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Revista Cubana de Medicina
versión On-line ISSN 1561-302X
Rev cubana med v.43 n.5-6 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2004
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Post Graduación de Clínica Médica de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP)
Efectos del tabaquismo  sobre la presión arterial de 24 h - evaluación mediante monitoreo  ambulatorio de presión arterial (MAPA)     
 
        
 Dr.  Marcos Galán Morillo,1 Dra. Marisa Campos  Moraes Amato2 y Dra. Sônia Pérez  Cendon Filha3 
Resumen
Se  resalizó una revisión bibliográfica sobre el efecto del tabaquismo  y la elevación de la presión arterial para demostrar la utilidad  del monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA) tanto para la investigación  científica como para contribuir al diagnóstico y evaluación  terapéutica. Se ha comprobado que el MAPA refleja mejor la lesión  de los órganos que habitualmente son su blanco que las mediciones de consultorio.  Se expusieron detalles de los resultados alcanzados por varios estudios sobre  este medio de evaluación de la presión arterial. Se hizo énfasis  en el efecto del tabaquismo sobre la elevación de la presión arterial  medida por diferentes métodos. Se expresó que trabajos posteriores  sobre el empleo del MAPA podrán definir mejor el hábito de fumar  como factor de riesgo o no de la hipertensión arterial.    
 
Palabras  clave: Tabaquismo, hipertensión arterial, monitoreo ambulatorio de  la presión arterial.     
 
Se sabe que el hábito de  fumar eleva momentáneamente los niveles de presión en hipertensos  y normotensos. Sin embargo, estudios epidemiológicos que evaluaron los  niveles de presión mediante la medición casual en el consultorio  han demostrado que pacientes fumadores presentan presión arterial igual  o menor a la de los no fumadores.1-7. Esto ocurre  probablemente como consecuencia de las recomendaciones de diversos consensos y  directrices internacionales y nacionales de hipertensión arterial, los  cuales orientan a abstenerse de fumar, como mínimo, durante los 30 min  anteriores a la medición casual de la presión arterial en el consultorio  médico. Lo que se registra, por lo tanto, es una baja de presión  transitoria y una evaluación puntual, que representa, en forma equivocada,  el comportamiento de la presión de los tabaquistas durante las 24 h.    
  El objetivo de este trabajo es presentar una revisión de la literatura  con la cual se demuestra la contribución del monitoreo ambulatorio de la  presión arterial (MAPA) en el estudio del tabaquista, normotenso y del  hipertenso.
Tabaquismo    
 
    Según datos del Ministerio de  Salud, hay en el país 30 600 000 fumadores de más de 15 años.  Se producen aproximadamente 100 000 muertes por enfermedades relacionadas con  el cigarrillo, cerca de 15 000 de ellas en el Estado de San Paulo.8      
 
En este Estado, tomando en consideración la población  adulta, hay 4 650 000 hombres y 3 450 000 mujeres que fuman, lo que equivale a  una media del 25 % de la población de fumadores del país.9    
  
Se considera al cigarrillo como el más importante factor de riesgo  modificable para la enfermedad arterial coronaria.10-12  En Brasil, aproximadamente 3 000 000 de fumadores mueren anualmente por enfermedades  relacionadas con el consumo de tabaco, la enfermedad cardiovascular es la causa  más frecuente.13     
 
La IV Directriz  Brasileña de Hipertensión Arterial (IV DBHA),14  el VII Joint National Comitee (VII JNC)15 y el  último World Health Organization (WHO) Comittee16  consideran al tabaquismo un factor de riesgo importante en el desarrollo de la  enfermedad cardiovascular. Su interrupción reduce el riesgo de accidente  vascular encefálico, enfermedad isquémica del corazón y enfermedad  vascular periférica.     
 
La Organización Mundial de la Salud  (OMS) define como fumador regular a quien consume, por lo menos, un cigarrillo  por día, desde hace 6 meses; y afirma que un tercio de la población  mundial adulta es de fumadores. El hábito de fumar es más común  entre personas con bajo nivel de escolaridad.17  El número de tabaquistas adultos viene declinando en los últimos  30 años, mas la tasa de iniciación entre jóvenes no decrece  proporcionalmente.    
 
