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Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina

versión On-line ISSN 2308-0132

Estudios del Desarrollo Social vol.11 no.3 La Habana sept.-dic. 2023  Epub 01-Dic-2023

 

Artículo original

Habilidades socioemocionales de los docentes de la Unidad Educativa 3 de Mayo durante la pandemia de COVID-19

Socio-Emotional Skills of the Teacher of the Educational Unit 3 de Mayo During the COVID-19 Pandemic

0000-0003-2282-0328Tanya Janin Chávez Aragundi1  *  , 0000-0003-2223-2470María Angélica Henríquez Coronel1 

1Universidad Técnica de Manabí, Ecuador

RESUMEN:

La pandemia del COVID-19 exigió a los docentes realizar actividades virtuales y cambiar las estrategias de enseñanza-aprendizaje, adaptándose a un entorno comprometido por las implicaciones del confinamiento de los centros educativos. Influyendo negativamente en el desempeño docente, lo cual estuvo relacionado con las condiciones emocionales y sociales de cada uno. El objetivo planteado fue describir las dificultades socioemocionales que enfrentaron los docentes durante la pandemia del COVID-19. Se trabajó bajo un enfoque cualitativo con un diseño fenomenológico. Los resultados obtenidos muestran que los docentes no estaban preparados social y emocionalmente para un trabajo virtual desde casa, lo cual consideraron extenuante, con estrés, miedo, angustia y desesperación. El estar muchas horas manipulando un dispositivo tecnológico, como el poco conocimiento en herramientas tecnológicas, afectó la salud emocional. Por tal razón los docentes deben tener un acompañamiento social y emocional, no solo en situaciones adversas, sino en la normalidad de sus labores.

Palabras-clave: docentes; COVID-19; enseñanza virtual; habilidades socioemocionales

ABSTRACT:

The COVID-19 pandemic required teachers to carry out virtual activities and change teaching-learning strategies, adapting to an environment compromised by the implications of the confinement of educational centers. Negatively influencing teaching performance, which was related to the emotional and social conditions of each one. The stated objective was to describe the socio-emotional difficulties faced by teachers during the COVID-19 pandemic. We worked under a qualitative approach with a phenomenological design. The results obtained show that teachers were not socially and emotionally prepared for virtual work from home, which they considered exhausting, with stress, fear, anguish and despair. Spending many hours manipulating a technological device, as well as little knowledge of technological tools, affected emotional health. For this reason, teachers must have social and emotional support, not only in adverse situations, but also in the normality of their work.

Key words: teachers; COVID-19; virtual teaching; socio emotional skills

INTRODUCCIÓN

Las habilidades socioemocionales se van adquiriendo gradualmente y con ellas se logra desarrollar y expresar lo que se siente; además es la principal fuente de bienestar en el ser humano. Sin embargo, su inadecuado desarrollo puede llegar a ser fuente de malestar e indisposiciones. Ciertamente, el desarrollo de estas habilidades en los docentes de los sistemas educativos de América Latina y el Caribe tiene relevancia, y se considera que «es importante que los docentes reciban formación que les permita desarrollar habilidades socioemocionales y contar con herramientas pedagógicas para desarrollarlas en sus estudiantes, ya que ellos influyen en el desarrollo socioemocional de los alumnos» (Arias et al., 2020, p. 13).

En otro contexto, Aristulle y Paoloni (2019) manifiestan que:

las habilidades socioemocionales son importantes para el bienestar de una sociedad en general, son un cimiento crucial para la construcción de comunidades proactivas. Es importante en tal sentido, promover su desarrollo desde la escuela, pero para ello, es fundamental que los docentes primero aprendan a identificarlas, valorarlas debidamente y desarrollarlas en ellos mismos. (p. 18)

En el entorno social debido a la pandemia del COVID-19, se generó un cambio en la forma de vida de la población en todos los ámbitos. Las actividades de teletrabajo exigieron a los docentes cambios en el uso de estrategias de enseñanza-aprendizaje, pero también la adaptación a un contexto mediado por la pandemia, afectaron las respuestas socioemocionales. De hecho, se pudo observar que «las habilidades socioemocionales de los docentes juegan un papel fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que la docencia es un tejer y destejer incesante de emociones, de expectativas y de relaciones interpersonales» (Gutiérrez & Buitrago, 2019, p. 174).

