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Revista Cubana de Salud Pública

versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.32 n.3 Ciudad de La Habana jul.-sep. 2006

 

Facultad de Ciencias. Departamento de Biología. Universidad Autónoma de Madrid

Diferencias de género en las poblaciones emigrantes magrebí y latinoamericana de España

Paula Acevedo Cantero1

Resumen

Los procesos migratorios implican una diferenciación por género, que va desde la decisión del desplazamiento hasta las distintas opciones de inserción en las sociedades receptoras. Por otra parte, la migración es una de las fuerzas responsables del cambio en las relaciones de género. El objetivo de este trabajo es analizar las diferencias de género en dos colectivos inmigrantes asentados en Madrid. Se seleccionaron, de una población de 96 mujeres magrebíes y 125 latinoamericanas, a aquellas que tenían o habían tenido pareja estable. Se examinaron las diferencias entre cónyuges respecto a la edad al matrimonio, el nivel de estudios, el acceso laboral y los sectores ocupacionales en sus países de origen y en España, así como el impacto de la migración. Se encontraron mayores diferencias entre cónyuges en el colectivo magrebí y un acceso mayor al mercado laboral por parte de las mujeres inmigrantes en España. Los resultados encontrados señalan hacia un cambio en las relaciones de género con la emigración que puede repercutir desfavorablemente sobre la salud física y psíquica de la mujer.

Palabras clave: Colectivo magrebí, colectivo latinoamericano, inmigración, diferencias de género.

Introducción

A lo largo de la historia de los flujos migratorios siempre han existido marcadas diferencias de género, que van desde la decisión de migrar y el acceso diferencial a la migración,1 hasta la aceptación social dentro de la sociedad receptora según el sexo del individuo emigrante, pasando por el acceso laboral y la segmentación de las ofertas de trabajo.

Las primeras etapas de los movimientos migratorios actuales hacia España estaban constituidas, de forma mayoritaria, por hombres, pero cuando la inmigración se generalizó en todo el Estado se produjo una feminización que respondía a una estrategia familiar.2 Las esposas y los hijos se incorporaban al nuevo país una vez creadas las condiciones adecuadas.3

No obstante, la emigración femenina no parte de un modelo uniforme, puesto que muchas mujeres se desplazan solas, de manera ajena a la reagrupación familiar.4 En cualquier caso, la emigración femenina surge como parte de una nueva estrategia doméstica que implica un proceso de reunificación.5 Cuando el componente femenino familiar es el primero en emigrar, la reagrupación se hace desde la perspectiva de los hombres. En este caso, la mujer llega primero al país de acogida y es quien domina los recursos básicos y quien introduce a su pareja en la nueva sociedad, lo que supone un cambio con respecto a los roles tradicionales.6

Hay que tener en cuenta que las relaciones de género en el país de acogida responden al entorno cultural en que han crecido y se han desarrollado las mujeres, a sus situaciones familiares personales y a las nuevas circunstancias que se plantean en un ambiente diferente.

En este contexto, la mayoría de los empleos ofrecidos a las y los inmigrantes se encuentran en sectores de trabajo segmentados por sexo,7,8 e implican una diferenciación por género. Son principalmente, demandas de empleos realizados en la esfera de lo doméstico (ofertados principalmente, para las mujeres), en la construcción (ofertados para los hombres) y dentro del sector agrícola9 (ocupado en gran parte por los hombres).

Por tanto, es lícito plantear los estudios de migración desde una perspectiva de género, puesto que las mujeres y los hombres encuentran realidades diferentes en el nuevo país. Por otra parte, la migración es una de las fuerzas responsables del cambio en los roles de género y en la situación de las mujeres.10,11

Así, el objetivo de este trabajo es analizar las diferencias de género de dos colectivos inmigrantes culturalmente diferentes, el magrebí y el latinoamericano, asentados en la comunidad de Madrid. La intención fue comparar como se establecen las relaciones de género en ambos grupos, estimar el cambio en estas relaciones a consecuencia de la migración y analizar si existen diferencias de género en cuanto a la pérdida (impacto negativo) o ganancia (impacto positivo) de nivel laboral con la emigración.

