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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.14 no.4 Cienfuegos jul.-ago. 2022  Epub 30-Ago-2022

 

Artículo original

La formación literaria en la carrera licenciatura en educación. Español-literatura

The literary formation in the career degree in education. Spanish- literature

0000-0003-4013-556XRoberto Luis Rodríguez Verdecia1  *  , 0000-0002-9006-7983Rosa Ailsa Vázquez Rodríguez1  , 0000-0002-4540-9083Felicia Rosales Piña1  , 0000-0002-9370-4263Malena Vázquez Castro1  , 0000-0003-2020-1312Yusdell Iván Rodríguez León1 

1Universidad de Granma, Cuba.

RESUMEN

La formación literaria en la carrera licenciatura en Educación Español-Literatura es entendida como un proceso social, cultural e interactivo que prepara al estudiante para que, a partir de los encuentros significativos con el texto literario en diversos contextos socioculturales, acceda a experiencias positivas de lectura que lo conducen a descubrir, apreciar, valorar, crear y socializar el texto literario y disfrutarlo a partir del fomento del goce estético de la lectura literaria, con la ayuda de los mediadores de lectura. Sobre la base de estas consideraciones, el presente artículo constituye el resultado de un proyecto de investigación y tiene como objetivo mostrar los cambios acaecidos en el proceso de formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, que han repercutido en el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes. De igual modo sus autores ofrecen consideraciones teóricas en relación con los procesos que se estudian.

Palabras-clave: Formación literaria; lectura; textos literarios; Promoción de lectura

ABSTRACT

The literary formation in the career degree in Education Spanish-literature is understood as a social, cultural and interactive process that prepares the student so that, starting from the significant encounters with the literary text in diverse sociocultural contexts, consent to positive experiences of reading that drive him to discover, to appreciate, to value, to create and to socialize the literary text and to enjoy it starting from the development of the aesthetic enjoyment of the literary reading, with the help of the reading mediators. On the base of these considerations, the present article constitutes the result of an investigation project and has as objective to show the changes happened in the process of literary formation in the career Degree in Education. Spanish-literature that have rebounded in the development of the behavior reader in the students. In a same way their authors offer theoretical considerations in connection with the processes that are studied.

Key words: Literary formation; reading; literary texts; reading Promotion

Introducción

Incentivar el placer por la lectura deviene objetivo esencial de cualquier política cultural y educativa que se proponga formar hombres cultos, por eso en la sociedad cubana la lectura posee gran significación en la formación integral de las nuevas generaciones. Desde el inicio de las transformaciones sociales, económicas y culturales se traza en el país la campaña por la lectura y esta ha sido una prioridad a lo largo del proceso revolucionario. (Jiménez et al., 2017).

En este sentido el proceso de formación literaria en Cuba tiene sus antecedentes en la primera campaña de lectura popular, encabezada por Salvador Bueno, la cual va desde las fábricas hasta los lugares más intrincados y en ella se utilizan textos que permiten elevar el nivel cultural de sus pobladores. Otro de los acontecimientos trascendentales lo constituyó la fundación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1961, dirigida a la organización y aglutinación del trabajo de los escritores nacionales, a partir de la promoción de sus obras, para mantener, fortalecer y expandir la cultura cubana.

Para ello, la formación integral de los estudiantes en las universidades se desarrolla entre otros, por diversos procesos y programas culturales que se implementan a escala nacional: el crecimiento de librerías y publicaciones literarias de las principales editoriales del país, como el Instituto Cubano del Libro, que contribuye a la difusión de la literatura nacional. Entre sus obras de mayor reconocimiento se encuentran el Diccionario de la Literatura Cubana, Perfil histórico de las letras cubanas y los libros sobre la Historia de la Literatura Cubana en tres tomos, utilizadas en la formación académica del profesional.

A partir del trabajo desarrollado por las instituciones culturales, que tienen entre sus objetivos la divulgación, animación y promoción de la lectura desde lo institucional, organizado de conjunto con las universidades, la formación literaria ha evidenciado una transformación, de manera que favorece la lectura literaria en los estudiantes. Sin embargo, este proceso se produce en su mayoría, externamente al proceso pedagógico de la carrera Licenciatura en Educación. Español Literatura, pues, no todos los docentes utilizan la información y los textos literarios contenidos en las publicaciones, para la formación académica y no como parte del proceso de formación literaria desde la dimensión extensionista de la carrera, limitándose el desarrollo del comportamiento lector de los estudiantes.

Atendiendo a lo anterior se evidencia que todavía resulta insuficiente el conocimiento de algunos profesores y profesionales de las instituciones culturales, respecto al papel que pueden desempeñar para incidir en la formación literaria de los estudiantes, teniendo en cuenta el valor formativo presente en las actividades diseñadas en los programas culturales que se desarrollan en el país y que contribuya a formar un estudiante que sea un lector crítico y autónomo, de manera que pueda desempeñarse con calidad en el ejercicio de su profesión.

En este sentido, autores como (Colomer, 1996) considera que este proceso debe realizarse a través de actividades de incitación a la lectura con obras de diversas literaturas, sobretodo las dedicadas a los niños, adolescentes y jóvenes. Si bien los aprendizajes lectores y literarios comienzan desde los primeros años, no deben limitarse a ellos ni a este tipo de literatura; se requiere continuar trabajando la formación literaria en edades superiores y con textos pertenecientes a la literatura universal, nacional y local.

Este autor enfatiza en la significación de la formación literaria; destaca en la adquisición de los valores universales de la obra literaria, a través de las actividades de recepción para que el lector establezca su lectura personal. El objetivo final de la formación literaria es formar lectores autónomos, que activen y relacionen sus conocimientos. Aunque el tema es valorado desde diferentes aristas, se evidencia que en la literatura científica consultada resulta insuficiente los estudios en relación al proceso de la formación literaria de los estudiantes, a partir del trabajo coordinado de la Universidad y las instituciones culturales de la comunidad.