Por su parte, Polo y Urchaga (2014) destacan la importancia de la educación emocional y declaran que «las investigaciones han demostrado que la educación emocional tiene un gran potencial para producir efectos positivos en el desarrollo humano» (p. 582).

Según Castillo (2020), se habla de la contención emocional de los estudiantes en tiempos de pandemia, pero no la de los docentes, quienes experimentan un alto nivel de estrés, lo que repercute en su efectividad y capacidad de enseñar. Muchas personas asumen que los docentes tienen las habilidades necesarias para manejar las emociones y resolver situaciones de crisis o responder positivamente a contextos adversos. Pero esto es algo que no necesariamente es así, pues empíricamente se puede percibir que el desarrollo de estas habilidades es muy bajo o no se considera en la formación profesional formal. Por lo tanto, el docente debe ser considerado como grupo prioritario en el fomento de su salud emocional, pues un docente emocionalmente cultivado es un multiplicador del desarrollo emocional entre sus estudiantes.

En Ecuador no se han encontrado muchos estudios que incluyan el desarrollo de las habilidades socioemocionales de los docentes y cómo enfrentar situaciones de crisis. Se identifica el realizado por Navarrete y Zambrano (2021) en el que se destaca que los docentes ecuatorianos en la pandemia estuvieron expuestos a situaciones estresantes, como ansiedad, angustia, dificultades para conciliar el sueño y dificultades para mantenerse relajado, afectando el área personal, familiar, laboral y social del educador. Sugieren la necesidad de estrategias de afrontamiento adaptativas ante diferentes situaciones conflictivas.

En el presente trabajo se estudia las habilidades socioemocionales de los docentes de la Unidad Educativa Fiscal 3 de Mayo, de la parroquia Riochico en Manabí, Ecuador, quienes enfrentaron los estadíos iniciales de la pandemia, que para todos estuvieron cargados de miedo e incertidumbre, con un elemento adicional que les comprometía aún más, y fue el tener que convertir sus hogares en un aula de clase y, además, teniendo que ser la mano segura que guiaba a los estudiantes que estaban también muy afectados emocionalmente por el confinamiento social y la cercanía de una enfermedad reconocida como mortal.

Entre las preguntas sin respuesta que surgieron, producía mucha expectación el saber cuánto tiempo duraría el confinamiento. El cambio brusco de normativas y lineamientos emitidas por el Ministerio de Educación sin posibilidad de capacitación para su implementación, provocaba estrés y angustia, a lo que se unieron el cansancio provocado por las largas jornadas frente a un computador y la imposibilidad de terminar en un horario regular su jornada laboral por las constantes comunicaciones telefónicas de estudiantes, padres y autoridades en horas que debían ser de descanso docente. A ello se sumó la carga emocional del miedo a la enfermedad, las pérdidas humanas propias, así como de sus colegas y también de los estudiantes. Otro evento estresor lo representó la problemática de la conectividad que algunos docentes, así como muchos estudiantes enfrentaron.

Las consecuencias de esta situación emocionalmente adversa se manifestaron en dificultades para conciliar el sueño, problemas de concentración, ansiedad, entre otros, lo que impactó en el comportamiento social y emocional de los educadores.

MÉTODOS

El enfoque investigativo es cualitativo, con un diseño fenomenológico. Dentro los métodos utilizados se encuentran los teóricos, como el histórico-lógico, inductivo-deductivo y analítico-sintético.

La población contemplada en la investigación fue de 19 docentes quienes se desempeñaban en modalidad virtual durante la pandemia. Se usó una muestra de 10 docentes, los cuales fueron seleccionados por la disponibilidad de tiempo y movilidad con la que podían colaborar. Para la recolección de datos, se utilizaron las técnicas de la entrevista y los grupos de enfoque y los instrumentos empleados fueron el guion de preguntas semiestructuradas y grabadora digital. En el caso de grupos focales, se realizaron 2, y la selección de los informantes estuvo guiada por los años de experiencia en el ejercicio profesional docente. Estuvieron compuestos de 5 docentes cada uno con una sesión única. Los grupos quedaron conformados de la siguiente manera: grupo 1, docentes con un rango de años de servicio entre 11 y 30 años; grupo 2, docentes con entre 4 a 10 años ejerciendo la profesión.

