella indispensable para el logro de los fines políticos, sin lastrar los valores humanos. Desde su propia concepción, Martí previó la mayor magnanimidad y el cómo evitar las destrucciones innecesarias, limitando y aliviando en lo posible sus calamidades.

La patria independiente que urgía conquistar debía cultivar el decoro de sus hérObras Escojidas s. El ideario moral de Martí, es decir, cada día de su vida, constituye la cumbre del pensamiento ético por la liberación nacional de la patria. Fue el Maestro un vivo ejemplo de correspondencia de pensamiento y acción en el ámbito de la moralidad. Negaba rotundamente el individualismo. Para él, ser moral implicaba vivir de espaldas a los intereses personales. Su vida y la separación de su hijo, que tantos versos dolorosos le inspiró, demuestran cuanta renuncia personal, en aras de la patria libre.

Al deber cumplido en beneficio ajeno le otorgaba expresa fuerza moral, con este criterio se situó en las concepciones más progresistas en el campo de la Ética. Para Martí, la lucha por el bienestar de los seres humanos constituía el fin de las acciones y no un medio de obtención de beneficios personales. Ambicionaba el puesto más difícil, que exigía el mayor desinterés en el orden personal.

Su humanismo reclamaba el respeto para toda la condición humana: "Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto a la dignidad plena del hombre."2 Tal es la vigencia de esta aspiración que los revolucionarios cubanos la enarbolan en la Constitución de la República de 1976, donde se reclama que el hombre sea hermano del hombre.

El humanismo revolucionario de José Martí se tradujo en su ferviente patriotismo. La lucha por la independencia significaba también la lucha por el futuro bienestar del pueblo: "De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella."2

"Patria es eso, equidad, respeto a todas las opiniones y consuelo al triste"5; así alertaba Martí a aquellos que luchaban a cambio de prebendas, renombre, poder o bienestar material. Criticaba al hombre que gozaba de comodidad y placer que no eran fruto de su esfuerzo y servicios individuales, condición propicia para perder el hábito de crear y el respeto a los que crean.

"Patriotismo es el amar al pueblo sometido y oprimido. Patria es humanidad."5 "La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia."5 Como se aprecia en estas citas, el ideario martiano es el pensamiento de la lucha por la liberación no solo de Cuba, sino de la humanidad. Quería en Cuba un pueblo grande moralmente, con hombres que no solo sufran su dolor, sino capaces de sufrir el dolor ajeno; que no solo luchen por la felicidad propia, sino también por la felicidad ajena, que es también la propia. Su interés por las causas comunes le hizo extender su humanismo hacia América y el mundo. A nivel de la humanidad colocó su espíritu de ayuda y sacrificio por la justicia.

Importancia del humanismo martiano para el profesional de la Salud

El humanismo martiano debe constituir un paradigma para el profesional de la Salud. En estos momentos se desarrolla un proceso de análisis de los factores subjetivos que influyen de manera negativa en la calidad de los servicios. La violación de la ética profesional constituye uno de los problemas más polémicos y que mayores estado de opinión e insatisfacción genera en la población, acostumbrada durante casi 50 años de Revolución a la atención esmerada de su salud.

Los docentes deben enseñar a los estudiantes a conocer, comprender, seguir y aplicar creativamente las lecciones del Maestro, en las clases. Así podrán los médicos cubanos llevar, a cada espacio social de la Isla y de otros pueblos, su mensaje de sabiduría, humanismo y amor, pues su legado es una rica herencia que trasciende los límites de su época, orienta e inspira hacia posiciones solidarias. Los más de treinta mil profesionales de la Salud que cumplen hoy misión internacionalista dan fe de ello.

La Medicina es un sistema de conocimientos científicos y una actividad práctica dirigida a la prevención y el tratamiento de las enfermedades. Por su contenido, la profesión médica está encaminada a elevar cualitativamente la calidad de vida de las personas, su mejoramiento, disfrute y capacidad de adueñarse de determinadas relaciones sociales. En su propia definición queda explícito su contenido humanista.

La lucha por la excelencia en los servicios no se limita a contar con profesionales capaces y hospitales bien dotados en el orden tecnológico, es elemental ofrecer un servicio con calidad que satisfaga las necesidades del pueblo. Las necesidades materiales no justifican el maltrato, la espera innecesaria, la irresponsabilidad de algunos al no cumplir con su horario de servicio o el hecho de dar prioridad a aquel que trajo algún presente.

