Introducción
La telemedicina es una herramienta en e-Salud que permite el acercamiento de los profesionales de la salud y los pacientes a través de las tecnologías de la comunicación y la información, a partir de lo cual se consigue el acceso a los servicios en salud como la teleconsulta, el telemonitoreo, la telexperticia y teleasistencia.1,2 Los programas de telesalud con alta calidad tienen resultados en el manejo de pacientes con enfermedades crónicas y los grupos vulnerables, al disminuir los costos y mejorar el acceso a la atención médica.1
Por otro lado, la población infantil es considerada un grupo vulnerable en salud y un sujeto de derechos, por lo que se debe propender al cuidado de su bienestar y desarrollo integral; aunar todos los esfuerzos necesarios en su cuidado y enfocar estrategias desde los diferentes determinantes de salud.3
Los servicios de salud son considerados un determinante intermedio que influencian los resultados en este ámbito y pueden presentar diferencias inequitativas.4 La mortalidad infantil es un indicador de inequidad que puede mejorar con la cobertura de programas de atención y servicios de salud.5
Asimismo, el desarrollo de la telemedicina está abriendo nuevas opciones en todo el mundo para servicios de atención en pediatría eficientes, efectivos y asequibles.6 A medida que las telecomunicaciones y la tecnología informática han evolucionado y se han vuelto cada vez más confiables y económicas, los métodos de comunicación se han expandido más allá de las llamadas telefónicas entre el paciente y el proveedor para incluir videoconferencias, con imágenes de alta resolución y la capacidad de monitorear remotamente a los pacientes a través de Internet.7 De esta manera, la teleconsulta y la teleasistencia permiten el seguimiento de los pacientes pediátricos por grupos específicos (pacientes con enfermedades respiratorias, alérgicas, dermatológicas, entre otras), por subgrupos de especialistas (cardiología, endocrinología, nefrología, etcétera), por medio de la valoración y el seguimiento de estos en sus entornos habituales (casas, colegio y localidad), lo que mejora el acceso y la calidad en el cuidado de la salud.8,9,10
Por lo anterior, el objetivo del estudio fue el de explorar, por medio de una revisión sistemática de la literatura, la efectividad de la teleconsulta en el manejo de enfermedades crónicas y grupos vulnerables en la población pediátrica.7
Métodos
Se realizó una revisión sistemática de la literatura, basada en los estándares de calidad recomendados en la herramienta PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses).11 Se utilizó la metodología PICO para el desarrollo de la pregunta de investigación:12
P: población menor de 18 años con enfermedades crónicas,
I: teleconsulta y telemedicina,
C: consulta presencial,
O: control de enfermedad, cuidado salud, calidad, efectividad y seguridad.
Criterios de elegibilidad
Se incluyeron estudios tipo metaanálisis, revisiones sistemáticas, experimentos clínicos controlados, estudios de cohortes, casos y controles:
Población menor de 18 años con diagnóstico de enfermedades o condiciones de salud crónicas como asma, enfermedades autoinmunes, neurológicas y cardiovasculares.
Estudios cuyo objetivo primario consistía en el control y seguimiento por medio de la teleconsulta y la telemedicina.
Seguimiento mínimo de tres meses.
Se excluyeron las publicaciones tipo revisiones de la literatura o reporte de casos y en las cuales los participantes fueran mayores de 18 años.
Fuentes de información y estrategia de búsqueda
Se realizó la búsqueda el 1 de junio de 2021 en las bases de Medline PubMed, Embase, Scopus, Web of Science, The Cochrane Library y ScienceDirect en el período de tiempo del 1 de enero del año 2009 al 1 de mayo de 2022 (tabla 1). Se realizó una búsqueda de la literatura para identificar la utilidad de la teleconsulta en pediatría, utilizando los términos MESH “pediatrics” AND “telehealth” AND “primary care” AND “control care” en las bases mencionadas.