Métodos

La población analizada se extrajo de una investigación realizada en 221 mujeres de 16 a 59 años, 96 de ellas procedentes del Magreb y 125 de América Latina, asentadas en la comunidad de Madrid.12

Para la realización de este estudio, se eliminaron de la muestra global, a las mujeres solteras, 52 latinoamericanas y 29 magrebíes. Se seleccionaron, según el interés de los datos a analizar, a las casadas, separadas y viudas o solamente a las mujeres casadas en el momento del muestreo.

Todos los datos se obtuvieron entre los años 1995/96 y 2002/2003 en centros de atención para inmigrantes, mediante una encuesta personal y anónima realizada a las mujeres interesadas en participar. Se registró la información, tanto de las mujeres entrevistadas como de sus respectivos cónyuges, acerca de:

  • el nivel de estudios. Categorizada en cinco grados o niveles diferentes: 1. analfabeto, 2. primaria incompleta, 3. primaria, 4. secundaria, 5. universitario,
  • el acceso al mercado laboral, tanto en sus países de origen como en España. Se ha considerado 1. no trabaja, 2. si trabaja,
  • los sectores de actividad, también antes y después de la emigración. Categorizada en 1. obrera/o sin calificación, 2. obrera/o calificada/o, 3. grado técnico o administrativo, 4. profesiones liberales.

Para establecer las diferencias de género se elaboraron indicadores cualitativos mediante la relación entre los datos de las mujeres y sus cónyuges:

  • Diferencia de edad al matrimonio entre cónyuges.
  • Diferencia de estudios. Relacionando el nivel de estudios de la mujer y de su cónyuge se obtuvo una variable con tres categorías: igual nivel (el indicador tiene valor igual a 1), menor nivel en el caso de la mujer (<1), mayor nivel en el caso de la mujer (>1).

  • Diferencia en el acceso laboral. De la misma forma anterior, se obtuvieron tres categorías: la mujer tiene menos acceso laboral (indicador <1), igual situación en ambos cónyuges (indicador =1), la mujer tiene mayor acceso laboral (indicador > 1).
  • Impacto laboral. Relaciona la categoría laboral en el país de origen con la categoría laboral en España. De nuevo, se obtuvieron tres categorías: mujeres y hombres que no cambian laboralmente con la emigración (impacto=1), mejora su situación en España o cambio positivo con la emigración (<1), pierden estatus profesional con la emigración o cambio negativo (>1).

Se aplicaron análisis descriptivos (media, mediana, desviacion estándar, valores extremos, frecuencias y porcentajes) y tras comprobar la normalidad de distribución de las variables mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov, se elaboró la prueba bivariada no paramétrica U de Mann-Whitney (U) y la prueba Chi cuadrado de Pearson (c2).

Resultados

Caracterización de la muestra

Ambas poblaciones tenían una edad media y desviación estándar (X ± DE ) similares, sin diferencias estadísticas: 31,3 + 8,4 años entre las latinoamericanas y 33,1 + 8,9 años entre las magrebíes. El tiempo de estancia en España fue mayor, significativamente, en la muestra del Magreb (57,7 + 54,1meses), frente a las latinoamericanas (29,7 + 23,8). En cuanto al estado civil, el 69,8 % de las magrebíes y el 58,4 % de las latinoamericanas estaban casadas, con parejas estables, separadas, divorciadas o viudas. Entre las mujeres que estaban o habían estado casadas, en el 9 % de las magrebíes y el 6,8 % de latinoamericanas, el cónyuge era español.

