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Revista Novedades en Población

versión On-line ISSN 1817-4078

Rev Nov Pob vol.19 no.37 La Habana ene.-jun. 2023  Epub 15-Jun-2023

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Bienestar, prosperidad y pobreza: percepciones sociales de familias del barrio Parroquia de la ciudad de Santa Clara

Well-bing, prosperity and poverty: social perceptions of families on Parroquia neighborhood of the Santa Clara city

0000-0003-0461-8214Blanca María Jiménez Reyes1  *  , 0000-0001-9354-539XIsaac Iran Cabrera Ruiz1  ** 

1 Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Villa Clara, Cuba.

Resumen

La investigación tuvo como objetivo develar las percepciones sociales de bienestar, prosperidad y pobreza que tienen familias del barrio Parroquia en la ciudad de Santa Clara, utilizando una metodología cualitativa constructivo-interpretativa. Se empleó como técnica un cuestionario cualitativo de preguntas abiertas. La muestra quedó conformada por 15 familias del reparto Parroquia en diferentes posiciones con respecto al acceso al bienestar. Los datos se interpretaron constructivamente a través del análisis de contenido y con el uso del Atlas.ti. La significación con la que las familias perciben el bienestar, prosperidad y pobreza se basó en las condiciones económicas y materiales de vida teniendo en cuenta el ingreso y la tenencia de bienes, el confort material, la estabilidad y mejora; además en las condiciones emocionales de vida desde el clima afectivo y el apoyo familiar y la satisfacción. Igualmente fundamentaron a través del éxito, la educación, la salud, los grupos e instituciones simbólicas, esencialmente la familia y amigos, y los aspectos personales. En la visión de las condiciones familiares de bienestar, prosperidad y pobreza, las estrategias predominantes se vinculan al trabajo, los negocios particulares, la emigración, la actividad económica ilícita y la formación profesional, resaltando la autogestión individual. En las autocategorizaciones predominó la identificación de las familias con el bienestar, no así con la prosperidad y la pobreza. Las oportunidades fundamentales se relacionan con las facilidades ofrecidas por el Estado como la salud, la educación y el empleo. En las limitaciones sobresalieron los bajos salarios, los altos precios, la escasez de productos y la crisis económica del país.

Palabras-clave: bienestar; prosperidad; pobreza; percepción social; unidades subjetivas

Abstract

The objective of the research was to reveal the social perceptions of well-being, prosperity and poverty that families of the Parroquia neighborhood have in the city of Santa Clara, using a qualitative constructive-interpretive methodology. A qualitative questionnaire with open questions was used as a technique. The sample was made up of 15 families from Reparto Parroquia in different positions with respect to access to well-being. The data was interpreted constructively through content analysis and with the use of atlas.ti. The significance with which families perceive well-being, prosperity and poverty was based on the economic and material conditions of life, taking into account income and possession of goods, material comfort, stability and improvement; also, in the emotional conditions of life from the affective climate and family support and satisfaction. They also founded through success, education, health, groups and symbolic institutions, essentially family and friends and personal aspects. In the vision of family conditions of well-being, prosperity and poverty, the predominant strategies are linked to work, private businesses, emigration, illicit economic activity and professional training, highlighting individual self-management. In the self-categorizations, the identification of families with well-being predominated, not with prosperity and poverty. The basic opportunities are related to the facilities offered by the State such as health, education and employment. Low wages, high prices, a shortage of products and the country's economic crisis stood out among the limitations.

Key words: well-being; prosperity; poverty; social perception; subjective units

Introducción

La mirada al bienestar desde su institucionalización ha evidenciado la relación dialéctica con la reproducción de la pobreza, es decir, la pobreza es consustancial al bienestar. Pobreza y bienestar son los dos polos contradictorios que contienen los regímenes de bienestar a través de las oportunidades de acceso y las disposiciones que limitan, ya sea por las contribuciones para generar formas estables de ingreso o por las posibilidades de participación ciudadana. Estos regímenes impactan de forma desigual en las condiciones de vida de las familias y en el propio dimensionamiento subjetivo que las familias construyen del bienestar y la pobreza y su posición con respecto al acceso, lo cual constituye una mediación en la propia movilización de la familia y su accionar en los sistemas de relaciones que crea el régimen de bienestar.

La complejidad de la interrelación de las políticas con los procesos macroeconómicos y socioculturales, y su desarrollo en la vida cotidiana de actores concretos evidencia, según Peña (2017), arreglos o modos de acción empíricos que caracterizan a las sociedades, regiones o comunidades en sus garantías o limitaciones al bienestar. Este conjunto de relaciones entre actores de diverso tipo, pero estrechamente vinculados, como el Estado (políticas públicas y sociales), redes sociales y mercado, es identificado como régimen de bienestar, marco en el cual los factores estructurales que condicionan o caracterizan la pobreza asumen su naturaleza.

Ahora bien, miremos desde la teoría estos constructos perceptivos. El consenso más extendido en el tema de la pobreza, siguiendo a Espina (2007), se refiere a que constituye una situación de carencias espirituales y materiales, de privaciones y desventajas económicas y sociales, que impide la satisfacción adecuada de las necesidades humanas esenciales y el despliegue de una vida normal. Se trata de un fenómeno multidimensional, por la diversidad de sus causas y expresiones, en el que se entrecruzan procesos económicos, sociales, culturales, políticos, demográficos, ambientales, individuales, familiares, locales, nacionales y globales. Por tanto, el bienestar implica no solo desarrollo y crecimiento económico, sino el desarrollo integral de los individuos como sujetos sociales.

Por su parte, también la prosperidad ha tenido su camino como constructo perceptivamente conocido, definiendo la visión de país y de socialismo junto a la de sostenibilidad.1 La materialización de la prosperidad es compleja, pues, como precisa Triana (2017), desborda el alcance de cierto nivel de ingreso nacional per cápita e incluye una dimensión subjetiva, una especie de mezcla de percepción y expectativas, donde cumplir con estas hace que las personas sientan que progresan. Calviño (2020) plantea que para entender los contenidos de la prosperidad en su dimensión subjetiva es necesario comprender su evolución de la prosperidad asignada, a la construida y a la autogestionada.2

Precisamente como rescate para tratar el tema desde la mirada de la subjetividad, recientemente Rosales (2018) y Arango (2018) conceptualizaron el bienestar y la prosperidad en actores laborales, incluyendo también la mirada desde el lugar en la estructura sociolaboral cubana. Otros antecedentes importantes son los estudios de Zabala (2009, 2010a, 2010b, 2014a, 2014b) sobre la pobreza en las familias; Espina (1997, 2007, 2008) haciendo énfasis en los cambios y la movilidad en la estructura socioclasista cubana; y Ferriol (2005), quien realiza un análisis histórico de la situación de la pobreza en Cuba antes y después de 1959 hasta la actualidad. Por su parte, Peña (2017) enfatiza en el régimen de bienestar en las familias cubanas y las estrategias de superación de la pobreza, poniendo el foco en la familia como institución.

