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Revista Novedades en Población

versión On-line ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.13 no.25 La Habana ene.-jun. 2017

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

El envejecimiento demográfico, un reto desde las políticas públicas en el municipio Placetas en Villa Clara

 

Demographic aging, a challenge from public policies in Placetas municipality, Villa Clara

 

 

Maibelín Carrasco Pérez*
Hussein Said Atuy Vidal**
Héctor González Fuentes***
Neisy Cordero Plata****
María de los Ángeles Medina Muñoz*****

 

Recibido: 4 de marzo de 2017
Aceptado: 25 de marzo de 2017

 

 


RESUMEN

El envejecimiento demográfico constituye una preocupación a nivel mundial, y específicamente para la sociedad cubana actual, lo que exige una atención prioritaria desde las políticas públicas; así como la necesidad del cambio en cuanto a la percepción cultural desde la que este es asumido. En Cuba la provincia de Villa Clara es la más envejecida, y en ella, el municipio Placetas resulta el más envejecido, y el segundo con los índices de envejecimiento más elevados del país, debido a la acelerada disminución de la natalidad y la continuada emigración de jóvenes hacia el exterior del país. Este trabajo tiene el objetivo de contribuir a la gestión que se lleva a cabo, a partir de la implementación de las políticas públicas, en función del tratamiento del envejecimiento demográfico en Placetas, desde la perspectiva de lo comunitario, como vía factible para el logro de vínculos de simetría y horizontalidad en cualquier ámbito. Se empleó el enfoque mixto, a partir de la aplicación del análisis de documentos, la entrevista no estandarizada y el método estadístico matemático. Los resultados proporcionan la comprensión de la dinámica del fenómeno del envejecimiento, como una consecuencia del desarrollo cultural, y del sistema de contradicciones sociales; además de la visión con la que debe ser tratado desde las políticas públicas. Se señalan los retos que, en este sentido, existen desde la implementación de estas. El estudio es una contribución a la labor de instituciones cuyo encargo social incluye la atención a la familia y a los adultos mayores.

Palabras clave: envejecimiento demográfico, lo comunitario, políticas públicas.


ABSTRACT

Demographic aging is considered a worldwide concern, particularly for present Cuban society, which demands a priority care from public policies; as well as the need of change according to cultural perception from which it is assumed. In Cuba, Villa Clara province has the oldest population, and in it, Placetas municipality turns out to have the oldest population too, and is the second one in the country with the highest aging rates, because of the elevated decrease of births, and the continuous emigration of young people to other countries. With this work we would like to help in the management carried out, from implementing public policies, to treat demographic aging in Placetas, from the perspective of the community, as a possible way to achieve symmetry and horizontality bonds in any field. The mixed approach, from applying the documentary analysis, non-standardized interview and mathematic statistic method, was applied. The results obtained provide an understanding about the dynamics of aging phenomenon as a consequence of cultural development, and the system of social contradictions, besides the vision through which it should be treated from public policies. The challenges, which in this point appear from their implementing, are outlined. The study itself is a contribution to the role of institutions, whose social purpose includes the attention to families and elders as well.

Key words: Demographic aging, from the community, public policies.


 

 

Introducción

El envejecimiento demográfico y la vejez en el escenario del desarrollo cultural mundial se han convertido, desde las últimas décadas, en un motivo de interés universal (Viveros, 2007). Se consideró como "uno de los fenómenos fundamentales de finales del siglo XX y se ha previsto que será el más importante del siglo XXI" (Colectivo de autores, 2012, p. 1). De ahí que sea necesaria una pertinente proyección en los distintos contextos, que responda oportunamente a las transformaciones sociales que en el orden económico y cultural este demandará.

El notable crecimiento del número de ancianos reclama que la sociedad y cada individuo en particular asuman una nueva forma de vida. Para la sociedad significa cambiar la percepción cultural del adulto mayor; para el individuo mismo significa aceptar sus limitaciones y potenciar sus capacidades. Aprender a envejecer debe convertirse en aprender a aprovechar las opciones que brinda esta etapa de la vida. Una concepción de la vejez más equilibrada implica su reconocimiento como una etapa vital diferente a las anteriores: no como punto de llegada, sino como continuidad del desarrollo, donde se acentúa la individualización de la personalidad.