Diferencia de edad al matrimonio entre cónyuges

Las diferencias de edad entre hombres y mujeres al contraer matrimonio es una más de las desigualdades de género que afecta al grado de cercanía conyugal y se traduce en desequilibrios de poder entre los cónyuges.

Dentro de las dos poblaciones analizadas, la edad media de las mujeres al matrimonio fue de 23,9 + 8,4 años para las magrebíes y de 21,2 + 5,3 entre las latinoamericanas. En el caso de sus parejas, el matrimonio se produjo a una edad más tardía, a los 29,8 + 7,9 años de media entre los cónyuges de las mujeres magrebíes, mientras que entre los de las latinoamericanas es, en promedio, de 25,4 + 6,0 años. Esos valores no variaron prácticamente, cuando sólo se consideraron a los cónyuges con el mismo lugar de nacimiento que las mujeres.

Así, las mujeres de los dos colectivos eran, en promedio, más jóvenes que sus maridos (tabla 1) y aunque el análisis estadístico no estableció diferencias significativas en función del lugar de procedencia, se observaron mayores desigualdades en el caso del colectivo magrebí.

Tabla 1. Descripción y comparación de la diferencia de edad

Diferencia de edad entre los cónyuges*
Latinoamérica
Magreb
U

Media ± DE

-4,1 ± 5,3

-6,0 ± 7,4

1 771,5
(no significativo)

Mediana
-4
-3

Valor mínimo y máximo

-25 / 8

-29 / 6

*edad de la mujer – edad del marido, DE: desviación estándar, U: prueba bivariada no paramétrica de Mann-Whitney.

Las mujeres del Magreb analizadas eran, de media, 6 años menores que sus cónyuges, pero pueden llegar a tener hasta 30 años de diferencia con estos, además, más del 25 % de ellas tenían entre 10 y 30 años menos que su pareja. En las latinoamericanas, la mayor diferencia de edad era de 25 años, y el 11 % de ellas eran de 10 a 25 años más jóvenes que sus compañeros. Por otra parte, en esta población se encontró con mayor frecuencia la situación en que la mujer era de mayor o igual edad que su pareja (23,6 % frente al 19 % en las magrebíes).

Diferencias en el nivel de estudios

Este aspecto es una de las desigualdades más importantes entre hombres y mujeres. Los resultados mostraron que, en las dos poblaciones analizadas (tabla 2), eran más las mujeres con un nivel académico inferior, que las que tenían un mayor grado educativo que sus parejas.

Tabla 2. Descripción y comparación de la diferencia de estudios

Diferencia de estudios
Latinoamérica
Magreb
c2
Porcentaje
Frecuencia
Frecuencia
Porcentaje
7,22
(p < 0,005)

Mujeres menor nivel

16

22,2

28

41,8

Mismo nivel ambos

49

68,1

31

46,3

Mujeres mayor nivel

7

9,7

8

11,9

c2: prueba Chi cuadrado de Pearson.

Las diferencias entre ambas poblaciones para esta variable fueron significativas, de manera que, de nuevo, hay un mayor desequilibrio en el colectivo magrebí. Casi el doble de las mujeres del Magreb, frente a las latinoamericanas analizadas, tenían grados académicos más bajos que sus cónyuges. Esto puede estar determinado porque en ese colectivo es donde se encontraron las mayores tasas de mujeres que no sabían leer y escribir o que no habían completado ningún grado de escolarización (el 40 % de las mujeres), mientras que más del 78 % de las latinoamericanas tenían estudios secundarios, y, de estas el 25 % eran universitarias.

En cuanto a los hombres, también se encontraron menores niveles educativos entre los cónyuges de las mujeres magrebíes que entre las parejas de las latinoamericanas. La frecuencia de magrebíes sin estudios o con estudios básicos incompletos era del 36 % (algo menos que en el caso de las mujeres), aunque en el grado universitario los mayores porcentajes se dieron entre los cónyuges (el 16,4 % frente al 8,3 % en las mujeres). En el colectivo latinoamericano, los porcentajes de todas las categorías educativas eran muy similares entre hombres y mujeres (el 76 % de los hombres tenían niveles secundarios o superiores y de estos el 28 % eran universitarios). Igual que en la variable anterior no hubo apenas diferencias cuando se consideran también a los cónyuges nacidos en España.

