Introducción
La experiencia práctica en campos del área clínica, ha sido elemental en la formación profesional para las ciencias de la salud; son en estos escenarios, donde los estudiantes deben integrar adecuadamente, los saberes teóricos con los clínicos, lo que permitirá resolver los retos que se presenten en el ejercicio de su profesión (Belmar et al., 2018).
Se conoce como campo clínico, al espacio que posibilita la integración teórico-práctica de los saberes, mediante actividades de promoción, prevención y recuperación de la salud; es aquí, donde el estudiante adquiere destrezas ante diversas situaciones que movilizan la reflexión y el análisis sobre las interacciones del espacio profesional (O’Callaghan, 2018).
Se ha establecido como política educativa en México, desde hace algunos años, el desarrollo de propuestas curriculares basadas en el modelo por competencias, lo que representa un gran reto, debido a la conceptualización primaria de las competencias, como campos de conocimiento y prácticas educativas de notable complejidad interna (Torres-Zapata et al., 2022); alcanzar esta meta asegura la pertinencia social de las Instituciones de Educación Superior (IES) del área de salud, siendo que, debido al aumento poblacional y de esperanza de vida, es mayor la demanda de profesionales de la salud que respondan a estas necesidades cambiantes constantemente (Aguirre, 2020).
Asimismo, la estructura de la enseñanza del área de salud, propone formar profesionales altamente capacitados, que respondan a las necesidades sociales en salud, exigiendo el diseño de experiencias formativas nuevas, las cuales por sí mismas, suponen en los estudiantes, experimentar en mayor grado, nerviosismo, temor y angustia (Hoyos-Flores & Mori-Ramírez, 2018). Estas condiciones deben ser claramente identificadas, como parte de los procesos de mejora continua de las instituciones, con el objetivo estructurar medidas estratégicas dirigidas a atenuar el déficit y reforzar las fortalezas.
Se define como estilo de aprendizaje, la selección focalizada del individuo respecto a los mecanismos cognitivos que le permitirán la gestión de la información; contempla la identificación de estructuras de aprendizaje y tiene un elevado grado de variabilidad, es decir, cada individuo se apropiará de los conocimientos de formas y a velocidades distintas (Fernández, 2019).
Se han desarrollado innumerables trabajos sobre los estilos de aprendizaje, muchos de ellos enfocados el diseño y validación de instrumentos que permitan identificar los mismos, lo exige el autoconocimiento del discente; entre ellos podemos señalar a Kolb, Honey, Munford y Alonso, con investigaciones en el aprendizaje experiencial y los estilos asociados (González-Ramírez et al., 2017).
Aunque se pueden considerar relativamente estables los estilos de aprendizaje, son susceptibles a modificación, siendo de interés para los docentes, saber identificar en cada estudiante, las mejores formas de aprender y adaptarlas sus necesidades individuales (Hoyos-Flores & Mori-Ramírez, 2018).
Kolb propone un modelo de estilos de aprendizaje que contempla cuatro categorías. 1) Alumnos activos o divergentes: se centran en los estudios, son activos en los procesos de formación profesional y su fortaleza medular es el aprendizaje autorregulado; 2) Alumnos reflexivos o asimiladores: tratan la información dándole significatividad critica-analítica, son observadores y regularmente fijan su atención en aspectos productivos; 3) Alumnos teóricos o convergentes: tienden a acomodar e integrar el conocimiento mediante ajustes en sus sistemas cognitivos, organizando de forma secuencial el pensamiento y atendiendo los estímulos que recibe; 4) Alumnos pragmáticos o acomodadores: son los que prefieren aplicar los conocimientos que van adquiriendo a lo largo de su formación profesional, usualmente son prácticos, objetivos y resolutivos, tendientes a la mejora continua ya sea en la formación práctica o comunitaria.
Hoyos-Flores & Mori-Ramírez (2018), plantean que en las determinantes personales se sitúan los estilos de aprendizaje, siendo estos las diversas formas de enfrentar, planificar y organizar contenidos para adquirir aprendizajes concretos; se clasifican según la manera de abordar el conocimiento en Activo, Reflexivo, Teórico y Pragmático, para categorizarlos diseñaron el Cuestionario de Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA). Esta propuesta propone que, para lograr mejores niveles de aprendizaje, es preciso identificar la forma en que cada estudiante aprende, según sus propias motivaciones y el nivel de desarrollo cognitivo-académico (Esteves et al., 2020).