La búsqueda del factor subjetivo en torno al bienestar, la prosperidad y la pobreza nos condujo a centrarnos en la percepción social como unidad subjetiva desde la que mirar estos constructos.

Las principales comprensiones de la percepción social3 se han debatido entre la formación de impresiones y las atribuciones causales. En un intento de su colocación en el espacio de la subjetividad, Cabrera, Álvarez y Rodríguez (2018), y Cabrera y Rodríguez (2019) la definen como producciones subjetivas sociales que configuran de forma diferenciada significados y causalidad, los cuales generan una visión evaluativa de esa realidad. Constituye un enunciado, un juicio que denota la presencia de criterios, sentidos personales, que se expresan a través del discurso de los sujetos individuales o colectivos sobre cualquier hecho, evento u objeto social, relacionado directa o indirectamente con ellos (Cabrera Ruiz, Rodríguez González y Méndez López, 2022).

Desde este marco, se asume la definición de percepción social ofrecida por Perera (1999), como una dimensión de la subjetividad configurada en el contexto interaccional de los individuos y sus grupos que contiene los significados que el sujeto, consciente o inconscientemente, confiere a los objetos de su percepción, así como la relación que a partir de ello establece entre medios y fines de sus acciones respecto a tal objeto.

Ahora bien, ¿por qué escoger a la familia como unidad de investigación en el presente estudio?

La familia es la institución por excelencia de socialización del individuo, donde deviene sujeto social y se toman las estrategias necesarias de manera conjunta para el logro del bienestar o la superación de la pobreza. Es en el interior de las familias donde a partir de su funcionamiento y organicidad se forjan y se expresan los individuos como subjetividades individuales y sociales, a partir del entramado de relaciones que se dan tanto entre sus miembros al interior del hogar, como entre la familia en su totalidad con el resto de la sociedad.

De este modo, el estudio se trazó como objetivo general develar percepciones sociales de bienestar, prosperidad y pobreza que tienen familias del barrio Parroquia en la ciudad de Santa Clara, a través de la exploración de la configuración subjetiva con respecto a la significación y la visión de sus propias condiciones.

Materiales y métodos

La investigación siguió un enfoque de investigación cualitativo-constructivo-interpretativo a partir de González Rey (2016). Fue seleccionada la ciudad de Santa Clara como territorio para la realización de la investigación por dos criterios fundamentalmente, de conveniencia y disponibilidad. Se identificó el barrio Parroquia del Consejo Popular Centro como el de mayor desarrollo socioeconómico. Del mismo modo, como contraste, se identificó la existencia de viviendas en mal estado, algunas de ellas con un alto valor patrimonial, lo cual indica la presencia de importantes heterogeneidades en el acceso al bienestar y la prosperidad.

El tipo de muestreo utilizado fue no probabilístico o intencional. La unidad de análisis definida fue la familia-hogar (miembros que conviven en un mismo hogar). Se utilizó la estrategia de muestreo por cuotas, teniendo en cuenta la segmentación de las familias en posiciones ventajosas, posiciones intermedias y posiciones desventajosas con respecto al acceso al bienestar. Como criterios explicativos y analísticos que garanticen la heterogeneidad se aplicó la distinción de posiciones con respecto al acceso al bienestar que plantea Espina (2003), en este caso enmarcadas en las familias estudiadas:

  • Posiciones ventajosas: familias cuyos miembros poseen fuentes de empleo altamente remuneradas, altos ingresos en el hogar, alto consumo en bienes materiales y servicios, condiciones altamente favorables de la vivienda.

  • Posiciones intermedias: familias en las que sus miembros poseen fuentes de empleo medianamente remunerados (media del salario en la sociedad), ingresos medios en el hogar, nivel medio de consumo de bienes materiales y servicios, condiciones favorables de la vivienda, satisfacción de sus necesidades básicas.

  • Posiciones desventajosas: familias donde hay un pobre acceso al empleo, bajos ingresos en el hogar (por debajo del salario mínimo, chequeras y pensiones) insuficientes para la adquisición de una canasta básica, necesitadas de asistencia social, precarias condiciones de vivienda, insatisfacción de necesidades básicas, deficiente acceso al consumo de bienes materiales y servicios.

La muestra quedó constituida por 15 familias, de ellas 4 se ubican en el grupo de posiciones desventajosas con respecto al acceso al bienestar, 6 en el grupo de posiciones intermedias y 5 familias en el grupo de posiciones ventajosas.

En las familias del primer grupo, aquellas que tienen una posición desventajosa con respecto al acceso al bienestar, dos de ellas son unipersonales, donde los ancianos viven solos y cuyos ingresos son únicamente la jubilación o chequera, que no suple sus necesidades básicas. Otra de las familias la integran dos adultas mayores (una de ellas recibe chequera y la otra es una adulta mayor con discapacidad y sin ingresos monetarios) y una adulta media (con retraso mental) que recibe un salario insuficiente, proveniente de su trabajo. Esta familia logra una mejor subsistencia a partir de la ayuda que recibe de sus otros familiares y vecinos. La última de las familias encuestadas es monoparental, compuesta por una madre y su hijo joven, ambos son trabajadores estatales graduados de técnico medio, pero que no son bien remunerados, además existen conflictos intrafamiliares. Dos de las familias de este grupo reciben atención del Centro de Asistencia Social de la ciudad y se mantiene un monitoreo tanto por la trabajadora social de esta entidad como por el consultorio médico de la familia.

En el segundo grupo, el de posiciones intermedias, en 5 de las familias encuestadas los adultos o jefes de familia tienen un nivel de educación superior, aunque no todos se encuentran ejerciendo su profesión en la actualidad, solo una de las personas encuestadas tiene un técnico medio. De estas, en tres de las familias los adultos trabajan vinculados a entidades estatales, dos trabajan por cuenta propia y una se compone de dos adultos mayores jubilados profesionales de la Medicina, lo que indicaría heterogeneidad en las fuentes de ingresos según el acceso al trabajo que poseen, a ello se suma el recibo de remesas del exterior, específicamente de Estados Unidos, que recibe solo una de las familias, al ser una familia transnacional.