DESARROLLO

Aristulle y Paolini (2019) manifiestan que las comunidades educativas son un instrumento «para promover el diálogo intercultural, la cultura de la paz y el desarrollo sostenible» (p. 5), apostando por la importancia del desarrollo, la socialización y la formación de las personas.

Igualmente, hacen hincapié en el cultivo de «la dimensión socioemocional en el enseñar y el aprender en comunidad» (p. 6). Esto propone un gran desafío en la comunidad educativa, en el que se considere una visión más amplia de la educación, teniendo en cuenta que esta es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto pues no todos los contextos son iguales y tampoco las necesidades entre las personas pueden ser las mismas variando los motivos que los suscitan.

Los contextos educativos se encuentran rodeados de experiencias emocionales que afectan positiva o negativamente el aprendizaje y el desempeño. Entonces, es menester favorecer los ambientes positivos que propicien la construcción de conocimientos, el autoaprendizaje guiado y el crecimiento de la motivación personal. Las habilidades socioemocionales se adquieren y son la principal fuente de bienestar del ser humano si se caracterizan por ser sanas y enriquecedoras.

Respecto al desarrollo de las habilidades socioemocionales y el rol de los docentes en sistemas educativos de América Latina y el Caribe, Arias et al. (2020) aseguran que es fundamental que «las habilidades socioemocionales sean promovidas en el contexto escolar» (p. 13), por lo tanto, refuerza la necesidad de que los docentes reciban la formación que les permita desarrollarlas y que ofrezcan las herramientas pedagógicas para desarrollarlas en sus estudiantes. Coincidiendo con este planteamiento, Aristulle y Paoloni (2019) afirman respecto a la importancia de las habilidades socioemocionales que «es importante en tal sentido, promover su desarrollo desde la escuela, pero, para ello, es fundamental que los docentes primero aprendan a identificarlas, valorarlas debidamente y desarrollarlas en ellos mismos» (p. 4).

Todo lo señalado anteriormente prioriza el acompañamiento al docente mediante redes de apoyo. En este sentido, Torres-Hernández (2020) plantea que «la intervención con los docentes en programas de desarrollo de habilidades emocionales promueve un pensamiento reflexivo, la creatividad, resolución de conflictos y toma de consciencia de las propias emociones, que permita la valoración de las diferencias como personas» (p. 167). Por tal razón, el nuevo contexto de la educación debe considerar que es de vital importancia que el docente tenga una buena salud mental para enfrentar todos los desafíos que se presentan.

El alcance que adquieren las habilidades socioemocionales en las comunidades educativas y los aportes que pueden proporcionar a la formación integral de los docentes, influyen en un ámbito donde se producen aprendizajes que, sin formar parte de los saberes del currículo, son altamente valorables por las implicaciones que adquieren para el desempeño en la comunidad educativa. Aristulle y Paolini (2019) destacan «el rol que adquieren las habilidades socioemocionales en el proceso de conformación de comunidades de aprendizaje, como una contribución que favorezca procesos formativos integrales de quienes han tomado como opción personal la docencia» (p. 4).

Las habilidades socioemocionales son de vital importancia para que el docente pueda tener conocimiento, control e independencia emocional. Mejorar estas habilidades, mejoran las actitudes hacia el mismo individuo y la comunidad educativa. El docente es un sujeto que tiene diversos estados de ánimo, sensaciones y percepciones, y estos se vieron perturbados durante la pandemia y la postpandemia.

En esencia, el desarrollo de las habilidades emocionales implica la toma de conciencia sobre el cómo se responde a los estímulos externos donde no sólo el cuerpo participa, sino que al ser respuestas de una intrincada articulación física psíquica-social, ellas, determinan por su efecto positivo o no, el estado de ánimo. Implica reconocer y gestionar el cómo se está, cómo se siente la persona y cómo ese estado afecta al entorno y cómo el entorno, afecta el ánimo de vuelta permanentemente y en distintos grados de intensidad. (Cardoso, 2020, p. 8)

Las habilidades socioemocionales son esenciales en las actitudes que se tienen y cómo se afronta el trabajo, por esta razón el medio educativo debe reforzar y considerar la importancia de la adecuada salud mental de los docentes y la construcción del aprendizaje emocional y esto involucra reconocer que hay emociones que fluctúan desde lo positivo a lo negativo, teniendo todas ellas una función esencial en los seres humanos, fundamentales para el desarrollo de la propia identidad. Unas tranquilizan, otras exaltan y otras generan dolor o entristecen. La gestión de las emociones es un aspecto fundamental de cultivar para todo ser humano y por ello la escuela debe estar presta a contribuir con su desarrollo.

