Introducción
Desde finales del 2019 empezaron a aparecer casos de una enfermedad producida por un nuevo coronavirus en Wuhan, República Popular China, que favorecida por el elevado nivel y la rapidez del tráfico internacional de personas y mercancías consiguió alcanzar la categoría de pandemia mundial. El agente causal fue identificado por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China el 7 de enero 2020, y subsecuentemente nombrado síndrome respiratorio agudo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) y llamada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) COVID-19.1,2
Su elevada transmisibilidad provocó su expansión mundial de manera rápida, por lo que la OMS en marzo de 2020 declara esta enfermedad como pandemia. Cuba reportó sus primeros casos el 11 de marzo, a causa de tres turistas procedentes de Italia, que se encontraban en la provincia Sancti Spíritus y se diagnosticaron en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri, en la provincia La Habana. A partir de entonces comienza la presencia de personas infectadas a lo largo de todo el país. La elaboración del Plan Nacional de Enfrentamiento a la COVID-19, mucho antes de la aparición de los primeros casos, permitió planificar estrategias clínicas y epidemiológicas con un componente intersectorial e interdisciplinario que ha favorecido el enfrentamiento del virus en el país.2
Una peculiaridad de la lucha contra la COVID-19 en Cuba ha sido la pesquisa activa de forma directa en las viviendas de todo el país de pacientes febriles y personas con síntomas respiratorios. Estas pesquisas fueron realizadas por profesionales de la atención primaria de salud (APS) y por estudiantes de las carreras de ciencias médicas, de manera que decenas de miles de ciudadanos, en especial los más vulnerables, fueron y son encuestados diariamente acerca de su estado de salud.1
El papel de los estudiantes de las ciencias médicas en el enfrentamiento de la pandemia de COVID-19 ha sido un tema muy debatido en la actualidad y sobre el que se ofrecen opiniones diferentes, y ha sido reflejado en importantes publicaciones médicas. Basados en criterios, la experiencia y resultados con el control de otras enfermedades infecciosas, el 17 de marzo del 2020 el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba solicitó la cooperación a los estudiantes de las carreras de ciencias médicas para hacer pesquisa activa de casos con infecciones respiratorias agudas en las comunidades.3
Al inicio, estudiantes, profesores y familiares manifestaron temor para asumir la tarea. Luego, con la capacitación, todos comprendieron la necesidad de colaborar en el enfrentamiento al virus. Asimismo, el trabajo de los estudiantes también se extendió a los centros hospitalarios y de aislamientos, puestos de mandos, laboratorios de biología molecular en la toma y procesamiento de muestras para diagnosticar la enfermedad y en la asistencia médica y de enfermería.
El trabajo asociado al control de la COVID-19 en Cuba lega historias de responsabilidad y entrega de las que los estudiantes de las ciencias médicas también fueron protagonistas, a partir de sus labores diarias vinculadas a la población. Sus motivaciones principales provenían de su compromiso social de estar en el lugar donde las personas más los necesitaban.4
El papel de los jóvenes en el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba ha sido decisivo para lograr los resultados que hoy se exhiben. El objetivo de esta investigación fue exponer la percepción de los estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey sobre la epidemiología y la pesquisa activa en el enfrentamiento a la COVID-19.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, descriptivo, de corte transversal en septiembre del 2021. El universo de estudio fue de 2573 estudiantes pertenecientes a todas las carreras de ciencias médicas que se encontraban en el pesquisaje activo de la COVID-19 en el municipio Camagüey. El muestreo fue no probabilístico y por conveniencia se seleccionó una muestra de 416 estudiantes correspondientes a ocho áreas de salud del municipio.
Para la investigación se elaboró y aplicó una encuesta que contenía preguntas abiertas y cerradas, la cual fue validada en julio del 2021. Se tuvo en cuenta criterios de siete expertos integrado por epidemiólogos, bioestadísticos, psicólogos de la salud y especialistas en medicina general integral de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey. Se evaluó la adecuación de la encuesta, la pertinencia y se expusieron criterios de consideración cualitativa como el número de preguntas, riesgo que pudiera constituir para el encuestado y precisión y claridad de las preguntas elaboradas.