El British Doctor Study,18 mediante evaluación prospectiva de 34 439 médicos durante 40 años, relacionando morbilidad, mortalidad y hábito de fumar, demostró la probabilidad 3 veces mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares en el grupo de fumadores. En los tabaquistas, las enfermedades isquémicas, en comparación con el cáncer de pulmón, provocaron el doble de óbitos. Se observó en este estudio una mayor longevidad entre individuos no tabaquistas que entre tabaquistas. La probabilidad de que un individuo no fumador viva hasta 70 u 85 años es, respectivamente, de 80 y 33 %, mientras que la de un fumador diminuye para 59 y 12 %, respectivamente.
Efectos del tabaquismo en la presión  arterial    
 
    El humo del tabaco es una mezcla de cerca de 4 000 sustancias  activas,9 más de 40 de ellas son reconocidamente  cancerígenas.19     
 
La nicotina  es una droga psicoactiva que induce a tolerancia y dependencia química.9  Se trata de una sustancia hidrosoluble que es absorbida rápidamente por  el tracto respiratorio y la mucosa oral. Al ser inhalada con el humo del cigarrillo  pasa de la superficie alveolar a la corriente sanguínea, se deposita en  los pulmones, hígado, bazo y cerebro.    
 
La nicotina es el compuesto  químico gaseoso más conocido del cigarrillo y el que provoca mayor  número de efectos hemodinámicos y vasculares.20    
  
Aproximadamente, 60 % de la nicotina inhalada se transforma en cotinina,  mediante la oxidación del citocromo P450, su principal metabolito.21      
 
Se ha observado que la exposición a los componentes  gaseosos del cigarrillo (incluido monóxido de carbono) determina efectos  tóxicos directos sobre las células endoteliales, derivados de la  formación de radicales libres y, consecuentemente, aumento de la degradación  de óxido nítrico, lo que provoca una disfunción endotelial  generalizada, independientemente de la existencia de lesiones ateroscleróticas  preestabelecidas.13    
 
Las principales  manifestaciones hemodinámicas derivadas del tabaquismo están asociadas  a la acción sobre el sistema nervioso simpático.    
 
Agudamente,  el aumento de la presión arterial es regulado por la liberación  de noradrenalina en las suprarrenales y adrenalina en las terminaciones nerviosas  periféricas.21 También se produce  la estimulación de quimiorreceptores carotídeos e intrapulmonares.    
  
Se sabe que inmediatamente después del primer cigarrillo ocurre  un aumento de las catecolaminas circulantes, aumenta la frecuencia cardíaca,  los niveles de presión, el débito cardíaco y aumenta también  la vasoconstricción periférica.22,23    
  
La nicotina estimula la producción de diversos neurotransmisores,  como epinefrina, norepinefrina, dopamina, acetilcolina y vasopresina.24  Actúa simultáneamente en receptores centrales y periféricos  (ganglios periféricos, glándulas suprarrenales y uniones neuromusculares),  esto aumenta los niveles de presión y las alteraciones en el sistema de  conducción ventricular.    
 
El tabaquismo aumenta la presión  arterial de individuos normotensos.25 Gropelli  y otros realizaron el monitoreo ambulatorio de presión arterial (MAPA)  de tabaquistas normotensos durante 8 h (9,00 a 17,00 h), mientras fumaban 1 cigarrillo  cada 30 min y lo compararon con un período idéntico sin fumar. Notaron  niveles de presión persistentemente más elevados mientras los individuos  fumaban. Se produjo un aumento inmediato y persistente de aproximadamente 12 mmHg  en la presión sistólica y 15 mmHg en la diastólica después  de fumar el primer cigarrillo.25 De Cesaris encontró  ese aumento persistente y continuo en hipertensos.26  Cuando el individuo para de fumar, ya es posible observar en la primera  semana disminución de la frecuencia cardíaca y de la presión  arterial.27    
 
Después de la elevación  inicial provocada por la nicotina y la cotinina, se produce la reducción  de los niveles de presión. Esa disminución transitoria puede deberse  al efecto de la retirada ("withdrawal phenomenon"), que lleva a la relajación  de las células musculares lisas y a la dilatación vascular periférica  venosa.28,29 Este fenómeno puede explicar  los hallazgos en estudios epidemiológicos que muestran niveles de presión  menores o iguales en fumadores cuando son sometidos a una medición casual  con un período previo de abstinencia de tabaco. Se demostraron modificaciones  electrocardiográficas relevantes, como alteración de la repolarización  ventricular y aumento de la frecuencia cardíaca, en jóvenes con  edades entre 18 y 22 años después de consumir un cigarrillo/ día.13    
  