El envejecimiento se ha convertido en uno de los fenómenos que más atención demanda en la sociedad cubana actual. No puede obviarse que el comportamiento de la esperanza de vida en Cuba trae consigo el incremento del índice de envejecimiento demográfico. Muchos han analizado este fenómeno como algo negativo para la sociedad, sin embargo, es el resultado de un adecuado nivel de calidad de vida que propicia la prolongación de esta. Lo importante es asumir el fenómeno del envejecimiento desde una perspectiva que progresivamente brinde una seguridad y asistencia social pertinentes, así como alternativas para fomentar la natalidad y la fecundidad debidas y deseadas.

Aunque la natalidad y la mortalidad, como es sabido, constituyen factores que pueden hacer cambiar el peso de unas edades respecto a otras, y tienen marcada influencia en el volumen total de la población, son también las migraciones un factor de medular influencia en la población de los escenarios locales. Ellas han implicado de manera sobresaliente a los jóvenes, y sus efectos no se han limitado a la despoblación y a la escasez de este sector etario en esos entornos, sino que se han extendido a efectos sociales de mayor envergadura.

La emigración al exterior, específicamente a Estados Unidos, como elemento particular de la realidad cubana, ha sido asumida como estrategia de solución económica por una parte de la población y de las familias (Gazmuri, 2007). Arriban a ese país, legalmente, entre 30 y 40 000 personas al año (Arés, 2011).

No caben dudas de que el desarrollo cultural alcanzado ha tenido una marcada influencia en la estructura de la familia y en la incidencia de personas ancianas (Gazmuri, 2007). Pero lo que puede cambiar al respecto es el tratamiento que las sociedades dan a las personas según su edad, por la trascendencia y consecuencias sociales que esto puede tener.

El envejecimiento demográfico, con importantes consecuencias (Toledano, 2011) en el desequilibrio de las estructuras demográficas por edad, por la disminución de las generaciones de niños y jóvenes en las sociedades, hoy impone a la población de adultos jóvenes, no solo el reto de asegurar, en un futuro mediato, la producción de las localidades, de sostener una cifra considerable de ancianos y de fortalecer los sistemas de seguridad social; sino también de contrarrestar el riesgo de degradación de la solidaridad entre generaciones; así como de mantener en medio de estas condiciones la creatividad social. 

En el contexto cubano el envejecimiento demográfico adquiere valores elevados: se incrementa la población de 60 años y más, y se espera que para el 2025 esta represente el 25% de la población total (Colectivo de autores, 2015). Algunos especialistas han proyectado que dentro de dos o tres décadas Cuba será el país más envejecido de América Latina y el Caribe (Alfonso, 2004).

En este escenario, despunta la provincia de Villa Clara como la más envejecida hasta el momento, y donde los análisis demográficos anticipan un sostenido crecimiento de la población de adultos mayores (Diz, 2015).

Especial interés ocupa el municipio villaclareño de Placetas, por ser el más envejecido de la provincia, y el segundo con los índices más elevados de envejecimiento demográfico en el país (Centro de Gestión para el Desarrollo local, 2014), como consecuencia de la acelerada disminución de la natalidad y de la continuada emigración de jóvenes hacia el exterior del país.

Tal situación exige una atención prioritaria desde las políticas públicas, en tanto mediadoras entre el Estado y la sociedad civil. Ellas no son únicamente la expresión de un discurso, a través de documentos rectores en diversos ámbitos, sino que tienen también su expresión desde su realización en el funcionamiento institucional, aspecto en el que se centra el presente trabajo, el que tiene como objetivo:

Contribuir, desde la perspectiva de lo comunitario, a la gestión que desde la implementación de las políticas públicas se lleva a cabo en función del tratamiento del envejecimiento demográfico en Placetas.

Se empleó la metodología mixta para ofrecer una perspectiva más amplia en la comprensión de la complejidad del fenómeno objeto de estudio; a partir de la aplicación de entrevistas no estandarizadas, el análisis de documentos, así como el método estadístico-matemático.

El trabajo pretende alertar por dónde va la dinámica del fenómeno del envejecimiento demográfico, y sobre la visión con la que este debe ser atendido y tratado desde las políticas, como un resultado del desarrollo y del sistema de contradicciones sociales que están operando, lo que implica asumir dialécticamente la realidad.