Las actuales reformas en el ámbito educativo, contemplan el Enfoque Basado en Competencias (EBC), incidiendo en la gestión del currículo, en la docencia y en los diversos procesos de evaluación. (Hernández et al., 2021). Dado que aprender es un proceso de suma complejidad, es preciso que estas políticas educativas se afinen para que éste sea realizado con éxito, reconociendo todos los elementos que involucra, como las capacidades, habilidades, carga genética, la configuración neurofisiológica y las experiencias que aporta el entorno (Fernández, 2019).
El aprendizaje se genera gracias a determinados procesos y procedimientos como las operaciones del pensamiento, el funcionamiento de los hemisferios cerebrales, la capacidad de concentración y memoria, así como las técnicas y estrategias didácticas. También influyen, con no menos importancia, la actitud, motivación, voluntad, las relaciones personales y la organización. Por lo tanto, es posible identificar tres grandes factores influyentes en el aprendizaje: cognitivo, el afectivo-social y, el ambiental y de organización de estudio (Hoyos-Flores & Mori-Ramírez, 2018).
Los factores que se involucran en el transito académico, inciden directa o indirectamente sobre los resultados obtenidos, ello dependerá de cuatro factores: motivación, aptitudes intelectuales, conocimientos previos y aplicación de técnicas de estudio (Olmedo-Plata, 2020).
Actualmente, las prácticas clínicas durante la formación universitaria, son el medio a través del cual el estudiante integra los conocimientos teóricos; además desarrolla habilidades, destrezas, que le permiten cumplir con las funciones de brindar cuidado en salud al individuo, la familia y la comunidad (Araya et al., 2017). La sociedad demanda profesionistas funcionales que, a través de un aprendizaje continuo, se conviertan en sujetos autónomos, capaces de tomar conciencia de sus propios procesos mentales al enfrentarse con los problemas, analizarlos adecuadamente para poder planificar, supervisar y evaluar la propia actuación (Esteves et al., 2020).
Por tal motivo, se plantea conocer los mecanismos que utilizan los estudiantes para la gestión del conocimiento, es decir, los factores que intervienen en los estilos de aprendizaje, en estudiantes del área de la salud que desarrollan prácticas clínicas, que les permitirá obtener un aprendizaje efectivo y eficiente.
Materiales Y métodos
Este trabajo de investigación tiene un enfoque cuantitativo, de diseño no experimental, descriptivo; en el que se planteó identificar los estilos de aprendizaje en estudiantes del área de la salud, de una IES en el sureste de México, durante el desarrollo de sus prácticas clínicas, en el periodo de mayo a junio 2021.
Se utilizó el muestreo por conveniencia, integrado por 100 estudiantes, matriculados en las prácticas clínicas.
Los criterios de inclusión fueron:
Estar matriculados en el programa educativo,
Asistencia a la reunión informativa,
Aceptación a participar en el estudio.
Los criterios de exclusión son:
Finalmente, el criterio de eliminación fue:
Para determinar los estilos de aprendizaje, se aplicó a los estudiantes el test de Kolb, traducido al español de la primera versión del Inventario de Estilos de Aprendizaje, desarrollado por Kolb en 1971. El Inventario de Estilos de Aprendizaje, es un cuestionario autodescriptivo para poder identificar las características personales y la forma en la que un estudiante procesa la información. Los estilos de aprendizaje que se identifican en este inventario abarcan desde el estilo activo hasta uno reflexivo; asimismo, las preferencias en el abordaje de la información, van de lo concreto a lo abstracto. Tiene formato de tipo Likert, con 13 ítems, compuesto por nueve filas (horizontales), identificadas por las letras “A” hasta la “I”. Cada fila es un conjunto de cuatro situaciones de aprendizaje, en el que se asigna un puntaje (1 a 4), a cada una de las situaciones de una fila determinada, respondiendo a la pregunta del encabezamiento: “¿cómo aprendo mejor?”. Se asignan 4 puntos a la situación que reporte más beneficios cuando aprende el estudiante, en tanto que, los puntajes 3, 2 y 1, a las restantes situaciones expuestas en la fila, en razón de la efectividad que tienen éstas al aprender. No se pueden repetir los puntajes; está basado en una categorización de cuatro estilos de aprendizaje: convergente, divergente, asimilador y acomodador. Para determinar el estilo que se utiliza para aprender, este test explora cuatro modalidades de aprendizaje: experiencia concreta, observación reflexiva, conceptualización abstracta y experimentación activa. Visto en una orientación vertical, el test está estructurado en cuatro columnas, que comprenden cuatro modalidades distintas de aprendizaje, la primera corresponde a la experiencia concreta (EC), la segunda columna a la observación reflexiva (OR), la tercera a la conceptualización abstracta (CA), y la cuarta columna corresponde a la experimentación activa (EA) (Cortés & Gullén, 2018).