En este sentido, Evans (2002, citado por Vivas et al. 2007) considera a las emociones básicas y secundarias, además de las emociones cognoscitivas superiores, que son la influencia de los pensamientos conscientes, y por lo tanto más susceptibles de variación cultural. Las emociones que propone en esta categoría son: amor, culpabilidad, vergüenza, desconcierto, orgullo, envidia y celos.

En relación a los tipos de emociones, Fernández-Abascal et al. (2001) las clasifican en primarias, secundarias, positivas, negativas y neutras. Las primarias son las que están presente en todas las culturas y son partes de los genes del ser humano; las secundarias provienen de las primarias dependiendo de la adaptación de cada individuo; las negativas se refieren a sentimientos dañinos como el miedo, la tristeza, la ira y el asco; en cuanto a las positivas, hacen referencia a sentimientos agradables como la felicidad; y las neutras son consideradas así porque no son ni agradables ni desagradables y facilitan posteriormente la presencia de otra emoción, entre ellas tenemos la sorpresa.

Habilidades socioemocionales de los docentes frente a la pandemia COVID-19

La importancia de las habilidades socioemocionales para lograr un ambiente agradable y una enseñanza eficaz son reconocidas por la literatura académica como se mostró en párrafos precedentes. Por tal motivo, en la pandemia se pudo conocer el nivel de desarrollo que estas habilidades tenían en los docentes, pues enfrentarse a la incertidumbre y retos que produjo la pandemia requirió del uso intensivo de dichas habilidades. Llambí (2021) menciona que «la irrupción de la pandemia ha puesto aún más en evidencia la necesidad de expandir y mejorar el abordaje del aprendizaje socioemocional desde varios ámbitos, en particular desde el sistema educativo» (párr. 1) y esto es comprensible pues fue un momento en el que los docentes han experimentado inestabilidad emocional y estrés laboral. Al respecto, Pacheco (2021) expresa que:

La puesta en práctica de la educación a distancia hemos constatado que una de las necesidades básicas a trabajar ha sido el desarrollo de las habilidades socioemocionales como la autonomía, el autoaprendizaje, la capacidad de organización del tiempo, entre otras. La política educativa debe orientarse fuertemente hacia el desarrollo de estas habilidades más allá de las digitales. (párr. 8)

Existe un consenso entre los autores citados en que es una necesidad fomentar el desarrollo de las habilidades socioemocionales, para poder enfrentar de manera adecuada una pandemia de las características y dimensiones de la vivida como consecuencia de la COVID-19 y lograr un ambiente armónico y de provecho académico y emocional en las clases.

Como se ha venido señalando, el trabajo del docente dio un giro de 360 grados, pues las jornadas virtuales desde casa entremezclaron lo profesional con lo doméstico y aunado a ello, esa misma realidad la vivieron todos los miembros de la familia en la mayoría de los casos, colapsando los hogares con asuntos que antes no entraban en casa. Muchos docentes no tenían conocimientos tecnológicos, ni equipos y tampoco capacidad económica para adquirirlos. En este sentido, Dos Santo et al. (2020) manifiestan que:

Muchos de estos docentes no se encontraban cualificados para tal transición. Esta falta de preparación se debe a muchas razones, por ejemplo, al hecho de que no todos los hogares están preparados para la utilización de los requisitos técnicos relacionados con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación y que no siempre es posible mantener un ambiente cómodo para el teletrabajo. A veces se requiere una mayor carga de trabajo debido a las dificultades de adaptación del profesional o del alumno, debido al aislamiento y la distancia social. Además, al estar en casa, el docente también debe lidiar con varios otros factores, como la presencia de más personas en el mismo espacio, como niños y cónyuges que a su vez están sujetos a regímenes de teletrabajo y estudio a distancia debido al aislamiento y la distancia dispuestos por la pandemia. (p. 139)

Factores socioemocionales de los docentes ecuatorianos en tiempos de pandemia COVID-19

