Introducción
Es de gran importancia que los profesionales que atienden a niños identifiquen alteraciones en el desarrollo de la oclusión, las arcadas y la cara para que acciones preventivas puedan ser realizadas a fin de proporcionar un buen crecimiento.1 La prevención debe ser oportuna para evitar el agravamiento de la maloclusión, con tratamientos de ortopedia y ortodoncia preventiva para poder guiar a un buen crecimiento y desarrollo de la oclusión.2 Los diferentes factores de raza, genéticos y del medio ambiente actúan en la maloclusión en cada población de forma diferente.3
Los problemas de: respiración, función masticatoria y deglución pueden ser dirigidos con tratamientos funcionales y estéticos. En la actualidad en la salud se promociona la prevención, tratando las enfermedades antes que aparezcan o en etapas iniciales, así se evitan tratamientos más largos y costosos.4
En Shanghai (China), en un estudio transversal realizado en guarderías en 2335 niños, en edad 3-5 años, se encontró 83,9 % de maloclusiones.5
Las alteraciones de electromiografías de los músculos masticatorios en portadores de mordida cruzada posterior unilateral derecha, presentan un patrón masticatorio unilateral, siendo los músculos masetero derecho y porción anterior del músculo temporal izquierdo más activos que los otros músculos evaluados.6 Las Pistas directas de “Planas” (adición de resina compuesta o desgaste selectivo en las caras oclusal y/o incisal) están indicadas para favorecer la reorientación masticatoria, lo que ayuda a corregir los cambios en las dimensiones de los arcos dentales, y/o disto-oclusión cuando se aplican como un tratamiento precoz de mordida profunda, mordida cruzada unilateral en la dentición decidua.7 Niños entre 2 y 6 años con mordida cruzada posterior funcional recibieron desgaste selectivo y ejercicios para modificar la memoria muscular y fue posible confirmar la corrección del mordida cruzada posterior, mientras que los niños (control) que no recibieron tratamiento no hubo ningún caso de autocorrección de la mordida,8 lo cual demuesta la importancia del diagnóstico y tratamiento preventivo.
La maloclusión en la población infantil es un problema que debe ser investigado con estudios epidemiológicos, que sirven para orientar al odontopediatra al ortodoncista y odontólogos de los Centros de Salud que atienden niños para que tomen decisiones más acertadas en clínica. Y existen pocos registros en la literatura científica que aborden los factores que pueden estar relacionados a maloclusión en niños en Ecuador.
La prevención es importante en especial en salud y como la literatura científica dice al respecto hay un alto porcentaje de maloclusiones. No se debe pasar por alto el recurso tan importante como es la prevención, que debe ser aplicada de ser posible antes que se produzca el problema de maloclusión y si ya está instalado impedir que progrese, mediante nutrición adecuada, higiene, control de hábitos, desgaste selectivo de interferencias oclusales, orientación masticatoria, Odontopediatría oportuna, control de la dimensión vertical mediante Pistas Directas de Planas en dentición decidua.9
Este estudio fue realizado con el objetivo de determinar factores relacionados con maloclusiones en niños ecuatorianos de 3 a 9 años de edad.
Métodos
Este estudio epidemiológico transversal fue realizado después de la aprobación del proyecto por el Subcomité de Ética e Investigación en Seres Humanos de la Universidad Central del Ecuador.
La muestra de este estudio fue calculada con fórmula, y el muestreo fue considerado de conveniencia debido a la facilidad operacional, a partir de un universo de 1500 niños que se atendieron en las clínicas de Odontopediatría de pre y post grado de la Facultad de Odontologia de la Universidad Central del Ecuador (FOUCE) entre febrero y julio de 2017, se evaluaron 400 niños quienes cumplieron los criterios de inclusión.
Al finalizar la recolección de datos el número de pacientes obtenido fue de 400 niños de 3 a 9 años de edad, que estaban en tratamiento en las clínicas de Odontopediatría de la FOUCE y no estaban ni estuvieron en tratamiento de Ortopedia y Ortodoncia. Este estudio se desarrolló entre febrero y julio de 2017. Los niños debieron estar acompañados de la madre o el padre quienes aceptaron participar en la investigación.
