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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med vol.11 no.3 Ciudad de Camaguey sep.-dic. 2011

 

CÁTEDRA

Disciplina Inglés en la formación cultural de los estudiantes de universidades médicas cubanas

English discipline within the cultural education of Cuban medical university students

 

Mayelín Soler HerreraI, María Antonieta Alfonso BallesterosII, Luis Alfredo Díaz CruzIII

I. Licenciada en Educación especialidad Lengua Inglesa, Profesora Auxiliar, Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Facultad de Estomatología, Departamento de Inglés, Carretera Centra Oeste Km 4½, Camagüey, Cuba, CP. 70700. msoler@finlay.cmw.sld.cu

II.Doctora en Ciencias Pedagógicas, Licenciada en Educación especialidad Lengua Inglesa, Máster en Ciencias de la Educación Superior, Profesora Asistente, Centro Provincial de Superación para el Arte y la Cultura de Camagüey, Avenida de los Mártires # 263, La Vigía, Camagüey, Cuba, CP. 70200. pavelgm@finlay.cmw.sld.cu

III. Licenciado en Educación especialidad Lengua Inglesa, Profesor Asistente, Investigador Agregado, Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Centro de Desarrollo de las Ciencia Sociales y Humanísticas en Salud, Carretera Centra Oeste Km 4½, Camagüey, Cuba, CP. 70700. ldcruz@iscmc.cmw.sld.cu 


 

RESUMEN

La disciplina Inglés favorece la formación cultural de los estudiantes de las universidades médicas cubanas. En este trabajo se propone sobrepasar el aprendizaje lingüístico para lograr un mayor entendimiento entre culturas, desde la enseñanza del inglés como lengua extranjera. Lo anterior posibilita que los futuros profesionales respondan cada vez más a las demandas del contexto y del ejercicio de sus carreras dentro y fuera del país.

Palabras clave: DIVERSIDAD CULTURAL; EDUCACIÓN PROFESIONAL; ENSEÑANZA; APRENDIZAJE; ESTUDIANTES.


ABSTRACT

English discipline favors the cultural education of Cuban medical university students. This paper proposes to go beyond the linguistic learning and gain a wider understanding among cultures, from the teaching of English as a foreign language. The latter increases future professionals’ response to context and career demands inside the country and abroad.

Keywords: CULTURAL DIVERSITY; EDUCATION, PROFESSIONAL; TEACHING; LEARNING; STUDENTS.


 

 

INTRODUCCIÓN

Educar, instruir y enseñar para formar futuros profesionales es una prioridad del Estado cubano. En este empeño, los sistemas de enseñanza pretenden la educación integral de los individuos. Díaz-Canel Bermúdez1, ministro de Educación Superior cubana, ha enfatizado en la formación de valores, promoción y difusión del conocimiento, y el desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica, lo cual constituye una constante en el ininterrumpido proceso de perfeccionamiento de este nivel de enseñanza.

La Educación Médica Superior cubana ha trazado estrategias encaminadas al logro de la formación integral y humanística de todos sus estudiantes.2 Es por ello, que en la búsqueda de la excelencia, se pretende la formación de un profesional de la salud, con amplio perfil acorde con las exigencias antes mencionadas. Las universidades médicas cubanas están involucradas en dicha tarea. Sus facultades de Estomatología juegan un papel importante en la formación holística de los futuros profesionales.

A la luz de estas ideas, resulta interesante valorar la inclusión de la formación cultural al escenario de la enseñanza como aspecto esencial en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La realidad de la Educación Médica Superior cubana favorece la formación cultural de los estudiantes. Sin embargo, no se toma en cuenta el tratamiento de los elementos culturales en el proceso formativo desde una disciplina. En el orden nacional, el tratamiento de dichos elementos se concibe desde una mirada estrecha que dificulta particularizar en aquellos que posibilitan su sistematización dentro del proceso docente de enseñanza-aprendizaje.