Crónicamente, la nicotina disminuye la sensibilidad de los barorreceptores  y aumenta la producción de tromboxano A2 (TXA2), que es un potente vasoconstrictor.29  Se observa también disfunción endotelial en fumadores y niveles  elevados de tromboxano B2 en pacientes hipertensos fumadores.30,31  La sensibilidad de los barorreceptores32,33 disminuye  proporcionalmente mientras el individuo fuma. Se demostró también  que el tabaquismo aumenta la producción de la angiotensina II.24  La nicotina parece también inactivar el control vagal de la presión  arterial.34    
 
Cuando se somete a fumadores crónicos a una solución de agonistas muscarínicos (acetilcolina y metacolina), presentan una disminución de la respuesta vasodilatadora en la arteria braquial.21
Monitoreo de  la presión arterial    
 
    La medición intraarterial de la  presión es el método más preciso para evaluar los niveles  de presión (método "patrón oro"),35  pero es obvio que resulta inaplicable en pesquisas fuera del ambiente de  hospital y en la clínica diaria.    
 
Hace aproximadamente 35 años  se vienen desenvolviendo métodos no invasivos para el monitoreo ambulatorio  de la presión arterial. Ha habido un gran desarrollo tecnológico  en esta área en los últimos 15 años.36,37    
  
En California, a inicio de los años 70, Sokolow y Hinmann37  fueron los principales responsables por el desarrollo y perfeccionamiento de los  aparatos de monitoreo no invasivo de la presión arterial. Actualmente,  disponemos de modelos oscilométricos extremadamente precisos, leves y confortables.    
  
Desde comienzos de la década de 1990 viene ocurriendo un aumento  significativo en la utilización del MAPA, tanto para la investigación  científica como para el auxilio en el diagnóstico y la evaluación  terapéutica.38 Dos tercios de las publicaciones  en periódicos indexados son de ese período.35      
 
Las Sociedades Brasileñas de Cardiología, Hipertensión  y Nefrología ya se reunieron en 3 ocasiones durante la última década  para rever y elaborar directrices sobre el uso del Monitoreo Ambulatorio de Presión  Arterial, lo que demuestra la importancia de este examen.35      
 
Las principales indicaciones para el uso del MAPA, según  el Guideline Subcomitees WHO de 1999,16 son: identificación y seguimiento  de pacientes con hipertensión del "delantal blanco" (HDB), evaluación  de pacientes con hipertensión arterial resistente, diagnóstico de  hipertensión nocturna, hipertensión episódica, evaluación  de la hipertensión en grupos especiales (ancianos y gestantes) y sospecha  de hipotensión o disfunción autonómica.    
 
Estas  fueron completadas en 2002 por las IV Directrices Brasileñas de Hipertensión  Arterial,14 en las que se agregaron: evaluación  de la eficacia terapéutica antihipertensiva, hipertensión arterial  limítrofe, episodios de síncope y pesquisa clínica.    
 
Los  parámetros más importantes en la evaluación son las medias  de presión sistólica (MPS) y diastólica (MPD), siempre divididas  por períodos, a saber: vigilia nocturna (o de sueño) y 24 h (o total)  y el descenso nocturno sistólico (DNS) y diastólico (DND).     
  
En la conclusión del laudo del MAPA, las medias de presión  definen si la curva de presión es normal, intermedia o anormal, de acuerdo  con los parámetros establecidos por las últimas Directrices Nacionales.  Se dividen en períodos de vigilia y sueño. En casi la totalidad  de los protocolos se preestablece el período de las 7,00 a las 22,00 h  como de vigilia y el horario restante corresponde al período nocturno de  sueño. El análisis de las medias de presión debe respetar  los subperíodos de vigilia y sueño pues, de utilizarse solamente  la media de presión de 24 h se podrían desconsiderar períodos  de hipertensión diurna que serían minimizados por la baja nocturna.35    
  