El estudio fue realizado en 2 partes: recolección de datos y evaluación clínica. Los padres respondían a las preguntas mediante un cuestionario hecho por un único investigador con experiencia en el tema, sobre datos personales, antecedentes médicos, hábitos del niño; cada ficha tenía un código.
El formulario de nivel socioeconómico fue basado en el cuestionario del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Ecuador (INEC) que era llenado por los padres. Cada pregunta tenía un valor, la suma del valor de las peguntas indicaba, nivel alto de 845,1 a 1000 puntos, nivel medio alto de 696,1 a 845 puntos, nivel medio típico de 535,1 a 696 puntos, nivel medio bajo de 316,1 a 535 puntos y nivel Bajo de 0 a 316 puntos.
El examen clínico extra e intraoral, fue realizado por un único investigador que empleó el equipo de protección individual, con la luz de equipo dental y un espejo clínico. Se observó la normalidad y las variaciones según la edad del niño, siendo cada cara de las piezas dentales observadas en sentido vertical, transversal y sagital, además de la cara oclusal. Se realizó el análisis de tejidos blandos y duros y hábitos orales.
En dentición decidua de leche o temporal, que es una variable cualitativa Politómica, se consideró a niños de 5 o 6 meses hasta 5 o 6 años, en este estudio se evaluó a niños de 3 a 6 años y se encontró 168 niños. Y con dentición mixta temprana, niños de 6 a 9 años de edad, con una frecuencia de 232 niños.
En lo referente a la variable de familiares con maloclusión que es una variable cualitativa politómica, se preguntó o se observó al padre o la madre que acompañaba al niño si tenían maloclusión o algún familiar tenía el mismo problema de maloclusión que el niño y si están o estuvieron en tratamiento de ortopedia u ortodoncia, en la ficha se anotaba la respuesta que correspondía a ninguno, el padre, la madre, ambos, o algún familiar. En lo que refiere a la lactancia o la alimentación del niño que es una variable cualitativa Politómica, se preguntó al padre o la madre que acompañaba al niño si fue de pecho por un año o menos o más de un año.
Se observaron las interferencias oclusales, que son obstáculos o contactos en la oclusión que impiden o interfieren los movimientos mandibulares de forma adecuada y es una variable cualitativa politómica
También se observó si la mordida era cruzada posterior o anterior cuando uno o más dientes de la arcada superior ocluyen por dentro de la arcada inferior. Mordida cruzada es una variable cualitativa politómica.
La coincidencia de las líneas medias dentarias superior e inferior entre sí y con la línea media facial fue comprobada.10
La mordida abierta anterior fue considerada cuando ocurrió con una separación vertical mínima de 0,5 mm entre los incisivos maxilares y mandibulares en oclusión céntrica en denticion decidua y en dentición mixta temprana luego que hayan hecho la erupción completa la corona de los dientes.11 La mordida abierta, es una variable cualitativa dicotómica.
En lo referente al tipo de respiración, fue una variable cualitativa politómica. Sobre el hábito de respiración bucal, se preguntó al padre o madre si el niño respira por la nariz o por la boca y se anotó en la ficha individual de cada niño.
Cuando el niño no presentaba normalidad oclusal en dentición decidua o mixta temprana era clasificado como portador de maloclusión; que es una variable cualitativa dicotómica, y que en este estudio se obtuvo los siguientes valores: por el sí, 308 casos y no 92 casos.
Análisis estadístico
Los datos obtenidos de frecuencia y porcentaje, fueron tabulados en (Microsoft Excel) y procesados con el software estadístico SPSS V24. Para verificar las diferencias estadísticas se aplicó la prueba chi cuadrado. Para evaluar el grado de relación entre las variables se utilizó el nivel de significancia del 5 %.
Resultados
Entre los niños evaluados el 52 % eran del sexo masculino y el 48 % del sexo femenino; el 72 % vivía con ambos padres. Entre los 400 niños estudiados, 308 (77 %) presentó algún problema de maloclusiones (p< 0,001).
Familiares con maloclusión: ninguno 66 casos, el padre 44 casos, la madre 214 casos, ambos 6 casos y para algún familiar 70 casos. Algunos de los factores que podrían estar relacionados con la maloclusión se presentan en la tabla 1. El 84 % de los niños que presentaron maloclusiones y el 80 % con oclusiones apropiada relataron historias de maloclusiones en la familia; no hubo diferencia estadística. La maloclusión fue encontrada en el 79 % de los niños que fueron amamantados con pecho por más de 1 año y en el 76 % de los niños que utilizaron biberón por un período menor de 1 año; no existió diferencia estadística entre los grupos.
