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Revista Cubana de Medicina Militar
versión On-line ISSN 1561-3046
Rev Cub Med Mil v.39 n.3-4 Ciudad de la Habana jul.-dic. 2010
Fractura de pene. Estudio de 10 años
Penile fracture: Study of 10 years
My. Ariel Núñez RocaI; My. Tomás Lázaro Rodríguez CollarII; My. José Antonio García MonzónIII; My. Santiago Carrillo GonzálezIV; Tte. Cor. Gilberto Martínez RamosV
IEspecialista de I Grado en Urología. Profesor Auxiliar. Hospital Militar "Dr. carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.
IIEspecialista de II Grado en Urología. Profesor e Investigador Auxiliar. Hospital Militar "Dr. carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.
IIIEspecialista de I Grado en Urología. Instructor. Hospital Militar "Dr. carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.
IVEspecialista de I Grado en Urología. Hospital Militar "Dr. carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.
VEspecialista de II Grado en Cirugía General. Profesor Auxiliar. Hospital Militar "Dr. carlos J. Finlay". La Habana, Cuba.
RESUMEN
INTRODUCCIÓN: La fractura de pene ocurre la mayoría de las veces durante el coito, cuando el órgano, al estar erecto, se flexiona bruscamente.
OBJETIVOS: Describir aspectos de la presentación y características de esta entidad, así como su diagnóstico y tratamiento.
MÉTODOS: Se realizó un estudio descriptivo, a partir de las historias clínicas de 25 pacientes ingresados en el servicio de urología del Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay", de enero de 1997 a diciembre de 2006, con el diagnóstico de fractura de pene. Las variables descritas fueron: edad, síntomas y signos, agentes causales, medios diagnósticos utilizados, tratamiento aplicado y complicaciones presentadas.
RESULTADOS: Predominó el grupo de edades de 26 a 44 años con el 56 %. El síntoma principal fue el hematoma del pene en el 100 % de los casos y la causa más frecuente fue el traumatismo durante el coito en el 68_%. En el 24 % de los pacientes fue necesario el auxilio de la ecografía peneana, simple o Doppler, para confirmar el diagnóstico; se aplicó el tratamiento quirúrgico en el 72 % de los pacientes. Las complicaciones se presentaron en los casos no operados y consistieron en fibrosis de los cuerpos cavernosos y la disfunción sexual eréctil.
CONCLUSIONES: La fractura de pene ocurre fundamentalmente durante el coito. La sintomatología clínica tiene gran valor para el diagnóstico. En caso de dudas, la ecografía simple o Doppler resulta muy útil. El tratamiento quirúrgico es el indicado para evitar secuelas en estos pacientes.
Palabras clave: Pene, traumatismo, disfunción sexual.
ABSTRACT
INTRODUCTION: The penile fracture is very frequent during the coitus when the organ is in erection undergoes a sudden flexion.
OBJECTIVES: To describe the features of presentation and its entity characteristics, as well as its diagnostic and treatment.
METHODS: A descriptive study was conducted from the medical records of 25 patients admitted in the Urology Service of the "Dr. Carlos J. Finlay" Military Hospital from January, 1997 to December, 2006 diagnosed with penile fracture. The variables described were: age, symptoms and signs, causal agents, diagnostic means used, applied treatment and present complications.
RESULTS: There was predominance of ages from 26 to 44 years with the 565. The major symptom was a penile hematoma in the 100 % of cases and the more frequent cause was the trauma during coitus in the 68 %. In the 24% of patients it was necessary the penile single echography or Doppler to verify the diagnosis; surgical treatment was applied in the 72 % of patients. The complications were present in the non-operated on cases including fibrosis of cavernous bodies and an erectile sexual dysfunction.
CONCLUSIONS: The penile fracture occurs mainly during the coitus. The clinical symptomatology is very important for diagnosis. If there are doubts the single echography or Doppler is very useful. The surgical treatment is the more appropriate to avoid sequelae in these patients.
Key words: Penis, trauma, sexual dysfunction.
INTRODUCCIÓN
La fractura de los cuerpos cavernosos del pene ocurre cuando este se encuentra en erección. La causa más frecuente sucede durante el coito, cuando el pene sufre accidentalmente una constricción contra la sínfisis del pubis o el perineo, y produce una flexión brusca y extrema, frecuentemente si la mujer se encuentra encima del hombre. Esta afección es infrecuente; representa una de cada 175 000 admisiones en servicios de urgencia en hospitales de los Estados Unidos de América. Es usual la ruptura de la vena dorsal, que presenta un cuadro clínico similar a la fractura de pene.1 El diagnóstico se realiza teniendo en cuenta aspectos clínicos, como es el chasquido del pene acompañado de hematoma, dolor y detumescencia peneana. Además, se reporta el empleo de estudios complementarios, como la ecografía de partes blandas y la ecografía Doppler a color del pene, cuando existen dudas diagnósticas.1,2 El tratamiento de elección es el quirúrgico, en el cual se realiza la reparación de la lesión en la albugínea del pene. La variante no quirúrgica depende fundamentalmente del tiempo transcurrido entre la ocurrencia del traumatismo y la presentación del paciente ante el especialista. Las secuelas más frecuentes son la fibrosis en el sitio de la lesión con incurvación del pene, dolor al realizar el coito y la disfunción sexual eréctil.1,2
La poca frecuencia de este traumatismo y en ocasiones su manejo no adecuado, con la consiguiente repercusión en la vida sexual del hombre, motivó la realización de este trabajo para reflejar las experiencias de los autores. Se exponen aspectos relacionados con el diagnóstico, el tratamiento, así como las complicaciones presentadas.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, tomando como base las historias clínicas de los 25 pacientes que fueron ingresados en el servicio de Urología del Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay", desde enero de 1997 hasta diciembre de 2006, con el diagnóstico de fractura de pene.