Fidel Castro alertó: "Lo más importante habrá de ser su consagración total al más humano y noble de los oficios: salvar vidas y preservar la salud, más que médicos serán celosos guardianes de lo más preciado del ser humano, apóstoles y creadores de un mundo más humano. Como lo quiso Martí."6

El pensamiento martiano es tan amplio y rico que resulta encontrar algún tema del programa de Filosofía y Salud donde sea imposible su inclusión. No obstante, se destacan algunos, cuyo tratamiento estaría incompleto si no está presente el legado martiano; tal es el caso del tema La relación individuo-sociedad, personalidad y cultura. El Humanismo. Este se imparte en el primer período de la asignatura y es uno de los más propicios para fomentar el conocimiento por los estudiantes del pensamiento humanista de nuestro HérObras Escojidas Nacional. Se educa a los demás también dando a conocer la grandeza de los hombres, de figuras sagradas de la patria. La obra martiana está llena de claves para entender, amar, admirar, reconocer y rectificar, y refleja permanentemente el clamor por la humanidad.

Martí tenía una amplia concepción de la cultura, veía al hombre culto no solo como el hombre instruido, sino el hombre con valores. Captaba la dialéctica de lo material y lo espiritual en la cultura. Recibió una formación pluricultural, en la que se destacó la rica tradición cubana legada por Heredia, Mendive y otros, convirtiéndolo en el cubano más universal. Él observó que las diferentes culturas no siempre se relacionan armónicamente, también lo hacen de forma violenta. Hablaba de nuestra América frente a la América que no es nuestra. Asumió con frescura y naturalidad la presencia de distintos perfiles en el continente. En términos identitarios reflejó, cultivó y recreó su concepción cultural y el problema de las identidades.

El Maestro vio la cultura no como la mera acumulación de conocimientos, sino como el perfeccionamiento humano y su enriquecimiento constante. La consideraba como una condición básica para sentirse libre y ser creador. Su obra, especialmente su pObras Escojidas sía, está enriquecida con símbolos -alas, sol, alma encendida, luz- asociados a dicha convicción.

Puede afirmarse que Martí fue un gran analista crítico de la sociedad de consumo, con su mirada desde el sur. No se opuso a las modas ni a lo nuevo, mas supo distinguir entre lo valioso e importante y lo superfluo. Mucho habló del hombre natural y enfatizó en varias de sus obras que la esencia está en ser para tener, no tener para ser, critica el deseo desmedido de riqueza. Su espíritu renovador saludó la primera cirugía plástica realizada en los Estados Unidos. Vio como algo legítimo el derecho a perfeccionarse físicamente, si es que ello hacía feliz al hombre y podía elevar su autObras Escojidas stima y reconocimiento social.

En las clases de Filosofía y Salud se han insertado pasajes de Enfermedades de José Martí del Dr. Ricardo Hodelín Tablada, destacado neurocirujano, quien cuenta con varias obras de gran valor en la formación de profesionales revolucionarios, en especial, aquellos pertenecientes a la Salud. La obra analítica citada posee un respaldo científico sustentado en los escritos de Martí, fundamentalmente su epistolario.

En cartas escritas durante su estancia en la guerra, Martí manifiestó su optimismo y humanismo, a pesar de las adversidades y su precaria salud -afectación pulmonar hepática, manifestaciones cardiovasculares, úlcera en un tobillo causada por el grillete y jamás cicatrizada, sarcocele en un testículo. Sin importar esto, él "resucitaba a trechos para cumplir con los deberes grandes", según sus propias palabras.4 Su resistencia despertó la admiración de Gómez, quien escribió en su Diario de campaña: "Nos admiramos los viejos guerreros, acostumbrados a estas rudezas, de la resistencia de Martí, que nos acompaña sin flojeras de ninguna especie, por estas escarpadísimas montañas."7

Martí poseía cultura sobre medicina y se destacó por sus labores como solícito enfermero durante la contienda. Era evidente su pasión por los enfermos, la cual lo acercó, sin reservas ni miedo, a pacientes con fiebre tifoidea. La obra de Hodelín recoge múltiples testimonios: "Era el enfermero más abnegado que he conocido. Recuerdo tres casos de tifoidea que él asistió con un cariño, con un valor incomparable."4