Proceso de selección
De los estudios encontrados, se revisaron todos los títulos y los resúmenes, en función de identificar los criterios de inclusión. Posteriormente, se obtuvo el documento completo y se revisó para determinar si se incluía dentro de la revisión. Todos los estudios seleccionados para elegibilidad se revisaron por los investigadores y se escogieron, según los criterios de inclusión y exclusión (fig.1).
Proceso de recopilación de los datos
Se creó un formulario para la extracción de los datos; las versiones de texto completo de los estudios elegibles se recuperaron y cada artículo fue asignado aleatoriamente a dos revisores que trabajaron de forma independiente para la extracción de la información. Los revisores no examinaron ningún artículo de su autoría.
Estudio y valoración del riesgo de sesgo
Se evaluó el riesgo de sesgo y la calidad metodológica de los estudios, utilizando las estrategias de Consolidated Standards of Reporting Trials (CONSORT),13Strengthening the reporting of observational studies in epidemiology (STROBE)14 y Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses (PRISMA).11 Primero se realizó una revisión de los manuales metodológicos y el entrenamiento en el instrumento utilizado de los manuales metodológicos; luego, un ejercicio donde se analizó un estudio seleccionado de manera aleatoria y los resultados se discutieron con el asesor metodológico.
Posterior a la evaluación de sesgos, se creó un formulario para la extracción de los datos y se adaptó a la revisión de evaluación de la calidad de los estudios según la clasificación de Sackett.15,16
Medidas de síntesis
Se tabuló la información de las características de las intervenciones del estudio y sus resultados en términos de porcentaje, intervalos de confianza con un alfa < 5 %, odds ratio (OR) y riesgo relativo (RR) con valor de p < 0,005, estadísticamente significativos para los resultados y la evaluación de las intervenciones.
Artículos encontrados
Se encontraron 3105 artículos, 77 en PubMed, 342 en Embase, 30 en la Web of Science, 75 artículos en Cochrane, 211 en Science Direct y 126 artículos en Scopus; se eliminaron los duplicados y protocolos y aquellos que no se referían a teleconsulta con un total de 128 artículos. De estos, se seleccionaron 45 artículos por título y resumen (tabla 1) que se llevaron a revisión completa.
Resultados
De los artículos que fueron incluidos en la matriz para el análisis, se estudiaron 17 ensayos clínicos: el 41,1 % (7/17) evaluaban la efectividad y el 35,3 % (6/17) se calificaron con un nivel de evidencia NE 2.17,18,19,20,21,22,23,24,25,26,27,28,29,30,31,32,33 En total se encontraron 12 revisiones sistemáticas: el 50 % (6/12) tuvo un nivel de evidencia NE 1.34,35,36,37,39,40,41,42,43,43,45 Se analizaron 25 estudios de casos, controles y cohortes: el 34,7 % (8/23) se catalogaron con un nivel de evidencia NE 2.46,47,48,49,50,51,52,53,54,55,56,57,58,59,60,61,62,63,64,65,66,67,68,69,70,71
La síntesis de los estudios analizados se recopila y organiza por enfermedades en el anexo del documento.
Telemedicina en enfermedades agudas
Se encontró un estudio que evaluaba la concordancia de la telemedicina versus la consulta presencial con un 89 % entre las dos y la proporción de discrepancias fue del 13,8 % para la telemedicina y de 8,3 % para la consulta presencial.17 Un ensayo clínico evaluó la seguridad de la teleconsulta para niños con necesidades especiales (n = 483) y niños en guarderías (n = 10,008); fue similar la tasa de finalización con un 98,1 % y 97,6 % y los eventos adversos fueron de 0,3 % y 0,5 % respectivamente.46
Telemedicina en el seguimiento de cardiopatías congénitas
En un estudio de seguimiento de niños con cardiopatías congénitas por medio videoconferencia, en comparación con el contacto telefónico (prueba U de Mann-Whitney), se mostró la disminución de la ansiedad de los padres que pertenecían al grupo de videoconferencia, significativamente (p < 0,05), según la escala State-Trait Anxiety Inventory (STAI).19 Sin embargo, en un ensayo clínico de monitoreo domiciliario de telesalud de cuatro meses, realizado en el 2020, se demostró que no hubo una diferencia significativa en cuanto al estrés ni un impacto en la calidad de vida de padres con hijos en el postoperatorio de la cirugía cardíaca, según el Parenting Stress Index (PSI).29
Telemedicina en el cuidado paliativo
En cuanto al cuidado paliativo, en el estudio de Bradford y otros20 con 14 pacientes se encontró que las principales problemáticas para la teleconsulta son las barreras administrativas, los costos y el fallecimiento de pacientes, lo cual que entorpece la efectividad de las intervenciones.20 En el caso de los pacientes oncológicos se observó una mejora de la función familiar cuando se realizaba apoyo mediante la telesalud a los pacientes y las familias que se encontraban recibiendo cuidado domiciliario al final de vida; los cuidadores informaron un impacto familiar de 46,4/100 (SD = 18,7).51 Asimismo, la revisión de Delemere y otros39 (16 artículos, 563 pacientes) encontró que la teleconsulta contribuye a optimizar la calidad de vida, genera satisfacción, controla la ansiedad y sustituye al médico en casa.