El instrumento fue digitalizado y programado mediante la herramienta Formulario de Google, para su aplicación en la última semana del ciclo escolar mayo - junio 2021, se dispuso de 15 minutos para contestarla. Los registros se exportaron a una base de datos en Excel, permitiendo el procesamiento y análisis con el software Statistical Package for the Social Sciences versión 20.
Al inicio de la investigación, se solicitó formalmente autorización al director de la Facultad de Ciencias de la Salud de la IES en estudio, presentando el objetivo general y los propósitos particulares del estudio. Posteriormente, se sometió a valoración ante el comité de ética de la misma unidad educativa, obteniendo un dictamen positivo, dado el descarte de conflictos de interés (número de referencia 365).
Resultados Y discusión
El hombre ha estructurado diversas formas de apropiarse del conocimiento; cada individuo genera su propio esquema de aprender, diversifica las estrategias, ajusta los ritmos, integra las motivaciones, se adapta al nivel de instrucción, la edad o el área de estudio (Olmedo-Plata, 2020). El presente estudio, se identificó los estilos de aprendizaje en estudiantes adscritos al área de la salud, durante el desarrollo de sus prácticas clínicas (periodo mayo - junio 2021); con una muestra de 100 estudiantes, los cuales inician sus prácticas clínicas a partir del octavo ciclo de la formación de pregrado. Durante las prácticas clínicas realizan 260 horas dividas en 16 semanas con 4 horas diarias. En la tabla 1 se clasifica a la población de estudio según el género.
En la literatura es frecuente encontrar investigaciones enfocadas a la existencia de estilos o preferencias de aprendizaje en sujetos, condicionados o asociados a determinadas variables, como la edad (Palomino et al., 2020). Algunos, han logrado comprobar que, los jóvenes se adaptan mejor a estilos mucho más activos en sus enfoques de aprendizaje, mientras que, las personas con más edad, tienden a ser más reflexivos y abstractos (Martínez-Flores & Delgado, 2017). En la tabla 2 se muestra la edad de los participantes; se observa a las edades entre 20 y 22 años, con mayor proporción, similar a lo reportado a (Hoyos-Flores & Mori-Ramírez, 2018; Fernández, 2019; Olmedo-Plata, 2020).
En cuanto a los estilos de aprendizaje, predominaron en la muestra de estudio el de tipo convergente (60 %), seguido por el asimilador (15 %) y el divergente (15 %); en la tabla 3, se presentan los resultados de este estudio en comparación con los de otros autores y, en la tabla 4, se describen las características de los estilos de aprendizaje según el modelo de kold.
Estilos de aprendizaje | Calderón-Morales et al., (2022) | Cortés & Gullén, (2018) | Rodríguez et al., (2018) |
---|---|---|---|
Asimilador | 15 % | 47 % | 27.7 % |
Convergente | 60 % | 27 % | 50.5 % |
Acomodador | 10 % | 16 % | 7.9 % |
Divergente | 15 % | 10 % | 4 % |
Convergente | Divergente | Asimilador | Acomodador |
---|---|---|---|
Pragmático | Sociable | Poco sociable | Sociable |
Racional | Sintetiza bien | Sintetiza bien | Organizado |
Analítico | Genera ideas | Genera modelos | Acepta retos |
Organizado | Soñador | Reflexivo | Impulsivo |
Buen discriminador | Valora la Impresión | Pensador abstracto | Busca Objetivos |
Orientado a la tarea | Espontaneo | Disfruta la teoría | Dependiente de los demás |
Disfruta de aspectos técnicos | Disfruta el descubrimiento | Disfruta hacer la teoría | Poca actividad Analítica |
Gusta de la experimentación | Disfruta el descubrimiento | Disfruta hacer la teoría | Poca habilidad analítica |
Es poco empático | Empático | Poco empático | Empático |
Activo | Abierto | Hermético | Abierto |
Poco imaginativo | Muy imaginativo | Disfruta del diseño | Asistemático |
Buen líder | Emocional | Planificador | Espontaneo |
Insensible | Flexible | Poco sensible | Flexible |
Reflexivo | Intuitivo | Investigador | Comprometido |
De acuerdo a la teoría del aprendizaje basada en la experiencia, propuesta por Kolb, el aprendizaje se entiende como el proceso de creación de conocimiento a partir de la transformación de la experiencia, para esto, el sujeto inicia un ciclo que incluye la vivencia y la observación de una experiencia concreta, de esta forma podrá reflexionar y generar conceptos abstractos provisionales, plantearse ideas, crear generalizaciones y estructurar teorías, todo ello será puesto a prueba y ajustando a través de la creación de nuevas vivencias que, a su vez, desencadenarán nuevos ciclos de aprendizaje (Cortés & Gullén, 2018). En la tabla 5, se encuentran los resultados de las frecuencias y porcentajes por cada ítem del inventario utilizado.