El tercer grupo que integra a los participantes en posición ventajosa con respecto al acceso al bienestar, tiene en común su condición de familias transnacionales, existiendo variedad en los países a los que han emigrado sus familiares, por tanto, una de las fuentes de ingreso son las remesas del extranjero. Igualmente, ninguna de las familias está vinculada a un trabajo estatal, una de ellas posee hostal y restaurante próspero; otra posee un trabajo por cuenta propia de venta de ropa de niños; otra mantiene un hostal próspero; en una de las familias además de la emigración de las dos hijas, la jefa de familia estuvo por nueve años de misión internacionalista como doctora en Medicina y actualmente tiene un negocio de confección de piñatas. Por último, tenemos una familia unipersonal, que ha sido pudiente desde generaciones anteriores y por tanto han heredado bienes materiales, tres de los hijos se encuentran en el exterior desde hace varios años, en Europa y Estados Unidos. Con relación al nivel educacional, en una de las familias la persona encargada del hogar aún estudia en la Universidad y además cumple el rol de cuidadora de su abuela, en dos de las familias el nivel de escolaridad es superior y en las dos restantes los adultos cabeza de familia son técnicos medios.

El instrumento que se utilizó para la recogida de la información fue un cuestionario cualitativo, que no intenta estandarizar las respuestas para analizarlas por su significación estadística. Siguiendo a González Rey (2000, 2006, 2007), el cuestionario se compone de preguntas que se dirigen a potenciar la expresión de los sujetos de investigación en relación con el tema que se pretende profundizar, sin buscar respuestas concretas, sino expresiones complejas cargadas de sentidos subjetivos. El cuestionario actúa como un inductor para la expresión de las familias estudiadas, quienes más que responder se expresan de forma abierta y reflexiva ante él.

El cuestionario aplicado tiene un total de 17 preguntas abiertas. El proceso de pilotaje se llevó a cabo con tres familias, una de cada grupo de la muestra, como resultado solo fue necesario modificar las preguntas 14 y 15. En estas preguntas las familias deben ubicarse en una posición respecto al bienestar en el presente y en un posible futuro, se añadió a las preguntas la posibilidad de que los participantes agregaran otra opción además de las brindadas y justificaran igualmente sus razones, al no considerar que su familia perteneciera a ninguna de las opciones ofrecidas.

El análisis de datos se realizó mediante la herramienta de procesamiento de datos Atlas.ti. Se partió de una codificación descriptiva para delimitar el contenido configuracional, y en un segundo momento se procedió a la codificación axial, que consistió en la búsqueda sistemática de relaciones entre los códigos. Se realizaron análisis de tabla cruzada de códigos por documentos y grupos, análisis de coocurrencia de códigos y análisis de centralidad de la información.

Resultados

Significación de bienestar, prosperidad y pobreza

El núcleo de sentido significación de bienestar, prosperidad y pobreza se articuló a partir de tres unidades subjetivas: 1) la definición de bienestar, pobreza y prosperidad; 2) la definición de familias que viven con bienestar, prosperidad o en situación de pobreza y 3) los condicionamientos de bienestar, prosperidad y pobreza. Este núcleo de sentido refleja el elemento evaluativo y constituyente de significado de los tres constructos perceptivos en las familias estudiadas, a continuación de analizan.

Definiciones de bienestar, prosperidad y pobreza

Bienestar, prosperidad y pobreza constituyen constructos que generan percepción en las familias estudiadas por su impacto directo en sus condiciones de vida. El bienestar emergió como definición en 130 ocasiones; seguido de la pobreza, en 91, y la prosperidad 71, lo cual evidencia la dialéctica existente entre bienestar y pobreza como polos en la configuración subjetiva de la problemática social del bienestar, donde la prosperidad es un nivel progresivo de este y, por tanto, relacionado con expectativas y logros, estando más alejado de las experiencias de vida de las familias. Precisamente en esta polaridad se reproduce la contradicción provisión-limitación que los contiene.

En común para los tres constructos perceptivos, los indicadores referidos a las condiciones económicas y materiales y las condiciones emocionales de vida se erigen como los de mayor frecuencia, contrastando con la educación como el de menor emergencia, el cual constituye una de las conquistas fundamentales de la sociedad cubana, pero que lamentablemente no se asocia significativamente a estos constructos. La tabla 1 muestra estos resultados.

Tabla 1 Definición de bienestar-prosperidad-pobreza según indicadores de contenido subjetivo 

Nota: FPV (familia en posición ventajosa); FPI (familia en posición intermedia); FPD (familia en posición desventajosa).

Fuente: Elaboración de los autores.

Las familias en posición desventajosa e intermedia definen el bienestar a través de condiciones emocionales de vida, en cambio las familias de posición ventajosa lo hacen desde las condiciones económicas y materiales de vida. Mientras, en la definición de la prosperidad adquieren mayor emergencia las creencias relacionadas con las condiciones económicas y materiales de vida en los grupos de familias en posición desventajosa y ventajosa, pero para las familias en posición intermedia ser próspero es, por encima de todo, progreso. Para la pobreza los tres grupos de familias expresaron en mayor medida creencias vinculadas a las condiciones económicas y materiales de vida, en este caso desfavorables y marcadas por las carencias.

El bienestar se define desde las condiciones emocionales de vida, siendo evidente la significación preponderante del clima afectivo del hogar, donde se incluyen creencias como la unidad, funcionalidad, apoyo y armonía familiar, acompañado de estados emocionales placenteros como la paz, el placer, la tranquilidad y la felicidad. En segunda posición están las condiciones económicas y materiales de vida, desde la satisfacción de las necesidades materiales, el confort, un nivel de ingresos y tenencia de bienes suficientes, solvencia económica familiar y comodidad habitacional. Así mismo, el bienestar se encuentra vinculado a la garantía y estado de salud física y mental, a la educación como proceso de formación y a la significación de las instituciones y los grupos simbólicos, esencialmente la familia y los amigos.

En la definición de prosperidad prevalece la referencia al progreso, avance y mejoría en las condiciones de vida que se dejan atrás para alcanzar un nuevo estatus social. Es precisamente el ascenso lo que más distingue este constructo para estas familias. Además, prosperar se relaciona con condiciones económicas y materiales de vida, representando un nivel alto en el estándar de vida y de ingresos, acceso diferenciado y favorable a bienes de consumo, comodidad y confort material. Implica tener éxito y dinero, lo que posibilita sentir entonces alegría, armonía y felicidad.

