INTRODUCCIÓN
El advenimiento de la pandemia de la COVID-19 generada por el SARS-CoV-2, debido a su alta transmisibilidad, ha representado un desafío para casi todas las especialidades de la medicina, incluyendo la imagenología.1
La enfermedad por el virus SARS-CoV-2 se caracteriza por un cuadro neumónico, con fiebre y tos, acompañado de opacificaciones pulmonares multifocales en vidrio deslustrado, que puede evolucionar a síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) y requerir ingreso en unidad de cuidados intensivos (UCI) en un porcentaje elevado de pacientes.2
La mortalidad hospitalaria varía ampliamente entre regiones, desde el 20 % hasta más del 50 %, debido a que la duración de la ventilación mecánica artificial (VMA) y la recuperación del virus, a menudo toman varias semanas.3
Su elevada tasa de mortalidad, ha exigido planificar estrategias de manejo en instituciones hospitalarias destinadas a un cuidado óptimo y a la vez implementar medidas para reducir la transmisión intrahospitalaria y el riesgo de exposición para los trabajadores de salud.4
Datos preliminares sugieren que, una vez infectados, los enfermos muestran un curso clínico extremadamente variable. Informes recientes han clasificado a los pacientes en diferentes fenotipos, los cuales caracterizan la evolución fisiopatológica de la enfermedad con una gravedad creciente (fenotipo 1 hasta 5). Así, las variantes 4 (pre-SDRA) y 5 (SDRA) representan los que mayor afectación pulmonar exhiben. Hasta el 9 de mayo de 2022, el brote se había extendido a 6 continentes y casi 6,3 millones de personas habían muerto tras contraer el virus. Más de 164 mil muertes, ocurrieron en Italia. Estas cifras han ido en descenso, sobre todo, debido la cobertura de vacunación poblacional y la circulación de variantes que no afectan la función pulmonar como la Omicron.3,5
Las dificultades de movilización, alto riesgo de difusión del microorganismo durante el traslado, y la desinfección posterior de las salas de radiología hacen que la ecografía pulmonar (EP) sea una alternativa diagnóstica válida que permite evaluar el grado de afectación pulmonar mediante el análisis de patrones ecográficos específicos. Constituye este medio diagnóstico una herramienta muy útil en la pandemia, debido a que permite obtener imágenes en tiempo real, a pie de cama y puede repetirse cuantas veces sea necesario. Incrementa la utilidad en el seguimiento de niños y embarazadas.6,7,8
Otras ventajas de la EP son: aplicable a pacientes inestables, libre de radiaciones ionizantes y barata. La realiza el emergencista (aunque otros especialistas la pueden hacer) como complemento inestimable de la evaluación médica. La curva de aprendizaje es fácil y aplicable a diferentes entornos clínicos.6,9,10
Asimismo, disminuye la exposición del personal de la salud a la COVID-19, ya que un solo médico puede realizar toda la evaluación de manera objetiva al lado del paciente.11
Desde la notificación del primer caso, ha sido motivo de estudio el intento de aclarar las principales incógnitas acerca de las manifestaciones clínicas y medios diagnósticos de detección de la entidad.12 En Cuba se produce un considerable, acelerado y creciente número de artículos13 sobre la enfermedad y los aciertos en diferentes estudios imagenológicos; se describen las características particulares de cada técnica y se exponen diversos criterios sobre cuál estudio imagenológico es el más idóneo y en cuál etapa de la enfermedad es más efectivo.
Bajo esta premisa, se realizó una revisión narrativa de la literatura en buscadores y bases de datos de internet: Google académico, SciELO regional, PudMed/Medline, BVS-Cuba, WoS y Science direct. Desde mayo de 2020 hasta diciembre de 2021. Se utilizaron los descriptores: ecografía pulmonar/ técnica, diagnósticos por imagen de neumonía.
El objetivo de la revisión es describir los hallazgos fundamentales de la ecografía pulmonar en el diagnóstico de lesiones graves producidas por el virus SARS-CoV-2.