Los resultados obtenidos ayudan a la comprensión de la situación actual, a la vez que contribuyen a la toma de decisiones respecto a la necesidad de proyecciones objetivas desde las políticas sociales en el entorno analizado.

 

Desarrollo

El envejecimiento demográfico es hoy uno de los fenómenos fundamentales en el entorno del desarrollo mundial, y en el contexto cubano adquiere valores significativos.

El envejecimiento y su percepción no solo implican proyecciones en cuanto a seguridad social, producciones con menor fuerza de trabajo, entre otras; sino que resulta significativa la perspectiva cultural desde la que este es asumido.

No es posible la exclusión de los elementos culturales y de la objetividad en la relación del binomio cultura-desarrollo, ya que solo puede asegurarse un desarrollo equilibrado mediante la integración de los factores culturales en las estrategias para alcanzar el desarrollo.

Una concepción cultural del desarrollo, en las nuevas condiciones, exige el replanteamiento del alcance y el carácter de las políticas, construir voluntades, montar estructuras y asegurar los recursos para crear las condiciones que conduzcan a la más plena realización del ser humano, para que cada cual pueda desarrollar sus potencialidades. No hay un solo campo de la actividad social y económica que no tenga algún nivel de impacto cultural. Por lo tanto, las políticas deben tener un alcance interinstitucional y articulador de las estrategias de desarrollo.  (Boza, 2007, p. 11)

En la implementación de políticas no siempre se reconoce la dimensión cultural del desarrollo y el papel de los sujetos en él, producto de la propia fragmentación provocada por las múltiples concepciones respecto a las dimensiones del desarrollo y de su no comprensión como relación social, que han generado también fragmentaciones en diferentes campos de la realidad. El proceso de movimiento de la realidad social obliga a cambiar la forma de pensarla.

Si los fines declarados desde las políticas son comunitarios, los medios para su puesta en práctica también deberán serlo, elemento vital para un verdadero desarrollo, teniendo en cuenta la misión de este, a partir de los distintos presupuestos propugnados, como parte del proceso de reconstrucción epistemológica que demanda la realidad en las condiciones actuales, para que sirva de base a una práctica eficaz en los distintos entornos (Espina, 2004). Solo así será posible el logro de las estrategias, en función del desarrollo del factor humano, como fin último del quehacer institucional en la sociedad.  

En este sentido lo comunitario[1] de naturaleza vincular debe estar contenido en la lógica funcional de las instituciones; y en la sociedad civil, representada por las comunidades, aflora como cualidad a partir de la identificación de contradicciones, y esta es la clave para comprender y gestionar el desarrollo (Riera, 2012), pues es la contradicción la que define la potencialidad social del desarrollo.

La finalidad más importante de las políticas públicas es la emancipación del ser humano, partiendo del ideal del poder ser en la praxis comunitaria, por lo que la implementación de estas, como intencionalidad del Estado para garantizar el bienestar de las masas, como expresión de valores compartidos y articulación entre la sociedad política y la sociedad civil debe partir del análisis de contradicciones y de la diversidad y las diferencias en los distintos escenarios; así como de la necesidad de anticipación y valoración de las consecuencias del impacto futuro de determinados fenómenos como el envejecimiento, para así evitar las actitudes de carácter paliativo y circunstancial de orientación asistencialista, con consecuencias muy negativas para las sociedades (Romero, 2009).

El envejecimiento demográfico adquiere hoy una connotación e incidencia relevantes en el entorno mundial, con implicaciones significativas para la realidad demográfica cubana actual; estas condiciones exigen un replanteo de posiciones en lo que respecta al tratamiento al adulto mayor.

Por ello es pertinente no perder de vista la perspectiva sociológica, la cual tiene en cuenta la actividad, los roles y funciones, así como la posición que ocupan los sujetos en la estructura social y grupal. Esa posición define comportamiento, niveles de participación y motivación. De ahí que se hace necesario considerar la relación con el adulto mayor como una relación sujeto-sujeto y no sujeto-objeto. Esta última variante ignora las posibilidades de actividad que puede tener este, y en diversas ocasiones prevalece como concepción en su tratamiento.

Cada día se hace más imperioso privilegiar y diversificar los espacios sociales y comunitarios dedicados a este sector, teniendo en cuenta tanto sus intereses, necesidades y aspiraciones, como las limitaciones de movimiento y traslado que por la edad puede tener.