Para profundizar en las desigualdades de género con respecto a esta variable, se consideraron también las diferencias de tramos educativos finalizados por cada uno de los cónyuges. De nuevo se produjo un desequilibrio en función del lugar de origen con mayores diferencias educativas en la población emigrante magrebí. El 27 % de las magrebíes tenían tres, cuatro y cinco grados menos de instrucción que sus parejas, en el caso de las latinoamericanas, el 5,6 % tenían dos o tres grados menos de instrucción y no hubo ninguna con diferencias por encima de tres grados.

Diferencias en el acceso laboral

El acceso al trabajo, que es el principal motivo de los desplazamientos internacionales,13,14 es junto con los diferentes sectores ocupacionales, uno de los pilares de las desigualdades sociales entre sexos. Para este estudio, es una variable de gran interés porque permitió analizar los cambios en las relaciones de género con la emigración.

Los resultados mostraron que los hombres, en los dos entornos, accedieron, en mayor porcentaje que las mujeres, al empleo. No obstante, analizando el trabajo de forma separada por sexo, se observó que fue mayor la frecuencia de mujeres, en los dos colectivos, que accedieron a desempeñar un puesto remunerado tras la emigración, mientras que entre los hombres hubo mayor proporción de desempleados que en sus países de origen.

En el momento de hacer la encuesta para este estudio, el 78,4 % de las latinoamericanas estaba realizando un trabajo remunerado, frente al 73,6 % de mujeres que trabajaban antes de llegar a España. Entre las magrebíes el 54 % estaba en activo en el momento de la entrevista, mientras que en su país trabajaba el 43,7 %. Hay que aclarar que alrededor del 10 % de mujeres, de los dos colectivos, se encontraba estudiando antes de venir a España.

Con respecto a los cónyuges, más del 80 % de los magrebíes y el 94 % de los latinoamericanos trabajaban en su país de origen (el 6,5 % y el 3 %, respectivamente, estaban estudiando), pero, tras la emigración, y a diferencia de las mujeres, aumentaron los porcentajes de desempleo. Los resultados arrojaron que el 18 % de magrebíes y el 10 % de latinoamericanos estaban en situación de inactividad laboral, frente al 6,5 % y al 1,5 %, respectivamente, en su país de origen. En cualquier caso, el acceso laboral siguió siendo mayor que entre las mujeres. En el momento de hacer la entrevista, se encontraba trabajando el 82 % de los magrebíes y el 86 % de los cónyuges latinoamericanos.

De esta forma, tanto antes como después de la emigración los hombres eran, en un alto porcentaje, los únicos responsables de la economía familiar. Se encontró que (tabla 3), en el 40 % de las parejas de ambos colectivos, sólo trabajaba el cónyuge masculino tras la emigración, y no se observaron diferencias significativas entre ambas poblaciones. Por el contrario, sí se observaron esas diferencias con respecto al país de origen (tabla 4). Si se comparan estos datos antes y después de la emigración, se comprueba que aumentaron en España las situaciones en que las mujeres eran las únicas responsables de la manutención del hogar. Esto está indicando un cambio en las relaciones de género a consecuencia de la emigración, especialmente en el colectivo magrebí.

Tabla 3. Descripción de la diferencia de situación laboral tras la migración

Diferencia de la situación laboral
Latinoamérica
Magreb
c2
Porcentaje
Frecuencia
Frecuencia
Porcentaje
0,54
(no ignificativo)
Sólo trabaja el cónyuge
15
38,5
18
41,9
Igual situación
22
56,4
21
48,8
Sólo trabaja la mujer
2
5,1
4
9,3

c2: prueba Chi cuadrado de Pearson.