En una investigación realizada en países latinos, López y Rodríguez (2021)concluyen que los docentes ecuatorianos que tienen un mejor bienestar, presentan alto sentimientos positivos y apoyo social; y los que no, tienen sentimientos negativos y desgaste emocional. Lo que demuestra que a mayor bienestar del ser humano, mayores sentimientos positivos y apoyo social; por el contrario, menor bienestar, demuestran sentimientos negativos, desgaste y ciberacoso. Estos resultados destacan que las diferentes dimensiones socioemocionales están asociadas con el bienestar general de los docentes. Otros resultados relevantes mencionan que su carga laboral y doméstica aumentó, dada la exigencia de la educación virtual y el corto o nulo período de adaptación, que trajeron grandes desafíos, dentro de unas políticas de inseguridad laboral y bajos salarios.

Trabajo virtual docente durante la pandemia de COVID-19 en condiciones socioemocionales adversas

El confinamiento social que atravesó el mundo en general y Ecuador en particular, debido a la pandemia declarada a raíz de la expansión vertiginosa del COVID-19, ocasionó que la vida familiar se modificara a una realidad nueva y desconocida. En una investigación realizada por Mora et al. (2021), se menciona que:

Las responsabilidades, como madre o padre de familia, de velar por el cuidado de sus hijos, ser proveedor a nivel económico y afectivo, o, en ocasiones, ser la única cabeza de hogar o el único sustento, sumados a la suspensión de la atención de los centros de desarrollo Infantil por parte del Gobierno, agravan la situación en el hogar e incrementan la responsabilidad laboral. Garantizar el apoyo necesario a la comunidad educativa, fuera del horario de clases, por la situación antes mencionada, crea largas jornadas de trabajo para los docentes. Las nuevas exigencias de capacitación tecnológica, elaboración de material para estudiantes con y sin conectividad, y adaptación a esta nueva realidad está generando estrés laboral. (p. 45)

A lo largo de la pandemia se han presentado distintos conflictos que impactan el estado físico y emocional de todas las personas y, en particular, de los docentes del Ecuador, quienes podrían experimentar miedo al ver cambiar sus rutinas y tener que adaptarse a nuevas metodologías y realizar cambios en sus jornadas de trabajo. (p. 46)

Las consecuencias emocionales que han experimentado los docentes a causa de la pandemia también son variadas, el miedo, la inseguridad económica, temor a enfermarse ellos o sus familiares y amigos, la incertidumbre del tiempo que aquello duraría, el duelo, el aislamiento, trastornos mentales como insomnio, ansiedad, angustia, entre otros, colapsaron la vida emocional de los docentes.

A pesar de todas las circunstancias adversas que tuvieron que sobrellevar en el transcurso de la pandemia, los docentes tuvieron la fortaleza de asegurar la continuidad de la educación a los niños, adolescentes y jóvenes del país, lo cual honra mucho su trabajo.

RESULTADOS

Los hallazgos obtenidos de la entrevista personal y de los grupos de enfoques se analizaron y se seleccionaron los momentos decisivos para ser agrupados en categorías, mostrados a continuación (tabla 1):

Tabla 1 Categorías para análisis de información. 

Entrevista: datos generales

Se entrevistaron 10 docentes de la Unidad Educativa 3 de Mayo, de los cuales, cinco laboran en el subnivel de la Básica Superior, dos en el nivel de Bachillerato y 3 en ambos niveles. Con experiencia dentro del magisterio nacional, se encuentran 4 docentes con experiencia entre 4 a 10 años, 3 docentes entre 11 a 20 años y otros 3 docentes en el rango de 21 a 30 años. Las edades de los docentes oscilan entre 35 a 56 años.

Conocimientos de las habilidades socioemocionales

Dentro de esta categoría, los docentes manifiestan que en ningún momento se pueden ignorar las emociones, porque hay instantes que se tiene coraje, ansiedad, miedo, alegría y tristeza, pero la motivación por hacer lo que tanto les gusta puede ayudar a controlar las mismas frente a los estudiantes. Uno de los entrevistados expresa «claro, hay que ser muy perspicaz en el aula, demostrando las emociones que puedan ayudar a los estudiantes, a motivarlos y las otras que no conviene llevar al aula; {se debe} mantener una postura equilibrada delante de los estudiantes y padres de familia».