 

Comportamiento del envejecimiento en Placetas

La población de la provincia de Villa Clara está considerada la más envejecida del país (Oficina Nacional de Estadísticas e Información [ONEI], 2016). La figura 1 representa la cifra total de población correspondiente a 790 191 habitantes, de ellos son adultos mayores 180 513, lo que representa el 22,84% del total poblacional.

En esta provincia, el municipio Placetas está reconocido como el más envejecido, y el segundo con los índices más elevados de envejecimiento demográfico en el país; así lo evidencia el comportamiento de varios indicadores reflejados en la tabla 1.

La figura 2 indica que la población total del municipio es de 68 394, de ellos 17 038 son adultos mayores, lo que representa el 24,91% de la población total (ONEI, 2016).

Las cifras representadas evidencian que Placetas presenta un 2,07% por encima del porcentaje de adultos mayores, correspondiente a la provincia de Villa Clara. El comportamiento de la población en el territorio placeteño responde a la tendencia expresada en la pirámide poblacional del país.

En la figura 3 se reflejan los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística e Información en el Anuario Estadístico de Villa Clara correspondiente al año 2015.

Puede apreciarse que la población del municipio disminuyó en 2 814 habitantes en los últimos seis años, e ilustra que esta recaída se hizo mucho más brusca entre los años 2011 y 2012, etapa en que la emigración fue muy acentuada.

Por otra parte, se ha hecho evidente la disminución de la población en la zona rural del municipio con respecto a décadas anteriores; se cuenta actualmente con 20 157 personas en dicha zona.

La tabla 2 muestra la oscilación de los grupos de edades entre los años 2014 y 2015.

Los grupos de 40 a 44 años, de 45 a 49 y de 50 a 54 años resultan mayoritarios, lo que implica que en el futuro mediato se incluirán en el grupo de adultos mayores, por lo que aproximadamente dentro de diez años este grupo de edad alcanzará cifras nunca antes experimentadas. Este análisis refleja una correspondencia con estudios demográficos nacionales (Albizu-Campos, 2015).

El consejo popular urbano Pujol Los Chinos constituye el más envejecido del municipio, con un 25,5% de envejecimiento, seguido de los consejos rurales Hernando Nazareno y Falero Sabanilla. Los consejos populares menos envejecidos los constituyen Vigía Copey (urbano), Manzanares y Benito Juárez (rurales), aspectos estos a tener en cuenta en la proyección de opciones socioculturales.

La figura 4 indica que el grupo de edad de 40 a 59 es predominante y, por tanto, se constata uno de los cambios fundamentales en la estructura de edades, avizorados desde los análisis demográficos realizados nacionalmente: la aceleración del proceso de envejecimiento, y el rápido y sostenido incremento de la población senescente, lo que genera a su vez otro de los cambios cualitativos experimentados por la población en la estructura de edades: el crecimiento sostenido del grado de dependencia entre la población activa y la inactiva (Albizu-Campos, 2015).

Esta situación supone la necesidad de niveles importantes de sustentabilidad y de inversiones por parte del Estado, para la atención a este imperativo que impone la dinámica demográfica actual.

Pero no solo eso es definitorio, pues la indispensable perspectiva de mejorar la calidad de vida de los ancianos implica también propiciar relaciones de afecto, de solidaridad y de cooperación; brindarles una atención integral y diferenciada que los mantenga más activos, sobre todo, a aquellos libres de discapacidades; estimular la participación comunitaria en la búsqueda de soluciones a sus intereses y necesidades espirituales; así como facilitar el desarrollo de un papel activo de estos en su cotidianidad, aun fuera del marco familiar, que les facilite el desarrollo de una vida normal autónoma, y que les propicie la adaptación, como indicadores de una verdadera salud comunitaria.

La tabla 3 evidencia la disminución en la densidad de población y el comportamiento de la tasa de crecimiento de esta en cinco años (ONEI, 2016).

Esto permite explicar que no se cumplan los pronósticos de crecimiento, ante la baja tasa de natalidad, y se manifiesta de manera recurrente en cada mes del año, que el número de fallecidos casi duplica el número de nacidos.

En la figura 5 se representa la sostenida disminución de la natalidad, con muy inferiores niveles con respecto a la mortalidad, como índice que atestigua el envejecimiento demográfico que hoy presenta el municipio.