Tabla 4. Descripción de la diferencia de situación laboral en el país de origen

Diferencia de la situación laboral
Latinoamérica
Magreb
c2
Porcentaje
Frecuencia
Frecuencia
Porcentaje
15,5
p <0,001
Sólo trabaja el cónyuge

14

21,5

28

51,9

Igual situación

51

78,5

24

44,4

Sólo trabaja la mujer

-

-

2

3,7

c2: prueba Chi cuadrado de Pearson.

Impacto laboral

En cuanto a los sectores profesionales, se observó que los porcentajes de todas las categorías de trabajos se repartieron en ambos sexos de forma similar, tanto en sus países de origen como en España. Las diferencias se pusieron de manifiesto al analizar las actividades que desempeñaban los individuos según su sexo, y estas diferencias fueron más marcadas con la emigración.

En sus países de origen, la categoría obrero u obrera sin calificación estuvo representada por el 66,7 % de las mujeres y el 73,5 % de los hombres magrebíes; en el caso del colectivo latinoamericano, por el 45,6 % de las mujeres y el 53 % de los hombres. En el extremo sociolaboral opuesto, las profesiones liberales estaban ocupadas por el 9,5 % y 10 % de las mujeres y hombres magrebíes, respectivamente, y por el 23 % de mujeres y el 25 % de hombres de América Latina. Dentro de todas las categorías analizadas, entre las actividades más representadas estaban la agricultura (en ambos géneros), peones de la construcción y afines como carpintería (en los hombres), costura (en las mujeres), comerciales y dependientes (hombres y mujeres), policías y mecánicos (hombres), peluquería y secretarias (mujeres), administrativos, contables y profesores (ambos), enfermeras (mujeres), e ingenieros (hombres).

En España, aumentó de forma drástica la categoría de actividades no calificadas y de una forma implícita la segmentación laboral por sexos. Así, el 90,4 % y el 91,4 % de las mujeres y hombres, respectivamente, del colectivo magrebí y el 90,8 % de las latinoamericanas y el 89 % de sus cónyuges se dedicaban a labores no calificadas: el servicio doméstico y la limpieza, en el caso de las mujeres y actividades relacionadas con la construcción en el caso de los hombres, pero a diferencia de las mujeres, entre los hombres había representados un mayor número de sectores laborales, como carpinteros, cocineros, camareros, jardineros y chóferes y sólo en los cónyuges latinoamericanos (3%) hubo emigrantes empleados en el sector de la limpieza. Por otra parte, también es importante destacar que el 6 % de las latinoamericanas ejercían la prostitución.

Se observó que, en contraste con las actividades realizadas tras la emigración, las mujeres de los dos colectivos accedieron en sus países de origen a una gama más amplia de labores en todos los estratos sociolaborales.

En las tablas 5 y 6, se observa que el lugar de procedencia fue muy significativo a la hora de describir las repercusiones laborales de la emigración, en el caso de las mujeres, pero entre los hombres no hubo diferencias significativas. Los resultados también pusieron de manifiesto que el impacto negativo siempre fue mayor entre las mujeres que entre los hombres. Estos tenían mayores porcentajes en la opción “no hay cambio” debido a que tanto en sus países de origen como en España disponían de mayores oportunidades de acceso laboral.

Tabla 5. Descripción y comparación del impacto laboral de la mujer tras la migración

Impacto de la migración
Latinoamérica
Magreb
c2

Frecuencia

Porcentaje

Frecuencia

Porcentaje

18,58
(p <0,001)

No hay cambio

16

12,8

33

34,4

Impacto negativo

83

66,4

37

38,6

Impacto positivo

26

20,8

26

27,0

c2: prueba Chi cuadrado de Pearson.