Las variables estudiadas fueron la distribución según áreas de salud y sexo, instituciones participantes, importancia concedida a la epidemiología en el futuro desempeño como profesional de la salud, percepción acerca de los resultados del pesquisaje activo para la detección de la COVID-19.
Para el procesamiento y análisis de la información se confeccionó una base de datos en el Microsoft Excel del paquete ofimático de Windows. A partir de esta base de datos se obtuvieron tablas de frecuencias absolutas y relativas porcentuales, que con la interpretación se procedió al análisis y discusión de los resultados y la redacción del informe de la investigación.
Se utilizaron métodos del nivel teórico que, de conjunto con la revisión documental permitieron realizar las valoraciones de la información científica disponible y de los resultados de la encuesta.
En la aplicación de la encuesta se mantuvo como premisa respetar los principios bioéticos de los estudios con seres humanos y las normas éticas cubanas.
El estudio respondió al proyecto Pesquisa activa a la COVID-19: una mirada a la formación de recursos humanos en Salud en Camagüey, que se aprobó por el consejo científico de la facultad y su comité de ética.
El estudio contó con el consentimiento expreso del decanato, como nivel superior de dirección de la entidad y con el consentimiento informado, libre y consciente de los participantes para realizar la indagación, los que respondieron la encuesta aplicada de forma anónima. Los resultados serán utilizados para fortalecer la formación de los profesionales de la salud en la provincia ante situaciones de contingencia.
Resultados
La muestra estuvo representada por el sexo femenino en un 70,7 % (294) y el masculino en un 29,3 % (122). El 73 % (304) eran estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas, el 25 % (103) de la Facultad Tecnológica y el 2 % (9) de la Facultad de Estomatología. El 93,5 % (389) consideró positiva la especialidad de Epidemiología para su desempeño futuro como profesional de la salud (tabla 1).
El enfrentamiento multisectorial a la COVID-19 arrojó resultados positivos al apreciarse el comportamiento descendente en la incidencia de casos. En ello se destaca, no solo la participación de los estudiantes de las ciencias médicas en la pesquisa, sino también la de otros factores y organizaciones desde la comunidad. El 86,3 % (359) de los estudiantes percibió que en su área de salud los resultados fueron muy satisfactorios o satisfactorios con la realización de la pesquisa activa para el enfrentamiento a la COVID-19 (tabla 2).
% | ||
---|---|---|
Muy satisfactorios | 65 | 15,6 |
Satisfactorios | 294 | 70,7 |
Poco satisfactorios | 51 | 12,3 |
Insatisfactorios | 6 | 1,4 |
Total | 416 | 100,0 |
Los estudiantes identificaron deficiencias vinculadas al pesquisaje activo en algunos casos, así como indisciplinas sociales en el cumplimiento de las medidas de aislamiento y control.
En este sentido, se hizo necesario que cada directivo comprobara a diario los resultados de la tarea asignada. Fue muy importante la identificación con oportunidad de soluciones a los problemas que surgieron y que se mantuviera, junto a los colaboradores, un elevado compromiso con el cumplimiento de la misión y con la necesaria integración de los sectores u organismos participantes de la sociedad y la economía. Se tuvo en cuenta que esta tarea no fuera exclusiva del sector salud, de ahí que participaran, también, todas las organizaciones de masas y sociales.