Específicamente en la enseñanza del inglés como lengua extranjera se han realizado varios estudios2-4, los que han contribuido al desarrollo y el perfeccionamiento del proceso de enseñanza-aprendizaje de este idioma. No obstante, se aprecia un limitado tratamiento en cuanto a la formación cultural. Estas carencias teóricas demuestran la necesidad de revolucionar la enseñanza del inglés en la Educación Médica Superior. Entender esto y trabajar para lograrlo son retos a enfrentar con audacia, paciencia y profesionalidad. El presente trabajo aborda el restringido tratamiento que se le atribuye a la formación cultural en la enseñanza y el aprendizaje de la disciplina Inglés, en las universidades médicas cubanas.

 

DESARROLLO

La Disciplina Inglés forma parte del Ciclo de Formación General de la carreras de los Centros de Educación Médica Superior cubanos. En su programa se destaca que no solo desempeña un papel académico en el plan de estudio, sino que constituye un instrumento necesario para el trabajo profesional y el desarrollo científico de los futuros profesionales de la salud, a la vez que posibilita las relaciones de cooperación de este sector con un elevado número de países.5

Por tanto, conviene insistir en la necesaria formación y el desarrollo de los conocimientos, los hábitos y las habilidades en dicho idioma, con la finalidad de preparar integralmente a los futuros profesionales para un desempeño cabal en cualquier parte del mundo. De manera que es evidente en la universidad médica la disyuntiva entre la formación de un tipo de profesional que mantenga y sustente los logros alcanzados por un sistema de salud en vías de perfeccionamiento y el desarrollo de las potencialidades del idioma. Este último deviene eslabón imprescindible en la correcta preparación del personal de la salud.

Las carreras de Medicina, Estomatología, Enfermería, Psicología y Tecnología de la Salud forman este tipo de profesional, y tienen a la disciplina Inglés incluida en sus planes de estudio. El inglés general se imparte en los primeros años de las mencionadas carreras, mientras que se enseña inglés con fines específicos en los últimos, excepto en Tecnología. La distribución de las asignaturas de la disciplina Inglés permite desarrollar una estrategia de integración con el resto de las disciplinas. Asimismo, las herramientas que dicha disciplina proporciona pueden ser utilizadas por las demás asignaturas que conforman los planes de estudio, para elevar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en todas ellas.

Se considera que la disciplina Inglés responde en un amplio sentido a los objetivos generales del paradigma de profesional que se quiere formar, lo que resulta primordial para adquirir una cultura general integral sustentada, en un sentido estrecho, en el desarrollo de las habilidades, los objetivos, los contenido, entre otros aspectos inherentes al idioma.

Para que la apropiación del contenido propicie un carácter desarrollador que permita su aplicación de forma creativa, resulta importante valorar el papel esencial de las habilidades que se logren en los estudiantes. Diversas investigaciones6-8 han abordado la temática desde la propia base. Otros autores9-11 consideran que las habilidades se desarrollan en la actividad, lo que implica un dominio de las formas de la actividad cognoscitiva, práctica y valorativa; o lo que es lo mismo, el conocimiento en acción. Es oportuno explicar que se privilegia el denominado enfoque histórico-cultural, el cual se asume en este trabajo pues reconoce la cultura en sociedad y el carácter desarrollador del proceso de enseñanza-aprendizaje.

A partir de estas consideraciones, se puntualiza que la enseñanza de la disciplina Inglés en la Educación Médica Superior demanda de los estudiantes un desarrollo en cuanto a hábitos y habilidades comunicativas en dicho idioma. Esta apropiación debe concebirse sobre la base de lo explicado anteriormente y un profundo conocimiento de la cultura general que propicie lograr un desempeño profesional eficaz en su vida laboral. Tales efectos resultan significativos y requieren la primacía de un método o enfoque en la enseñanza del idioma que permita la formación de un profesional cumplidor de las exigencias antes descritas.

Es importante el conocimiento de tres métodos o enfoques generales sobre la naturaleza de la lengua. Entre los más tradicionales se encuentra el estructural, que considera a la lengua como un sistema de elementos estructurados de manera que codifiquen el significado. Desde esta perspectiva se encuentran el audiolingual, la respuesta física total y la vía silenciosa; esta última se centra en el aprendizaje inductivo de la gramática y separa la lengua de su contexto social. Otra propuesta la constituye el enfoque de tipo funcional, basado en la semántica y la teoría comunicativa. Además de reconocer a la lengua como proceso social, incluye otros subprocesos entre los que se destacan el personal, el educativo, el interpersonal, el evolutivo, el comunicativo y el cultural.