Lo expuesto advierte la necesidad de desarrollar un proceso de formación literaria que permita al estudiante apreciar la belleza del texto literario, configurar nuevos sentidos a partir de su experiencia, nutrir el intelecto, la imaginación y la creatividad, por lo que el presente trabajo tiene como objetivo realizar una caracterización del proceso de formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación. Español- Literatura, tomando como marco referencial el período transcurrido desde los años 1975 hasta el 2019, así como ofrecer argumentos que desde la teoría se estudian en relación a la formación literaria y demás procesos que le son afines.

Desarrollo

Significación de la lectura en el proceso de formación literaria.

En el proceso de formación del profesional de la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, se debe fomentar la lectura del texto literario para que, a partir de los valores que adquiere en los contextos socioculturales, el estudiante construya su lectura individual, o sea, interprete, valore el signo estético-literario y participe con imaginación y creatividad en su propia cultura. Se trata de formar un profesional que lea con espíritu crítico e interprete el sentido más hondo del texto literario.

Fomentar la lectura de textos literarios, es muy importante, principalmente en la formación inicial universitaria, porque estos actúan no solo sobre el intelecto, la memoria y la imaginación, como cualquier otro, sino también sobre estratos más profundos como los instintos, los afectos y la intuición y, en consecuencia, consolidan una inclinación mucho más intensa hacia la lectura. Los estudiantes universitarios que ejercitan la lectura de poemas, cuentos, novelas y ensayos, descubren nuevas situaciones y comprenden mejor cualquier otro tipo de texto técnico, científico, económico, médico, legal, entre otros. (Alzuri et al., 2020).

Para entender el proceso de formación literaria, es necesario un acercamiento al concepto texto literario y la práctica de su lectura. Los autores de este trabajo asumen lo definido por (Hernández et al., 2011) quienes consideran al texto literario como una unidad lingüístico-artística dinámica, que trasmite un mensaje estético de carácter intencional, autorreflexivo, ambiguo y complejo, que se proyecta más allá de su época y promueve el desarrollo interno del lector en contextos socioculturales históricamente condicionados.

Lo planteado anteriormente acentúa la relación del texto literario con el aprendizaje lingüístico y su contexto de producción; sin considerar la integración armónica de lo cognitivo con las vivencias del lector, para comprender su sentido, y que este tipo de texto influye en el intelecto y en la sensibilidad del lector más allá de su contexto y de su presente.

De este modo la lectura del texto literario se reconoce como práctica sociocultural, la cual otorga mayor preponderancia al lector como un actor reflexivo, dinámico e influyente; aboga por una relación estrecha entre lector y texto, en el que la mediación del proceso está determinada por una transformación mutua, que no se limita al carácter restrictivo de lo expuesto en el texto, sino que se asume como un sistema abierto del cual emana un cúmulo de influencias generadoras de estímulos y un conjunto de reacciones que motivan a construir significados Rosenblatt, (Rodríguez, 2020). De este modo, la lectura del texto literario se concibe como un proceso constructivo, pues el significado no es una propiedad exclusiva del texto; el lector lo construye mediante un proceso flexible en el que, a medida que lee, le otorga un sentido particular, según sus conocimientos y experiencias en un contexto sociocultural.

A tal efecto, (Roca et al., 2015) afirman que la lectura literaria, entre otras funciones, permite dotar al lector de los instrumentos cognitivos para comprender el mundo de forma crítica y asumir la diversidad como rasgo consustancial a todo colectivo, por lo que éste podrá ejercer su ciudadanía de forma activa y colaborar en la construcción de sociedades más igualitarias y democráticas. En este sentido, podemos sin duda definirla como una herramienta privilegiada para la educación intercultural por su extraordinario potencial para la construcción de la ciudadanía.

Sanjuán (Rodríguez, 2020) expresa que la lectura literaria como creadora de sentido, como vía de conocimiento del mundo y de la construcción de la propia identidad, o como práctica liberadora, constituye la principal dimensión de la experiencia lectora. Se asumen estas ideas porque la capacidad de construir la experiencia personal, a partir de la experiencia simbolizada en el texto literario, es fuente de satisfacción para el lector.

En este sentido se destaca la importancia que tienen las modalidades de lectura literaria, para el desarrollo de la formación literaria en los estudiantes. En este trabajo se asumen las aportadas por Sorin y Lebrun (Munita, 2014).

  • Modalidad afectivo-emocional: la lectura literaria se vive ante todo como una participación afectiva en el texto, en la que se expresan de manera explícita los sentimientos ante las situaciones o acontecimientos de la obra que, finalmente, es juzgada bajo los criterios de satisfacción o insatisfacción, gusto o disgusto.

  • Modalidad interpretativa: la lectura literaria es un va y viene entre procesos de participación en el texto y de comprensión e interpretación, alternando diversas aproximaciones posibles a las obras; la experiencia estética se construye a la vez en la percepción sensitiva y en la atención a las características del texto.

El tipo de modalidad de lectura literaria se determina por la actitud del estudiante y sus razones para leer; pero en el proceso de formación literaria se precisa su integración, para facilitar la construcción de los significados y sentidos del texto literario porque, aunque el estudiante conoce que la lectura literaria tiene diferentes funciones y satisface diversas necesidades, no siempre lee para descubrir el placer estético, sumergirse en la cultura y alimentar su intelecto.

El texto literario enseña a leer al lector para hacer de cada lectura un acto de formación. Por eso, para estudiar el proceso de formación literaria, es necesario atender la categoría formación, como finalidad de la educación y dirección del desarrollo, expresado en la posibilidad o no de una implicación activa del sujeto, no solo en el conocimiento de sí mismo y su entorno, sino también en la transformación de ambos. Para Ferry (Rodríguez, 2020), formarse es aprender a movilizarse, a utilizar todos los recursos para resolver un problema, abordar situaciones imprevistas, cooperar. La formación, desde su visión, se explica como un proceso de desarrollo individual, que incluye la acción reflexivo-participativa y consciente del formado sobre la situación o sobre el contexto en el que se desempeña; supone la búsqueda o construcción del sentido de lo que se aprende y la actuación de mediadores de diferente naturaleza.

