Introducción
La actual pandemia por COVID-19 ha generado graves consecuencias sobre la salud mental; en este sentido, depresión y ansiedad son los trastornos más prevalentes durante la pandemia, y ya la depresión era considerada una enfermedad en creciente alza;1 la cual es una de las mayores causas del suicidio.2 Asimismo, los trastornos de ansiedad representan el 30 % de las enfermedades no mortales; sin embargo, pese a que se estima que el tratamiento de la ansiedad y depresión tiene un beneficio del 400 %, no se toman las medidas de prevención adecuadas.3
El impacto psicológico y social de esta pandemia es indiscutible y, a su vez, se considera una situación insólita, por lo que es difícil predecir con exactitud las consecuencias psicológicas y emocionales de la COVID-19. No obstante, los reportes indican que, en China, primer país afectado por esta pandemia, el miedo a lo desconocido y la incertidumbre pueden llevar a evolucionar a enfermedades mentales como trastornos de estrés, ansiedad, depresión, aumento de consumo de alcohol y tabaco, entre otros.4
Por otra parte, en el ámbito educativo, la presente pandemia ha afectado en todos sus niveles, los diversos cambios en las metodologías de enseñanza aprendizaje han generado en principio procesos desadaptativos en los estudiantes, en especial en Latinoamérica, donde los conocimientos de tecnología de la información en la educación no están muy difundidos, además de no contar con una conectividad adecuada, a esto se suma el hecho de las conductas establecidas en los estudiantes relacionadas con las restricciones de toda actividad presencial y el temor al contagio, entre otros, lo que ha generado en los estudiantes estados de estrés, ansiedad y depresión.5
En un estudio en universitarios se encontró que la mayoría de los estudiantes indicaban mayores niveles de ansiedad debido a la cuarentena domiciliaria; además, estos se encontraban estresados en cuanto a las finanzas y las preocupaciones por su salud personal.6) De la misma forma, el personal y los estudiantes de enfermería han visto aumentada su carga laboral, debido a la atención de pacientes con COVID-19, lo que ha provocado un aumento en sus niveles de estrés y ansiedad.7
En Perú se encontraron niveles altos de estrés entre los estudiantes de ciencias de la salud, debido a la sobrecarga académica durante la pandemia, el cual es mayor en aquellos universitarios con escasos recursos tecnológicos o con limitaciones de acceso a la virtualidad, lo que ha ocasionado repercusiones somáticas y psicológicas.7
Cabe señalar que los estudiantes de enfermería son un grupo de personas muy específico, que están relacionados de manera directa con la pandemia dada su formación en salud y su área de conocimiento, la contribución de estos en esta coyuntura sanitaria ha sido decisiva, en especial en aquellos asignados a hospitales como parte de su formación profesional, que los sitúa en la primera línea de batalla contra la COVID-19. A esto se aúnan sus obligaciones universitarias, lo que en conjunto genera estados de frustración, así como cuadros ansioso depresivos,8 por ello es necesario identificar de manera oportuna, las condiciones de los que están expuestos así como su estado de salud mental. Así, el presente trabajo de investigación tuvo como objetivo describir la relación existente entre los factores sociodemográficos y la salud mental de estudiantes de enfermería en tiempos de COVID-19.
Métodos
Se realizó un estudio de diseño no experimental, transversal, de alcance descriptivo. El estudio se realizó durante el mes de julio del año 2021. La población fue de 577 estudiantes de enfermería, matriculados durante al semestre académico 2021-01, en una universidad privada de la ciudad de Trujillo, Perú. De este tamaño poblacional se obtuvo una muestra de 328 estudiantes mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia, debido al estado de emergencia sanitaria en el Perú.
Para lo obtención de los datos se utilizaron los siguientes instrumentos:
Cuestionario de factores sociodemográficos: se utilizó este instrumento para toma de datos de las variables ciclo académico, género, edad, estado civil, religión y lugar de residencia.
Escala de ansiedad generalizada (GAD-7): usada para evaluar la sintomatología del trastorno de ansiedad generalizada durante las dos últimas semanas. Consta de 7 ítems, los que se puntúan en una escala de Likert de 4 puntos, que indican con qué frecuencia se manifiestan los síntomas, puntuándose desde 0 (nada) a 3 (casi todos los días); donde una puntuación ≥10 indica un trastorno de ansiedad generalizada. La versión original en inglés como la versión española han demostrado buenas propiedades psicométricas.9,10 Para el presente estudio se calculó la validez y confiabilidad para la población encuestada, de lo cual se obtuvieron coeficientes de Pearson mayores a 0,51 para todos los ítems, obtenidos mediante el método de ítem-test. Igualmente, se obtuvo una medida de consistencia interna de 0,89, para la confiabilidad mediante el método de alfa de Cronbach.