Por su parte, en la definición de la pobreza predomina la alusión a las condiciones económicas y materiales de vida, en este caso desde las carencias y las privaciones, los bajos ingresos y la insatisfacción de necesidades básicas como la alimentación y la vivienda. Igualmente, las condiciones emocionales desfavorables, marcadas por la vivencia de malestares emocionales como la tristeza, la desesperanza y la lamentación. Se define también a partir de las instituciones y los grupos simbólicos caracterizados por la disfuncionalidad y la precariedad en las relaciones afectivas interpersonales. Otras creencias están asociadas a los aspectos personales para definir este constructo perceptivo, identificando al pobre con estigmas sociales y estereotipos de connotación peyorativa como la indigencia, la mendicidad, el vagabundeo, la ignorancia y la falta de educación formal, incluyendo la transgresión de las normas sociales y morales.

Definiciones de las familias que viven con bienestar, prosperidad o en situación de pobreza

En las definiciones de las familias que viven con bienestar, prosperidad o pobreza, emergen las características vinculadas al clima afectivo del hogar y las condiciones económicas y materiales de vida fundamentalmente. Las familias que viven con bienestar son caracterizadas entonces por tener relaciones interpersonales favorables, un ambiente armónico, seguridad y en general vivir en funcionalidad familiar, en paz y donde prime el amor, de conjunto con la capacidad de satisfacción de las necesidades materiales de sus miembros, confort y una economía equilibrada.

Las familias prósperas se estereotipan por tener un elevado nivel de vida, un estándar de vida superior, avance en la economía familiar, incremento en el acceso a bienes, solvencia económica y, por tanto, mejoría en sus condiciones y calidad de vida. Son caracterizadas con dos palabras claves por las familias encuestadas: la felicidad y el éxito. Mientras, las familias que viven en situación de pobreza padecen carencias, limitado e insuficiente acceso a bienes y bajo nivel adquisitivo, lo que lleva a insatisfacción de necesidades en sus miembros. Son familias definidas por vivir en hacinamiento y poseer bajos salarios e ingresos, pero además desfavorables relaciones interpersonales dentro del hogar, que llevan a la disfuncionalidad y desunión familiar, experimentando la vivencia de un clima afectivo perjudicial (figura 1).

Fuente: Elaboración de los autores.

Figura 1 Definición de familias que viven con bienestar, prosperidad o pobreza según la frecuencia media de cada constructo 

Condicionamientos de bienestar, prosperidad y pobreza

Con respecto a las atribuciones causales del bienestar, la prosperidad y la pobreza, las oportunidades para acceder al bienestar giran en torno a la posibilidad de acceso a la educación y la salud de forma gratuita, estas dos facilidades son las más mencionadas por las familias encuestadas. Igualmente acotan la oportunidad de empleo, de acceso al deporte, la tranquilidad y seguridad ciudadana, la participación política y la garantía de una canasta básica normada de alimentos. Sin embargo, es señalada por las familias de posición intermedia la inaccesibilidad al estado de bienestar para los trabajadores con vínculo estatal. Son las familias de posición desventajosa las que menos oportunidades expresan, reflejando así su propia situación de carencias y alejada del acceso al bienestar.

Las posibilidades de prosperar integran en similar medida las relacionadas con la calidad y fortaleza de las relaciones interpersonales dentro de la familia y su clima afectivo, así como las de contenido meramente económico y financiero. Dentro de las primeras destacan la unidad y armonía familiar, el apoyo entre sus miembros y la comprensión. Dentro de las segundas se encuentran los posibles y futuros cambios favorables en la economía nacional, el mejoramiento de la economía familiar de manera particular, la posibilidad de trabajar en los sectores mejor remunerados y por tanto la recepción de un salario decoroso, la incursión en el trabajo por cuenta propia y la importancia de la gestión individual, permitiendo esto el éxito.

Las causas atribuidas a la pobreza emergieron con una mayor frecuencia respecto a los bajos ingresos y los bajos salarios, que se contraponen a los altos precios de los productos en el mercado tanto estatal como particular. A ello se suma la alta demanda de la población frente a una oferta deficiente e insuficiente, marcada por la carencia de productos y recursos que la respalden. Igualmente se menciona la emigración y el envejecimiento poblacional como fenómenos sociales actuales, las familias numerosas, la desvinculación laboral, el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos a Cuba, las deficiencias administrativas a nivel local y nacional, y causas referidas al deterioro en la convivencia social caracterizada por la pérdida de valores éticos y morales (figura 2).

Fuente: Elaboración de los autores.

Figura 2 Condicionamientos de bienestar, prosperidad y pobreza según la frecuencia media por constructo perceptivo. 

Visión de las condiciones familiares de bienestar, prosperidad y pobreza

El núcleo de sentido visión de las condiciones familiares de bienestar, prosperidad y pobreza se articuló mediante tres unidades subjetivas: 1) estrategias familiares de acceso al bienestar, la prosperidad y la superación de la pobreza; 2) autocategorización4 de las familias con respecto al bienestar, la prosperidad y la pobreza; 3) las oportunidades y limitaciones de las familias para el acceso al bienestar y la prosperidad. Este núcleo de sentido configura la evaluación de las familias de sus propias condiciones y su posición en relación a los constructos perceptivos, sus posibilidades reales de acceso al bienestar y la prosperidad.

Estrategias familiares de acceso al bienestar, la prosperidad y la superación de la pobreza

El mayor número de estrategias propuestas por los participantes se corresponden con las desarrolladas por las familias cubanas para acceder al bienestar, mientras alcanzaron una menor frecuencia las estrategias propias de las familias de estudio para superar la pobreza. Estos datos tienen una estrecha correspondencia con las autocategorizaciones emergidas, donde el bienestar es el constructo perceptivo con el que más se identifican y la pobreza el de menor, incluso en las familias pertenecientes al grupo de posiciones desventajosas, resultando evidente el distanciamiento identificativo con la pobreza.

En las estrategias emergidas para acceder al bienestar, sobresalen el trabajo y la educación. El trabajo en sus dos modalidades, la estatal o cuenta propia, incluso el pluriempleo y el empleo subterráneo ilegal, de esta manera la vinculación laboral, y con ello el esfuerzo diario, se erige como la esencial fuente de ingresos que brinda mejores posibilidades de acceso al bienestar familiar. Se reconoce además el trabajo ilegal como modalidad de empleo, o sea, el hecho es realizar alguna actividad que propicie ingresos estables al hogar, téngase o no licencia para ejercerlo. También se identificaron la educación, desde la formación y superación profesional de los miembros de la familia y la adquisición de nuevos conocimientos, la emigración al exterior, la participación en actividades económicas ilícitas como fuente de mayores ingresos al hogar, así como la unidad familiar y el mantenimiento de buenas relaciones intrafamiliares, la búsqueda de la tranquilidad familiar y de la salud, la planificación mediante metas y proyectos.