Los docentes manifestaron que toda noticia que genere motivación causa bienestar en las emociones como la alegría, la calma, la felicidad, por otro lado, cuanto se recibe información que genera miedo, enfado, ansiedad, tristeza, culpa son la causa de actuaciones y sensaciones internas negativas.

Capacidad socioemocional frente a la pandemia

En esta categoría, los docentes en su gran mayoría manifestaron que al inicio de la pandemia sintieron miedo, adrenalina, al tener que aplicar una modalidad de estudio que nunca habían utilizado y poder llegar al estudiante desde ese espacio; como también ansiedad, incertidumbre, impotencia, impaciencia y desmotivación porque los estudiantes no tenían recursos para conectarse ni para comprar materiales escolares. Y sobre el temor a enfermarse y perder a un familiar; a pesar de todas estas emociones también debían buscar la fortaleza y sensibilidad frente a los estudiantes y de esa forma darle apoyo frente a esta gran adversidad.

El cambio de la educación presencial a la virtual incidió en aspectos sociales-relacionales y emocionales, ya que, por las restricciones al contacto personal, la poca disponibilidad de medios tecnológicos de muchos docentes y familias y el deficiente manejo de herramientas virtuales generó una situación emocionalmente negativa. También la falta de conectividad de los estudiantes afectaba el desarrollo de clases síncronas, recurriendo en muchos casos en conexiones asíncronas usando herramientas poco versátiles para uso educativo. Entre los docentes entrevistados pocos fueron los que manifestaron tener conocimientos en el uso de aplicaciones digitales, y fueron estos docentes los que manifestaron menos sobrecarga social y emocional durante el trabajo en pandemia.

Entre las respuestas de los entrevistados destacan «…ya no se veía gente en la calle, no se sabía a dónde ir...», «los estudiantes manejaban mal las virtualidades», «no poder estar dentro del aula tanto los estudiantes como los docentes departiendo sus inquietudes y dudas», «...desesperación, al no saber si mañana iba a tener que comer, si me enfermaba quien cuidaría de mi hijo pequeño…»

Al hablar del trabajo del docente desde su casa, todos los entrevistados manifestaron que fue complicado y difícil, porque no estaban preparados con las herramientas tecnológicas, el tiempo de trabajo se extendió al punto de no tener hora de finalizar el trabajo, pues las demandas de padres, representantes y de los propios estudiantes y autoridades institucionales se hacían a libre demanda y esto les produjo mucho estrés, desgaste emocional, mental y físico; en algunos casos insomnio, pues se auto exigían estar despiertos para completar las labores docentes pero también las demandas de la vida doméstica.

Al respecto, es necesario destacar algunas respuestas de los entrevistados: «Fue un trabajo santo, no se tenía una hora de salida y descanso {se trabajaba} desde las 8 hasta las 11 pm»; «en virtualidad se trabaja más que presencialmente»; «no tenía tiempo con mi hijo, de enseñarle las tareas que le enviaba la maestra de él»; «al finalizar la pandemia terminé con ansiedad, laberinto y presión alta».

A pesar de todas las dificultades sociales y emocionales que se vivieron, los docentes expresaron que, en un balance general, se convirtieron estas dificultades en fortalezas con la predisposición, dedicación y seguridad con que respondieron al reto. De un inicio desmotivador, con el paso del tiempo, se logró un desarrollo razonablemente bueno pues se comprendió que era necesario adaptarse a la nueva realidad y fortalecer desde la familia y el trabajo en equipo con un aprendizaje en doble vía, descubriendo herramientas personales y tecnológicas, así como otros medios para llegar a los estudiantes y proveerles la mejor educación posible.

Estrategias para el manejo de las emociones

Luego de dos años de pandemia de COVID-19, los docentes valoran su aspecto socioemocional positivamente, ya que se ha mejorado profesional y personalmente y consideran que hoy en día están listos para enfrentar desafíos educativos vigentes en la sociedad de la información, y también se valora positivamente trabajar con los estudiantes presencialmente aprovechando lo aprendido para hacerlo apoyados en las tecnologías.