El tercer enfoque general es el interactivo, el cual favorece la enseñanza del idioma al valorar las relaciones sociales, la comunicación y la interacción de los intercambios dialógicos. La enseñanza comunicativa de la lengua es un enfoque que considera la relevancia de la competencia comunicativa y los significados que subyacen en los usos comunicativos de la lengua, al conocimiento de estructuras lingüísticas.

Por tanto, es pertinente reconocer los tipos de significado que el lingüista Wilkins12 describe para este último enfoque, a los que se adscribe este trabajo pues se toman en cuenta las categorías nocionales: tiempo, frecuencia, secuencia, cantidad y lugar; asimismo, las categorías de función comunicativa, a mencionar: pedir, ordenar, invitar, entre otras; por la importancia en las disímiles situaciones comunicativas que se puedan presentar. En el caso de las primeras, la preponderancia subyace en que, a través de esos conceptos, se refleja la cultura cotidiana de un pueblo; en las segundas, en el establecimiento de una comunicación efectiva con personas angloparlantes.

Desde el marco teórico, lo anterior revela que la disciplina Inglés favorece la formación cultural de los estudiantes de las universidades médicas cubanas, al considerarse la heterogeneidad de sus contenidos. Si se quiere formar un profesional más preparado y actualizado, a tono con estas transformaciones operadas en la sociedad, entonces los contenidos de la enseñanza deben impregnarse de lo mejor de la cultura, la cual se sistematiza en ellos.13

En correspondencia con estas interpretaciones, se establecen las relaciones entre los componentes del proceso: objetivos, contenidos, métodos y procedimientos, medios, entre otros. Con toda razón son oportunos los criterios de Addine14 y Silvestre y Zilberstein15, quienes reconocen el carácter rector del objetivo, en relación con el resto de los componentes y la coordinación y subordinación entre ellos. Estos dos últimos autores consideran que los objetivos constituyen la orientación al docente sobre qué deberá lograrse con los estudiantes, en cuanto al nivel de conocimientos y exigencias desarrolladoras y educativas se refiere.

Otro criterio igualmente acertado es el de Álvarez16, quien explica que los objetivos resultan un elemento mediador entre la sociedad y la enseñanza, además de influir sobre todo el proceso en su conjunto y proporcionar un carácter orgánico y de sistema a la educación. De modo que los objetivos surgen de forma general en el programa de la disciplina Inglés y hacen su concreción en los diferentes objetivos por unidades. A partir de estos últimos y teniendo en cuenta las exigencias y las particularidades del contexto, el profesor define, entonces, los de la clase. Ello implica que se cuente con un contenido, pues de otra manera son innecesarios los objetivos.

Lo anterior conduce al reconocimiento del carácter rector de los objetivos, sin dejar de considerar al contenido como lo que es, un componente indispensable en el proceso docente-educativo. Se coincide con Addine14, quien refiere que los contenidos son los sistemas de conocimientos, habilidades, relaciones con el mundo y experiencias de la actividad creadora; asimismo, con Silvestre y Zilberstein15, quienes asumen que los mismos abarcan exigencias para la instrucción, la educación y el desarrollo.

Es común la tendencia de centrar la atención en los procesos de cognición por sobre los desarrolladores y educativos. Sin embargo, es atinado explicar que los procesos cognoscitivos resultan efectivos según se desarrolla el pensamiento del estudiante. En ese contexto, se necesita de una correcta selección de las vías o modos de organizar la actividad cognoscitiva de los alumnos, lo que se conoce como métodos y procedimientos.

Se seleccionan los medios de enseñanza y las formas de organización en total correspondencia con las aspiraciones planteadas en los objetivos, las características fundamentales del contenido, de los métodos y los procedimientos. Sobre este particular, conviene subrayar que los medios juegan un papel importante no solo en el desarrollo de la instrucción, sino que además constituyen una herramienta eficaz en el trabajo educativo, al contribuir a la formación de valores, cualidades e ideales en el proceso docente educativo.