La variable de nivel socioeconómico, es una variable cualitativa politómica y presentó los siguientes resultados: nivel alto 14 casos, nivel medio alto 65 casos, nivel medio típico 176 casos, nivel medio bajo una frecuencia 126 y nivel bajo 19 casos. Al relacionar la oclusión con el nivel socioeconómico 75 % de los niños de la clase media, media baja y baja y el 84 % de los niños de clase media alta y alta presentaron maloclusión. No hubo correlación significativa entre el nivel socioeconómico y maloclusión
Entre los niños evaluados se presentó los siguientes resultados: no hay interferencias 228 casos, en céntrica 124 casos, en el lado de trabajo 35 casos y en sentido antero posterior 13 casos. Y hubo mordida cruzada anterior 66 casos, posterior unilateral 125 casos, posterior bilateral 17 casos, revesa (o en tijera) 2 casos y para el no, 190 casos. Al relacionar el 43 % presentó alguna interferencia oclusal y también mordida cruzada en la región anterior o posterior (Tabla 2); no hubo diferencia estadística significativa entre los niños que no presentaron mordida cruzada y también no presentaron interferencias oclusales (97 %).
En lo que refiere a mordida abierta se obtuvo sí, 53 casos, y para el no, 347 niños.
En lo relacionado al tipo de respiración se obtuvo los siguientes resultados: nasal diurna y nocturna con 257 casos, nasal diurna 7 casos, en nasal nocturna 6 casos, bucal diurna y nocturna 39 casos, en bucal diurna 16 casos, en bucal nocturna 14 casos y en ambas al mismo tiempo 61 casos. En lo referente al tipo de respiración y relación con mordida abierta, al evaluar si el niño presentaba respiración bucal (diurna, nocturna o ambas) se observó que 5 (33 %) niños presentaban respiración bucal y mordida abierta (Tabla 3) y 125 (32 %) niños presentaban respiración bucal y la mordida no era abierta. No se puede afirmar que la mordida abierta esté relacionada con la respiración bucal pues no se encontró diferencia estadística significativa.
Discusión
En este estudio, la oclusión de niños de 3 a 9 años de edad, en la Clínica de Odontopediatría de la FOUCE de la ciudad de Quito, revelo un número significativo de niños portadores de maloclusión. Prevalencia similar también fue encontrada por Campos y otros12 que analizaron las características oclusales de 466 niños de 3 a 5 años de edad en el Paraná-Brasil. Una evaluación de maloclusión ejecutada en niños en Suecia13 observaron también una prevalencia de maloclusión similar en niños de 3 años. Y en una nueva evaluación a los 7 años de edad con dentición mixta observaron que solamente algunos niños presentaron corrección espontánea de la maloclusión. Po lo que es claro que el clínico debe interceptar la maloclusión precozmente a fin de evitar futuros perjuicios funcionales y estéticos.
Los datos de los padres se consideran útiles para predecir las características craneofaciales y puede dar pistas importantes sobre la herencia entre los padres y su descendencia. Sin embargo, poco se ha investigado sobre la herencia entre padres e hijos.14 En este estudio, se observó que tanto los niños con maloclusiones como los niños con oclusiones apropiada relataron histórico de maloclusiones en la familia y así no se puede afirmar que el histórico familiar sea un fuerte factor responsable por el desarrollo de anomalías en la oclusión.
Se cree que los niños pequeños con antecedentes de lactancia materna subóptima tienen una mayor prevalencia y riesgo de maloclusiones. Estos niños tienen un mayor riesgo de desarrollar una relación canina de clase II, mordida cruzada posterior y mordida abierta anterior.15 Sin embargo, no se puede afirmar por los resultados encontrados en este estudio que la forma y el tiempo de lactancia puedan ser la causa de la maloclusión, pues tanto los niños amamantados por pecho por más de 1 año y niños que utilizaron biberón, u otras formas presentaron una prevalencia de maloclusiones similares. Este resultado contradice la conclusión de Chen y otros,16 que demostraron que un corto tiempo (≤ 6 meses) y la ausencia de lactancia por pecho está directamente asociada a la presencia de mordida cruzada posterior y ausencia de espacio maxilar. Por otro lado, los resultados de otro estudio indicaron que no hubo relaciones significativas entre la lactancia materna exclusiva y la duración de la alimentación con biberón y la presencia de cualquier tipo de maloclusión, pero se observó que la lactancia materna exclusiva tenía un efecto protector y redujo el riesgo de adquirir hábitos de succión no nutritiva.17 Se debe considerar, a pesar de estos resultados, que la etiología de las maloclusiones es multifactorial. Los profesionales y las madres deben ser conscientes de que los niños aun pueden desarrollar maloclusiones, a pesar de haber recibido la lactancia materna satisfactoria.