Con respecto al acceso a la prosperidad emerge como principal estrategia el trabajo, con énfasis en el trabajo por cuenta propia, asociándose a progreso y avance familiar. El ahorro, el uso racional de los recursos familiares, la habilidad de economizar, la necesidad de empeño y esfuerzo para mejorar, la preparación profesional y la incursión en ilegalidades infringiendo las normas legales y morales, son las otras estrategias de mayor representación en las expresiones de las familias. Se reitera el reconocimiento de la ilegalidad y su aceptación como vía para progresar, para tener un mayor nivel de vida, dejando a un lado su implicación moral y desaprobación social a partir de las normas ciudadanas establecidas.

En la percepción social de las familias de estudio no está configurado cómo prosperar y superar su estado de bienestar por uno mejor, al haber modificaciones necesarias que escapan de su esfuerzo para lograrlo, cambios que competen a organismos gubernamentales y decisiones políticas que no fueron explícitamente mencionadas, por lo tanto se centran mayormente en alcanzar cierto bienestar.

Para superar la pobreza, los participantes destacan como estrategias el trabajo, esencialmente por medio del pluriempleo, o ser empleados por cuenta propia, la actividad económica ilícita de forma reiterada como vía de subsistencia aun cuando vaya en contra de principios éticos y el ahorro de los recursos monetarios y materiales, sumado a ello economizar y cuidar los medios que se tienen. Una de las familias se valora sin opciones de mejorar su situación. En resumen, la superación de la pobreza sería la meta más compleja y de menor cantidad de vías posibles para las familias que se encuentran en esta situación de carencias, al no saber cómo cambiar su realidad, que incluso en algunos casos no aceptan ni se identifican con ella (figura 3).

Fuente: Elaboración de los autores.

Figura 3 Estrategias familiares de acceso al bienestar, la prosperidad y la superación de la pobreza según la frecuencia media por constructo perceptivo 

Autocategorización de las familias con respecto al bienestar, la prosperidad y la pobreza

Predominó la autocategorización de las familias con respecto al bienestar presente y futuro como se muestra en la figura 4. De las 15 familias que formaron parte de la muestra, en el presente 11 se autocategorizan como familias que viven con bienestar, 4 como familias prósperas, dos como familias en situación de pobreza y una considera que se encuentra en estancamiento. En relación al futuro, 11 familias afirman que vivirán con bienestar, 3 que serán prósperas, una familia asegura que vivirá en la pobreza y 3 vislumbran su futuro como incierto. La figura 4 muestra los resultados porcentuales.

Fuente: Elaboración de los autores.

Figura 4 Autocategorización de las familiares con respecto al acceso presente y futuro al bienestar, la prosperidad y la pobreza 

Las familias en posición ventajosa para su autocategorización como familia con bienestar, se basan en que tienen lo que necesitan para ser felices, aun cuando queden metas por cumplir, todas valoran su posición actual como favorable, fundamentado en que se definen como personas trabajadoras, esforzadas, que llevan a cabo estrategias de distribución racional de los recursos monetarios en el hogar. Además, todas tienen en común la relación directa de su bienestar con que parte de la familia vive en el extranjero y por tanto reciben ayuda financiera. No ocurre así con la prosperidad, se autocategorizan como prósperas 3 familias, y las restantes son familias que viven con bienestar.5

En la autocategorización futura 4 de las familias aseguran que vivirán con bienestar, pues basan sus razones en que su comportamiento será invariable, sin retrocesos, continuando el trabajo y el esfuerzo como vía fundamental de obtener ganancias, confían en sus objetivos y siguen las metas planeadas, por tanto, confían en un futuro con bienestar. En relación a la prosperidad, 2 de las familias se visualizan como prósperas en el futuro, estas son familias que en las estrategias elevan el papel del trabajo, el esfuerzo y la preparación personal y profesional para alcanzar las metas, además son familias cuyas fuentes de ingreso dependen, en gran medida, del trabajo en el extranjero de algunos miembros.

De las familias de posición intermedia, las que se autocategorizan con bienestar, lo justifican sobre todo con características favorables del ambiente familiar y de sus miembros (sin brindarle mayor importancia a las condiciones económicas y materiales), la capacidad de cubrir sus necesidades elementales y la preparación profesional de sus miembros, su superación académica y realización laboral. En el presente solo una de las familias se señala como próspera, alegando que todos trabajan en unión, lo cual es la clave para lograr una mejoría en la calidad de vida familiar, siendo evidente el avance paulatino en sus condiciones económicas.

Una de las familias ofrece una categoría no brindada inicialmente en el cuestionario, afirmando que su familia está en estancamiento, pues no consideran que tengan el bienestar deseado ni tampoco les es posible prosperar, alegando que las opciones de mejoría no están a su alcance de manera honrada, al ser todos profesionales y trabajadores estatales. Lo mismo ocurre con el futuro, al definirlo como incierto por el desarrollo económico del país.

Cinco de las 6 familias seleccionan un futuro con bienestar, algunos manifiestan confianza en que sus metas serán logradas, otros señalan que sus familias no cambiarán el estatus actual si las condiciones del país no mejoran, sino que seguirán viviendo con bienestar. Es necesario destacar que ninguna de las familias de este grupo opta por la opción de vivir con prosperidad en el futuro, pues todos enmarcan sus razones en que depende del desarrollo económico y social del país, mostrándose cautelosos ante un posible avance futuro. Se muestra así dependencia de lo que pueda ocurrir a nivel de nación, que posibilite entonces un desarrollo de las familias a partir de su gestión.

Entre las familias de posición desventajosa, dos se autocategorizaron como familias que viven con bienestar, una de ellas alega no vivir ni bien ni mal, sino en un término medio donde no hay comodidades pero tampoco un alto nivel de miseria como sí ocurre en otros hogares; la otra, compuesta por un anciano solo, brinda razones que se refieren a los demás miembros de su familia que no viven con él, de ahí su autocategorización, pues plantea que tienen buenas relaciones entre ellos, se mantienen unidos y son felices.

Con respecto a la prosperidad en el presente ninguna de las familias se autocategoriza como próspera, y según sus propias definiciones de prosperidad, significa que no vivencian avance ni mejoría en las condiciones de vida, sino más bien estancamiento y situaciones económicas complejas. En el futuro se señala como próspera solo una.

