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Revista Novedades en Población
versión On-line ISSN 1817-4078
Rev Nov Pob vol.13 no.25 La Habana ene.-jun. 2017
ARTÍCULO ORIGINAL
Migración y comunicación: su relación en el actual mundo globalizado
Migration and Communication: their relation on the current globalized world
Rebeca Oroza Busutil*
Yoannis Puente Márquez**
Recibido: 16 de octubre de 2016
Aceptado: 10 de enero de 2017
RESUMEN
En el mundo actual, las tecnologías de la información y la comunicación brindan múltiples maneras de acercar dos mundos, dos idiomas, dos culturas con inmediatez y calidad. La comunicación dentro del proceso migratorio es un ente indispensable de las familias transnacionales, quienes se apoyan en los medios de comunicación para mantener los vínculos afectivos e incluso solventar dificultades. Identidades y culturas que se mezclan en el proceso migratorio y el uso de las redes como fomento de la migración, son temáticas a abordar dentro de esta mirada a la relación migración-comunicación.
Palabras clave: familias transnacionales, medios de comunicación, migraciones internacionales, redes sociales.
ABSTRACT
In today's world information and communication technologies provide multiple ways of bringing two worlds, two languages, two cultures with immediacy and quality. Communication within the migration process is an indispensable entity of transnational families who rely on the media to solve problems and provide samples of love and comfort from the distance to their loved ones. Identities and cultures are mixed in the migration process and the use of networks as promotion of migration, are topics to be addressed in this look at the migration-communication relationship.
Key Words: international migration, media, social networks, transnational families.
Introducción
Las investigaciones sobre la temática de las migraciones internacionales adquieren especial relevancia en la presente coyuntura del capitalismo global. En las últimas décadas, los términos mundialización o globalización han sido citados insistentemente para describir una situación internacional caracterizada por el achicamiento del espacio planetario y la acentuada interdependencia y jerarquización entre las sociedades.
Las migraciones conducen inevitablemente a una mayor diversidad étnica y cultural en el interior de los países, transformando las identidades y desdibujando las fronteras tradicionales. En la actualidad, millones de personas en el mundo se trasladan de un país a otro, estableciéndose importantes vínculos de diverso carácter (familiar, social y económico), entre las partes vinculadas en el proceso.
Es así que el transnacionalismo migrante crea un mayor grado de conexión entre personas, comunidades y sociedades a través de las fronteras (reales o imaginarias), aportando cambios al panorama social, cultural, económico y político de las sociedades de origen y de destino. Las oportunidades y desafíos que pueden surgir de estos intercambios transnacionales, tanto para los migrantes y su familia, como para las sociedades concernientes, así como el papel y la influencia de la comunicación, en su acepción más amplia, en los actores del proceso migratorio, constituye el objeto de estudio del presente trabajo.
En este artículo se trata el tema de la comunicación y los migrantes en una sociedad globalizada. Asimismo, resulta importante conocer el papel de la comunicación en las relaciones interculturales que se establecen entre lo sujetos migrantes, para acercarnos al entorno cultural diverso que se fomenta en las sociedades receptoras de migrantes y su influencia en los estilos de comunicación.
Se debe señalar que, si bien existen investigaciones sobre el transnacionalismo migrante, el papel de las redes sociales en el fenómeno migratorio y en particular sobre el uso de los medios de comunicación, sobre todo digitales, en el caso de Cuba no abundan los estudios relacionados con estas temáticas.
Desarrollo
Migración y globalización neoliberal
En la actualidad existe una estrecha relación entre las migraciones y el fenómeno de la globalización, en un mundo donde la tecnología y el avance continuo en las comunicaciones forman parte indiscutible de la vida del migrante. En este sentido, cuando definimos la globalización nos referimos al plano de su desarrollo, entendida como la multiplicidad de los vínculos e interconexiones entre los Estados y las sociedades que conforman el actual sistema mundial.
La globalización, que debe ser esencialmente entendida como el resultado histórico del desarrollo del capitalismo y como expresión de un altísimo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, propicia una mayor internacionalización de la vida económica, un mayor grado de interdependencia entre las naciones y, por consiguiente, profundiza el carácter social de la producción. Si bien la globalización tiene sus raíces en procesos socioeconómicos, esta se manifiesta en todas las restantes esferas de la vida del planeta.