Según Báxter (Rodríguez, 2020), la formación se concibe, desde la Pedagogía, como el resultado de un conjunto de actividades organizadas de modo sistemático y coherente, que permiten actuar consciente y creadoramente. Prepara al estudiante como sujeto activo de su propio aprendizaje y desarrollo.

La formación, como proceso social y cultural, se da en la dinámica de las relaciones sociales entre los sujetos, para potenciar y transformar su comportamiento en el saber, hacer, ser y convivir. Se considera como un proceso en el que tiene lugar el desarrollo de las capacidades del hombre en una situación de interacción social, de aprendizaje, que supone intencionalidad y reflexión.

Si se desea preparar al estudiante para una vida más plena, a través de la lectura del texto literario, se requiere un tipo particular de formación: la formación literaria, categoría estudiada por (Colomer, 1996; Mendoza, 2017), desde las relaciones entre el lector y su comportamiento ante la lectura. Estos autores plantean la necesidad de sistematizar un enfoque que verdaderamente apunte hacia la formación del lector literario, que ofrezca una finalidad acorde con el planteamiento cognitivo del aprendizaje y con la finalidad propia de la literatura, que de modo más matizado se centre en la formación para apreciar la literatura a partir de la parti-cipación del estudiante como lector autónomo.

(Colomer, 1996) expone una serie de requerimientos que se asumen para el proceso de formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura. Ellos son:

  • leer obras diversas y hacer conexiones intertextuales entre ellas, ampliando así las posibilidades de fruición y de participación social y cultural;

  • desarrollar una autoimagen como lector y la implicación personal con el mundo literario, que favorezcan su participación en los circuitos sociales de la comunicación literaria;

  • relacionar la literatura con la experiencia personal y utilizarla como un medio de comprensión entre sí, de los otros y del mundo;

  • considerar múltiples caminos interpretativos en el proceso de lectura, reflexionar sobre posibles interpretaciones surgidas en el seno de una comunidad de lectores y confrontarlas con las claves de lectura del propio texto;

  • compartir sus impresiones personales sobre los textos, profundizar y enriquecer esas impresiones formulando interpretaciones de mayor complejidad.

(Mendoza, 2017) declara los siguientes objetivos de la formación literaria: formar para la recepción a través de la actividad lectora; establecer actividades de comprensión que permitan disfrutar el texto y relacionarse con él; formar lectores que valoren críticamente las lecturas en función de sus intereses personales. Para cumplirlos en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, se precisa la creación de situaciones de lectura fuera del aula de clase, que propicien la reflexión libre, individual y colectiva, y fomenten la lectura del texto literario de manera voluntaria y por placer.

Los autores citados coinciden en la propuesta de situaciones de lectura en las que se produzca la lectura individual, libre, sin la intervención de otras personas y que despierten el placer, pues cuando la lectura genera placer se califica como experiencia, como acontecimiento con sentido en el estudiante. Si la lectura no produce placer, no tiene lugar la experiencia de la lectura. Son diversas las investigaciones relacionadas con el proceso de formación literaria. (Colomer, 1996) considera que este proceso debe realizarse a través de actividades de incitación a la lectura con obras de la literatura infantil y juvenil. Si bien los aprendizajes lectores y literarios comienzan desde los primeros años, no deben limitarse a ellos ni a este tipo de literatura; se requiere continuar trabajando la formación literaria en edades superiores y con textos pertenecientes a la literatura universal, nacional y local.

(Mendoza, 2017) estudia la formación literaria desde la didáctica de la literatura. En su propuesta el eje principal es la actividad del lector en el proceso de recepción, integrando en él las relaciones entre los sistemas sociales, culturales y retóricos, las estrategias del discurso y los sistemas de simbolización de lo imaginario que incluye la creación literaria. (Moreno, 2015) plantea que el dominio de los aspectos formales de la literatura y las técnicas de escritura utilizadas por los escritores, no garantizan la sensibilidad estética; por eso considera necesario concitar la afectividad, la emoción, la participación entusiasta en el proceso de formación literaria, pero no orienta cómo integrar lo cognitivo con lo afectivo emocional.

Con el fin de desarrollar la formación literaria en el estudiante de la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, (Lugo, 2017) propone un modelo en el que se integran los contenidos de la didáctica de la lengua española y la literatura con los de la ciencia literaria. Como se aprecia, estos estudios se centran en el ámbito escolar y en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Literatura.

Con respecto a la finalidad de la formación literaria, esta estudiosa afirma que es formar lectores competentes, no transmitir informaciones sobre historia literaria. La formación literaria se basa en aquella que prepara al alumno para que sea un lector crítico y autónomo, teniendo que desarrollar su competencia literaria y su competencia lectora.

(Mendoza, 2017) considera que la formación literaria es aquella que va dirigida a la formación cultural del individuo. Esta consideración enlaza con el planteamiento que actualmente se presenta para el tratamiento de dicho proceso, ya que toma como eje principal la actividad del lector en el proceso de recepción, integrando en él las relaciones entre los sistemas sociales y culturales, los sistemas retóricos, las estrategias del discurso y los sistemas de simbolización de lo imaginario que incluye la creación literaria.

El proceso de formación literaria desarrolla las capacidades creadoras, los procesos cognitivos, socioculturales y afectivo-emocionales de los estudiantes, necesarios para el desarrollo del comportamiento lector. Su base radica en implementar una práctica pedagógica que fomente la lectura de los textos literarios con el fin de que se conviertan en individuos cultos, capaces de asumirla no solo como medio de obtención de conocimientos, sino también como fuente de placer y disfrute estético.