En la pobreza, como tercer constructo perceptivo, dos de las familias se autodefinen como pobres en el presente. En el primer caso (anciana que vive sola), argumenta su elección haciendo referencia a las carencias que padece, que afectan su correcta alimentación de forma diaria, incluso quedándose algunos días sin comer; manifiesta que se ve en la obligación de vender pertenencias para utilizar ese dinero en comida y deposita su confianza en Dios. En el segundo caso, se califica como pobre por las condiciones de vida que la rodean, alegando que son tres mujeres solas, dos de ellas enfermas y una jubilada, por tanto, los ingresos son mínimos e insuficientes, sobreviven por la ayuda que brindan sus vecinos y amigos.

En el futuro dos de las familias piensan que vivirán con bienestar y una además vivirá con prosperidad, el adulto mayor justifica esta selección en el hecho de que todos trabajan, tienen sus profesiones y se han superado en ellas. Una de las familias (anciana sola), en cambio, basa sus argumentos nuevamente en razones de contenido religioso, pues según sus creencias en un futuro ya ella habrá fallecido y “estaría en el paraíso con Dios”, por tanto, en este caso la seguridad de bienestar se vincula a la fe religiosa. Otra familia ve su futuro de manera incierta, depositando sus razones en los cambios que puedan ocurrir en el país, pues consideran que no depende de su gestión el mejorar su situación actual.

Evidentemente la identificación con el bienestar es la tendencia en las familias encuestadas tanto en el presente como en el futuro, lo que además sugiere que asumen como propias las características emergidas para las familias que viven con bienestar, no siendo así con la prosperidad que tiene una menor representación, y la pobreza es el constructo de menor presencia en las autocategorizaciones ofrecidas. Estos datos además se vinculan con las expectativas de las familias, en las que la pobreza es el polo de esta relación dialéctica que ninguno quiere vivenciar, en cambio sí acercarse a la prosperidad, incluso considerar que se vive con bienestar aun cuando sus condiciones reales y objetivas no se corresponden con ello.

La autocategorización indica la visión propia de las familias de su posición con respecto al bienestar, la prosperidad o la pobreza, en algunos casos, sobre todo en las familias en situación desventajosa, esta posición asumida no se corresponde con la categorización hecha por los investigadores y corroborada por los actores sociales de la localidad. Estas familias en posición desventajosa no vivencian subjetivamente su condición como desfavorable, no se identifican con sus definiciones de pobreza, lo que se debe, por una parte, a sentimientos de vergüenza y expectativas; y, por otra, a que sus referentes de pobreza son los vividos en otras partes del mundo, donde este fenómeno es extremo, no siendo este el caso de Cuba, donde la pobreza tiene características sui géneris, pues en cuanto a su magnitud, un sector minoritario de la población presenta esta condición, y en cuanto a su intensidad, no se manifiesta la pobreza crítica o extrema, con sus secuelas de desnutrición, insalubridad, analfabetismo, inseguridad y exclusión social, ni la pobreza sin amparo, pues aun los sectores con menos recursos tienen garantizado el acceso a los servicios básicos.

Oportunidades y limitaciones para el acceso al bienestar y la prosperidad

Dentro de las oportunidades para acceder al bienestar expresadas por las familias, adquieren la mayor frecuencia el trabajo (tener un vínculo laboral que permita recibir ingresos monetarios en forma de salarios, resaltando el trabajo por cuenta propia), el acceso y garantía de los servicios de salud de forma gratuita, la unidad familiar y las posibilidades de acceso a la educación y la formación profesional gratuita.

Por su parte, en las limitaciones emergidas, los bajos salarios e ingresos personales y familiares se erigen como la limitación fundamental para acceder al bienestar, que, junto a las carencias y escasez de diversos recursos en distintas ramas de la economía nacional, trae como consecuencia la insatisfacción de necesidades familiares. La salud, además de presentarse como oportunidad, también deviene como limitación debido al padecimiento de enfermedades, pues en la muestra seleccionada hay una alta presencia de adultos mayores con comorbilidad de padecimientos que deterioran su estado de salud y por tanto el bienestar familiar se ve afectado.

Con respecto a la prosperidad, las oportunidades giran en torno a cambios futuros, sobre todo de contenido económico, como la mejoría económica, financiera y social de la nación, el aumento de salarios a los trabajadores y el avance en las condiciones de trabajo. Igualmente emerge la cualidad de familia transnacional,6 que facilitaría los viajes al exterior y el recibo de remesas familiares de forma periódica. Nuevamente la posesión de un negocio privado próspero se plantea como oportunidad.

En cambio, con relación a las limitaciones, sobresalen los bajos salarios e ingresos al hogar, de conjunto con el desbalance entre la oferta y la demanda a partir de las carencias existentes en el país. Para aquellas familias compuestas solo por adultos mayores, las limitaciones tienen que ver esencialmente con sus edades avanzadas y el padecimiento de enfermedades, que se traduce en la imposibilidad de trabajar (tabla 2).

Tabla 2 Oportunidades y limitaciones identificadas por las familias para el acceso al bienestar y la prosperidad 

FPV (familia posición ventajosa); FPI (familia en posición intermedia); FPD (familia en posición desventajosa).

Fuente: Elaboración de los autores.

Discusión

La investigación tuvo como objetivo develar las percepciones sociales de bienestar, prosperidad y pobreza en familias del barrio Parroquia de la ciudad de Santa Clara, de esta forma emergió la significación de cada uno de estos constructos para las familias y la visión de sus condiciones familiares de bienestar, prosperidad y pobreza.

Las categorías emergidas en la investigación realizada por Rosales (2018) sobre la conceptualización de bienestar en actores laborales de La Habana, coinciden en gran medida con las construidas en la presente investigación, incluso la mayor cantidad de creencias vincula el bienestar a las condiciones emocionales de vida, desde las relaciones afectivas en el hogar y la vivencia de estados emocionales placenteros como la alegría, la satisfacción y la felicidad. Un resultado diferenciador de ambas investigaciones es que en esta realizada en las familias, el segundo lugar de relevancia en la significación del bienestar lo ocupan las condiciones económicas y materiales de vida desde el confort material, el ingreso, tenencia de bienes y la estabilidad económica; en cambio, en la investigación con los actores laborales, el buen estado de salud física y mental se erigen como indicadores que ocupan el segundo lugar, siendo estos contenidos de salud entonces los que ocupan el tercer lugar de relevancia en las familias estudiadas.