Cuando aprendo | % | |
---|---|---|
Prefiero valerme de mis sentimientos y sensaciones | 20 | 20.0 |
Prefiero mirar y atender | 50 | 50.0 |
Prefiero mirar en las ideas | 10 | 10.0 |
Prefiero hacer cosas | 20 | 20.0 |
Aprendo mejor cuando | % | |
Confió en mis corazonadas y sentimientos. | 10 | 10.0 |
Atiendo y observo cuidadosamente | 60 | 60.0 |
Confió en mis pensamientos lógicos | 20 | 20.0 |
Trabajo duramente para que las cosas queden realizadas | 10 | 10.0 |
Cuando estoy aprendiendo | % | |
Tengo sentimientos y reacciones fuertes | 5 | 5.0 |
Soy reservado y tranquilo | 65 | 65.0 |
Busco razonar sobre las cosas que están sucediendo | 10 | 10.0 |
Me siento responsables de las cosas | 20 | 20.0 |
Aprendo a través de | % | |
Sentimientos | 5 | 5.0 |
Observaciones | 25 | 25.0 |
Razonamiento | 60 | 60.0 |
Acciones | 10 | 10.0 |
Cuando aprendo | % | |
Me siento involucrado en los temas tratados | 10 | 10.0 |
Me tomo mi tiempo antes de actuar | 10 | 10.0 |
Prefiero las teorías y las ideas | 50 | 50.0 |
Prefiero ver los resultados a través de mi trabajo | 30 | 30.0 |
Cuando estoy aprendiendo | % | |
Soy una persona abierta | 20 | 20.0 |
Soy una persona reservada | 20 | 20.0 |
Soy una persona racional | 40 | 40.0 |
Soy una persona responsable | 20 | 20.0 |
Aprendo mejor cuando | % | |
Soy receptivo y mente abierta | 10 | 10.0 |
Soy cuidadoso | 10 | 10.0 |
Analizo las ideas | 50 | 50.0 |
Soy practico | 30 | 30.0 |
Cuando aprendo | % | |
Me involucro | 20 | 20.0 |
Prefiero observar | 40 | 40.0 |
Prefiero evaluar las cosas | 30 | 30.0 |
Prefiero asumir una actitud activa | 10 | 10.0 |
La complejidad del proceso de aprender, precisa adaptaciones de pensamiento y comportamiento en donde el individuo involucra múltiples factores para lograrlo con éxito. Se aprende de acuerdo a la capacidad y habilidades que contiene la carga genética, la configuración neurofisiológica y las experiencias que aporta el medio. El aprendizaje, implica otros procesos como las operaciones del pensamiento, el funcionamiento de los hemisferios cerebrales, la capacidad de concentración y memoria y las técnicas y estrategias adecuadas, también se adecuan con la actitud, la motivación, la voluntad, las relaciones personales y la organización; esto permite identificar tres principales factores que influyen en el aprendizaje: el cognitivo, el afectivo-social y el ambiental y de organización de estudio. En la tabla 6, se muestran los factores que determinan el aprendizaje, identificados por los sujetos de estudio.
Variable | No | Si | ||
% | % | |||
Cognitivo | 30 | 30.0 | 70 | 70.0 |
Afectivo-Sociales | 75 | 75.0 | 25 | 25.0 |
Ambientales y de Estudio | 90 | 90.0 | 10 | 10.0 |
Los resultados de la investigación, en concordancia con Knoblauch & Sommer (2016), muestran que el aprendizaje para que sea efectivo, precisa, al menos, de la memoria y la adaptabilidad, pero también es determinante el componente afectivo y motivacional, para transitar por una fase de apoyo.