Se denomina descenso nocturno a la reducción fisiológica  de la presión que se produce del período de vigilia al de sueño.  En el período de sueño ocurre una menor variabilidad de presión  que durante la vigilia. De acuerdo con las III directrices del uso del MAPA se  adopta, como criterio de baja fisiológica de la presión arterial,  disminuciones en los niveles sistólicos y diastólicos iguales o  superiores al 10 % de los valores de la vigilia.35    
  
Hasta el momento no se sabe exactamente la causa del descenso nocturno  de la presión arterial. Este hecho puede estar relacionado con el ritmo  biológico intrínseco o con la ausencia de estímulos externos  o, incluso, con la asociación de los 2 factores.39  Verdecchia,38 en un artículo de revisión,  refiere que la evaluación del descenso nocturno posibilita una mejor estratificación  del risco en los pacientes hipertensos. Pacientes con ausencia de descenso nocturno  sistólico satisfactorio presentan un riesgo aumentado de enfermedades cardiovasculares  y este parámetro predice independientemente complicaciones cardiovasculares.40    
  
Pickering41 afirma que el MAPA es el único medio de evaluar el control  efectivo de los niveles de presión durante el sueño así como  el descenso nocturno fisiológico.    
 
Este examen permite una mejor  comprensión de la hipertensión arterial (HA), ya sea en el diagnóstico,  en el pronóstico como en el tratamiento.     
 
El estudio PAMELA  (Pressioni Arteriosi Monitorate e Loro Associazoni), realizado en Italia con 2  400 personas de ambos sexos de entre 25 y 64 años, demostró que  los valores de las medias de presión (MP) verificados por el MAPA son semejantes  a las mediciones domiciliares e inferiores a las mediciones de consultorio. Reveló  también que las medias de presión predicen mejor que las mediciones  casuales las lesiones en órganos que habitualmente son su blanco.42    
  
El estudio Ohasama,43 realizado en una  ciudad rural japonesa, evaluó el valor pronóstico de complicaciones  cardiovasculares y comparó el MAPA con mediciones casuales. Se demostró  que las medias de presión sistólica de sueño y de 24 h son  las variables que mejor se correlacionan con estos procesos.     
 
El estudio  duplo-ciego placebo controlado Systolic Hypertension in Europe (Syst-Eur), que  viene acompañando en forma prospectiva pacientes con diagnóstico  de hipertensión sistólica aislada, demuestra que la media de presión  sistólica de sueño y las medias de presión sistólica  de 24 h y de vigilia son los parámetros que más se relacionan con  el accidente vascular encefálico y el infarto de miocardio27.  Diversos estudios comprueban que en hipertensos las mediciones del MAPA reflejan  mejor las lesiones en órganos que habitualmente son su blanco.44-46      
 
El MAPA es el método no invasivo más adecuado y en hipertensos refleja mejor que la medición casual las lesiones en los órganos que habitualmente son su blanco44. También es un método con una óptima facilidad de reproducción pues no depende de un observador.
Tabaquismo y MAPA    
 
    Estudios epidemiológicos1-7 que evaluaron  los niveles de presión por medio de la medición casual en consultorio  han demostrado que los pacientes fumadores presentan presión arterial igual  o menor que la de no fumadores. Estos trabajos utilizaron la medición casual  de la presión arterial, siguiendo la recomendación tradicional de  abstención de fumar por un período de, como mínimo, 30 min  antes de medirse la presión arterial. Tal orientación consta en  las últimas directrices nacionales e internacionales.14,47    
  
Sin embargo, para conocer el efecto del tabaco sobre los niveles de presión durante las 24 h del día, el método no invasivo más indicado es el MAPA. Este examen se asemeja más con las mediciones realizadas a domicilio y también se relaciona de manera más fidedigna con el pronóstico, pues refleja mejor la lesión en los órganos que habitualmente son su blanco que las mediciones de consultorio.14,48 Permite una mejor comprensión de la hipertensión arterial (HA) ya sea en el diagnóstico, en el pronóstico como en el tratamiento.49
Estudios  de observación    
 
Transversales (cross-sectional)    
 
    Kawasaki  y otros50 estudiaron el efecto del tabaco sobre la presión arterial de  individuos normotensos, compararon 25 no fumadores con 25 fumadores de una media  de 25,4 cigarrillos/ día. Observaron que estos presentaban una elevación  significativa de las medias de presión sistólica y diastólica  durante la vigilia. Las medias de presión nocturnas no presentaron diferencia  entre los grupos.     
 