El hecho de que la globalización que realmente existe hoy, basada en las concepciones económicas, políticas y éticas del neoliberalismo, es la globalización neoliberal, trae consigo consecuencias negativas. En la esfera económica, la aplicación de la política económica neoliberal en casi todos los países, lejos de promover el desarrollo, ha traído como consecuencias una contracción de la actividad económica, unido a esto, la nueva naturaleza de la división internacional del trabajo implica que las relaciones comerciales internacionales se establezcan entre regiones o zonas específicas de los países en la cadena productiva transnacional y no entre países. Esta estrategia actual de las corporaciones transnacionales profundiza el desarrollo desigual de las regiones económicas al interior de los países (Oroza, 2004).
El aumento del desempleo, así como la incorporación a los mercados laborales de mujeres y niños desplazados por la aplicación de nuevas tecnologías, el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población mundial, los problemas migratorios, la desintegración social con el desarrollo de una serie de flagelos como la drogadicción, la corrupción y la violencia; crisis de la cultura política, el resurgimiento del racismo, la discriminación, la xenofobia, el eventual agotamiento de los recursos naturales y la contaminación del medio ambiente, constituyen, entre otros, algunos de los problemas globales que como consecuencia de este fenómeno afectan a casi todo el mundo.
No obstante, desde el punto de vista de la cooperación entre los países, dado el altísimo nivel científico y tecnológico que la acompaña, la globalización posibilita el establecimiento de acuerdos y convenios para desarrollar la ciencia y la tecnología; la exportación de tecnología novedosa de un país a otro, así como la difusión del conocimiento.
En los estudios migratorios se pretende adaptar el término transnacionalismo para ilustrar la movilidad poblacional adscrita a la globalización neoliberal. Según esta visión, las migraciones internacionales están catapultadas por la emergencia de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, que permiten que los potenciales migrantes, aún en sus lugares de origen, accedan a información sobre el modo de vida y trabajo de las grandes urbes del mundo, que demandan abundante trabajo de los países pobres.
Dada la necesidad y demanda creciente de comprensión y análisis de la realidad engendrada por los procesos migratorios y por los fenómenos socioeconómicos que implican los movimientos migratorios, tanto para las sociedades de acogida como para las de origen, es importante caracterizar el papel de la comunicación en las formas de vida de las familias en contexto de migración.
La comunicación es un término común en distintos órdenes de la vida social, desde el espacio cotidiano en el que una familia se relaciona, hasta las maneras en que distintos grupos culturales tratan de comprenderse en disímiles escenarios. Es un proceso de intercambio de información, cuyo resultado es la concreción de ideas nuevas o el reforzamiento de ideas preconcebidas.
Para Chiavenato (2006, p. 110), la comunicación es "el intercambio de información entre personas. Significa volver común un mensaje o una información y constituye uno de los procesos fundamentales de la experiencia humana y la organización social".
Por su parte, Fuentes (2000) la define en términos más generales aseverando que la comunicación no es más que las relaciones establecidas a través de múltiples mediaciones, entre producción del sentido e identidad de los sujetos sociales en las prácticas socioculturales.
Papel de los medios de comunicación en la migración
Es indiscutible el papel que los medios de comunicación desempeñan en la sociedad, dada su utilidad y carácter informativo o de entretenimiento, ya que es a partir de estos que se nutre cultural e intelectualmente un alto porcentaje de la población, lo que hace que la estructura social sea más homogénea.
Según Rojo (2005), los medios de comunicación son un instrumento de socialización, de los cuales se puede obtener información vital para todos los seres humanos, donde se modelan los sentimientos, las creencias, facilitan ciertas construcciones mentales por donde transcurre luego el pensamiento de las personas.
Los medios de comunicación constituyen por tanto los instrumentos, canales o formas de transmisión necesarias para realizar el proceso comunicativo. Según las características del medio por el que se trasmita se pueden clasificar en impreso, televisivo, digital, radiofónico, entre otros. A través de ellos se trasmiten ideas y mensajes hacia un amplio público, predominando las noticias de actualidad y los mensajes publicitarios. Curbelo (2005, p. 32) los define como instituciones especializadas en la producción y distribución masiva de productos comunicativos, para lo cual se valen de tecnologías de la información. Estas tecnologías pueden especificarse aún más atendiendo al tipo de lenguaje que reproducen ―sonoro, gráfico, audiovisual― y sus técnicas e instrumentos afines.