Otras creencias que definen el bienestar son coincidentes en ambas investigaciones, como las vinculadas a los grupos simbólicos. La familia y los amigos son los más mencionados, lo que resalta la importancia de los vínculos relacionales para los cubanos; la educación desde la realización profesional y el proceso de formación; y el éxito, sobre todo desde la estabilidad económica, aunque este indicador en las familias se vincula más a la prosperidad como constructo perceptivo.

También resulta coincidente que en ambas investigaciones la autocategorización como familia o persona que vive con bienestar se constituye como tendencia en ambas muestras, en Rosales (2018) se refiere al bienestar individual de los participantes y en el presente estudio a la familia de pertenencia como institución. Con respecto a la proyección futura sucede lo mismo, pues prevalece en las respuestas de los participantes la esperanza de tener una vida con bienestar, al tener confianza en el cumplimiento de sus metas. Igualmente, la vivencia de un bienestar o prosperidad futuros está asociada a los trabajadores cuentapropistas, sobre todo a partir del aumento en sus ingresos, y a las familias de posición ventajosa, pues en este grupo varios son cuentapropistas y todas forman parte de familias transnacionales. El vínculo laboral estatal no se presenta como vía esencial de empleo que garantice bienestar o prosperar.

En los dos estudios, con respecto a las estrategias de acceso al bienestar, emerge el trabajo como la vía fundamental, por cualquiera de las modalidades; la planificación y autogestión de la economía familiar e individual y el mantenimiento de un óptimo estado de salud. Sin embargo, en la presente investigación se identificaron otras estrategias no emergidas en los actores laborales, como la emigración al exterior, la incursión en ilegalidades y la educación, lo cual muestra la continua búsqueda de alternativas de la familia en la reproducción de su bienestar, aunque su constatación de forma diferenciada también podría estar vinculada al empleo de un instrumento proyectivo que permitió acceder a producciones subjetivas.

En los condicionamientos del bienestar, en ambos estudios se hace alusión a causas endógenas y causas exógenas. Dentro de las primeras se destaca el accionar de cada individuo o familia, su esfuerzo propio y autogestiones de desarrollo; dentro de las segundas se reconoce la influencia de las condiciones económicas, sociales y políticas del país, que ya escapan de su esfuerzo y recaen en la gestión estatal, sobre todo; los participantes de las dos investigaciones señalan posibles cambios que permitan un mayor acceso al bienestar o la prosperidad.

Con respecto a la prosperidad se encuentran resultados coincidentes con la investigación realizada por Arango (2018) en actores laborales de La Habana, pues la prosperidad se encuentra relacionada esencialmente con condiciones económicas y materiales de vida; con la tenencia de bienes, de dinero y estabilidad económica; pero sobre todo con la mejoría, el avance y el éxito; para los participantes de ambas investigaciones es precisamente el vivenciar un cambio cualitativo y cuantitativo lo que demuestra que se ha prosperado. También prosperidad implica tener las condiciones emocionales adecuadas reflejadas en la satisfacción personal, o sea, se debe vivir en un equilibro emocional y económico, aun cuando a lo segundo se le brinde mayor relevancia.

En relación con las estrategias para prosperar los participantes de las investigaciones coinciden en que el trabajo es la vía fundamental, como forma de recibir un sustento material e ingresos de manera estable. La otra estrategia mencionada se refiere al autocontrol desde la planificación de recursos y los proyectos personales y familiares. Un resultado que merece la pena destacar es que en ambos estudios las estrategias para prosperar emergidas son muchas menos que para acceder al bienestar, lo que demuestra que el bienestar se muestra más al alcance de sus vidas, las personas visualizan más el acceso al bienestar que a la prosperidad, pues las alternativas para lograrlo se encuentran muchas en dependencia de condiciones externas. Este análisis además corresponde con las autocategorizaciones realizadas, pues la prosperidad en los dos estudios no prevalece como constructo identificativo en los participantes.

El acercamiento al tema de la pobreza desde la subjetividad ha sido menor en los estudios de las ciencias sociales, resultados relevantes ha obtenido Peña (2017), quien a partir de su investigación sobre el régimen de bienestar y pobreza familiar en Cuba, específicamente en la familias pobres de La Habana, ofreció estrategias empleadas para acceder al bienestar o simplemente subsistir. De las estrategias emergidas en ese estudio, algunas tienen puntos coincidentes con las expresadas por las familias de nuestra investigación, tales como recibir remesas o bienes materiales en sí, ya sea del exterior o de los propios vecinos y familiares cercanos, el empleo subterráneo o ilegal y el pluriempleo, donde se combina el trabajo estatal con actividades informales en busca de aumentar los ingresos al hogar.

Se coincide con Peña (2017) y Zabala (2009, 2010a, 2010b, 2014a, 2014b) en que las familias que viven en situación de pobreza no suelen identificarse como tales, no existiendo una relación entre sus condiciones de privación y carencias evidentes y la construcción subjetiva de su situación. Las familias de nuestro estudio niegan ser pobres al concluir que ellos poseen ciertas ventajas y facilidades como la educación, la salud, la garantía de la canasta básica, que los hace excluirse de la población pobre.

Sin embargo, aquellas familias que sí se autocategorizan como pobres, justifican en todos los casos, una combinación de factores sociales y económicos, esencialmente a partir de deficiencias de la gestión estatal y sus propias condiciones familiares que les impiden desplegar estrategias para superar estadios de pobreza; algunas de las familias de estas investigaciones mencionadas y de la presente plantean no tener opciones para cambiar su situación actual.

En la presente investigación emergieron estereotipos que caracterizan a las familias que viven con bienestar, con prosperidad o las familias pobres, en este sentido cabe acotar la semejanza con la propuesta de Martín Baró (1988), en relación con los modelos teóricos sobre el estereotipo, donde hace alusión al estereotipo del pobre que predomina en Latinoamérica. Sobre estos rasgos que distinguen al pobre, coincide la vagancia en ambas investigaciones, o sea, el hecho de relacionar a las personas pobres con la desvinculación laboral aun estando en plena capacidad para ello, entonces el pobre sería poco sacrificado y holgazán. El modelo sociocultural explicado por el mismo autor, refiere que el pobre adquiere una cultura propia, una identidad provocada por las condiciones económicas en que vive, particularizando sus comportamientos y estilos de vida, esta idea se refleja en el estudio realizado con las familias, pues a las familias pobres les son adjudicadas características propias, y sobre todo de difícil modificación a partir de sus carencias materiales, al estar arraigadas en la historia familiar y pasar de una generación a otra.