Telemedicina en el control de la obesidad
En el control de la obesidad infantil, catalogada como un problema de salud pública, uno de los retos es la vigilancia del comportamiento y la adherencia al tratamiento en estos pacientes. El ensayo clínico realizado por Bala y otros29 en el 2019 tuvo como objetivos describir y examinar el uso de la telemedicina en el cambio de comportamiento de la obesidad infantil, como una opción factible, rentable y de gran alcance para los programas de control de peso. Se asignaron pacientes a un grupo control con atención primaria mejorada y otro a la atención primaria mejorada + entrenador (apoyo con telemedicina). Se encontró que las videollamadas son beneficiosas para ahorrar tiempo (67 %; promueven la interacción cara a cara (55 %); el ahorro en gastos de niñera, parqueadero o el desplazamiento (39 %). La mayoría de los padres no informaron problemas con las visitas de videollamadas (65 %).
También se ha evaluado el control del índice de masa corporal (IMC) a pacientes que se les realiza el seguimiento mediante telesalud vs. asesoramiento en persona, usando la metodología de educación en estilos de vida saludable en pacientes con sobrepeso/obesidad, en donde el IMC inicial medio fue de 32,2 y 32,6 para los grupos presencial y de telesalud, respectivamente. Se tuvieron en cuenta las disminuciones medias en las puntuaciones z del IMC de 0,044 y 0,032 en los grupos presencial y de telesalud, respectivamente, p < 0,001 con un margen de 0,15.50).
Telemedicina en el control del asma
En varios artículos se ha demostrado la utilidad de esta herramienta para enfermedades crónicas como el asma. Se encontraron dos revisiones sistemáticas. La primera estudió 970 niños y se investigaron los métodos de intervención de teleasistencia médica, a partir de los modelos de atención basados en el teléfono, el video e Internet; existió una reducción significativa en el número de pacientes ingresados en al hospital durante 12 meses (RR = 0,25 [IC del 95%: 0,09 a 0,66]), sin que haya evidencia en mejora significativa de la calidad de vida.34).
La segunda, que evalúa el impacto de los programas de telemedicina en la mejoría de los resultados relacionados con dicha enfermedad, empleó la incorporación de la telemedicina en la escuela y encontró que en cuatro de siete estudios se informaron aumentos significativos en los días sin síntomas y/o disminución en su frecuencia. Cinco de seis advirtieron aumentos en, al menos, una métrica de calidad de vida; dos de siete destacaron una disminución, mínimo, en una métrica de utilización de la atención médica; uno de tres mostró reducciones en las ausencias escolares y uno de dos advirtieron mejoras en las medidas de espirometría.45
En cuanto a la utilidad y viabilidad de la telesalud de un modelo que incorporó las visitas médicas, el autocontrol y el monitoreo de inhalador, se evidencia que el grupo de asma grave demostró una mayor reducción en el índice compuesto de gravedad de asma (CASI, por sus siglas en inglés) entre el grupo de asma grave (CASI ≥ 4) pasando de (8,02 vs. 5,42, p < .0001) entre la primer v segunda visita.28).