Un estudio semejante hicieron en Israel Kristal-Boneh  y otros,51 evaluaron 28 tabaquistas y 73 no tabaquistas, todos normotensos, a  los que sometieron al MAPA en invierno y en verano. Demostraron que las medias  de presión sistólica (MPS) y las medias de presión diastólica  (MPD) durante la vigilia y en el período nocturno son significativamente  más altas en invierno que en verano y que en las dos estaciones los tabaquistas  presentaron elevación significativa tanto en la vigilia como en el período  nocturno al compararlos con los no tabaquistas. Los autores concluyeron que los  factores tabaquismo y período invernal asociados pueden elevar la morbilidad  y la mortalidad cardiovascular.    
 
Gerhardt y otros33  estudiaron el MAPA en normotensos, compararon un grupo de 24 tabaquistas  de más de 10 cigarrillos/día, hacía por lo menos 6 años,  con 30 no tabaquistas. Las medias de presión sistólica y diastólica  durante las 24 h fueron significativamente mayores entre los tabaquistas; dentro  de este grupo se destacaron los valores elevados de la MPS de vigilia en las mujeres  tabaquistas.     
 
Los adhesivos (patchs) de nicotina también presentan  el mismo efecto aumentador de presión. Bolinder y Faire51 estudiaron en  Estocolmo el comportamiento de la presión arterial en 135 bomberos normotensos  de media edad (de 35 a 60 años). Los dividieron en 3 grupos: los individuos  que usaban adhesivos transdérmicos de nicotina, los tabaquistas y los no  tabaquistas. Se evaluó esta población por medio de la medición  casual en consultorio y del MAPA. Se observó que la MPD de vigilia fue  mayor en los usuarios de adhesivos de nicotina y en los tabaquistas al compararlos  con los no tabaquistas. La presión arterial sistólica casual fue  menor entre los tabaquistas. Se orientó a los consumidores de tabaco a  que continuaran fumando sus dosis habituales (ad libitum) y la presión  casual se midió un día antes del monitoreo, entre las 8,00 y las  8,30 h.    
 
El estudio en varios centros paralelos "Hypertension and  Ambulatory Recording Venetia Study (HARVEST)" evaluó 508 pacientes  hipertensos (borderline) e hipertensos leves que nunca habían utilizado  terapia antihipertensiva; se demostró que los pacientes tabaquistas presentaban  un incremento de las medias de presión sistólica de vigilia al compararlos  con no fumadores. No se observó diferencia significativa en las medias  de presión diastólica de vigilia. También se demostró  una mayor carga de presión sistólica durante el período de  vigilia en los pacientes hipertensos fumadores.53     
  
Bang y otros,54 en un estudio comparativo  entre 26 pacientes hipertensos no fumadores y 26 hipertensos fumadores (más  de 10 cigarrillos/día), no observaron diferencia en la medición  casual en consultorio entre los grupos. Sin embargo, al ser sometidos al MAPA,  se observó un aumento significativo en las medias de presión sistólica  y diastólica de vigilia de los fumadores.    
 
En el estudio prospectivo  SYST-EUR, que analizó 408 pacientes con más de 60 años con  hipertensión sistólica aislada, se observó que las medias  de presión sistólica de vigilia obtenidas por medio del MAPA fueron  significativamente mayores en los fumadores.55    
  
Verdecchia y otros56 observaron que pacientes  fumadores con hipertensión esencial sometidos al MAPA presentaban una elevación  significativa de los niveles sistólicos y diastólicos durante la  vigilia al compararlos con hipertensos no fumadores. No se observó una  diferencia significativa en la media de presión nocturna entre los tabaquistas  y los no tabaquistas.    
 
Mann y otros,57 en  un estudio de caso control realizado en pacientes con hipertensión, demostraron  la elevación de las medias de presión sistólica y diastólica,  durante el período de vigilia en fumadores, al compararlos con no fumadores.  Los autores no notaron diferencia entre los grupos durante el período nocturno.  Se produjeron mayores cargas de presión sistólica y diastólica  durante el período de vigilia en los fumadores. Los autores no notaron  diferencia en las cargas de presión durante el período nocturno.    
  