De ahí que varios autores17-19 hayan dedicado especial atención a este componente en la enseñanza del inglés como lengua extranjera, al que privilegian desde varias aristas. Se puede afirmar que los medios favorecen, de una u otra forma, la comunicación y el desarrollo de habilidades comunicativas en el idioma. En este orden, se precisa aclarar que en la actualidad la comunicación se ha convertido en una categoría polisemántica, teniendo en consideración que su estudio no es privativo de una ciencia en particular, sino de varias, entre las que sobresalen la lingüística, la antropología social, la psicología, la pedagogía y la sociología, entre otras.

Es importante subrayar que desde tiempos remotos varios investigadores han aportado ideas interesantes y definiciones en relación a la temática, por lo que en este artículo se consideran los criterios de autores como Aristóteles, Vigotsky, Freud, Andréieva y Lomov. No es necesaria la fundamentación de los aportes de cada uno de ellos, pero es válido comentar que todos, de una u otra manera, concibieron la actividad práctica y la parte afectiva del hombre como elementos distintivos dentro del proceso comunicativo. En este trabajo se tienen presente sus puntos de vista al concebir la comunicación estrechamente relacionada con la asimilación de los productos de la cultura, permitido solo con el contacto con otros hombres y el análisis del habla.

Según Marx, la comunicación es: “[…] la elaboración de los hombres por otros hombres…”19, su formación mutua como sujetos sociales. Esta concepción de la comunicación ha perdurado hasta la actualidad y se le ha brindado mucha atención a la competencia comunicativa por estar presente en el resto de las competencias profesionales. Ella ha sido definida y fundamentada por numerosos autores20-22, todos la conciben en un contexto determinado y la inclusión de los procesos lingüístico, sociolingüístico y psicolingüístico.

El término competencia comunicativa se incorpora al pensamiento científicamente estructurado en la década del 70 del siglo XX. Asimismo, se distinguen los términos competencia lingüística y actuación o desempeño. En el primer caso se refiere al conocimiento que se tiene del sistema de reglas de la lengua; en el segundo, a la utilización de ese sistema de reglas en el proceder diario. Por esta razón el enfoque comunicativo privilegia el desarrollo de la competencia comunicativa, la que es entendida como la capacidad de comprender y manejar un amplio y rico repertorio lingüístico dentro de la actividad comunicativa en un contexto determinado.23 Ello implica el conocimiento del sistema lingüístico y de los códigos no verbales y de sus condiciones de uso en función de contextos y situaciones de comunicación.

Se coincide, además, con Roméu24 al señalar que la competencia comunicativa se entiende como saber y saber hacer en situaciones sociales comunicativas, que exigen de los participantes en la comunicación capacidades para adecuar la significación y los medios usados para significar a las exigencias del contexto, las jerarquías de los participantes, las relaciones de poder y otros factores. Desde esta perspectiva, resulta pertinente apuntar que para comunicar con eficiencia se necesita tener la capacidad de integración del elemento cognitivo, el componente afectivo-motivacional y el desempeño en el acto de comunicación como ser social, lo que determina el hecho de expresarse adecuadamente en determinados contextos de actuación profesional.

Ser conscientes de lo explicado es fundamental en el proceso de enseñanza del inglés, ya que se necesita de un determinado enfoque que relacione todos estos componentes en un proceso cooperativo de interpretación de intenciones. El  enfoque cultural favorece lo expuesto al posibilitar el análisis de contenidos culturales, valores, creencias e ideas intrínsecas en el aprendizaje de un idioma, además de atender factores afectivos cognitivos y situacionales. Asimismo, fomenta la competencia intercultural en la medida en que el individuo puede desarrollar la convivencia y las habilidades culturales.

De la definición de competencia cultural que sustentan Hains, Lynch y Winton25 surge la que se asume en este artículo, que es la habilidad de los individuos, que no comparten la misma cultura, etnicidad, idioma u otras variables importantes, para relacionarse y comunicarse de manera efectiva. Mayer26, más explícito, sitúa esta competencia como parte de una muy amplia del hablante de lengua extranjera e identifica la capacidad de una persona de actuar adecuadamente y de forma flexible al interactuar con personas de otras culturas y enfrentarse a expectativas, acciones y determinado tipo de actitudes.