Para (Sayas, 2012), la formación literaria ayuda a descubrir en la lectura una experiencia diferente que le enseña a construir el sentido del texto y a familiarizarse con sus particularidades discursivas.

Este investigador plantea que la formación literaria implica:

  • ayudar a los alumnos a descubrir la lectura como experiencia satisfactoria, que depende de la respuesta afectiva del lector cuando se emociona con la intriga, se identifica con los personajes, reconoce en el texto su propia experiencia vital como experiencia humana, descubre mundos alejados de su experiencia inmediata, contrasta su propia interpretación con la de otros lectores, se sorprende ante el modo diferente de usar el lenguaje y disfruta con ello;

  • enseñar a construir el sentido del texto, es decir, a confrontar la visión que el lector tiene de sí mismo y del mundo con la elaboración cultural de la experiencia humana que le ofrece la obra literaria, que ha sido producida en un contexto histórico-cultural determinado;

  • enseñar a familiarizarse con las particularidades discursivas, textuales y lingüísticas de las obras literarias, características que están condicionadas históricamente y configuran los géneros o formas de textos convencionales mediante las que la humanidad ha simbolizado su experiencia.

Estas ideas son válidas en el proceso de formación literaria, pues llevan al lector a experimentar la lectura como una actividad placentera, a ampliar y diversificar sus experiencias. De igual modo, favorecen la apropiación de las convenciones literarias, basadas en la lectura y análisis de textos-modelo, es decir, en la reflexión metalingüística y metaliteraria, de acuerdo con unos objetivos de lectura bien definidos.

La formación literaria consiste en la enseñanza y el aprendizaje de los conocimientos y las habilidades que necesita un lector, por tanto, el objetivo final de la educación literaria es formar lectores autónomos, que activen y relacionen sus conocimientos.

Los referentes expuestos permiten concebir la formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura como un proceso cultural e interactivo que prepara al estudiante para que, a partir de los encuentros significativos con el texto literario en diversos contextos socioculturales, acceda a experiencias positivas de lectura que lo conducen a descubrir, valorar, crear y socializar la experiencia literaria, así como disfrutar la literatura como referencia estética, ideológica y afectiva, formándole para que sepa establecer su lectura personal y social.

El objetivo final de la formación literaria es formar lectores autónomos, que activen y relacionen sus conocimientos. Para lograrlo, algunos investigadores se valen de la promoción de lectura del texto literario. En la literatura científica se relaciona, fundamentalmente, con las campañas de promoción de un libro, autor, revista o editorial como parte de la promoción cultural y se asocia con las acciones que la biblioteca de la institución escolar desarrolla para formar lectores y la implementación de líneas de acción estratégicas que impulsan y acercan al individuo a la lectura. Estas posiciones evidencian la falta de reconocimiento del valor pedagógico de la promoción de lectura del texto literario.

La promoción de la lectura es definida por (Herrera et al., 2019), como una práctica social dirigida a transformar positivamente las maneras de percibir, sentir, valorar, imaginar, usar, compartir y concebir la lectura como construcción sociocultural. Desde esta perspectiva, la promoción de la lectura relaciona al estudiante con esta. Constituye una práctica pedagógica intencional y consiente que busca transformar positivamente en todos los sentidos la práctica de la lectura.

(Lluch & Sánchez, 2017), plantea que el objetivo de la promoción de lectura no es otro que la adquisición y mejora de los hábitos lectores, intentando que los estudiantes lleguen a ser estables de manera que integren la lectura en su estilo de vida. Por ello, las acciones que la promocionan deben ser consideradas como parte del proceso educativo y ciudadano y llevarse a cabo dentro y fuera del contexto escolar.

(Lugo, 2017) define la promoción de lectura literaria como uno de los “componentes de la formación literaria (...) como una expresión del contenido, que tiene punto de partida en la clase, y su extensión en otros espacios instructivo-educativos, donde el estudiante-lector actúa como protagonista”. Esta autora vincula la promoción de la lectura con la didáctica, la lectura y la literatura, lo que precisa entre sus indicadores conocimientos, habilidades, capacidades y convicciones, relacionadas con la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje de la Literatura. Como se aprecia, desde la promoción de la lectura del texto literario, se motiva a los profesionales en formación de la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura hacia una lectura reflexiva y crítica, pero se limita al análisis literario y a los estudios de la lengua.

Mora (Rodríguez, 2020) centra el trabajo de la promoción de lectura del texto literario en el empleo de talleres expresivos como espacios para transformar las matrices de aprendizaje corporal, estético, social y cultural de los adolescentes y jóvenes-adultos. Aunque en su propuesta incluye los espacios físicos fuera de la institución escolar, no precisa cómo establecer el vínculo entre ellos.

La promoción de lectura del texto literario capacita a los estudiantes para la formación del hábito lector, la adquisición de la lectura comprensiva, la incitación al razonamiento crítico, el fomento del placer por los textos literarios y la escritura literaria; de ahí que constituya una vía para desarrollar el comportamiento lector. (Nogueras et al., 2020).

De igual modo, (Santamaría et al., 2021), plantean que el significado pedagógico de la promoción de la lectura, representa la posibilidad que tienen las influencias educativas de los docentes en su desempeño de favorecer el desarrollo de las competencias asociadas con la lectura en los estudiantes y en la construcción de saberes en torno a las raíces identitarias como cubanos y como latinoamericanos, expresión de las tradiciones de la cultura literaria que nos antecede y de los que hoy se convierten en mensajeros de los imaginarios, realidades, problemas y desarrollos logrados en la sociedad.