Al asociar estos medios comunicativos con los migrantes, se puede apreciar la interconexión existente en el mundo digital entre las familias transnacionales. Benítez (2011) promueve la existencia de un circuito transnacional de comunicación donde los migrantes crean redes de comunicación mediante las relaciones interpersonales por vías no oficiales entre sus comunidades y naciones de origen y los países con un mayor nivel de desarrollo donde se establecen.
A los factores de carácter económico y social presentes en los países de origen como impulsores de la emigración y la presencia de mecanismos y políticas de atracción de migrantes por parte de países receptores, se suma el papel de las tecnologías y los medios de comunicación que facilitan el desarrollo de un flujo continuo y el traspaso de información en dos direcciones. Como facilitadoras principales de la migración, las redes de comunicación tienen un efecto multiplicador, las cuales sirven para conseguir información, elegir el lugar de destino e insertarse en la sociedad receptora.
Esas redes se multiplican continuamente y viabilizan el proceso de salida del migrante del país de origen, inserción y asentamiento en el lugar de destino, de reagrupación familiar y en algunos casos, el proceso de retorno. También inspiran confianza y apoyo al migrante en su espacio de soledad y de conocimiento de nuevas personas que a su vez estén enfrentando este proceso, por lo que le brindan información oportuna acerca de las posibles conductas a seguir y las formas de relacionarse. La intención fundamental de las redes, ya sean de tipo familiar o profesional, es conectar a las personas establecidas en diferentes espacios y a su vez crear estrategias de desarrollo fuera del lugar de nacimiento.
Diversos autores (Portes, 1997; Roberts, Frank y Lozano, 1999) reconocen el término comunidades trasnacionales como aquellas que facilitan el desarrollo de relaciones y de otros procesos, como por ejemplo el traslado de personas, productos e información entre zonas o espacios alejados geográficamente. Los migrantes se debaten entre dos orillas, entre dos mundos que juntos conforman su realidad, ya que se involucran en el quehacer de la familia que ha quedado en el país de origen, brindando sus criterios y decisiones sin estar presente físicamente, en tanto mantienen arraigados elementos culturales originarios y su identidad, mezclándolos continuamente con los elementos que les rodean en ese nuevo lugar. Ello es trasmitido a las nuevas generaciones que, aunque no convivan con el migrante en el lugar de asentamiento, van asumiendo posturas y patrones culturales similares a la realidad expuesta a través de las conversaciones, correos, fotos y encuentros con el emigrado.
El uso de las nuevas tecnologías, como los celulares o las bancas electrónicas, posibilitan y facilitan el envío de remesas, mantener el contacto sentimental de pareja o de padres sosteniendo esas relaciones afectivas en la distancia. La inmediatez y confiabilidad de las tecnologías le brindan al migrante cierta seguridad en el proceso de gestionar los recursos económicos y le facilitan el proceso comunicativo con una alta interactividad en tiempo real con la familia y los amigos. Según Ramírez (2014, p. 112) esto "resulta más significativo cuando la persona que migra ha dejado a su pareja o sus hijos en el lugar de origen y, por lo tanto, debe buscar formas de expresar sus afectos y compromisos con el hogar, estableciendo prácticas cotidianas que reduzcan los efectos de su ausencia física".
Las redes sociales como instrumento de las familias transnacionales
Se debe destacar el papel que juegan las redes sociales y de intercambio, existentes en la Internet, compuesta por comunidades migrantes o instituciones que velan por la seguridad y hacen valer los derechos legales de estos grupos minoritarios. Autores como Portes (1997) y Enríquez (2000) plantean que las redes sociales cruzan las fronteras dependiendo de vínculos y relaciones de parentesco, amistad e identidad comunitaria y que estas comunidades llegan a ser un soporte para la inserción y adaptación social.
Las dinámicas contemporáneas de la migración y la comunicación intercultural plantean nuevas maneras de ser y estar en la movilidad, nuevas formas de compartir y convivir en las relaciones de la familia. Desde estas articulaciones entre movilidad y conectividad, las familias transnacionales confrontan problemas, rupturas culturales con las nuevas generaciones, incertidumbres y las muestras más plenas de apoyo y de amor a través de las redes sociales.