Los análisis realizados respecto a las causas de la baja fecundidad como factor de incidencia determinante en el proceso de envejecimiento, han apuntado que es el resultado, entre otros fenómenos, de las contradicciones originadas por la crisis económica, a partir de la constricción del nivel de vida de la población (Albizu-Campos, 2015); aunque, como otros estudios realizados por diversos autores, las técnicas aplicadas en este estudio (entrevistas no estandarizadas a mujeres de familias con altos, medianos y bajos ingresos económicos) constataron que también es el resultado de la preparación y de los accesos de los que disfruta la mujer, de la conciencia crítica de esta respecto a no perderlos; y, por tanto, un efecto del desarrollo cultural alcanzado.

Por otra parte, se pudo constatar que el nivel de emigración es superior al de inmigración en el municipio. En el año 2014 la tasa de saldo migratorio fue de -1,2 (457 emigrantes y 375 inmigrantes).

En el 2015 el saldo migratorio interno correspondió a −28; el externo, muy superior a este, −181. El saldo migratorio total fue de −209, el que representa el 10,4% de la provincia. La tasa de saldo migratorio total se incrementó considerablemente en relación con el 2014 (−3,1 en el 2015), la que resulta superior a la de Villa Clara, como ya se ilustró en la tabla 1.

El incremento de la emigración provoca fuertes efectos en cuanto a la situación familiar de los miembros de la tercera edad. Dichos efectos se reflejan en el cambio de los convivientes o pérdida de estos, lo que a su vez ha afectado desde el punto de vista psicológico a estas personas. Tal situación puede llevar a una ruptura en el proceso de reproducción de valores que han sostenido históricamente una relación familiar auténtica (Díaz, Durán, Valdés, Chávez y Alfonso, 2001).

Los análisis anteriores permiten confirmar que el envejecimiento constituye un resultado, también, del sistema de contradicciones hoy evidenciado, en torno al alza progresiva de la emigración hacia el exterior del país.

La figura 6 refleja el comportamiento de la población en edad prelaboral y en edad laboral. Lo que no solo despierta una preocupación por el remplazo de la fuerza laboral del territorio, sino la necesidad de proyección de un alto nivel de seguridad social a largo plazo.

 La figura 7 evidencia que solo el 0,46% de los adultos mayores que viven en el municipio están vinculados a instituciones (Hogar de Ancianos, Casa de Abuelos y Hogar atendido por la Parroquia Católica).

Ello implica que la generalidad de los ancianos que demandan atención son atendidos por sus familiares y/o cuidadores. Este comportamiento se debe, entre otras razones, a elementos de carácter cultural reflejados de manera general en el país. La familia cubana se ha mantenido aglutinada y la atención a los ancianos ha constituido una importante función dentro del hogar.

Por ello el cuidado en instituciones aún provoca cierto rechazo en los miembros de la sociedad, a pesar de las condiciones que paulatinamente se han ido creando en dichas instituciones en función de la calidad de la atención. No caben dudas de que la familia no puede ser sustituida por otras instituciones. En Cuba resulta significativo el aporte de la familia como institución a la reposición de la fuerza de trabajo, a garantizar el crecimiento y mantenimiento de sus miembros, específicamente de los adultos mayores, en medio de la complejidad actual, originada por las profundas transformaciones económicas operadas en el país (Arés, 2011).

No obstante ello, se incrementa, cada día más, la necesidad de la institucionalización, debido a la cantidad de ancianos que viven solos, o por cambios ocurridos en la estructura de las familias, en las que han quedado uno o varios ancianos imposibilitados, como efecto de la emigración. En algunos casos, también, por condiciones de afección física, que les impiden permanecer fuera de la atención médica que hoy se brinda en los Hogares de Ancianos. Es preciso señalar que en Placetas la disponibilidad de las instituciones para el cuidado de ancianos hoy no suple la demanda que de ellas existe, asunto al que debe concedérsele prioridad en las proyecciones mediatas de los planes de la economía.  