Lo anteriormente expuesto, apoya la idea de que la promoción de la lectura busca potenciar la formación literaria de los seres humanos en sus diferentes dimensiones, aunque en las teorías y estrategias diseñadas no siempre se explicita cómo lograr esta integración. Además, aunque es considerada una práctica social dirigida a transformar positivamente las maneras de percibir, sentir, valorar, imaginar, usar, compartir y concebir la lectura como construcción sociocultural, en el proceso pedagógico no siempre se concibe como una práctica consciente e intencionada, que implique la discusión sobre el texto leído, a partir de las vivencias, experiencias, la realidad del lector y la integración de las instituciones culturales de la comunidad. Por otra parte, en el ámbito escolar se sigue favoreciendo un acercamiento excesivamente formalista y conceptual al texto literario, que deja fuera las conexiones personales entre el lector, el texto y el contexto sociocultural.

De igual modo, la promoción de lectura del texto literario capacita a los estudiantes para la formación del hábito lector, la adquisición de la lectura comprensiva, la incitación al razonamiento crítico, el fomento del placer por los textos literarios y la escritura literaria; de ahí que constituya una vía para desarrollar el comportamiento lector. (Nogueras et al., 2020).

El proceso de la formación literaria se sustenta en el valor de los textos literarios, lo que favorece el hábito y desarrolla el comportamiento lector de los estudiantes, quienes construyen un sistema de referentes culturales compartidos, y su inserción en espacios de producción, comunicación continua de valores individuales y de inclusión en su cultura, promueve el desarrollo personal como el pensamiento crítico o las competencias socioemocionales.

Desde otra perspectiva para garantizar el éxito del proceso de formación literaria, en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, hay que lograr la interacción entre el estudiante-autor, profesor-estudiante, estudiante-texto literario-contexto sociocultural, y estimular actitudes favorables hacia la lectura, pues de esta manera los estudiantes tienen mayores posibilidades de leer más y mejor; de igual modo, para suscitar el disfrute de la lectura literaria, considerar al estudiante como un ser bio-psico-social, que al ser depositario de la experiencia histórico-cultural que le antecede, reproduce, vive y se desarrolla en la interacción con la realidad social.

En el proceso de formación literaria, el estudiante atribuye significados al texto desde la experiencia personal; de este modo, se relaciona este proceso con la génesis del conocimiento: de la contemplación viva, al pensamiento abstracto y de este a la práctica. En la lectura del texto literario, “se parte de la experiencia real y objetiva que tiene el estudiante del mundo que lo rodea, para así llegar a la esencia del texto literario como reflejo de la realidad que el escritor recrea en forma de imágenes artísticas y como expresión de la ideología de una clase social en el momento cuando fue concebida” (Mañalich, 2007).

Cuando el estudiante capta la esencia de una obra, su contenido y valores, adquiere conocimientos que le sirven para analizar nuevas obras, interpretarlas, valorarlas y apropiarse de los ideales, convicciones y rasgos de la conducta moral de que son portadoras. Por tanto, lo que el estudiante percibe por los órganos sensoriales lo conserva en la memoria, lo asocia con otras experiencias y lo exterioriza a través del lenguaje.

Estos criterios conducen a asumir, en el proceso de formación literaria, la teoría de la actividad (Pupo, 2002). Este autor aborda la actividad como el proceso de interacción sujeto-objeto, dirigido a la satisfacción de las necesidades del sujeto, como resultado del cual se produce una transformación del objeto y del propio sujeto. En esta interacción el elemento activo lo desempeña el estudiante (sujeto), mientras que el texto literario (objeto) recibe la acción. El papel activo del estudiante se muestra no solo en que transforma el texto literario, sino también en el cambio que se produce en él cuando interactúa con este tipo de texto.

En el proceso de formación literaria también se establece la relación sujeto-sujeto, la cual deviene como actividad comunicativa (Pupo, 2002), esencial en este proceso, pues en él se establece la relación del estudiante con otros estudiantes y con el mediador de lectura literaria, en un sistema de relaciones sobre la base de representaciones conscientes, a través de un estilo que permite una mayor o menor comunicación entre ellos, asumiendo indistintamente los roles de emisor y receptor. (Vigotsky, 1989) esclarece el papel de la actividad y la comunicación en la socialización del individuo. Plantea que el desarrollo psicológico se origina en un contexto histórico-cultural, el cual influye en el sujeto que acumula la experiencia de generaciones precedentes, la transforma y se transforma a sí mismo en función de su actividad y de la comunicación con otros.

La asunción de este principio conduce a crear espacios que propician la reflexión y la crítica. La personalidad literaria del estudiante se forma y se desarrolla en el proceso de comunicación con el autor del texto y las personas que participan en el proceso de promoción de lectura del texto literario en los diferentes contextos socioculturales; de este modo se evidencia la relación lector-texto-contexto sociocultural.

Aunque se resalta la importancia del contexto sociocultural, no siempre se han tenido en cuenta los contextos socioculturales donde interactúan los estudiantes, como base objetiva del proceso de promoción de lectura del texto literario. De ahí la necesidad de contextualizarlo pedagógicamente, a partir de realizar una caracterización sociocultural comunitaria que permita describir todo lo que pueda ser observado directamente, conocer la realidad del entorno y cómo influye en el referido proceso.

A partir de estas ideas, en el proceso de formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, hay que considerar las vivencias personales del estudiante. La categoría vivencia se entiende como una unidad en la que están representados en un todo, por un lado, el medio, es decir, lo experimentado por el sujeto y, por otro, lo que este aporta a esta vivencia, y que a su vez se determina por el nivel alcanzado por él anteriormente. (Vigotsky, 1989)

Las vivencias dependen de la actividad sensorial, intelectual, emocional y volitiva, de la facultad de proyectar en el texto literario toda la experiencia vital. Sin embargo, la experiencia solo puede calificarse como tal en la medida en que haya tenido lugar en el estudiante un acontecimiento significativo y transformador durante la práctica de la lectura del texto literario. En la vivencia del estudiante confluye la dialéctica de lo objetivo-subjetivo, de lo interno y lo externo, para interpretar, valorar y recrear el texto literario, como resultado de un proceso de internalización, mediado por el contexto sociocultural.