Para el seguimiento de las enfermedades respiratorias un estudio de cohorte, cuyo objetivo fue evaluar si la telemedicina se puede utilizar con éxito en la atención de estos pacientes, arrojó que tres de cada cinco pacientes enfrentaron problemas menores, mientras empleaban la teleconsulta. En la evaluación de la satisfacción el 78 % de los cuidadores calificaron la teleconsulta con ocho o más puntos (de 10), lo que sugiere que la mayoría de ellos estaban satisfechos con la intervención.66
Telemedicina en la atención de la diabetes mellitus
Dentro de las enfermedades crónicas en las que encontramos estudios del uso de la telemedicina está la diabetes mellitus y el control glucémico de niños que sufren esta enfermedad. Un ensayo clínico de 42 padres con hijos con diabetes mellitus tipo I, que buscaba reducir la angustia emocional por la hipoglucemia infantil (REDCHiP), encontró que el grupo que recibió intervención por telesalud, basada en video de diez sesiones, versus la atención habitual mostró una reducción significativa en el miedo a la hipoglucemia (p = 0,04) y una tendencia hacia la reducción en la frecuencia del estrés (p = 0,092).27
En otro ensayo clínico con 240 pacientes con diabetes mellitus tipo I, donde el grupo de intervención (GI) tuvo con teleconsulta y atención regular vs. el grupo de control (GC) que recibió solo atención regular durante seis meses, con seguimiento de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) a los seis, 12 y 15 meses, se evidenció una reducción de la HbA1c de 0,11, cifra más baja en el GI que en el GC (IC del 95 %: -0,31 a 0,09, p = 0,277), teniendo un mayor efecto a mayor tiempo reducción de 0,2 a 12 meses (p = 0,004) y 0,3 a 15 meses (p = 0,007).32 En una revisión sistemática a partir de 29 estudios (n = 1,224 pacientes), que tuvo el objetivo de describir los diferentes modelos de teleconsulta para atender la diabetes en pediatría y su utilidad en el control de la HbA1c, se describieron diferentes hallazgos: aumentaron las interacciones entre los pacientes y médicos; existió un mejor acceso a la atención especializada y un control eficaz de la diabetes.40).
Telemedicina en enfermedades neurológicas y la salud mental
En el seguimiento ambulatorio por telemedicina en salud mental se encontró una revisión sistemática con una población de 3163 pacientes pediátricos. En este estudio se emplearon aplicaciones de videoconferencias para el seguimiento de los pacientes y se encontró una mayor adherencia a los medicamentos y recomendaciones psicoterapéuticas, la reducción de los síntomas y el control de las crisis. Adicionalmente, la videoconferencia condujo a un cambio de diagnóstico psiquiátrico en el 70 % de los pacientes; cambió en la adherencia a la medicación en el 82 %, inicialmente, el 41 % en un año y 46 % a los tres años. Además, contribuyó con recomendaciones para discapacidades del desarrollo.35
Un ensayo clínico con 200 pacientes encontró que la terapia cognitivo-conductual y la gestión de la atención, entregada principalmente a través de telesalud, durante el período de tratamiento de seis meses, informó mejoras significativas en las puntuaciones del Health Behavior Inventory, en comparación con la atención habitual a los tres meses (disminución de 3,4 puntos; IC del 95 %, disminución de -6,6 a -0,1 puntos) y a los 12 meses (disminución de 4,1 puntos; IC del 95 %, - 7,7 a -0,4 puntos de disminución). Además, las puntuaciones del inventario de calidad de vida pediátrica informadas por los jóvenes a los 12 meses mejoraron en una media de 4,7 puntos (IC del 95 %, 0,05 a 9,3 puntos) en el grupo de intervención, en comparación con el grupo de control.33) Además, se evidencian cambios significativos en los resultados medidos de salud y/o psicosociales, posterior a las intervenciones psicosociales y de tipo cognitivo conductual con respuesta positiva al tratamiento.35
Un ensayo clínico en 13 niños con parálisis cerebral asimétrica (siete intervenciones y seis controles) se evalúo la utilidad de la intervención multicomponente, a través de teleconsulta, para lograr el desarrollo de habilidades motoras finas de la extremidad superior en esto niños. El grupo de intervención mostró una mejora significativa en las habilidades motoras finas unimanuales, en comparación con el grupo de control de la lista de espera con un tamaño del efecto ajustado de Cohen d = 0,92, p < 0,05.31)
En cuanto a enfermedades como el trastorno del espectro autista y los problemas de conducta de moderados a graves, el entrenamiento de comunicación funcional a través de la telesalud, guiado por un experto e implementado por los padres, logró una reducción media del comportamiento problemático del 98 %, en comparación con una mejora conductual limitada (1 %) en los niños que recibieron el "tratamiento habitual" durante un período de 12 semanas. La comunicación social y la realización de tareas también mejoraron para los niños con trastorno de espectro autista (TEA) y problemas de comportamiento moderados a graves.30).