Gambini y otros58 estudiaron hipertensos  no tratados comparando tabaquistas (que fumaban más de 20 cigarrillos/d)  y no tabaquistas. Utilizando el MAPA, observaron que las medias de presión  sistólica y diastólica durante la vigilia fueron significativamente  más altas en los pacientes tabaquistas, principalmente en aquellos con  menos de 50 años.    
 
Algunos estudios encontraron resultados divergentes.  Mikkelsen y otros,59 en un estudio realizado  en Dinamarca, evaluaron 352 individuos normotensos tabaquistas y no tabaquistas.  Compararon en ambos grupos la medición de presión en consultorio  y el MAPA. Los tabaquistas presentaron mediciones en consultorio significativamente  menores. Al ser analizados por el MAPA, se demostró que los tabaquistas  presentaban medias de presión sistólica de vigilia inferiores a  los no tabaquistas.    
 
Green y otros,60  en un estudio transversal, compararon normotensos fumadores con no fumadores,  habiendo descartado individuos denominados fumadores leves que consumían  menos de 9 cigarrillos/d. Se demostró que los normotensos tabaquistas presentan  medias de presión sistólica y diastólica inferiores durante  la vigilia y durante el período nocturno. Las mediciones aisladas en consultorio  también fueron inferiores entre los tabaquistas. Los autores observaron  que el efecto del "delantal blanco" es menos acentuado en los fumadores.    
  
Majahalme y otros,61 en un estudio realizado en Finlandia, evaluaron 80 individuos sometidos al monitoreo intraarterial con canalización de la arteria braquial. Se analizaron 3 grupos: normotensos, hipertensos boderleine e hipertensos leves.* Los niveles de presión no fueron diferentes en los 3 grupos al compararse tabaquistas y no tabaquistas, excepto en los hipertensos bordeleine, en los cuales la MPS y la MPD nocturnas fueron significativamente menores entre los tabaquistas.
Longitudinales  (crossover)    
 
    Últimamente, otros autores evaluaron el efecto  del abandono del hábito de fumar en la presión arterial mediante  estudios randomizados. Minami y otros15 estudiaron, por medio del MAPA, 39 hombres  normotensos tabaquistas, los sometieron al MAPA en 2 momentos: el último  día de una semana en la que habían fumado habitualmente y 7 d después  de haber parado de fumar. Las MPS y MPD durante el período de vigilia fueron  significativamente menores 1 sem después de parar de fumar. Los dosajes  de norepinefrina y epinefrina también fueron significativamente menores  durante el período de abstinencia. Las MPS y MPD en el período nocturno  no presentaron diferencias significativas 1 sem después de parado el consumo.      
 
Oncken y otros62 evaluaron 60 mujeres  hipertensas en la posmenopausia que fumaban por lo menos 10 cigarrillos/d hacía  más de 1 año. Las mujeres que pararon de fumar, después de  6 sem, tuvieron una disminución de 3,6±19 mmhg en la media de la  presión arterial sistólica, en relación con el grupo de control  que no paró de fumar.     
 Es interesante resaltar que en ambos estudios  las mediciones casuales de la presión arterial no presentaron diferencias  fumando o después de parar de fumar.     
 
    
 Comentarios    
  
    Casi la totalidad de los estudios de observación transversales  que comparan normotensos fumadores con no fumadores demuestran que las medias  de presión de vigilia son significativamente mayores en los tabaquistas  y que las medias de presión nocturnas no presentan diferencias entre los  grupos.50-52,33 Trabajos semejantes que comparan  hipertensos fumadores con no fumadores también demuestran que las medias  de presión de vigilia son significativamente mayores en los fumadores y  que las medias nocturnas no difieren.53-58 Pocos  estudios con este esquema presentaron resultados diversos.59,60    
  
Se observa que MP sistólica y diastólica de vigilia son significativamente  mayores en los tabaquistas normotensos33,50-52  y en los hipertensos53-58 por el aumento en las  concentraciones de adrenalina y noradrenalina plasmáticas durante el período  en que se fuma. La MPS y la MPD nocturnas no presentan diferencias significativas  entre fumadores y no fumadores, tanto en normotensos50,51  como en hipertensos.56-58 La ausencia del efecto  elevador de la presión del hábito de fumar en el período  nocturno, durante el cual la mayoría de los individuos duerme, justifica  la similitud de las medias de presión entre tabaquistas y no tabaquistas.  Este efecto lleva a una respuesta en el aparato cardiovascular con repercusión  de deterioro en los órganos que habitualmente son su blanco. Este es un  efecto oculto pues los tabaquistas aparentan ser normotensos.    
 