Por eso, un aspecto fundamental a tener en cuenta en el proceso que se estudia es la motivación, la cual determina la orientación de la actividad del estudiante hacia la lectura como actividad social, expresada en la disposición para su realización en diferentes tiempos y espacios, en la valoración de su papel en relación con el medio donde interactúa, como vía de preparación y realización personal y profesional. La motivación en el proceso de promoción de lectura del texto literario es personalizada porque cada estudiante interpreta, valora y recrea el texto literario según su visión del mundo y su objetivo de lectura.

Los referentes expuestos permiten concebir la formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, como un proceso pedagógico que considera las características sociales y culturales de la Universidad, las instituciones culturales de la comunidad y los estudiantes, con el fin de propiciar, bajo la orientación del mediador de lectura literaria, la intervención sociocultural sobre el texto literario, para sentir, interpretar y valorar sus significados y sentidos, y, en un proceso socializador de lectura compartida, reconstruirlos creativamente, como un modo de personalizar el hecho literario, integrando las dimensiones cognitiva y afectivo-emocional, de modo que los estudiantes pasen de ser objeto de formación a sujeto de su propia transformación.

Comportamiento del proceso de formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación. Español Literatura.

En los años iniciales de la Revolución, con el esfuerzo y el sacrificio de miles de jóvenes cubanos, se declara a Cuba "Territorio Libre de Analfabetismo" y comienza otra revolución no menos heroica, justiciera y memorable: la revolución de la cultura, del saber, del libro, la lectura y el pensamiento. Castro (Rodríguez, 2020) lo resume en la siguiente frase: "No le íbamos a decir al pueblo ¡cree, sino lee!". Y eso es lo que hace el pueblo cubano, con la ansiedad y el placer que solo despliegan quienes se descubren a sí mismos en el acto de entender las esencias del mundo exterior. La carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura ha hecho suyas estas palabras, a partir de formar lectores sensibles y reflexivos, desde el proceso de formación literaria, el cual constituye el objeto de periodización.

Para el desarrollo de la caracterización del proceso de formación literaria en la carrera Licenciatura en Educación Español-Literatura se tienen en cuenta los sucesos trascendentales ocurridos en Cuba, que constituyen hitos en este proceso objeto de estudio:

  1. El Primer Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación en 1975, que contempla dentro de sus objetivos la necesidad de lograr sólidos hábitos de lectura en los niños, adolescentes y jóvenes desde las instituciones educativas.

  2. El desarrollo del Primer Taller Nacional de Promoción de Lectura, celebrado en Santiago de Cuba en 1998, en el que se instaura el Programa Nacional de la Lectura, cuya esencia radica en promover el gusto por la lectura desde edades tempranas, en los niños, adolescentes y jóvenes.

  3. La implementación del Programa Nacional de Promoción de la Lectura, en el 2008, en el cual se coordinan las acciones de instituciones y organizaciones que, por su misión y objeto social, contribuyen a estimular el hábito de leer en la población cubana.

Los cambios y transformaciones económicas y sociales ocurridos en Cuba en la década de 1970, exigen el Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación (1975). Como parte de él, surge la carrera Licenciatura en Educación, especialidad Español y Literatura (Plan de estudio A), debido a la necesidad de elevar el nivel cultural de los egresados, de modo que se garantice su preparación para asumir las transformaciones que se requieren en la sociedad. En la carrera se inicia el proceso de formación literaria, cuyo objetivo es formar un lector capaz de comprender, comentar, interpretar, apreciar y analizar la obra literaria desde la práctica del análisis literario en las clases de Literatura. Por eso, las actividades para la formación literaria se centran en el comentario de texto, como ayuda a la comprensión lectora, a partir del modelo de Lázaro (Rodríguez, 2020).

A partir de 1982, con la implementación del Plan de estudio B, el proceso de formación literaria, según se declara en el Modelo del profesional, está condicionado por la necesidad de formar un profesor crítico literario. Ello se sustenta, esencialmente, en los aspectos vinculados con la teoría y la lectura literaria; esta última relacionada con actividades de aprendizaje, dirigidas al desarrollo de habilidades para el análisis literario y no a despertar el placer por la lectura del texto literario.

En los planes de estudio A y B, en el proceso de formación literaria prima el criterio estético, pues se considera que el hombre tiene una actitud estética ante las diferentes esferas de la vida. Por esta razón, se promueve, desde el componente académico, y en menor medida desde el extensionista, la lectura de autores clásicos y obras que, por su calidad estética, sirven de modelos culturales o ideológicos de la identidad nacional, regional o universal. Este proceder conduce a la desatención del canon personal; por lo que el estudiante no siempre elige a los autores y obras según sus necesidades, motivos e intereses personales, lo que limita el desarrollo de su comportamiento lector.

En 1986 se realiza la Primera Jornada Científica del Trabajo Cultural en la Educación Superior, en la que se revitaliza la Extensión Universitaria y se reafirma el papel de los centros de la Educación Superior en la promoción y extensión cultural. Desde el punto de vista extracurricular, en la carrera se proyecta una nueva política, centrada en actividades extensionistas relacionadas con la promoción de lectura del texto literario, a través de la proyección de filmes con versiones de obras literarias de los clásicos de la literatura.

En 1988 se aprueba por el Consejo de Dirección del Ministerio de Educación Superior el Programa de Desarrollo de la Extensión Universitaria y se trabaja en la concepción del Programa para el Desarrollo Cultural Integral de los Estudiantes Universitarios, el cual contempla dentro de sus objetivos el disfrute estético de los estudiantes como consumidores de los valores artísticos y literarios; sin embargo, aunque en la carrera el proceso de promoción de lectura del texto literario favorece la proyección cultural del futuro profesional, no siempre se logra el cumplimiento de este objetivo, pues se prioriza el desarrollo de habilidades lingüísticas en detrimento del desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes. Ello es consecuencia de la introducción del enfoque comunicativo en la enseñanza de la lengua y la literatura, en el Plan de estudio C, en el año 1990.