Cuestionario para la salud del paciente (PHQ-9): usado para evaluar la sintomatología depresiva, el cual consta de 9 ítems, puntuados en una escala de Likert de 4 puntos, que califican la frecuencia de los síntomas, y van desde 0 (nunca) a 3 (casi todos los días), con puntuaciones que fluctúan entre 0 a 27, donde 1-4 puntos indican depresión mínima, 5-9 depresión leve, 10-14 depresión moderada, 15-19 depresión moderada grave y 20-27 depresión grave.11 Para el presente estudio se calculó la validez y confiabilidad para la población encuestada, de lo cual se obtuvieron coeficientes de Pearson mayores a 0,30 para todos los ítems, obtenidos mediante el método de ítem-test. Asimismo, se obtuvo una medida de consistencia interna de 0,85, para la confiabilidad mediante el método de alfa de Cronbach.
Los instrumentos de recogida de información fueron digitalizados a través de un formulario de Google. Posteriormente, los docentes encargados de la recolección de datos ingresaron, previa coordinación con el docente de curso, a la clase virtual vía plataforma Zoom, explicaron a los estudiantes el propósito de la investigación, invitándolos a participar en el estudio. A continuación, se proporcionó el enlace del formulario electrónico para que los estudiantes pudieran responder. Se confeccionó una base de datos y luego se realizaron los análisis estadísticos, se expusieron los resultados descriptivos en frecuencias y porcentajes, y se realizó el análisis inferencial mediante la prueba de Chi cuadrado de Pearson. Todos los resultados fueron procesados mediante el uso del paquete estadístico para las ciencias sociales IBM SPSS 26.
Se respetaron los principios de autonomía, justicia y confidencialidad, por lo que los participantes firmaron un consentimiento informado.
Resultados
En la tabla 1 se observa que 31,10 % de los participantes se encontraban en el primer ciclo, seguidos de los que se encontraban en el segundo ciclo (25,30 %), el porcentaje minoritario fue el del cuarto ciclo (4 %). Además, se observa que 95,70 % de la muestra representa a estudiantes del género femenino. Según la edad, podemos identificar que, 31,4 % de los estudiantes tienen edad menor o igual a 18 años, 29,30 % son estudiantes entre 19 y 20 años, y 15,90 % ostentaban edades entre 21 y 22 años. Respecto al estado civil, 92,10 % de los estudiantes estaban solteros, y 0,60 % indicó encontrarse divorciados. Asimismo, 68,90 % de los estudiantes indicó profesar religión católica y el 31,10 %, otra religión. Además, 85,40 % de los estudiantes residían en el departamento de La Libertad, y 1,20 % en Piura.
En la tabla 2 se observan las relaciones elaboradas según los factores sociodemográficos con los síntomas de ansiedad. En lo concerniente con el ciclo, se encontró que no existe una relación significativa entre este y los niveles de ansiedad (p > 0,05); sin embargo, el mayor porcentaje de ansiedad severa se encontró en los alumnos del octavo ciclo, mientras la ansiedad leve osciló en porcentajes parecidos en todos los ciclos. Tampoco se encontró relación estadística entre sexo y niveles de ansiedad (p > 0,05). Sin embargo, se encontró relación con la edad (p > 0,05). No hubo relación estadística entre los niveles de ansiedad y el estado civil (p > 0,05), los estudiantes divorciados solo tenían ansiedad leve y solo 8,30 % de los casados y 20,90 % de los solteros tenían un nivel severo de ansiedad. No se encontró una relación significativa entre los niveles de la variable en estudio y religión y lugar de residencia (p > 0,05), hubo predominio de ansiedad leve y moderada en estos factores.
En la tabla 3 se observa solo una relación estadística significativa entre los niveles de depresión y el sexo (p < 0,05), se destaca un predominio del nivel severo de depresión en los hombres; así como la mayoría de las estudiantes mujeres no presentaron sintomatología depresiva, solo síntomas leves en mayor frecuencia. También se observa que no se encontró ninguna relación estadística significativa entre el resto de los factores con los niveles de depresión (p > 0,05), en los cuales osciló una predominancia entre sintomatología leve y no presenta síntomas en estos factores.