Los pacientes  tabaquistas fumadores de por lo menos 10 cigarrillos/d y que presentan niveles  de presión compatibles con prehipertensión,47**  al ser evaluados mediante la presión casual, pueden ser subdiagnosticados.  En esta situación, siempre que sea confirmada por otros estudios, podrá  indicarse la evaluación de presión del grupo mediante el MAPA, a  fin de lograr una estratificación más precisa.    
 
En esta  situación, la evaluación con el MAPA puede ser la más indicada,  siempre que sea confirmada por otros estudios. Las mediciones de presión  residencial también podrán aportar informaciones relevantes dentro  de esta población, siempre que se utilicen los equipos recomendados63,64  y se registren varios períodos interpretando la abstinencia de tabaco.    
  
En los pacientes tabaquistas hipertensos que fuman más de 10 cigarrillos/d,  puede recomendarse la utilización del MAPA para la evaluación de  la terapéutica antihipertensiva, siempre que sea confirmada por otros estudios.  Evitaríamos así submedicar a estos pacientes.    
 
Los estudios  randomizados con abandono del tabaquismo vienen mostrando que parar de fumar debe  formar parte no sólo de la orientación del control de los factores  de riesgo de enfermedades cardiovasculares sino también de las medidas  terapéuticas no farmacológicas de control de la presión arterial.65    
  
Trabajos más amplios utilizando el MAPA y no la presión casual podrán definir si el hábito de fumar es o no un factor de riesgo de hipertensión arterial. 62,65
    
  
POSTGRADUATION OF MEDICAL CLINIC AT THE FEDERAL UNIVERSITY OF SAO PAULO (UNIFESP)
Summary
Effects of smoking on 24-hour arterial blood  pressure - evaluation by ambulatory blood pressure monitoring (ABPM)     
 A bibliographic  review on the effect of smoking and the elevation of blood pressure was made aimed  at showing the usefulness of the ambulatory blood pressure monitoring (ABPM) for  scientific research and for contributing to the diagnosis and therapeutic evaluation.  It has been proved that the ABPM reflects the lesion of the organs that are usually  its target better than the measurements of the family physician's office. Details  on the results attained by various studies on this tool of evaluation of blood  pressure were exposed. Emphasis was made on the effect of smoking on the increase  of blood pressure measured by different methods. Further papers on the use of  ABPM will be able to give a better definition of smoking as a risk factor or not  for arterial hypertension.    
 
Key words: Smoking, hypertension,  ambulatory blood pressure monitoring.    
 
    
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Recibido:  23 de junio de 2004. Aprobado: 3 de noviembre de 2004.    
 Dr. Marcos Galan  Morillo. Avenida Juriti, 144. São Paulo SP. Brasil. CEP 04520-000.    
  Correo electrónico: marcosgmorillo@uol.com.br  
* En este estudio se utilizó la clasificación del acuerdo del comité de la OMS de 1978, en la cual se definió como normotenso a quienes presentaban cifras de PAS < 140 y PAD < 90 mmHg; hipertensos boderline, PAS entre 141y 159 y PAD entre 91 y 94 e hipetensos leves, PAS = 160 o PAD = 95.
** PA sistólica 120 - 139 mmHg o PA diastólica de 80 - 89 mmHg, conforme el VII Joint National Commitee, 2003.
1  Alumno del Curso de Post Graduación de la disciplina  de Clínica Médica de la Universidad Federal de São Paulo  (UNIFESP).    
 2 Profesora Libre Docente em Cardiologia  de la Facultad de Medicina del la Universidad de São Paulo (FMUSP)    
  3 Doctora en Medicina. Especialista en Pneumología.  Profesora Orientadora del Curso de Post Graduación de la disciplina de  Clínica Médica de la UNIFESP. 

 