El sector educativo, propone el desafío de formar profesionales de excelencia, competitivos, adaptables y que atiendan las demandas sociales; lograr estas características en un profesionista, requiere adecuaciones fundamentales en el diseño curricular de los planes de estudio (González et al., 2016); además, por la delicada particularidad del área de desempeño, la formación de estudiantes del área de la salud, debe asegurar que los futuros profesionales ofrezcan cuidados seguros bajo normas de calidad, por tanto, es imperativa una sinergia entre los elementos involucrados en el proceso enseñanza - aprendizaje, a decir, los estudiantes, profesores, infraestructura, estructura organizacional y otros (González-Chordá & Maciá-Soler, 2015).
El desconocimiento sobre la importancia de los estilos de aprendizaje, tanto para los docentes como para los mismos estudiantes, puede generar disfunciones cognitivas que entorpecerán el óptimo desarrollo del potencial a lograr; mientras que entenderlos (Fuentealba-Torres & Nervi Haltenhoff, 2019), permitirá ajustar las estrategias de enseñanza, metodologías y evaluaciones que logren fortalecer el proceso de aprendizaje.
Los estudiantes y profesionistas del área de la salud, deben desarrollar el pensamiento crítico y adquirir habilidades para tomar decisiones responsables, sustentadas y objetivas, respecto a los retos profesionales que se le presenten; el sujeto debería ser capaz de cuestionar la información, realizar análisis profundos con lógica e imparcialidad, comunicar claramente sus ideas, es decir, que tome decisiones con responsabilidad, actuando bajo un marco ético y valórico.
Actualmente, en el centro educativo en salud de la IES en estudio, se llevan a cabo actualizaciones curriculares en los programas educativos (Enfermería, Educación Física y Deportes, Nutrición, Psicología, Fisioterapia y Medicina), transitando del modelo de enseñanza tradicional a uno integrado por competencias, estas modificaciones en el plan de estudios proponen redefinir el hilo conductor centrado en el estudio de casos, integrando los conocimientos provenientes de distintas áreas de la salud, que permitirá al estudiante un contacto más temprano con la práctica clínica e interacciones con sus pares; este transitar de los escenarios y metodologías de aprendizaje hacia contextos más prácticos, beneficia a los estudiantes con modos de aprendizaje activos, entre los que se encuentran los estudiantes convergentes, que representan una parte considerable de nuestra población.
Sin embargo, es preciso señalar que el estudio presenta algunas limitaciones, tales como, el tamaño de la muestra en relación a la población, que la mayoría de los estudiantes provenía de dos de seis programas educativos de la facultad, también, al estar basados en la teoría del aprendizaje de Kolb - cuyo instrumento propuesto es el Inventario de Estilos de Aprendizaje-con las limitaciones inherentes de dicha propuesta, como las demás teorías sobre el aprendizaje (Olivos et al., 2016). Por último, debido a la existencia de múltiples modelos para clasificar los estilos de aprendizaje, es compleja la comparativita de los resultados de este trabajo con otros, en poblaciones similares, basados en teorías y escalas diferentes.
Es por ello que, se sugiere continuar con otras fases del estudio, realizando análisis longitudinales, para observar los cambios en los estudiantes del área de la salud en su transitar por el plan curricular. También, se propone ampliar la muestra a toda la población de estudiantes, que permitirá identificar si existen diferencias en los estilos de aprendizaje de las distintas generaciones de estudiantes.
Conclusiones
Cada sujeto desarrolla estilos de aprendizaje que caracterizan su forma de adquirir y transformar experiencias y crear conocimiento. Conocer los estilos de aprendizaje de los estudiantes, es útil para los docentes al momento de diseñar las estrategias de enseñanza, a fin de favorecer el aprendizaje efectivo; así también, conviene disponer de variados contextos de aprendizaje que promuevan el fortalecimiento de sus habilidades.
De acuerdo a lo anterior y dado que, los estudiantes del área de la salud tienen una formación teórico - práctica a lo largo del proceso de formación profesional, los docentes deben perfilar y diversificar las unidades de aprendizaje, contemplando en cada competencia que se pretenda alcanzar en todos los saberes (teóricos, prácticos y formativos) para un desarrollo profesional adecuado.
Respecto al género, el predominio fue femenino; los estilos de aprendizaje principalmente observados fueron el convergente, asimilador y divergente. Los resultados sugieren trabajar consistente en atención a los cuatro estilos de aprendizaje, ya que guardan una estrecha relación con los perfiles ideales que se pretenden alcanzar dentro de la Institución de estudio.