DESARROLLO
Tradicionalmente, el abordaje de las enfermedades pulmonares en UCI se ha basado en la radiografía de tórax anteroposterior y la tomografía computarizada (TC). Esta última se considera la mejor forma de valoración pulmonar en el paciente crítico.14
Desde la aparición del SDRA por el virus SARS-CoV-2, las imágenes de TC de tórax se han utilizado ampliamente en el diagnóstico y evaluación de pacientes con la enfermedad. Sin embargo, evidencias recientes recomiendan el uso de la EP en el diagnóstico y tratamiento de lesiones pulmonares secundarias a la actual pandemia.15
La EP es preferentemente utilizada en el entorno de la emergencia. En general, proporciona una representación pulmonar basada tanto en imágenes como en artefactos, a través de las alteraciones que afectan la relación entre aire y líquido en el pulmón superficial y permite distinguir entre lesiones sólidas y líquidas.16
Anatomía ecográfica pulmonar
Al situar el transductor lineal en sentido longitudinal-perpendicular a los espacios intercostales, se visualizan cerca de los bordes laterales de la pantalla, 2 interfaces ecogénicas redondeadas con una marcada sombra acústica que corresponde a las costillas. Aproximadamente a medio centímetro por debajo del inicio de estas se sitúa una línea hiperecogénica horizontal que representa la pleura. Con transductores de alta frecuencia y gran resolución a poca profundidad se pueden observar las 2 capas: parietal y pleural, de unos 2 mm de anchura y de aspecto regular, separadas entre sí por el espacio pleural (0,3 mm). En conjunto, el borde superior de las sombras de las costillas y la línea pleural componen una imagen que semeja el perfil de un murciélago y por esto, ha recibido la denominación de signo del murciélago (Fig. 1).17
Aspectos técnicos
Para obtener las imágenes por este medio, se pueden colocar los transductores de manera perpendicular a la pared torácica, o bien si se quiere obtener imágenes más nítidas de la pleura, se puede colocar de manera paralela a las costillas. Es esencial seguir un orden de exploración estándar para la consistencia del reporte entre operadores. Los transductores recomendados para este método son los de 3,5 a 5,0 mHz, ya que permiten tener una buena definición de las estructuras y alteraciones que se pueden encontrar. Se pueden utilizar transductores lineales (≥ 5,0 mHz), para tener una adecuada definición de la pleura y estructuras más superficiales, o sectoriales, para visualización más profunda.18
Metodología en la EP
Hay 2 tipos de escenarios de evaluación, cuando los pacientes permiten la sedestación y los que no la permiten por su situación clínica. En el caso de estos últimos no se explorarán los territorios posteriores, por lo que es importante, al explorar las zonas laterales, deslizar la sonda lo más dorsalmente posible ya que se ven afectados en el 80 % de los pacientes.19
La EP de cabecera en emergencia llamada: Bedside Lung Ultrasound in Emergency (BLUE), es uno de los protocolos más difundidos y consolidados. Diseñado por Lichtenstein DA,20) quien es considerado el padre de la EP.
Se analizan 6 áreas en cada hemitórax delimitadas por 3 líneas longitudinales (eje largo de clavícula a diafragma), esternal, axilar anterior y axilar posterior, como referencias anatómicas que delimitan 3 áreas diferentes: anterior (1 y 2), lateral (3 y 4) y posterior (5 y 6). Al trazar una línea transversal desde la mamila estas áreas se dividen en superior e inferior. De esta forma se establecen 6 zonas de exploración, para analizar las mismas regiones cuando se realiza de forma evolutiva (Fig. 1). Un estudio piloto21 ha demostrado no ser inferior a los protocolos que utilizan más cuadrantes.
Hallazgos ecográficos22,23,24,25
Las lesiones pulmonares se sitúan de forma preferente en la zona posterior de los lóbulos inferiores, sobre todo en las etapas iniciales:
Líneas A: estas líneas se relacionan con zonas de parénquima pulmonar sano, suelen verse únicamente en los primeros días y en lóbulos superiores, desaparecen con el paso de días y reaparecen en la fase de absorción, coinciden con la resolución del cuadro (Fig. 2).
Líneas B: en la etapa inicial se aprecia un aumento de líneas B de distribución focal y con una separación entre ellas, medida en la línea pleural, de unos 7 mm, llamadas: líneas B-7. A medida que los infiltrados pulmonares van aumentando en tamaño y se distribuyen por el resto del parénquima, las líneas B se van fusionando y disminuyen el espacio de separación entre ellas, en la línea pleural hasta llegar a 3 mm (líneas B-3). Al mismo tiempo aumenta la distribución de las líneas B por ambos hemitórax, hasta que comienza la fase de absorción en la que van desapareciendo progresivamente. Además, se ha descrito un signo ecográfico: haz de luz, el cual, si bien no es patognomónico, parece observarse en la gran mayoría de los pacientes con neumonía por SARS-Cov-2, que consiste en bandas verticales de líneas B en forma de haces de luz, que aparecen y desaparecen con la respiración, fenómeno on-off (Fig. 3).
Este artefacto vertical en forma de banda se caracteriza por ser luminoso, ancho, moverse rápidamente con el deslizamiento pulmonar llamado: lung sliding, y originarse típicamente en un área regular de la pleura asociado con áreas de patrón normal y líneas B.