Mencionan la importancia de las diferentes estrategias utilizadas por los docentes como lo fueron la promoción de la unión familia-escuela, el auto control, la comunicación efectiva, la empatía y comportamiento prosocial, así como la asistencia a las charlas que desde la Unidad de Apoyo a la Inclusión del Distrito de Educación de Portoviejo y del Ministerio de Salud Pública se ofrecieron a los docentes.

Grupos focales

En los dos grupos de enfoque realizados con los docentes, estos estuvieron de acuerdo en que las habilidades socioemocionales son la forma cómo se sienten y comportan dentro de un aula de clase y con los compañeros de la labor educativa durante su ejercicio docente.

En el conversatorio en los grupos se rememoraron algunas emociones del inicio de la pandemia como la tristeza, el miedo, la incertidumbre que provocaron el llanto y la angustia de algunos docentes, pero que con el apoyo familiar pudieron sobrellevar. Dentro de este análisis aportaron información importante respecto a los temas que se abordaron: la incidencia del cambio del sistema presencial a la educación virtual en la parte social y emocional, con el trabajo educativo desde la casa, mencionaron cómo convirtieron las dificultades sociales y emocionales en fortalezas y, después de haber vivido esta situación, cuáles serían las habilidades que los docentes deberían dominar muy bien para enfrentar situaciones adversas.

En el grupo 1 (docentes con más años en el magisterio) les costó adaptarse al trabajo virtual, ya que tenían poco conocimiento en aplicaciones digitales, no tenían equipos tecnológicos y en algunos casos, sus teléfonos personales eran de baja gama; también manifestaron que les resultó difícil no poder tratar presencialmente con la comunidad educativa y que la educación virtual no ofrece los mismos resultados que la que se hace presencialmente; conciliar el trabajo en casa con la vida familia resultó muy difícil ya que les llevaba situaciones de desesperación y estrés. En cambio, los docentes del grupo 2, que acumulaban menos años en el magisterio, tuvieron una afectación mínima con el soporte tecnológico de la educación virtual, pues contaban con equipos tecnológicos y conocimientos de aplicaciones digitales; en las demás situaciones coinciden con el primer grupo.

En su totalidad, los docentes de los dos grupos estuvieron de acuerdo en que, a pesar de las aflicciones vividas, buscaron la forma y medios para poder llegar a los estudiantes, no solo con contenidos científicos sino también con motivación y apoyo moral. Y estas mismas dificultades se transformaron en fortalezas, como el apoyo familiar, el aprender nuevas estrategias metodológicas, esperanza y trabajo en equipo.

Los grupos de discusión confirmaron que las habilidades socioemocionales que se necesitan para enfrentar situaciones adversas son la determinación, el automanejo, la comunicación asertiva y estar siempre predispuestos a superar las adversidades.

Finalmente, ambos grupos comparten la necesidad del apoyo que el Departamento de Consejería Estudiantil no solo sea al estudiante, sino también al docente y que desde el Ministerio de Educación se haga un estudio minucioso del contexto del docente para que exista siempre el apoyo psicológico, para el bienestar del docente y por ende la comunidad educativa.

DISCUSIÓN

En los resultados obtenidos en este estudio, en términos generales, los docentes participantes muestran un conocimiento general sobre las emociones que produce el trabajo. A partir de estas emociones, en la actualidad, los docente consideran que socioemocionalmente se encuentran en un momento de evolución, se están adaptando a las nuevas necesidades de los estudiantes y del contexto, pero que a veces se sienten frustrados, presionados por diferentes situaciones, conflictos personales y laborales y creen que la falta de seminarios especializados y charlas que ayuden a superar los diferentes tipos de inconvenientes, tanto en su entorno social como emocional, son fundamentales. En algunos casos han llevado a sumarios administrativos, pero a pesar de todos los inconvenientes, los docentes muestran un gran temple al llegar al salón de clases y compartir con su grupo de estudiantes.