Tabla 6. Descripción y comparación del impacto laboral del cónyuge tras la migración

Impacto laboral del cónyuge
Latinoamérica
Magreb
c2
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
3,51
(no significativo)
No hay cambio
15

41,7

16

44,4

Impacto negativo

18

50,0

12

33,3

Impacto positivo

3

8,3

8

22,2

c2: prueba Chi cuadrado de Pearson.

Discusión

Las relaciones de género implican un sistema de valores desigual entre hombres y mujeres dentro de la organización estructural de las sociedades.15

En la comparación de estas desigualdades entre cónyuges, una de las características que destaca es la edad al matrimonio. Existe, con frecuencia, una gran diferencia de edad entre los cónyuges, debido a que los hombres suelen contraer matrimonio más tardíamente que las mujeres. Esas diferencias en las edades reflejan expectativas acerca de la capacidad masculina para obtener ingresos, la fecundidad femenina y las relaciones de poder, que favorecen a los hombres en detrimento de las mujeres.16

Los datos demográficos ponen de manifiesto que las diferencias de edad entre cónyuges varían de una región a otra, en términos similares a los resultados de este estudio. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, en América Latina la diferencia de edad oscila entre 3 y 6 años en promedio (4 años en la población analizada), mientras que en África del Norte estas diferencias son mayores y están, por término medio, entre 5 y 10 años (6 años en los resultados obtenidos).17

Para Ramírez,6 las diferencias de género son el principio estructurante de la sociedad marroquí, los resultados obtenidos mostraron mayores desigualdades para este colectivo, dentro de las poblaciones analizadas. Estas, además, de en la edad al matrimonio y la diferencia de edad entre cónyuges, se dieron también en el nivel de estudios.

Los distintos niveles de escolarización van a marcar el grado de inserción en la sociedad y el manejo y acceso a los recursos de esta, y a la hora de profundizar en el análisis del nivel de estudios es importante tener en cuenta el lugar de procedencia, tal como reflejan los resultados. En general, el colectivo magrebí parte de grados académicos inferiores a los de la muestra latinoamericana, y en ambas poblaciones había un alto porcentaje de mujeres con niveles inferiores a los de sus parejas, aunque estas diferencias fueron más amplias entre las mujeres magrebíes.

Las diferencias en el nivel de instrucción marcan, de la misma forma que el resto de diferencias de género, relaciones de poder que suponen una mayor ventaja para los niveles académicos altos frente a estratos socioculturales inferiores. Pero, el nivel de estudio también tiene repercusiones sobre la inserción y desenvolvimiento de los y las inmigrantes en el ámbito laboral receptor. De esta forma, las mujeres se ven en desventaja, frente a los hombres, en la inserción en la sociedad receptora.

En este sentido, uno de los puntos clave de la inserción de las poblaciones inmigrantes es el acceso laboral. Por otro lado, el análisis de esta variable permitió establecer cómo se modificaron las relaciones de género con la emigración. Los datos mostraron que las mujeres accedieron al mercado laboral remunerado en España en mayor medida que en sus países de origen, especialmente en las magrebíes. Esto implica que la responsabilidad en la manutención del hogar debe ser, entonces, compartida entre ambos cónyuges, o se circunscribe a la oportunidad de encontrar empleo para uno u otro sexo.

Sin embargo, este cambio lleva implícito una mayor diferenciación por género. Tanto en los resultados obtenidos como en datos precedentes, la principal oportunidad de inserción laboral de las inmigrantes no comunitarias en España se concentró en el servicio doméstico14,18-20 (hay que aclarar que no se encontró, en los resultados, a ningún hombre ocupado en este sector).

Este tipo de empleo se caracteriza por una gran inestabilidad y precariedad, y por realizarse, en muchos de los casos, a tiempo parcial, y por tanto con un salario muy bajo. Entre los hombres, la actividad principal estuvo en la construcción y los servicios asociados a ésta (tampoco se encontró a ninguna mujer que realizara este tipo de actividades), que, si bien, también se circunscribe dentro de un sector socioeconómico bajo, son empleos que ocupan una jornada completa y son de mayor remuneración económica.