En una carta escrita a Carmen Millares y sus hijas, el 28 de abril de 1895, se evidencia su orgullo porque esa vez fue él quien brindó asistencia médica a los mambises que enfermaron: "Y han de saber que me han salido habilidades nuevas, y que a cada momento alzo la pluma, o dejo el taburete, y el corte de palma en que escribo, para adivinarle a un doliente la maluquera, porque de piedad o casualidad se me han juntado en el bagaje más remedios que ropa, y no para mí, que no estuve más sano nunca. Y ello es que tengo acierto, y ya me he ganado mi poco de reputación, sin más que saber como está hecho el cuerpo humano, y haber traído conmigo el milagro del yodo."8 En este pasaje se refleja su gran amor por los seres humanos, siendo esta una de sus grandes virtudes como revolucionario verdadero. Manuel Ferrer Cuevas, Capitán del Ejército Libertador, estuvo cerca de él en la manigua; años después escribió: "Martí no duerme, personalmente ayuda a cuidar heridos, en unión de Paquito Borrero."9

El Apóstol no fue uno de los 67 médicos con que contó el Ejército Libertador, pero ayudó a muchos enfermos. Carlos Martínez González, quien sólo contaba con 16 años cuando el desembarco por La Playita, al pie de Cajobabo, relató años después la prestancia de Martí ante el dolor ajeno: "Martí se aposesionó de un botiquín y arrancó a curar todo aquel hospital de gente. A nosotros nos mandó a hervir agua en unos calderos que conseguimos con los vecinos. No paraba, donde había un ay, ahí estaba él."9 Como se aprecia, olvidó su cansancio y las terribles ampollas de sus manos a causa de las duras horas de remo, para ponerse en función de los demás. Embarrado de tierra y sangre -según los relatos referidos en la obra de Hodelín Tablada- no paraba en su afán por servir. Sacaba fuerzas de donde no tenía para cumplir con sus deberes, pues para eso vivía.

El tema La formación ética del profesional de la Salud. Los valores morales de carácter ético-deontológico en la relación médico-paciente, es uno de los espacios más oportunos para trabajar el pensamiento humanista de José Martí. En este se aprecian diferentes momentos de la ética médica. El humanismo martiano se sustenta en una sólida concepción ética que debe constituir un referente para todos los profesionales de la Salud. Se basa en la necesidad de propiciar la dignidad humana y en que florezca la bondad y solidaridad entre los hombres.

En Nuestra América, Martí alertó: "Se ha de tener fe en lo mejor del hombre, y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca sobre lo peor. Si no, lo peor prevalece."10 La preocupación por el mejoramiento humano y la revelación de las potencialidades de la espiritualidad y de la cultura, como fuentes para que el hombre ascienda, fueron reflejadas insistentemente por el Maestro. La solidaridad humana, la identificación con los dolores y sufrimientos de los demás lo caracterizó desde siempre.

Su obra El presidio político en Cuba constituye un valioso documento para el tratamiento de los principios éticos. Martí narra en ese escrito como sufrió los padecimientos de Lino Figueredo, un niño de apenas 12 años de edad quien desconocía por qué estaba en presidio y había sido condenado a 10 años. Cargado de grillos fue lanzado entre los criminales. .

También, durante el presidio, quedó sumamente impresionado con el estado de Nicolás del Castillo, anciano de cabellos canos y ropas manchadas de sangre, tenía 76 años 11 "Pero entre mis dolores, el dolor de Don Nicolás del Castillo será siempre mi perenne dolor."11 La llaga que vio cubriendo la espalda del anciano ilustró de una vez y por siempre cuán despedazadas estaban la dignidad y el honor de su nación.

Sin embargo, no fue capaz de odiar a los flageladores de las canteras de San Lázaro, sintió piedad de ellos al considerarlos víctimas del embrutecedor régimen bajo el cual vivían. Combatió contra el odio, al que consideró en lo más profundo una forma de esclavitud. En cambio, proclamó el amor entre los hombres. Aunque, reconocía, en su humanismo revolucionario, la necesidad de lograr la verdadera independencia y de luchar para alcanzar su soñada República erigida sobre la base de la igualdad y la justicia social, En carta a Sotero Figueroa escribe: "Valgámonos a tiempo de nuestra virtud, para levantar en el crucero del mundo, una República sin despotismos y sin castas."4

En misiva a Joaquín Macal expresó: "A servir modestamente a los hombres me preparo, andar con el libro al hombro por los caminos de la vida nueva, a auxiliar como soldado, de todo brioso y honrado propósito, y a morir de la mano de la libertad pobre y tiernamente. [...]. Creo que he dado a mi tierra, desde que conocí la dulzura de su amor, cuanto hombre puede dar."12 Estas cualidades: abnegación, sencillez, modestia y desprendimiento, presentes en Martí deben transmitirse a los futuros profesionales de la Salud. Los valores que aporta el ideal martiano constituyen una fuente de formación ético humanista de las nuevas generaciones.