En el caso de la epilepsia, un ensayo clínico en el año 2020 demostró que la telesalud mejoró el acceso a la atención especializada, redujo los costos de bolsillo autoinformados (p < 0,001), de horas de escuela y trabajo perdidas (p < 0,001) con un 94 % de satisfacción de padres/cuidadores.68
Discusión
La utilidad de la telemedicina en la pediatría se ha visto reflejada en diferentes áreas de la salud. Los principales resultados de la búsqueda arrojaron beneficios a nivel del control de enfermedades crónicas, control posegreso, la unidad de cuidado intensivo,24,37,47,52,58 la poscirugía pediátrica, el cuidado paliativo, las enfermedades mentales y el acceso a la atención de salud de población que se encuentran en regiones apartadas.
Igualmente, en los estudios revisados se evaluó la telemedicina como una herramienta de salud, en cuanto a utilidad, efectividad, seguridad, calidad de atención, adherencia al tratamiento, impacto y satisfacción, frente a la consulta tradicional presencial.17,18,19,20,21,22,23,24,25,26,27,28,29,30,31,32,33,34,35,36,37,38,39,40,41,42,43,44,45,46,47,48,49,50,51,52,53,54,55,56,57,58,59,60,61,62,63,64,65,66,67,68,69,70,71
En el caso de las cardiopatías congénitas la videoconferencia vs. el contacto telefónico posterior al alta para el seguimiento de la ansiedad disminuyó significativamente, gracias a esta herramienta.18,19,29 En el cuidado paliativo se observaron resultados en cuanto a la satisfacción, el control de ansiedad, la mejora de calidad de vida y la substitución del médico en casa.20,37,39,51 En el caso específico de los pacientes oncológicos se observó una mejora de la función familiar, mientras recibían cuidados en el hogar con apoyo de la telesalud. Lo anterior permite sugerir que la telesalud es una herramienta para extender y facilitar la atención al final de vida.39
Por otro lado, investigaciones sobre el control de obesidad han demostrado una mejora general en el bienestar y satisfacción del tratamiento; además se han apreciado efectos positivos en los comportamientos alimenticios, la actividad física y la disminución del tiempo de pantalla.26) Cuando se evaluaron los cambios en el IMC, a pesar de no encontrarse un resultado clínicamente significativo en el puntaje z, la telesalud podría usarse de manera confiable como un medio para aumentar el acceso a la atención pediátrica y así lograr control del peso en los pacientes con poca accesibilidad al sistema de salud.50) La diabetes mellitus y el control glucémico de niños es un desafío en la medicina; con la implementación de la telemedicina se evidenció una disminución en el estrés de los padres;27 además se encontró una disminución en los valores de Hb1Ac a los 12 y 15 meses en pacientes a quienes se le realizaban video-consultas mensuales.32,33,34,35,36,37,38,39,40).