Respecto a esto, Canales y Zlolniski (2000, p. 9) expresan que "en particular, las redes sociales sirven para recrear la comunidad de origen en los lugares de asentamiento, y de esa forma reproducir la comunidad en el contexto de su transnacionalización".
Otro aspecto a debatir dentro de la construcción del imaginario sobre la migración es el rol fundamental que poseen las redes familiares y de amigos y conocidos en el intercambio de datos, información y conocimiento necesario para impulsar a migrar brindando sus propias experiencias y exponiendo modos de llevarla a buen término. Al respecto, Carpio (1992) señala que:
El establecimiento de redes da lugar al efecto dominó, es decir la reacción social en cadena que opera bajo mecanismos de imitación colectiva, lo cual es un factor de atracción de la migración que opera fundamentalmente a través de los lazos familiares. Su papel fundamental es, por un lado, reproducir en el lugar de destino formas de organización social y de comportamiento cultural como estrategias de adaptación del migrante y, por otro, mantener una red de comunicación permanente con el lugar de origen y alcanzar así una relación de identidad y pertenencia relativamente impermeable al desarraigo. (Carpio, 1992, p. 80)
Asimismo, se supone que previamente los migrantes han logrado conformar redes sociales que actúan como vasos comunicantes entre lugares de origen y destino y también funcionan como vehículos por donde transitan importantes flujos de migrantes.
"La migración actualmente no es individual sino colectiva; la decisión de los individuos a migrar es tomada en el seno familiar, en la negociación dentro del grupo de pertenencia más próximo, y se migra adonde las redes han sido tendidas y no a otro lugar" (Pascale, 2010, p. 5).
Estas redes cumplen una función informativa al instruirlos acerca de los riesgos de una travesía migratoria, en caso de ser indocumentada, por terceros países. De este modo, se van relacionando con organizaciones que ayudan a los nuevos migrantes, y también sirven de espacios de socialización y adaptación al nuevo entorno. Además de que son apoyados en sus largas rutas para llegar a sus lugares de destino por instituciones, fundamentalmente de tipo religiosas, que preparan lugares denominados casas de migrantes donde el migrante realiza una pequeña estadía para reponer fuerzas, contactar con las personas encargadas de su tránsito de manera ilegal por el país y continuar su, en muchos casos, penoso viaje.
En el caso de México, las personas encargadas del tránsito ilegal de los migrantes son denominadas en su mayoría como cibercoyotes debido a que guían mediante mensajes de texto a un grupo de inmigrantes que intentan cruzar la frontera. Sin ser nunca percibidos, se colocan en lugares estratégicos para brindar indicaciones acerca de las patrullas fronterizas y de este modo no ser capturados por las autoridades. Aunque en sus inicios se creó para el tráfico de drogas, en la actualidad es muy utilizada por los migrantes. Se utilizan principalmente celulares con sistema GPS (Sistema de Posicionamiento Global) y cámaras digitales, aunque en algunos casos son utilizados las radios. Estos celulares son facilitados a veces por los traficantes a los migrantes para que puedan realizar la ruta con éxito y en muchos casos se han usado para llamar a familiares o a emergencias en caso de peligro inminente.
Los mayores problemas que presenta esa vía de traslado es que en algunos lugares de la travesía no hay señal u ocurre una pérdida momentánea de la misma y si el viaje se torna muy largo se corre el peligro de que los teléfonos se queden sin batería. A pesar de las dificultades que enfrenta el migrante, es innegable el papel que reviste en estas operaciones el uso de las comunicaciones en un mundo cada vez más tecnológico.