La búsqueda anterior sirvió de inspiración para la elaboración de actividades docentes relacionadas con el pensamiento martiano, las cuales fueron desarrolladas especialmente en clases prácticas y seminarios, a través del trabajo grupal. Este último propicia que el estudiante sea más imaginativo y creativo, convirtiéndolo en protagonista de su propia formación. El educador, por su parte, lejos de poseer todas las respuestas, las tendrá que buscar activamente entre los jóvenes, de esta forma dinamiza la actividad y genera el diálogo, la reflexión, la autObras Escojidas ducación, las cuales facilitan que el estudiante se haga consciente de sus propios valores y de los de sus compañeros. Cabe recordar que Martí abogaba por la equidad y el respeto a todas las opiniones.

El desarrollo de actividades en grupo, basadas en la obra de José Martí, es una experiencia pedagógica que asegura que los estudiantes aprendan filosofía con ayuda de la savia legada por el maestro. La participación colectiva, el respeto a otros criterios, la capacidad de escuchar a los demás, la responsabilidad ante la tarea asignada, tributa sin dudas a la sencillez, la modestia, la responsabilidad y, de hecho, al patriotismo y a la admiración de una figura sagrada de la Patria reconocida universalmente.

La presente experiencia, más que citar al Maestro, se dirige a la conformación de actividades docentes que estimulen a la reflexión y el espíritu crítico de los alumnos. Actividades de ese carácter hacen posible que los estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey aprendan a aprehender con ayuda de la vida y obra de José Martí. Fue elaborado un material de apoyo para desempedrar el camino pedagógico y demostrar que no siempre para emplear el pensamiento martiano hay que asirse solo a citas del Apóstol asociadas a la salud. De ser así estaríamos negando la universalidad de su pensamiento. Compartimos algunos ejemplos.

1. Martí alertaba en Carta a su amigo Eligio Carbonel, enero 1892:
“Este mundo tiene increíbles vilezas, ocasionadas casi todas por el interés. No hay mas modo de salvarse que moderar las necesidades. La sobriedad es la virtud. El que necesita poco es fácilmente honrado.”4 Apoyándose en esta generalización, realice una crítica al consumismo, a la ética del tener y a sus consecuencias para el individuo y la sociedad.
Valore cómo se comporta este fenómeno en la sociedad cubana actual.

2. A Martín Herrera le escribe Martí el 9 de marzo de 1893:
“Trabajamos para la dignidad y bienestar de todos los hombres esa es nuestra resolución, esa es la obligación: predicar sin cansancio el espíritu humano de nuestra revolución.”4
a) ¿Qué hacen los médicos cubanos para que viva esa resolución humanista del Apóstol?
b) ¿Qué debiera perfeccionarse para que esta prédica tenga plena vigencia en nuestros servicios de salud?

3. “Porque si en las cosas de mi patria me fuera dado preferir un bien a todo los demás, un bien fundamental que todos los del país fuera base y principio, y sin el que los demás bienes daría falaces e inseguros, ese sería el bien que yo preferiría: yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.”2
Discurso Con todos y para el bien de todos. Obras Escogidas en 3 Tomos, tomo 3. p. 9
a) Dignidad es respeto a sí mismo, a la patria y a la humanidad, ¿qué cualidades debe reunir un médico digno?
b) Cincuenta años de Revolución han hecho posible el cumplimiento de este sueño martiano. Los resultados en la Salud han contribuido notablemente a ello. Argumente.

4. Martí poseía un delicado estado de salud, más ello no impidió su consagración infinita y desinteresada al dolor ajeno y a la causa revolucionaria. Apoyándose en el libro Enfermedades de José Martí de Ricardo Hodelín Tablada:
a) Caracterice su estado de salud en 1895.
b) Comente algunos testimonios que evidencien su extrema preocupación por los enfermos en su corta estancia en campaña.

5. Siendo Martí un hombre enfermo mucho se preocupó por todo lo relacionado con la medicina y con las ciencias en general. Al respecto, Cintio Vitier afirmó: “José Martí fue un hombre volcado a la cultura integral. Tuvo la pasión absoluta del conocimiento. Ninguna rama del saber le fue ajena.”13 Argumente.