Actualmente la atención a la tercera edad constituye objetivo de interés para el trabajo sociocultural. Se aplican las acciones del Programa Nacional de Atención Integral al Adulto Mayor, con el propósito de contribuir a un envejecimiento saludable y a una vejez satisfactoria, mediante acciones de promoción, prevención, asistencia y rehabilitación; así como las acciones incluidas en la Estrategia de Prevención, Atención y Asistencia Social, dirigida a familias con problemas asociados a los adultos mayores. Además del Programa de Atención al Envejecimiento Poblacional desde los gobiernos locales.

No obstante ello, la práctica cotidiana evidencia que el envejecimiento y sus implicaciones a mediano y largo plazo constituyen un reto para cubanos y placeteños. De ahí que su tratamiento desde lo institucional resulta hoy una de las prioridades sociales. Se necesita aún más de la acción movilizadora de instituciones culturales, de Salud, deportivas y otras implicadas, en la implementación de las diversas políticas. Pero también requiere de acciones a nivel de los Grupos de Trabajo Comunitarios en los distintos entornos, en fin, de vínculos de simetría y horizontalidad que propicien la integración, la participación y cooperación, a través del desarrollo de acciones con niños, jóvenes, adultos y con la tercera edad.

No debe obviarse que ninguna institución por sí sola puede llevar a cabo de manera óptima su encargo social, ello demanda el accionar y el apoyo comunitarios. Reclama entonces de una participación diferenciada (Alonso, Rivero y Romero, 2015), de acuerdo con la función de cada actor social, pero que al mismo tiempo procure una solidaridad orgánica (Durkheim, 1951), es decir, cooperación desde el rol como condición necesaria para una participación organizada (Weber, 1944), que tenga en cuenta las limitaciones, potencialidades y posibilidades para la atención y tratamiento al envejecimiento demográfico desde la implementación de políticas públicas.

Debido al progresivo envejecimiento demográfico que experimenta la localidad y al creciente número de adultos mayores que no cuentan con familiares para su cuidado, resulta vital que desde las políticas y estrategias aplicadas en este sentido se fomenten acciones para la preparación de cuidadores. Es necesaria la educación de los más jóvenes, en cuanto a conductas y comportamientos negativos que afectan directamente al adulto mayor, y que generan conflictos intergeneracionales, ya que la negativa socialización de los jóvenes incide profundamente en el desarrollo personal del adulto mayor.

 

Consideraciones finales 

Los cambios acelerados y las tendencias evidenciadas en las realidades demográficas de los entornos locales exigen un cambio en la implementación de las políticas públicas, que tienen incidencia en la atención al adulto mayor en particular, y en el tratamiento del fenómeno del envejecimiento demográfico en general. Ellas no pueden obviar, con tendencias homogeneizantes, la multicondicionalidad del desarrollo, los cambios operados en el entramado social, el sistema de contradicciones y la diversidad hoy existentes.

La asunción del envejecimiento no debe obviar la perspectiva de la relación cultura-desarrollo, y no debe implicar la lucha contra una patología social inevitable; sino que supone una praxis comunitaria dialéctica, que no solo permita la anticipación y valoración de las consecuencias y del impacto futuro que el envejecimiento demográfico puede acarrear bajo condiciones económicas difíciles, sino que compense y contrarreste las consecuencias sociales negativas que este trae, aun cuando implique niveles elevados en la calidad de vida.

En Placetas, considerado el municipio más envejecido de la provincia de Villa Clara y el segundo más longevo de Cuba, el tratamiento del envejecimiento demográfico desde lo institucional-estatal, a partir de la aplicación de las diversas políticas, como la de salud, la política cultural, la de atención y seguridad social, y la educacional, entre otras, tiene que enfocarse en poder sustentar la seguridad y la asistencia social que demandará el futuro mediato en este contexto. Igualmente debe centrarse en acciones que con un carácter sistemático permitan alcanzar incrementos en la natalidad y la fecundidad, los que no deben alterar los límites de lo debido y lo deseado en este sentido, pero que al mismo tiempo logren fomentar el apoyo y la convivencia positiva entre generaciones.

Resulta pertinente para la labor que realizan instituciones encargadas de la atención a la familia y al adulto mayor, la concientización de familiares, cuidadores y trabajadores encargados de la asistencia en las instituciones, respecto a la necesidad de que se manifiesten vínculos de simetría en la relación entre ellos y los adultos mayores, para que estos y los del futuro puedan vivir una vejez digna y creadora en la que sean comprendidos e incorporados constructivamente a la vida familiar y social. 