Esta ocupación de determinados puestos de trabajo por parte de los y las inmigrantes está dando lugar a una sectorización diferencial del empleo con respecto a la población autóctona, que ya ha sido descrita en países como EE.UU.,21 con un alto volumen de inmigrantes, pero también ocasiona desequilibrios de género. De manera que, por un lado, la emigración potencia un acceso laboral más equilibrado que con respecto al país de origen, pero por otro, produce una mayor segmentación ocupacional por sexos.

Estas diferencias de género van a incidir en las desigualdades en salud. En este sentido, las tareas desempeñadas, implican que existan diferencias de riesgos laborales entre hombres y mujeres. Por ejemplo, los estudios en este ámbito señalan que los riesgos a los que están expuestos los hombres se relacionan con la seguridad y la higiene, mientras que en el caso de las mujeres se relaciona con la organización del trabajo y la ergonomía.22 Está descrito que uno de los principales problemas de salud que motivan la primera consulta de las inmigrantes en España, está en relación con el trabajo desempeñado en el sector del servicio doméstico (López JM. Atención sanitaria al inmigrante. XXIII Congreso Nacional SEMERGEN de la Medicina General y la Familia. Alicante: 26-29 de septiembre de 2001). Además, hay que tener en cuenta que las mujeres que trabajan fuera de su hogar también lo hacen dentro de éste, de manera que tienen una doble jornada. Esto tiene como consecuencia la disminución de su tiempo de ocio, o para sí mismas,23 lo que puede repercutir sobre su salud física y psíquica.

En conclusión, los resultados expresaron con claridad mayores desigualdades de género en el colectivo magrebí frente al latinoamericano. Hubo mayor diferencia de edad entre las parejas magrebíes, mayores desequilibrios educativos y, además, fue menor el porcentaje de mujeres magrebíes en activo en sus países de origen que de latinoamericanas. Pero, con la emigración las mujeres se incorporaron al mercado laboral en mayor cuantía, se produjo así un cambio en su papel tradicional y pasaron a ocupar un puesto dentro de la manutención económica familiar, lo que se traduce en una sobrecarga pues deben cumplir, además, con la jornada de trabajo remunerado. Estos aspectos pueden incidir desfavorablemente sobre la salud física y psíquica de las mujeres inmigrantes. Al mismo tiempo, se observó que la emigración también puede agudizar las diferencias entre sexos, porque, en este trabajo, la mayor parte de las mujeres sólo pudieron acceder a sectores tradicionalmente femeninos, como el servicio doméstico, mientras que los hombres se ocuparon de labores asociadas con los roles masculinos.

Summary

Gender differences in immigrant Maghrebian and Latin American populations in Spain

The migratory processes imply a gender differentiation ranging from the decision to migrate to the different options for incorporation into the welcoming societies. On the other hand, migration is one of the responsible forces for a change in gender relationships. The objective of this paper was to analyze gender differences in two immigrant populations living in Madrid . From a population of 96 Maghrebian women and 125 Latin American women, we selected those who had or had had a stable couple. Differences between spouses as to age at marriage, schooling, access to work and working sectors in their respective countries of origin and in Spain as well as the impact of migration were also analyzed. Greater differences between spouses were found in the Maghrebian population and a greater access to work market for the immigrant women living in Spain. The results pointed to a shift in gender relationships in the context of migration that might negatively affect physical and psychical health of women.

Key words: Maghrebian population, Latin American population, immigration, gender differences.

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Recibido: 28 de septiembre de 2004. Aprobado: 25 de abril de 2005.
Paula Acevedo Cantero. Unidad de Antropología Física. Dpto. de Biología. Universidad Autónoma de Madrid. 28049 Madrid. Teléfono: 91 497 2820 e-mail: paula.acevedo@uam.es

1Profesora Ayudante.

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