Condensación parenquimatosa: no es típica en la fase temprana de la enfermedad, puede aparecer a partir del cuarto día en zonas subpleurales, comienza en forma de pequeñas consolidaciones que posteriormente van aumentando en número y tamaño, puede apreciarse en esta fase zonas con broncograma aéreo y líquido. En la etapa de absorción comienzan a desaparecer de forma progresiva.
Línea pleural: en los primeros días se visualizan zonas de pequeños engrosamientos difusos e irregulares. Con el avance de la enfermedad los engrosamientos se vuelven más nodulares con zonas de discontinuidad de la línea pleural que desaparecen si la enfermedad evoluciona favorablemente.
Derrame pleural: es un hallazgo muy raro en todas las fases.
La evolución de los hallazgos ecográficos de la enfermedad se muestran en la tabla 1.22,23,24,25
Hallazgos ecográficos en zonas patológicas | Etapa temprana | Etapa progresiva | Etapa máxima | Etapa de resolución |
---|---|---|---|---|
Líneas A | Escasas, en los lóbulos pulmonares superiores | No | No | Reaparición progresiva |
Líneas B |
Predominan las líneas B-7 focales |
Aumento, líneas B-3 y B 7 |
Líneas B-3 se fusionan difusamente |
Resolución gradual |
Condensación parenquimatosa | No | Subpleurales | Aumentan | Resolución gradual |
Línea pleural | Engrosamiento difuso | Engrosamiento difuso o nodular, discontinua | Engrosamiento difuso o nodular, discontinuo | Resolución gradual |
Derramen pleural | Raro | Raro | Raro | Raro |
Estadios de gravedad de la enfermedad15,26,27
Según los hallazgos ecográficos, la gravedad de la enfermedad se clasifica como:
Leve: patrón ecográfico caracterizado por líneas B e irregularidad de la línea pleural y consolidaciones subpleurales, áreas preservadas yuxtapuestas a áreas de líneas B (Fig. 3).
Moderada: conforme la enfermedad progresa, se puede observar aumento en el número de líneas B y áreas comprometidas. Estas pueden confluir formando el signo de la cascada. También se puede observar derrame pleural, esta etapa correspondería a las opacidades en vidrio deslustrado constatadas en la TC.
Grave: consolidaciones de áreas póstero-basales (hepatización) predominantemente y aumento de líneas B que confluyen formando un patrón de pulmón blanco.
Considerando que la EP permite proporcionar una representación regional de las diferentes áreas pulmonares, es posible hacer una estimación cuantitativa del grado de pérdida de aireación, independientemente de la etiología. Un sistema de clasificación por ecografía (A-BBC score), que se utiliza principalmente en el entorno de la UCI ha sido descrito recientemente; es una clasificación cuantitativa de los hallazgos en la valoración ecográfica que permite predecir la neumonía por el virus SARS-CoV-2 e identifica cuatro patrones de pérdida progresiva de aireación:28,29,30
Líneas A: patrón normal del pulmón. Grado A.
Línea pleural irregular, con presencia de líneas verticales, líneas B menores de 50 % de ocupación. Grado B-1, 1 punto.
Línea pleural discontinua, con presencia de líneas B y consolidaciones subpleurales o líneas B mayores del 50 % de ocupación. Grado B-2, 2 puntos.
Consolidación extendida, pulmón blanco, hiperecogenicidad del parénquima pulmonar. Grado C, 3 puntos.
La propuesta de esta clasificación ecográfica para neumonía por el virus SARS-CoV-2 (nSARS-CoV-2) ha tenido una adecuada correlación con la gravedad del cuadro, sin embargo, hasta el momento no se encuentra validada, independientemente a que en varios estudios se correlaciona con el deterioro clínico del paciente desde su ingreso.31,32,33,34,35
Evidencia clínica
Cada vez es mayor la disponibilidad de la literatura en la cual se evidencia el uso de la EP en el diagnóstico y monitorización de pacientes con nSARS-CoV-2, así como su utilidad en la valoración de poblaciones especiales, como pacientes obstétricas, dada la limitación para realización de la TC de tórax.31,35,36
Tung-Chen Y y otros37) evaluaron la correlación entre los hallazgos de la EP y la TC en pacientes confirmados o clínicamente sospechosos. En la ecografía se constató un patrón bilateral de líneas B, línea pleural irregular y consolidaciones subpleurales. Los signos radiológicos compatibles con el virus SARS-CoV-2 estaban presentes en 37 pacientes en la TC y en 40 pacientes en el examen ecográfico. La presencia de hallazgos en la EP se correlacionó con la TC positiva sugestiva del virus con una sensibilidad del 100 %, especificidad del 78,6 %, valor predictivo positivo valor del 92,5 % y valor predictivo negativo del 100 %. La correlación entre la puntuación ecográfica y la puntuación total de gravedad tomográfica fue buena (coeficiente de correlación intraclase: 0,803; CI95 %: 0,60-0,90; p< 0,001). La EP mostró precisión similar en comparación con la TC en la detección de anomalías pulmonares.