La maloclusión en niños de la clínica de Odontopediatría de la FOUCE, ocurre en la misma proporción en la clase alta media/alta como en la clase media / media baja / baja. Resultados similares fueron encontrados en un estudio ejecutado en la Alemania, donde la maloclusión no estaba asociada a antecedentes migratorios o al bajo nivel socioeconómico.18 Aunque, un estudio elaborado en Brasil concluyó que en el grupo de niños con maloclusión había un mayor porcentaje de niños con nivel socioeconómico bajo.19
En esta investigación se observó que existe una relación significativa entre la presencia de interferencias oclusales y la presencia de mordida cruzada. Cuando la mordida cruzada, está presente en la región anterior o posterior, se esperan interferencias oclusales. Este estudio confirma esta premisa. Puede variar de formas clínicas de un solo diente a todos, y puede ser anterior y/o posterior y unilateral y/o bilateral. En estas situaciones, cuando los dientes del arco inferior deslizan, en lateralidad o en protrusiva, encuentran interferencias en las superficies oclusales derivadas del mal posicionamiento dental. Solo 7 niños en el estudio presentaban mordida cruzada, contactos oclusales balanceados en oclusión céntrica y los dientes se deslizaban en los movimientos estrursivos sin encontrar obstáculos, o interferencias. La mordida cruzada requiere tratamiento tan pronto como sea posible, antes de que se produzcan discrepancias maxilares. La frecuencia encontrada en la población varía dependiendo de la edad, el grupo racial y los tipos de mordida cruzada estudiados.20)
La etiología de la mordida abierta anterior se considera multifactorial, teniendo como principales causas, los factores hereditarios y ambientales. Entre los factores hereditarios se puede citar el patrón de crecimiento facial vertical. Los factores ambientales que pueden llevar a mordida abierta pueden ser: amígdalas hipertróficas, respiración bucal, hábitos bucales deletéreos, interposición labial, anquilosis dental y anormalidades en el proceso de erupción. Los factores ambientales actúan con más frecuencia en las fases de dentición decidua y mixta.21 Otro estudio22 concluye que la mordida abierta anterior se asoció con factores sociodemográficos, tales como asistir a un preescolar público y tener un mayor número de residentes en el hogar. Estos factores se asocian con una menor condición económica. Los factores sociales pueden ejercer una fuerte influencia en la adopción de hábitos de succión dañina y otros comportamientos que pueden comprometer el desarrollo del niño. De acuerdo con los resultados de este estudio, no se puede afirmar que los niños con respiración bucal desarrollan mordida abierta, pues un número aumentado de niños presentaban respiración bucal pero la mordida no era abierta y solamente pocos niños presentaban ambas condiciones. Sin embargo, a pesar de que más niños presentan estas malaoclusiones, no corresponden al esperado "estereotipo de respirador bucal". Otro estudio concluyó que en la población estudiada de niños respiradores bucales, que el tamaño obstructivo de las adenoides o amígdalas y la presencia de rinitis no fueron factores de riesgo para el desarrollo de maloclusión de clase II o mordida abierta anterior.23
La identificación de estos factores, sin duda, ayuda al clínico en la dirección de búsqueda (s) etiología (s), y en la prevención y tratamiento de la maloclusión.
Conclusiones
De los 400 niños de 3 a 9 años de edad que formaron parte de este estudio se encontró que hay una cantidad significativa de maloclusiones (77 %). Los padres o familiares con maloclusión, el tipo y tiempo de lactancia y nivel socioeconómico de los niños no están significativamente asociados con la maloclusión. La mordida cruzada y las interferencias oclusales están asociadas y la respiración bucal puede no causar mordida abierta.