Discusión
La COVID-19 ha impactado en la salud mental de la población, lo que ocasiona la aparición de niveles altos de estrés, síntomas de ansiedad, depresión, entre otros, con diferentes consecuencias sobre la salud mental.12 Uno de los grupos afectados de manera significativa por la COVID-19, es el educativo, por lo que es muy importante monitorear la salud mental de los estudiantes durante la pandemia.13
El presente estudio se enfocó en analizar los factores que intervienen en la salud mental, tal y como coincide con otros trabajos de investigación,14 la mayoría de los estudiantes en enfermería son del sexo femenino, característica ya de la carrera de enfermería, cuyo cuerpo está constituido en su mayoría por mujeres, en este sentido, la práctica de los cuidados que soportan la vida ha sido asociada a la imagen de una mujer, constructo que si bien es cierto que ha evolucionado, y se extendió también al género masculino, ha quedado aún como huella indeleble, asociado a la imagen femenina dentro de la identidad profesional de la carrera de enfermería.15
Si bien no se encontró relación entre los niveles de ansiedad y los factores sociodemográficos, existe una predominancia de sintomatología severa en estudiantes de los últimos ciclos. No obstante, en otras investigaciones se encontraron que de manera aproximada más de 50 % de estudiantes de enfermería obtuvieron niveles moderados y severos de ansiedad.16 En este sentido, puede influenciar el hecho que los niveles más intensos de ansiedad han ocurrido a principios de la pandemia, cuando el virus tenía carácter de incierto y desconocido. Sin embargo, los estudiantes de los últimos años, a pesar de la normalización de la coyuntura de la pandemia, aún pueden sentirse expuestos al contagio por la cercanía de su labor en el entorno hospitalario como parte de su formación práctica, de lo que se deduce que el miedo puede aumentar los niveles de ansiedad en estos estudiantes. Por ello, tal y como afirman algunos investigadores, se deberían plantear estrategias educativas para trabajar el miedo al contagio y las consecuencias de este, como el estrés y la ansiedad y, de esta forma, ayudar a los estudiantes de enfermería a identificar autorecursos que les permitan tener mayor confianza y seguridad, con la finalidad de reducir así los niveles de estrés y ansiedad.17
En relación con la depresión, se evidenció una ausencia de sintomatología y sintomatología leve; solo se encontró una relación significativa entre los niveles de depresión y género, donde los hombres mostraron mayores niveles de depresión en comparación con las mujeres; en este sentido, a diferencia de otros estudios donde se encontró que la tercera parte de estudiantes de enfermería experimentó depresión moderada y alta, en especial en los estudiantes de países donde la COVID-19 ha generado mayor impacto, sin encontrarse diferencias significativas en cuanto a género.18 Aunque la mayoría de los estudios indiquen que el género femenino está más asociado con la depresión, también existen estudios donde se puede observar un mayor riesgo de síntomas severos de depresión en los hombres que en las mujeres,19 esto debido a patrones culturales, se sabe que las mujeres tienden más a exteriorizar sus problemas como estrategia de afrontamiento, a diferencia de los hombres, que suelen ser más reservados.
Cabe recalcar que la enfermería es una ciencia y arte del cuidado, el cual se manifiesta en la interrelación con el paciente;20 sin embargo, un paso prioritario para desplegar este arte es el autocuidado, que comienza en la salud mental del futuro profesional en enfermería. Los hallazgos de esta investigación servirán como evidencia en el contexto latinoamericano para poder elaborar programas de intervención que refuercen la salud emocional de los estudiantes de enfermería. Además, la presente pandemia por COVID-19 requiere adaptaciones, que en la ciencia de la enfermería implica la adopción de nuevas metodologías, en este caso, virtuales, para los sondeos sobre el cuidado de la salud mental. Asimismo, esta investigación se alinea con la política del Ministerio de Salud del Perú, sobre la promoción de universidades saludables, con el fin de la mejora de la calidad de vida de los estudiantes de enfermería para así poder desarrollar su potencial emocional en beneficio de su desarrollo intelectual y profesional. Además, cabe mencionar que una de las limitaciones del estudio fue el acceso a la muestra, ya que la conexión a Internet no es buena en el contexto peruano por lo limitado de la banda ancha, lo que no permitió poder trabajar con todos los estudiantes de la población, por lo que los resultados del presente estudio no pueden ser generalizables. Se recomienda que se realicen estudios de este tipo en otros contextos de Latinoamérica para poder conocer la situación de los estudiantes de enfermería durante el contexto actual.
En conclusión, no se encontró una relación significativa entre ansiedad y los factores sociodemográficos, solo una relación entre síntomas depresivos y factor de género, por lo que se puede señalar que en este contexto se deben desplegar programas preventivos de depresión en función de este factor sociodemográfico.