Si el rol de determinados sujetos institucionales constituye la expectativa socialmente conformada sobre el encargo que en la sociedad deben cumplir estos, en correspondencia con su posición y con las estructuras en las que se desenvuelven, sus prácticas deben corresponderse con dichas expectativas.

Para atender el fenómeno del envejecimiento poblacional, resulta importante la preparación de toda la sociedad; pero sobre todo se hace indispensable, desde las políticas públicas en los distintos ámbitos, la actividad conjunta de instituciones con un carácter verdaderamente comunitario, donde los intereses colectivos representados por dichas políticas, logren contener los intereses individuales de los adultos mayores.

Por lo que constituyen retos en la implementación de dichas políticas los siguientes:

  • Superar la gestión sectorializada y fragmentada en función de consolidar la integración de organismos, instituciones, Grupos de Trabajo Comunitario, implicados en la proyección e implementación de acciones dirigidas a la atención del adulto mayor.
  • La concertación entre los implicados en la implementación de estas políticas, a partir de vínculos de interdependecia simétricos y una puesta en común de intereses, necesidades y roles que posibiliten una relación comunitaria en función del tratamiento al envejecimiento demográfico. 
  • Rebasar el enfoque asistencialista, tanto a nivel institucional como desde la propia familia, que tiende a frenar el papel activo de los adultos mayores en su cotidianeidad, tanto individual como social.
  • Consolidar proyectos dirigidos al adulto mayor específicamente, así como al cumplimiento de las acciones del Programa de Atención al Envejecimiento en su totalidad, que logren incidir en la comunidad, en la familia y en cada sujeto particular.
  • Preparar el personal implicado en la atención al adulto mayor, tanto desde las instituciones como desde la familia, teniendo en cuenta que es esta institución la encargada, en la mayoría de los casos, del cuidado de los adultos mayores.
  • Garantizar opciones de recreación sana, en función de la adecuada utilización del tiempo libre de los adultos mayores.
  • Trabajar desde espacios culturales, educacionales y otros de carácter comunitario, la educación y orientación de niños y jóvenes respecto a las consecuencias del envejecimiento, particularmente en lo que respecta a la responsabilidad y relaciones de dependencia que este fenómeno poblacional implica para ellos en el futuro mediato.

 

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* Especialista de la Dirección Municipal de Cultura, Placetas, Villa Clara, Cuba. Licenciada en Letras, Máster en Desarrollo Comunitario, Aspirante al Doctorado en Ciencias Sociológicas del CEC de la UCLV, especialidad: Desarrollo Social Comunitario. Investigadora agregada, Profesora auxiliar adjunta, Universidad Central "Martha Abreu" de Las Villas. E-mail para correspondencia: maibelincp@uclv.cu

** Licenciado en Teología. Investigador. Máster en Bioética, Presbítero. Villa Clara.

*** Especialista de la Dirección Municipal de Cultura, Placetas, Villa Clara, Cuba. Licenciado en Letras, Máster en Desarrollo Comunitario. Investigador agregado, Profesor auxiliar de la Universidad Central "Martha Abreu" de Las Villas.

**** Especialista de Investigaciones de la Dirección Municipal de Cultura, Placetas, Villa Clara, Cuba. Licenciada en Estudios Socioculturales. Máster en Desarrollo Comunitario. Profesora asistente de la Universidad Central "Martha Abreu" de Las Villas.

*****Vicepresidenta del Consejo de la Administración Municipal, Placetas, Villa Clara, Cuba. Licenciada en Administración de la Salud.  Maestrante de la Maestría en Desarrollo Comunitario del Centro de Estudios Comunitarios de la Universidad Central "Martha Abreu" de Las Villas.

[1] Se asume lo comunitario como el vínculo de simetría social presente en las relaciones sociales y que se va construyendo cotidianamente a través de procesos de participación y cooperación en torno a proyectos colectivos. La concepción comunidad se trabaja como la relación social que se origina entre las personas y grupos humanos en un espacio ya sea físico o simbólico. Desde este enfoque de lo comunitario, al estudiar los diversos procesos de la realidad, es necesario analizar si durante su desarrollo se manifiesta el despliegue de relaciones sociales simétricas o asimétricas, al entender que estas últimas suponen una fractura del vínculo comunitario.

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