En este orden, Vilá27 clasifica este tipo de competencia en tres habilidades fundamentales:

  1. Habilidades cognitivas, referidas al conocimiento y la conciencia de elementos comunicativos y culturales de la propia cultura y de otras.
  2. Habilidades afectivas, sustentadas en las capacidades de emitir respuestas emocionales positivas y controlar las negativas.
  3. Habilidades comportamentales, las que incluyen las verbales y no verbales que evidencian una adaptación de la conducta a la situación y al contexto.

De acuerdo con estas consideraciones se colige que en el concepto de competencia intercultural intervienen varias disciplinas tales como Psicología, Sociología, Lingüística, Filosofía, Antropología, etc. A pesar de su amplio espectro, es indiscutible su base socio-psicológica al concebir la vida social y la extraindividual en el proceso de interacción. La noción de este tipo de competencia no debe ser considerada como un nuevo método de enseñanza del idioma extranjero, sino como una vía más abarcadora, global, integral, completa, etc., de la competencia comunicativa28, la cual reconoce el desarrollo personal y social de los que aprenden.

Es importante la adquisición de recursos que se orienten eficazmente a la concreción de esta competencia e imbriquen los usos lingüísticos y comunicativos, lo que posibilita la cognición, no sólo de formas lingüísticas, sino de su uso y adecuación al contexto, y descubre estrategias para superar los problemas en la comunicación. De esta manera se coincide con Márquez-Reitier29, quien señala que las relaciones de los seres humanos no se establecen con el único propósito de intercambiar conocimientos, intenciones y sentimientos, sino también con el objetivo de establecer, mantener o terminar relaciones de amistad con otras personas. Agrega, además, que la comunicación es una forma de interacción social.

Además de reconocer el componente afectivo-cognitivo, otros investigadores30-32 enfatizan en el elemento crítico dentro del proceso comunicativo. Es imprescindible el vínculo entre el estudio de una lengua y el análisis crítico de su cultura para que los estudiantes asuman un entendimiento adecuado del fenómeno sociocultural. Toda aproximación cultural proporciona un sólido conocimiento de características sociales y culturales, las cuales se precisan conocer para no incurrir en una sucesión de errores que de alguna manera atentan contra la comunicación.

Por lo que resulta importante incluir la formación cultural en la enseñanza del idioma inglés como lengua extranjera, al tener en cuenta las potencialidades antes descritas y la variada gama de manifestaciones que el espacio cultural admite. Ello evidencia la relación dialéctica entre la formación cultural y el proceso de enseñanza-aprendizaje del inglés. Por ello es perentoria la búsqueda de recursos y medios para lograr una interacción lógica entre todos los componentes del proceso, desde una perspectiva más novedosa y creativa.

 

CONCLUSIONES

  1. La formación cultural a través de la enseñanza del idioma inglés como lengua extranjera, favorece el proceso formativo de los estudiantes de las universidades médicas cubanas, desde una perspectiva desarrolladora.
  2. La disciplina Inglés tiene potencialidades para considerar la extensa gama de manifestaciones que posibilita el espacio cultural, sin limitarlo a las manifestaciones artísticas específicamente, sino ampliarlo a los aspectos socioculturales de la lengua.
  3. La reciprocidad entre el estudio de un idioma y el análisis crítico de la cultura del pueblo que lo habla como lengua nativa, favorece el entendimiento adecuado del fenómeno sociocultural por parte de los estudiantes. Todo acercamiento cultural ofrece la comprensión de características sociales y culturales necesarias para evitar errores que atenten contra el futuro desempeño como profesionales.

 

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Entrada: 8/11/2011

Aprobado: 15/12/2011

 

Mayelín Soler Herrera. Licenciada en Educación especialidad Lengua Inglesa, Profesora Auxiliar, Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, Facultad de Estomatología, Departamento de Inglés, Carretera Centra Oeste Km 4½, Camagüey, Cuba, CP. 70700. msoler@finlay.cmw.sld.cu