Lieveld A y otros38 evaluaron y compararon la precisión diagnóstica de la EP vs. TC en pacientes con sospecha de SARS-CoV-2 en un estudio multicéntrico; se incluyeron 187 pacientes. La concordancia entre ecografía y TC fue de 0,65, la concordancia interobservadores para la EP fue buena: 0,89 (CI: 0,83-0,93). Concluyen que la EP y la TC de tórax tienen una precisión de diagnóstico comparable para la nSARS-CoV-2. La ecografía puede excluir con seguridad la neumonía clínicamente relevante y ayuda al diagnóstico en situaciones de alta prevalencia.
Pare JR y otros30) en análisis retrospectivo de imágenes por EP en 27 pacientes con diagnóstico confirmado de nSARS-CoV-2, fueron comparadas con la radiografía de tórax. Encontraron sensibilidad y especificidad para la EP del 88,9 % y del 56,3 %, respectivamente, y para radiografía de tórax, del 51 % y del 75 %, respectivamente. Entre los hallazgos, 24 de 27 pacientes presentaron líneas B; 21 de 27, anormalidades pleurales, y 10 de 27, consolidaciones subpleurales.
Brahier T y otros39) describen y comparan las características de la EP entre pacientes con SARS-CoV-2; se incluyeron 80 pacientes (17 ambulatorios, 42 hospitalizados y 21 intubados/ muertos); 73 pacientes tenían EP anormal: 70 % pacientes ambulatorios, 95 % hospitalizados y 100 % intubados/ muertos (p= 0,003). Los patrones anormales predominantes fueron el engrosamiento extendido bilateral y multifocal de la pleura con irregularidades en la línea pleural (70 %), líneas B confluentes (60 %) y líneas B patológicas (50 %). Las zonas póstero-inferiores se vieron afectadas con mayor frecuencia. Concluyen que la EP tiene potencial como una herramienta de triaje confiable, barata y fácil de usar para la estratificación temprana del riesgo en pacientes con SARS-CoV-2 en urgencias.
Volpicelli G y otros,24 mostraron en 48 pacientes con neumonía y enfermedad confirmada múltiples signos de “haz de luz”, mientras que este artefacto no estuvo presente en ninguno de los 12 pacientes con diagnóstico negativo.
Litcher Y y otros40 realizaron la primera evaluación de EP sistemática y completa de pacientes hospitalizados con infección por SARS-CoV-2. En 120 pacientes consecutivos, se sometieron a EP completa dentro de las 24 horas posteriores al ingreso. Se realizó un segundo examen en caso de deterioro clínico. La prevalencia de engrosamiento pleural, consolidaciones subpleurales y la puntuación total de ecografía se correlacionaron con la gravedad de la enfermedad al ingreso. El deterioro clínico se asoció con un aumento de las puntuaciones de ecografía de seguimiento (p= 0,0009), principalmente debido a la pérdida de aireación en los segmentos pulmonares anteriores. Tanto la mortalidad como la necesidad de VMA aumentaron con la puntuación ecográfica inicial, concluyendo que los pacientes hospitalizados con SARS-CoV-2, en todos los grados clínicos, presentan hallazgos patológicos de EP. La puntuación ecográfica basal se correlaciona fuertemente con la necesidad de VMA y la mortalidad.
Xing Ch y otros41 caracterizaron los hallazgos ecográficos de nSARS-CoV-2 y estudiaron la relación entre los hallazgos ecográficos, gravedad clínica y el curso temporal de la enfermedad. Se realizó EP para detectar líneas B, consolidación pulmonar y anomalías de la línea pleural en cinco áreas de cada pulmón. También se realizó una ecografía vascular para detectar una posible trombosis venosa profunda (TVP). Un total de 20 pacientes con neumonía por SARS-CoV-2, 4 casos moderados, 5 graves y 11 casos críticos según el programa de diagnóstico y tratamiento actual. La mayoría de los moderados y graves mostraron líneas B separadas y líneas B confluentes durante el ingreso. Todos los pacientes críticos mostraron líneas B confluentes, y el 18 % de ellos tenían líneas B compactas. En todos los pacientes se observó afectación bilateral, predominando las áreas interescapular e infraescapular afectadas en los pacientes moderados. Para pacientes graves y críticos, las 5 áreas podrían estar involucradas. No se detectaron consolidaciones en los casos moderados y se distribuyeron principalmente en las zonas posteriores en los casos graves y críticos. El derrame pleural (18 %), el derrame pericárdico (9 %) y la TVP (64 %,) solo se encontraron en pacientes críticos. Todos los exámenes mostraron hallazgos anormales en la EP, incluyendo 100 % de anomalías de la línea pleural, 100 % líneas B y 64 % consolidación.