Esta investigación coincide con lo expresado por Repetto y Pérez (2007) quienes manifiestan que:

para que una persona demuestre competencia ante una determinada tarea, no solo necesita tener dominio de conocimientos conceptuales (saber), procedimentales (saber hacer) y actitudinales (saber ser y estar), sino que también requiere estar motivada para actuar (querer hacer) y deberá tener ciertas características personales y propiedades de contexto favorables para la actuación (poder hacer). (p. 95)

Las autoras de este trabajo coinciden con Aristulle y Paolini (2019), quienes expresan que una de las dimensiones de las emociones, como es la afectiva, provoca que se experimenten ciertos sentimientos en toda su intensidad y calidad ante diversas situaciones y la expresividad de las mismas, que se refiere al componente conductual y social de esta, emitiendo mensajes emocionales a los demás, que se traducen en sentimientos personales a través de sus expresiones públicas, mediante los gestos corporales. En este sentido, la investigación que se presenta da cuenta de que trabajar desde casa fue extenuante, generando constante estrés y trabajo excesivo. No se estaba preparado para estar muchas horas continuas frente a un dispositivo tecnológico, en otros casos no contaban con este recurso y la dificultad por adquirirlo en esos momentos, como el poco conocimiento en herramientas tecnológicas generaron sentimientos negativos.

Otro punto clave es, que los docentes han desarrollado habilidades socioemocionales que les permiten comprender y comportarse en situaciones de dificultades extremas, desde la objetividad y crear ambientes armónicos laborales y familiares que les conduzcan a un equilibrio emocional adecuado para realizar su labor. En este sentido Cabanillas et al. (2020) manifiestan que «las experiencias de intervención muestran significativas contribuciones de las habilidades socioemocionales en la mejora de los aprendizajes, desarrollo de competencias emocionales y su incidencia en la construcción de un clima organizacional favorable» (p. 14).

Durante el tiempo de la pandemia hubo acompañamiento en contención emocional por el departamento de Consejería Estudiantil del Distrito de Portoviejo. En base a este aspecto, el Ministerio de Educación (2021) expresa que:

desde el inicio de la pandemia tuvo objetivos muy claros, uno de ellos fue el apoyo psicoemocional; los brigadistas lograron que nuestros estudiantes, familias y docentes sientan esa contención emocional para seguir adelante, ellos lideraron una transformación en la educación del país y eso nos demuestra que estamos listos para seguir desarrollando habilidades para que nadie se quede fuera del sistema educativo. (parr. 3)

Por tal razón, este acompañamiento social y emocional al docente debe existir siempre, no solo en situaciones adversas, sino en la normalidad de sus labores, ya que son actores necesarios en el proceso educativo, con el compromiso de formar ciudadanos profesionales y socioemocionalmente responsables

CONCLUSIONES

El cuidado del aspecto socioemocional del docente es fundamental para su apropiado desarrollo profesional, pero esta necesidad se enfatiza cuando se tienen que enfrentar situaciones de crisis que afecten el desarrollo regular de la docencia.

Es fundamental que, en las instituciones educativas, existan programas de capacitación en habilidades socioemocionales, ya que la pandemia del COVID-19 ha puesto en evidencia la necesidad de potencializar las mismas, desde varios ámbitos y el acompañamiento constante en contención emocional desde el Ministerio de Educación.

La capacidad de adaptación de los docentes en tiempos de pandemia, permitió convertir esas dificultades en grandes fortalezas, desde el apoyo familiar, el trabajo en equipo y las estrategias emocionales y metodológicas, siendo de vital importancia que el docente tenga una buena salud mental para formar a sus estudiantes científicamente y con responsabilidad socioemocional.

Reconocer que nadie puede ignorar sus emociones, las transiciones de unas a otras en uno mismo, pero la evolución de las mismas permite poder controlarlas y demostrar que a mayor bienestar del ser humano, mayores sentimientos positivos y apoyo social.

Los docentes confirmaron que a través de esta experiencia las habilidades socioemocionales que se necesitan para enfrentar situaciones adversas son: la determinación, el automanejo, la comunicación asertiva y el estar siempre predispuestos a superar las adversidades para desarrollar su labor educativa de una manera profesional y empática

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 19 de Febrero de 2023; Aprobado: 13 de Abril de 2023

*Autor para la correspondencia tchavez7350@utm.edu.ec

Las autoras declaran que no existe conflicto de intereses.

Tanya Janin Chávez Aragundi: Investigación e idea inicial, recolección, interpretación y análisis de los datos, elaboración de las conclusiones, redacción del manuscrito y aprobación en su versión final, adecuación a las normas de la revista y envío.

María Angélica Henríquez Coronel: Interpretación y análisis de los datos, elaboración del resumen y traducción al inglés, revisión de las referencias bibliográficas, redacción del manuscrito y aprobación en su versión final.

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