Motivado por la Campaña Nacional de la lectura, en el proceso de extensión universitaria se realizan actividades relacionadas con en el uso de técnicas de animación de lectura, pero sin criterios para evaluar sus resultados en los estudiantes de la carrera. Ello obedece a la carencia de una estrategia pedagógica en la cual se diagnostique, planifique, ejecute y evalúe el proceso de promoción de lectura del texto literario en función del desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

Entre 1998 y el 2007 se caracteriza la carrera por la implementación de los objetivos generales del Programa Nacional por la Lectura: promover el gusto por la lectura desde edades tempranas, en los adolescentes y jóvenes; así como ayudar al lector a encontrar libros y servicios que puedan satisfacer de forma creciente sus expectativas. Ello conduce a una renovación en el proceso de formación literaria, al revelarse el papel del lector en el proceso de recepción-interpretación del texto literario.

Con la implementación “Plan de estudio C” desaparece la carrera objeto de estudio y surge la carrera de Humanidades, la cual tiene entre sus objetivos: formar un profesor de humanidades como promotor cultural. Por eso, en este nuevo plan se reduce el número de horas, disminuye el caudal de información sobre obras y autores de textos literarios en las aulas y se prioriza el acceso de los estudiantes a fragmentos debidamente seleccionados y la búsqueda de la especificidad de lo literario.

Por otra parte, (Rodríguez et al., 2021) expone que las actividades para la formación literaria se sustentan en el estudio de la función estética de los recursos literarios y en el análisis del texto literario desde sus particularidades estructurales, atendiendo al género al que pertenece. Como se aprecia, las actividades no siempre se planifican en función de desarrollar el comportamiento lector en los estudiantes de la nueva carrera.

Como parte del Programa Nacional por la Lectura, se coordinan los esfuerzos de todos los organismos e instituciones culturales del país interesados en promover el libro y la lectura entre niños, jóvenes y pueblo en general. Sin embargo, en el Instituto Superior Pedagógico de Manzanillo, de la provincia Granma, el trabajo de promoción de lectura del texto literario se centra en el bibliotecario, al ser las bibliotecas el centro de las actividades vinculadas al concepto de promoción de lectura. La intervención del especialista se realiza desde lo didáctico, para apoyar el aprendizaje de la Literatura, por sobre la relación libre que el lector debe tener con los textos para augurarle un futuro de vínculos estables con la lectura del texto literario.

En esta etapa se inserta el CD-ROM de la carrera de Humanidades, en el cual se incluyen obras literarias, extinguidas en soporte papel; pero la insuficiente preparación de los docentes y estudiantes para operar con los adelantos de la informática, no siempre posibilita diseñar estrategias que promuevan la lectura de estas obras de manera consciente y reflexiva.

En la carrera, las actividades de promoción de lectura del texto literario se centran en el encuentro con narradores orales, la organización de exposiciones temáticas, visitas a museos u otras instituciones culturales de la comunidad, de manera espontánea, sin una articulación sistémica que favorezca el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

En el año 2000, como parte de las transformaciones educacionales, surgen los programas de la Revolución dirigidos a la formación de una cultura general e integral en la población. Entre ellos el Programa Editorial Libertad que aporta atlas, enciclopedias y diccionarios. Las publicaciones de esta editorial llegan a la carrera, pero no se diseñan acciones y estrategias para promover su uso desde la dimensión extensionista. Los diccionarios reciben la mayor utilización para la búsqueda del significado de palabras desconocidas por los estudiantes cuando realizan la práctica de la lectura en las diferentes asignaturas del currículo.

En este mismo año surge el Sistema de Editoriales Territoriales (SET), proyecto que promueve la literatura local. Para implementarlo, el Centro de Documentación e Investigaciones Pedagógicas y la Vicerrectoría de Extensión Universitaria, del Instituto Superior Pedagógico de Manzanillo, coordinan actividades de promoción de lectura de textos literarios con autores de la Editorial Orto, en las que participan los estudiantes de la carrera, pero limitadas a la presentación de libros y lectura de fragmentos, como acciones de animación a la lectura a las que no se les da seguimiento en las estrategias de los años académicos.

Otro acontecimiento relevante en esta etapa lo constituye la Feria Internacional del Libro de La Habana, organizada a partir del año 2000, la cual se extiende a todas las provincias del país y a algunos municipios, entre ellos el municipio Manzanillo donde radica la sede central del Instituto Superior Pedagógico de la provincia Granma. Ello propicia la participación de los estudiantes de la carrera en las actividades que se desarrollan en las instituciones culturales de la comunidad: talleres, conferencias, presentaciones de libros, encuentros con escritores. De este modo comienzan a establecerse vínculos de colaboración de la carrera con estas instituciones, pero de manera informal, pues no se sustentan en la firma de convenios de trabajo.

En el 2011 se reanuda la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura con el Plan de estudio D. Se introduce el enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural, el cual aporta una nueva manera de tratar los asuntos de la lengua y la literatura, pero sus aportaciones teóricas se concretan en la enseñanza de la lengua. La atención a la literatura se centra en la comprensión como componente funcional. Por eso, las actividades para la formación literaria recaen en el proceso de comprensión e interpretación, el diseño de actividades desde el punto de vista del acto receptivo del lector, el reconocimiento de aspectos discursivos del texto que activan los conocimientos del lector y el desarrollo de las habilidades lectoras, para que el sujeto interactúe con la literatura y sea capaz de recrear y construir una interpretación.

El proceso de formación literaria experimenta cambios al definirse la lectura como un proceso de comunicación social, que reconoce las dimensiones cognitiva y afectiva de los estudiantes, cuya integración no siempre se logra para que el proceso fructifique, pues la práctica de la lectura del texto literario no siempre se aborda como un proceso de socialización, en el que el estudiante asume un papel destacado como sujeto social. (Rodríguez et. al, 2021).