Discusión
El proceso formativo en la salud pública incorpora estrategias para facilitar la competencia profesional (la enseñanza basada en competencias). Esta enseñanza tiene como rasgo singular que se desarrolla en un entorno específico, se precisa la presencia del estudiante en escenarios docentes (hospitales, policlínicos, consultorios del médico y la enfermera de la familia, clínicas estomatológicas, salas de rehabilitación, entre otras), el contacto con los pacientes y con un educador a su lado, ya sea en el trabajo de forma individual o en pequeños grupos, en forma de rotaciones o de actividades programadas.5) La educación en ciencias médicas en Cuba defiende el principio de aprender en el trabajo, elemento que se tuvo en cuenta para incorporar a los estudiantes a las áreas de salud en las labores de pesquisa activa para el enfrentamiento al virus.
Lo anterior coincide con lo planteado por Falcón Hernández y otros,6 quienes expresan que el sistema de pesquisa desarrollado por los estudiantes de las ciencias médicas utilizó la entrevista en la entrada de sus viviendas con la función de detectar, mediante un interrogatorio simple, la probable presencia de casos con infección respiratoria aguda, lo cual sería corroborado posteriormente por el médico y la enfermera de la familia. Es por ello, que el estudiante en el momento del interrogatorio aplica el método epidemiológico en su labor, hecho que influye probablemente en que considere a la especialidad de epidemiología como importante para su desempeño como futuro profesional de la salud.
Esta investigación arrojó que el 93,5 % de los estudiantes reconocieron la importancia de la epidemiología en su desempeño como futuro profesional de la salud, mientras que el 6,49 % niega o desconoce su importancia. Muchos de los encuestados también expresaron que el acompañamiento diario del profesor, del médico y enfermero de la familia, el seguimiento de los casos y sus contactos les permitió adquirir habilidades epidemiológicas y la aplicación de este método en la población asignada.
Se coincide con Díaz-Canel Bermúdez y Nuñez Jover7 cuando plantean que una de las piezas más importantes del sistema de salud cubano es la atención primaria, cuya proximidad a las personas favorece el intercambio directo con la población, facilita el acceso y permite reaccionar rápida y efectivamente, tanto para la promoción de salud como para enfrentar cualquier evento adverso.
El empleo de las herramientas fundamentales desde el consultorio médico y el policlínico son la dispensarización, el análisis de situación de salud, la participación social y comunitaria, la intersectorialidad y el ingreso en el hogar; todas ellas tecnologías sanitarias imprescindibles para el desempeño del equipo básico de salud y el grupo básico de trabajo en el primer nivel de atención. Dada su utilidad, se pueden realizar pesquisas activas y contactar a toda la población, promover cambios favorables en los estilos de vida de las personas con acciones integrales de salud, promoción de salud y prevención de enfermedades y riesgos, lo cual también favorece la curación y rehabilitación.8) Ello coincide con varios autores al plantear que la pesquisa activa resultó ser una de las medidas de alto impacto en el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba.3,4,9,10
En este estudio se pudo apreciar que los estudiantes percibieron resultados mayoritariamente satisfactorios con la realización de la pesquisa activa en su área de salud. En tal sentido, Castell-Florit Serrate11 ha expresado que la acción de primer orden debe ser la exigencia sustentada en el control preciso y meticuloso, basado en el diálogo constructivo y el apoyo para su cumplimiento. Ello debe partir de un reconocimiento al sostenido esfuerzo que los médicos y enfermeras, junto al resto de los trabajadores del sector y unidos a la comunidad, han desarrollado frente a esta pandemia, lográndose la unidad en la implementación de las tareas en cada área, barrio y centro asistencial, que promovió la acción consciente de la población en la protección personal y de su familia.
Conclusiones
Los resultados de la pesquisa activa para el enfrentamiento de la COVID-19 por los estudiantes permiten, no solo la transformación de los indicadores de salud, sino un acercamiento a la realidad estudiantil en las universidades médicas cubanas. Estos centros de estudios superiores forman profesionales de la salud capaces de transformar el mundo en que viven y actuar con responsabilidad, que demuestra la utilidad de la adaptación de la docencia para la educación en el trabajo frente al escenario epidemiológico actual y el cumplimiento de su papel en la sociedad.