La utilización de la ecografía Doppler en estas áreas de consolidaciones subpleurales permite evidenciar la ausencia de flujo sanguíneo, probablemente debido a la fisiopatología de fenómenos microtrombóticos relacionados con el virus SARS-CoV-2; lo cual sería relevante para el diagnóstico diferencial con otras consolidaciones inflamatorias o atelectásicas que poseen patrón vascular y presentan buen pronóstico, a diferencia de este tipo de neumonía viral en la cual la rápida progresión posee elevada mortalidad.27
Zotzmann V y otros42) sugieren que en pacientes que presentan dímeros D elevados y consolidaciones subpleurales debería alertar la posibilidad de que desarrollen embolismo pulmonar.
Otros hallazgos se muestran en la tabla 2.
Autores | Línea B | Engrosamiento pleural | Línea pleural discontinua | Broncograma aéreo | Efusión pleural | Consolidación subpleural |
---|---|---|---|---|---|---|
|
41 % | 8 % | 15 % | 15 % | 10 % | 22 % |
|
87 % | 77, 7 % | 77, 7 % | No | No | 37 % |
|
100 % | No | No | No | No | 25 % |
|
Si | No | No | No | No | No |
|
Si | Si | Si | No | No | Si |
|
100 % | NR | NR | NR | NR | NR |
NR: No reporta.
La EP además ha sido utilizada en embarazadas con el diagnóstico de nSARS-CoV-2, a fin de limitar su exposición a radiaciones. Inchingolo R y otros35 evaluaron 14 segmentos pulmonares en una paciente con 23 semanas de gestación. Encontraron líneas B difusas y patrón de pulmón blanco en 3 de los 14 segmentos evaluados, con una evaluación rápida del estado fetal.
Hasta el momento no se ha demostrado superioridad de la EP como método diagnóstico; la TC de tórax es el estándar de oro, con una sensibilidad del 95 % y una especificidad del 25 %, así como una correlación interobservador del 68 %.27,45,46
Wynants L y otros33) en una revisión sistemática y metanálisis describen de forma acumulada la evidencia publicada sobre la posibilidad de predecir la evolución desfavorable en pacientes con infección por el virus SARS-CoV-2, sin embargo, los autores indican que existe una notable heterogeneidad tanto en el diseño de los estudios como en los criterios para definir un pronóstico desfavorable.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba,47) en 2021 actualizó la quinta versión de su Protocolo de Actuación, con respecto a la utilización de los estudios imagenológicos, es la radiografía de tórax la fundamental en el proceso de atención a pacientes confirmados. Es necesario continuar con el estudio ya que puede ser de gran utilidad en la evaluación del paciente tanto en el área de urgencias, UCI o salones quirúrgicos.
Se considera que la presente revisión contribuye a la preparación del personal dedicado a los cuidados de pacientes con nSARS-CoV-2, en función de la monitorización pulmonar a la cabecera del enfermo y su clasificación, a fin de prevenir complicaciones posteriores. Debido a que representa un proceder de fácil aplicación, su uso puede generalizarse desde los escenarios de la atención primaria hasta las subespecializaciones en cuidados críticos.
La limitación más importante es que se trata de una revisión narrativa de la literatura, en la cual no se aplican métodos estadísticos para contrastar la evidencia (metanálisis). Por otro lado, la nSARS-CoV-2 es una entidad que aún se encuentra en estudio y múltiples avances sobre el uso de la ecografía están siendo dilucidados, por lo que la información presentada en este manuscrito puede quedar limitada a la luz de la nueva evidencia.
Durante la pandemia de la COVID-19, la EP tiene un papel protagónico, su aplicación permite la identificación de hallazgos patológicos, evaluación correcta de la gravedad y el monitoreo en la recuperación pulmonar. Es un método diagnóstico que reduce el uso de radiografías de tórax y tomografías computarizadas, con disminución del riesgo de exposición y aumenta la eficiencia en el manejo, especialmente de aquellos que manifiestan la variante más severa, con requerimiento de cuidados intensivos y ventilación mecánica invasiva.