En el Modelo del Profesional del Plan de estudio D se reconoce que en la formación literaria del futuro docente se deben tener en cuenta los procesos de lectura, comprensión, apreciación, análisis, crítica reflexiva y promoción literaria. Sin embargo, en las funciones del profesional no se especifican tareas para la promoción literaria, aunque se sigue la lógica de organización para atender el objeto de la profesión.

En este plan se inserta el Programa Director de Lengua Materna, el cual tiene dentro de sus objetivos específicos consolidar hábitos y habilidades de lectura y promover la lectura de obras de diversa naturaleza. Para su cumplimiento, se proponen diferentes contextos de actuación. Así, por ejemplo, se declara un contexto sociocultural general en el que se deben dedicar espacios para la práctica de la lectura en coordinación con la biblioteca escolar y el desarrollo de actividades de animación y promoción de lectura en general y de la lectura de obras literarias en particular. Con la implementación de este programa director, la promoción de lectura del texto literario se centra en el desarrollo de hábitos y habilidades de lectura.

De igual modo comienza la implementación del Programa Nacional de Promoción de la Lectura, en el cual se coordinan las acciones de instituciones y organizaciones que por su misión y objeto social contribuyen a estimular el hábito de leer en la población cubana; de este modo, se pone un mayor énfasis en el estímulo del placer de la lectura. Las acciones para cumplir los objetivos de este programa en la carrera se diseñan como parte del proceso de extensión universitaria; se realizan actividades en la biblioteca de la Universidad, pero no siempre se organizan de manera sistemática y coherente en función del desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

A petición de los estudiantes en el congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), se comienza a implementar el Festival Universitario del Libro y la Lectura (FULL), cuyo objetivo estratégico es la promoción del libro y el hábito de lectura como opciones de recreación sana y el empleo culto del tiempo libre. Esto implica la utilización del método de promoción cultural característico del proceso extensionista de la Educación Superior en Cuba.

Para lograr este propósito se requiere convertir al estudiante en colaborador, creador y crítico, relator de gustos y vivencias; esto es, establecer la vinculación emocional entre el estudiante y el libro que lee, lo cual no siempre se logra porque, aunque en las estrategias educativas de la carrera y los años académicos se planifican acciones de promoción de lectura, no siempre son sistemáticas ni conscientemente organizadas; se centran en la presentación de libros y la lectura oral de fragmentos de obras literarias, de una manera informal, por lo que no siempre favorecen el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

En el Modelo del profesional del Plan de estudio E, implementado en el curso 2016-2017, se destaca la importancia de formar un profesional que sea un buen lector, preparado para relacionar la enseñanza de la lectura, con su promoción y animación, durante el ejercicio de la profesión. En las indicaciones metodológicas para el trabajo en la carrera se plantea la necesidad de sistematizar la lectura como práctica comunicativa, en contextos socioculturales concretos y fomentarla en sus diversas formas, para lograr la formación integral del estudiante. Dentro del sistema de tareas para cumplir la función orientadora del profesional, se indica desarrollar actividades de animación y promoción de la lectura en coordinación con la comunidad, de manera que se propicie el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

Aunque son múltiples las instituciones culturales de la provincia Granma que mantienen relaciones de colaboración con la carrera, las actividades de promoción de lectura del texto literario que en ellas se realizan no siempre son sistemáticas ni tienen en cuenta las necesidades e intereses de los estudiantes, de manera que se propicie la expresión libre de las ideas, la reflexión crítica y creadora en un proceso de socialización que favorezca el desarrollo de su comportamiento lector.

A partir de las características detectadas en las diferentes etapas del proceso de formación literaria y, como parte de él, la promoción de lectura del texto literario en la carrera Licenciatura en Educación. Español Literatura, se determinan las tendencias siguientes:

Las actividades para la formación literaria transitan desde lo academicista al centrarse en el comentario del texto literario, al análisis desde sus particularidades estructurales, desde las asignaturas del área de Literatura hasta la comunicación literaria a partir de reconocer las dimensiones cognitiva y afectiva de los estudiantes, cuya integración no siempre se logra, pues predomina lo cognitivo sobre lo afectivo-emocional en la lectura del texto literario.

Las vías empleadas para la promoción de lectura del texto literario transitan del uso de las técnicas de animación de lectura para el conocimiento de autores y movimientos literarios, al desarrollo de actividades vinculadas a lo didáctico en la biblioteca, para apoyar el aprendizaje de la Literatura, hasta la presentación de libros y la lectura oral de fragmentos de obras literarias, desde el proceso de extensión universitaria de una manera informal, por lo que no siempre favorecen el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

Las instituciones culturales de la comunidad inciden en la promoción de lectura del texto literario en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura desde la realización de acciones no integradas al proceso extensionista de la carrera, al desarrollo de actividades informales a partir de los vínculos de colaboración, hasta una mayor integración a partir de los convenios colectivos de trabajo, pero con limitaciones para favorecer el desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

Conclusiones

El proceso de formación literaria como práctica pedagógica en la carrera Licenciatura en Educación. Español-Literatura, se caracteriza por la sistematicidad de las acciones, donde se resalte la labor del mediador de lectura literaria y el protagonismo de los estudiantes, se vinculen a otros espacios y contextos que motiven a pensar, interpretar, debatir, criticar, valorar, reinterpretar y crear el texto literario. Se favorece una lectura hacia el disfrute y el placer por el texto literario; de igual modo se asume como un proceso sistémico de transmisión y apropiación de la cultura en la Universidad y las instituciones culturales de la comunidad, con la finalidad para desarrollo del comportamiento lector en los estudiantes.

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Recibido: 12 de Julio de 2022; Aprobado: 20 de Agosto de 2022

*Autor para correspondencia. E-mail: rrodriguezverdecia@udg.co.cu

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Los autores participaron en el diseño y redacción del trabajo, y análisis de los documentos.

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