En cuanto al asma, los resultados concuerdan en que existe una reducción estadísticamente significativa en el riesgo de hospitalización, sin que haya evidencia clínicamente significativa en torno a la calidad de vida ni en el número de visitas al servicio de urgencias.34,45,66) Además, se encontraron aumentos significativos en los días sin síntomas.28
Asimismo, la salud mental y las enfermedades neurológicas encontraron un beneficio en la implementación de la telemedicina para el tratamiento, en cuanto a la psicoterapia por videoconferencia, el asesoramiento virtual y en el seguimiento con el fin de mejorar la adherencia al tratamiento, la reducción de los síntomas y el control de crisis.
A raíz de la pandemia de la COVID-19 se ha incrementado notoriamente el uso de la telemedicina; uno de los primeros ensayos clínicos evaluó el uso de telesalud en la pediatría ambulatoria en diferentes especialidades durante la pandemia. En este estudio se encontró un aumento del 50% el uso de las teleconsultas en la mayoría de pacientes. Entre las intervenciones estaba el seguimiento de casos leves de COVID-19, adicional a las medidas de cuarentena y la necesidad de controles para seguimiento de paraclínicos, como la programación de procedimientos entre otros.54,61,63,65).
Además, existen varios ensayos clínicos que demuestran la satisfacción y la utilidad de la telemedicina. Uno de ellos muestra el beneficio del seguimiento ambulatorio mediante la telemedicina y la mayoría de los padres y pacientes consideraron continuar con las consultas por esta vía.54,63) Otro ensayo clínico indica que los médicos sugieren la telemedicina como un componente para la atención de seguimiento; sin embargo, cabe resaltar que muchas veces se encuentran desafíos técnicos. No obstante, tanto cuidadores como personal de salud indican un interés por el uso de la telemedicina.54,61
También se encontró un estudio para evaluar la implementación de la atención ambulatoria de telesalud en neurología infantil durante la pandemia de la COVID-19, donde hasta el 96 % de los médicos encuestados y los cuidadores consideraron que la implementación de la telemedicina era satisfactoria, la cual podría considerarse como un componente para la atención de seguimiento.50
Otro elemento importante que muestra resultados significativos en relación con la telemedicina de forma ambulatoria fue la disminución de las visitas al servicio de urgencias, al igual que el acceso a especialistas para control de enfermedades.43,44,56) En el control de las enfermedades agudas los estudios demostraron que el nivel de concordancia entre la consulta presencial y virtual es muy similar, al igual que el enfoque terapéutico para el manejo de estas enfermedades, lo que demuestra su utilidad y posible función para mejorar la atención prehospitalaria y el cuidado de la salud desde el entorno de su hogar.17,46,48)
La evidencia científica en el uso de la telemedicina como una herramienta en salud es más robusta en la atención y el seguimiento de enfermedades de comportamiento crónico. La utilidad en la atención de urgencias tiene variabilidad en calidad y tipo de intervención; sin embargo, se encontró que los proveedores de atención médica y las familias, generalmente, informan una alta satisfacción y facilidad de uso de dichos servicios.17-71
Entre las limitaciones de este estudio se encuentra el incremento de las intervenciones realizadas por la pandemia de COVID-19, lo que generó una amplia diversidad de escenarios, resultados y nuevas publicaciones en curso que no se lograron incluir dentro esta investigación y que no permiten hacer evaluaciones metaanalíticas de su efecto sobre el control de enfermedades.
Finalmente, se evidenció que no existe un estándar o protocolo internacional o regional que defina los límites y alcance, en calidad de la atención en las intervenciones en teleconsulta para este grupo poblacional.
Conclusiones
El uso de las tecnologías de la información y la comunicación para facilitar las consultas de atención médica pediátrica es factible en ciertos escenarios clínicos (enfermedades crónicas y seguimiento) y puede ser útil en los programas y estrategias de cuidado de la salud, si se cuenta con una planificación adecuada.
Para maximizar el potencial de la telemedicina como una herramienta en salud, investigaciones futuras deben centrarse en definir criterios de calidad (con límites y alcances) de cada intervención, al igual que establecer protocolos estandarizados e incluir recomendaciones en las guías de práctica clínica para el uso y la implementación de la telemedicina en la atención médica.