En el artículo de Echeverría (2013) se ilustra lo antes señalado:
las narrativas que diversos agentes introducen a la comunidad a través de múltiples canales de comunicación ―charlas, cartas, llamadas o mensajes electrónicos incorporados en envíos y otros bienes materiales― se integran a las narrativas de los medios de comunicación ―periódicos locales, programas de televisión―y de otros agentes institucionales ―coyotes, autoridades― para crear imaginarios y representaciones acerca de migrar, lo cual tiene consecuencias pragmáticas al fungir como elementos involuntariamente persuasivos hacia dicha decisión e interactuar con otros aspectos propios de la potencialidad migratoria ―económicos, afectivos, sociales― que pudieran desencadenar una decisión de movilidad. (Echeverría, 2013, p. 3)
A ello se le suma la idea preconcebida de que esas beatitudes no pueden ser obtenidas en el lugar de residencia, lo que reafirma la disposición a emigrar de la persona para conformar su proyecto de vida lejos de su cotidianidad ya que empieza a renegar y desfavorecer sus expectativas de futuro en la localidad de nacimiento. El impacto de este fenómeno es mayor cuando las comunidades de origen y destino se compenetran en la formación de una comunidad transnacional que se comunica de manera permanente a través de tecnologías de comunicación e intercambio de mercancías (Echevarría, 2013; Brettel y Hollifield, 2008; Schimitter, 2008).
Es innegable que el uso de TICS debe ser impulsado como un medio que facilite el tejido de las redes migratorias y potencialice la formación de comunidades virtuales transnacionales, permitiendo no solo la interacción entre dos o más personas, sino facilitando la transmisión del conocimiento requerido para salir adelante en la adaptación social y cultural de todo proceso migratorio transnacional.
Muchos migrantes se apoyan en la televisión y otros medios masivos de difusión para enfrentar la diversidad lingüística y conocer mejor las costumbres del país receptor, así como ver programas de televisión propios de su tierra natal o seguir de cerca las últimas noticias desde los periódicos que frecuentaba leer antes de migrar. De esta manera se acercan a la realidad de la familia que dejaron atrás y se interrelacionan con la nueva vivencia a la que se están enfrentando apoyados en las redes comunicativas formadas en el proceso migratorio.
Por último, se debe mencionar otra arista del fenómeno de la comunicación y su influencia en la vida del inmigrante y es la visión brindada por los medios de comunicación en los países de destino acerca del fenómeno migratorio y del migrante que, en su gran mayoría, divulgan una imagen negativa, al calificarlos de indeseables y responsabilizarlos de los principales problemas que afectan a la sociedad tales como el desempleo, el aumento del índice de criminalidad, drogadicción, entre otros, formando así una imagen ficticia del inmigrante. Para ello utilizan como principales recursos las características propias de la sociedad de origen: cultura, idioma, religión, raza, entre otros.
Conclusiones
Los patrones migratorios en la actualidad han cambiado. La migración puede ser de corta o larga duración, temporal o permanente, o consistir en una serie de itinerarios en múltiples etapas, incluido el retorno al punto de origen. A raíz de estas transformaciones, los migrantes bien pueden estudiar en un país, trabajar y criar a sus hijos en otro, y jubilarse en un tercero, además de muchas otras variaciones más. Es por ello que los migrantes y sus familiares viven su experiencia transnacional como una fuente de enriquecimiento personal y de desarrollo donde se acrecientan las oportunidades educativas, laborales y de estilo de vida. Además se desarrolla el lenguaje y el uso de las tecnologías y se pone de manifiesto la diversidad cultural de las comunidades migrantes y la interculturalidad reinante en el sujeto y su familia.
Los medios de comunicación, en particular las redes sociales, constituyen herramientas de interacción del aquí y el allá, las dos realidades del migrante, la sociedad de origen y la sociedad de destino, conformando un puente de solidaridad, apoyo y amor donde se toman decisiones y se asumen roles en la distancia. Asimismo aportan experiencias e informaciones que conforman el imaginario de los potenciales migrantes hacia una sociedad de ensueño con un mejor futuro y calidad de vida.
Estos medios comunicativos masivos también afectan la imagen y permanencia del migrante en los países de destino a través de campañas en contra de los inmigrantes, expresión del sentimiento xenófobo, discriminatorio y racista que existe hacia ese segmento de la población.
Es importante resaltar que las redes sociales y la Internet han incrementado la posibilidad de visibilidad, construcción de identidades y de comunicación en el seno de un colectivo migrante en las sociedades de destino. A la vez refuerzan la transnacionalidad de las comunidades migrantes acercando los espacios físicos y desdibujando las fronteras.
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* Doctora en Ciencias Políticas. Profesora Asistente. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana, Cuba. E-mail: rebecaob@cedem.uh.cu
** Máster en Bibliotecología y Ciencias de la Información. Profesora Instructora. Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), Universidad de La Habana. E-mail: yanniscamila@cedem.uh.cu (Contacto principal).