Al decir de Martín Baró (1999), en lo que denominó la cultura de la pobreza, existen una serie de peculiaridades de esta subcultura que desarrollan las personas pobres, algunas de ellas son la resignación, el fatalismo y la incapacidad de superar el presente. En dos de las familias pobres estudiadas se evidencian claramente estas características, al vivenciar sentimientos de fracaso, conformismo con su situación, desesperanza y la sensación de estar atados de manos para promover un cambio. Otro de los elementos comunes que se demostraron en esta investigación y la del autor mencionado, tiene que ver con esa economía de subsistencia que practica el pobre, donde la solidaridad de los vecinos y personas cercanas cumple un rol fundamental, como fuente de ayuda e ingresos a partir de redes de intercambio.

Conclusiones

  1. El bienestar y las familias que viven con bienestar se definen mediante la unidad y funcionalidad familiar, la vivencia de paz, placer, tranquilidad y felicidad, acompañado de satisfacción de necesidades materiales, se vinculan con la formación educacional y un estado óptimo de salud. La prosperidad y las familias prósperas se definen a partir del progreso, adquiriendo un nuevo estatus social superior, implica tener éxito y felicidad. La pobreza y las familias en situación de pobreza se identifican con carencias y privaciones económicas que posibilitan la insatisfacción de necesidades, dificultades en el funcionamiento familiar y la emergencia de estereotipos de carácter estigmatizador hacia el pobre.

  2. Las oportunidades de acceso al bienestar incluyen la posibilidad de acceso a la educación y la salud de forma gratuita, oportunidad de empleo, de acceso al deporte, la tranquilidad y seguridad ciudadana. Las posibilidades para prosperar integran la unidad y armonía familiar, los posibles cambios favorables en la economía nacional, el mejoramiento de la economía familiar, la posibilidad de trabajar en los sectores mejor remunerados y la incursión en el trabajo por cuenta propia. Dentro de las causas atribuidas a la pobreza emergieron los bajos ingresos, que se contraponen a los altos precios de los productos en el mercado, la carencia de productos, la emigración y el envejecimiento poblacional como fenómenos sociales actuales, las familias numerosas, la desvinculación laboral y el bloqueo económico.

  3. En las familias estudiadas existió un predominio de la autocategorización como familias que viven con bienestar tanto en el presente como en el futuro, y la pobreza es el constructo donde emergen la menor cantidad de autocategorizaciones en el presente y el futuro.

  4. En las estrategias emergidas para acceder al bienestar y prosperar prevalecen el trabajo y la educación, la emigración al exterior, la participación en actividades económicas ilícitas, el ahorro, la unidad familiar y el mantenimiento de buenas relaciones intrafamiliares, además la planificación mediante metas y el mantenimiento de la salud. Para superar la pobreza se mencionó el pluriempleo o ser empleados por cuenta propia, la actividad económica ilícita y el ahorro de los recursos monetarios y materiales.

  5. Dentro de las oportunidades para acceder al bienestar adquiere la mayor relevancia el trabajo por cuenta propia, el acceso y garantía de los servicios de salud, la unidad familiar y las posibilidades de acceso a la educación de forma gratuita. Como oportunidades para prosperar emergieron posibles mejoras económicas para el país, el pertenecer a una familia transnacional y la posesión de un negocio privado. Como limitaciones para el bienestar y la prosperidad resaltan los bajos salarios e ingresos personales y familiares, las carencias y las enfermedades médicas, el desbalance entre la oferta y la demanda, la edad avanzada y el padecimiento de enfermedades, que se traduce en la imposibilidad de trabajar.

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1Su definición como objetivo a alcanzar tuvo lugar en los documentos aprobados por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, las bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030: Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos, y nuevas modificaciones a los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

2Venimos de una “prosperidad asignada”, la prosperidad del “porque te dieron”, o sea, si no “te toca”, si no te dan, no prosperas; pero en los últimos años cercanos estamos acercándonos a un cambio, la “prosperidad construida”, autogestionada, lo cual supone la (re)aparición de un mediador de realización, el dinero, donde lo que se pretende es la mezcla de lo mejor de una y de otra: tener dinero, y que me sigan asignando “lo que me toca”.

3Entendida desde la psicología social como el proceso mediante el cual podemos llegar a formarnos impresiones de los demás, entender, explicar y atribuir causas a sus conductas, ha predominado en su abordaje una visión cognitiva, o sea, entender el proceso como cognición social, aun cuando varios de los autores consultados, como Vargas (1994), Moya (1994), Comas (2001) y Morales (2011) destacan el carácter sociohistórico del proceso y su dependencia de la situación en que ocurre.

4La autocategorización o categorización del yo (Turner, 1985), explica el proceso que lleva a las personas a incluirse en una u otra categoría, centrándose en cómo son capaces de llegar a actuar como un grupo, a partir de un cambio en el nivel de abstracción o inclusividad del autoconcepto, de modo que se pasa de la identidad personal, mediante una elaboración sociocognitiva, a la identidad social, transformándose la conducta interpersonal en conducta intergrupal.

5Una de ellas justifica su imposibilidad de prosperar en el hecho de que su principal fuente de ingresos es un negocio privado de renta de habitaciones a turistas y el bajo turismo en la última temporada en el país se refleja en su economía familiar.

6Es una consecuencia del proceso migratorio internacional que impacta la estructura, dinámica y funciones familiares. Se refiere a aquella familia cuyos miembros viven algo o la mayor parte del tiempo separados en diferentes países, pero todavía se mantienen unidos y crean un sentimiento de bienestar colectivo y unidad. A pesar de la distancia geográfica entre el migrante y su familia, las relaciones no se quebrantan, al contrario, se afirman a través de los medios de comunicación y las remesas.

Recibido: 06 de Julio de 2021; Aprobado: 10 de Junio de 2022

* E-mail: bmjimenez@nauta.cu

** E-mail: isaacicr@nauta.cu

Conceptualización: Blanca María Jiménez Reyes, Isaac Iran Cabrera Ruiz.

Curación de datos: Blanca María Jiménez Reyes, Isaac Iran Cabrera Ruiz.

Análisis formal: Blanca María Jiménez Reyes, Isaac Iran Cabrera Ruiz.

Investigación: Blanca María Jiménez Reyes.

Metodología: Blanca María Jiménez Reyes, Isaac Iran Cabrera Ruiz.

Administración del proyecto: Isaac Iran Cabrera Ruiz.

Recursos: Blanca María Jiménez Reyes, Isaac Iran Cabrera Ruiz.

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Redacción-borrador original: Blanca María Jiménez Reyes.

Redacción-revisión y edición: Blanca María Jiménez Reyes, Isaac Iran Cabrera Ruiz.

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