6. En carta a Juan Bonilla, el 8 de agosto de 1890, escribe Martí:
“Ya yo me voy muriendo. Los pulmones se me quejan y el corazón salta más de lo que debe. Pero calzo las botas invisibles que de un tranco como las del gigante del cuento, van del valle a la montaña. Y mientras viva, he de estar queriendo y sirviendo.”8
El delicado estado de salud de José Martí jamás limitó su voluntad de amar y servir a los hombres. Argumente.

7. Decía Martí en carta a Gonzalo Quesada:
“Ver pena es bueno porque nos hace crecer, y nos aviva la capacidad de consolarla.”8
a) Lidiar casi a diario con el dolor no puede conllevar jamás a la pérdida de la sensibilidad del médico. Argumente.
b) Valore el cumplimiento de esta máxima en nuestros servicios de salud.

8. En carta a Rafael Serra, en 1891, escribe Martí:
“[…] la medicina que yo he llegado a descubrir; y es tratar de valer por el cultivo de las facultades naturales tanto como el más empinado y más que él, por el desinterés y la indulgencia.”14
a) Este fragmento evidencia la importancia de valorar a las personas por lo que son y no por lo que tienen. ¿Qué consecuencias puede traer una posición opuesta?
b) ¿Qué importancia tiene para un médico poseer una cultura general integral?


CONCLUSIONES

El hombre nuevo que se forja en las universidades no estará completo si faltan el conocimiento de la vida y obra martiana y la aplicación creadora de su pensamiento humanista en las nuevas circunstancias históricas.El humanismo martiano, en extremo revolucionario y universal, es un referente valioso para fundamentar los proyectos destinados al mejoramiento humano que hoy se llevan adelante, especialmente en Cuba. La utilización de los valores martianos, sus sentimientos humanistas, sencillez, solidaridad y nobleza, debe ser transmitida a los futuros profesionales de la Salud. La docencia debe asegurar el despliegue de los valores que aporta el ideal martiano, pues ahí está el verdadero humanismo socialista, el cual implica patriotismo, amor a la libertad, dignidad, decoro, repudio al despotismo y fe en el pueblo y en los nobles de la tierra.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Contreras I. ¿Qué es la ética médica?. Disponible en: http://www.members.tripod.com/ibancontreras/etica.html

2. Martí J. Con todos y para el bien de todos. En: Martí J. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo III. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 2000. p. 8, 9.

3. Castro Ruz F. Discurso pronunciado en el XX Aniversario al Asalto al Cuartel Moncada. Periódico Granma. 27 agosto 1973.

4. Martí J. Carta a Martín Herrera. En: Martí J. Epistolario en cinco tomos. Tomo III. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1893. p. 286-7.

5. Valdés Galarraga R. Diccionario del pensamiento martiano. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 2002. p. 504, 505, 502.

6. Castro Ruz F. Acto de inauguración de la Escuela de Formación Emergente de Enfermería. Periódico Granma. 15 septiembre 2000. p. 3.

7. Gómez Báez M. Diario de Campaña 1868-1899. La Habana: Instituto Cubano del Libro; 1968. p. 278-9.

8. Martí J. Cartas a Carmen Millares y sus hijas. En: Martí J. Epistolario en cinco tomos. Tomo V. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1893. p. 193.

9. Hodelín Tablada R. Enfermedades de José Martí. Santiago de Cuba: Editorial Oriente; 2007. p.137, 138.

10. Martí J. Nuestra América. En: Martí J. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo II. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 2000. p. 486.

11. Martí J. El presido político en Cuba. En: Martí J. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 2000. p 34, 35.

12. Martí J. Carta a Joaquín Macal. En: Martí J. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 2000. p.106.

13. Vitier C. Vida y obra del apóstol José Martí. Centro de Estudios Martianos, La Habana. 2004. 23

14. Martí J. Carta a Rafael Serra. En: Martí J. Epistolario en cinco tomos. Tomo II. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1893. p. 266.


Recibido: 04/06/2010

Aprobado: 02/08/2010

 


Ana Lidia Torres Armenteros. Licenciada en Economía Política, Máster en Metodología de la Investigación, Profesora Auxiliar, Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Departamento de Filosofía e Historia, Carretera Central Oeste Km 4½, Camagüey, Cuba, CP. 70 700. alidia@iscmc.cmw.sld.cu