Fueron constituidos cuatro grupos por edades que oscilaron entre 15 y 60 años. El diagnóstico se efectuó a partir de los elementos aportados por el interrogatorio y el examen físico. En algunos casos fue necesaria la realización del ultrasonido simple o Doppler del pene para confirmar el diagnóstico. Las variables analizadas fueron Los medios complementarios utilizados en el diagnóstico positivo en los casos dudosos, el tratamiento aplicado y las complicaciones presentadas.
RESULTADOS
De los 25 pacientes analizados, 14 tenían edades entre 26 y 44 años, que representó el 56 % del total de la serie (tabla 1). El síntoma más frecuente fue el hematoma del pene, que apareció en el total de los casos (tabla 2). Se manifestó chasquido en 23 de ellos (92 %); dolor en 23 (92 %) y uretrorragia en 5 (20 %).
La causa predominante de la fractura peneana se presentó durante la realización del coito en 17 pacientes, que representó el 68 %; en 10 de ellos la lesión se produjo al constreñir el pene contra el perineo y en 7 contra el pubis de la pareja sexual (tabla 3).
En la serie, a 19 pacientes se les realizó diagnóstico solamente con los elementos aportados por el interrogatorio y el examen físico (76 %). En el resto fue necesario, además, realizar el ultrasonido simple o Doppler del pene para confirmar el diagnóstico (tabla 4).
A 18 pacientes (72 %) se les realizó como tratamiento el abordaje quirúrgico de la lesión y la reparación de esta con sutura absorbible. En los 7 restantes (28 %), y como resultado del tiempo transcurrido desde la producción de la lesión a la búsqueda de asistencia médica especializada (más de 24 horas), el tratamiento realizado fue el no quirúrgico (tabla 5).
Las complicaciones presentadas fueron la fibrosis de los cuerpos cavernosos y la disfunción sexual eréctil. Todas aparecieron en los 8 pacientes que no fueron intervenidos quirúrgicamente. Los operados evolucionaron satisfactoriamente (tabla 6).
DISCUSIÓN
El grupo de edad que predominó coincide con el reportado por otros autores,3,4 y se corresponde con la etapa de mayor actividad sexual del hombre. El hematoma se describe como el síntoma más frecuente, acompañado de chasquido y dolor.5 Similares resultados se muestran en esta investigación. Cinco de los pacientes estudiados presentaron uretrorragia, que guardó relación con lesión de la uretra anterior. En otros estudios se reporta una mayor incidencia de la lesión uretral que en esta serie,6-8 lo que pudiera guardar relación con la magnitud de la fractura y la violencia de la flexión peneana.
Se destaca la producción de la lesión durante el coito como la causa de mayor frecuencia, y le sigue la relacionada con movimientos bruscos durante el sueño. Las series analizadas4,9,10-13 coinciden con la primera causa de este estudio; sin embargo, reportan la masturbación como segunda causa, lo que no coincide con este trabajo.
El correcto interrogatorio y el examen físico revisten la mayor importancia en el diagnóstico. El empleo de la ecografía simple y Doppler a color permitió corroborar el diagnóstico en los casos dudosos, tal como reportan otros autores.7,8
El abordaje quirúrgico de urgencia, con la reparación de la lesión de la albugínea del pene, se ha demostrado que es la técnica de tratamiento estandarizada en el ejercicio actual de la urología. Esta pauta de tratamiento está protocolizada en el servicio de urología y se sigue también en otras partes del mundo.2,7-10,12,14,15
Los pacientes no operados de esta serie se correspondieron con aquellos que se demoraron en buscar ayuda especializada. Las razones alegadas fueron: temor al descubrimiento de infidelidades matrimoniales, por hacer tratamientos sugeridos por la pareja sexual o amigos o, simplemente, por miedo a ser operados.
El desarrollo de la enfermedad de Peyronié, como resultado de la fibrosis poscicatrizal de los cuerpos cavernosos, fue la complicación más frecuente, encontrada en todos los pacientes a quienes no se les aplicó tratamiento quirúrgico. La disfunción sexual eréctil asociada a la fibrosis de los cuerpos cavernosos, o por el temor del paciente a nuevas fracturas en las futuras relaciones sexuales, se plantean también como complicaciones de este traumatismo genital masculino.13,14,16,17 La estrechez uretral, reportada como secuela de la afectación concomitante de la uretra, no se presentó en ninguno de los casos de esta investigación.5,9,10,15
Se concluye que la fractura de pene es más frecuente en las edades de mayor actividad sexual del hombre. El hematoma es el síntoma predominante. El minucioso interrogatorio y el examen físico hacen el diagnóstico positivo y en caso de dudas se puede recurrir a la realización de la ecografía simple o Doppler del pene. El tratamiento quirúrgico de urgencia es el que mejores resultados aporta.
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Recibido: 1 de marzo de 2010
Aprobado: 9 de junio de 2010
My. Ariel Núñez Roca. Hospital Militar "Dr. carlos J. Finlay". Calle 114 y Ave. 35. La Habana, Cuba.