EDITORIAL

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La primera publicación cubana referida a nuestras especialidades vio la luz en el año 1975 bajo el nombre de Boletín de Hematología e Inmunología, con el objetivo, no solo de divulgar los acontecimientos científicos derivados de las investigaciones en las ramas en todo el mundo, sino también de dar a conocer los resultados del trabajo que se venía realizando en Cuba en estas disciplinas desde la creación del Instituto de Hematología e Inmunología en 1966.

Por necesidades organizativas se sustituyó esta publicación por otra, muy modesta: Actualidad en Hematología e Inmunología, pero dedicada fundamentalmente a exponer artículos de revisión que brindaran información sobre los avances en ambas especialidades, a los médicos y otros profesionales vinculados con estas ramas, que en número creciente iban integrando la cobertura nacional.

El rápido e indetenible desarrollo de las ciencias y en particular, las ciencias médicas y otras estrechamente ligadas a ellas, no excluyó a la Hematología y la Inmunología, y es entonces que se aprueba la edición de la REVISTA CUBANA DE HEMATOLOGÍA, INMUNOLOGÍA Y HEMOTERAPIA, cuyo primer número se imprime en 1985.

Este desarrollo fue sumando nuevos e interesantes aspectos, como la hemoterapia o medicina transfusional -que ya se consideró como rama principal en la revista-, la hemostasia, la biología molecular, la inmunohematología, la medicina nuclear, entre otras, y con el progreso de la trasplantología, todo lo relacionado con el sistema de histocompatibilidad HLA y muy recientemente, la introducción de la medicina regenerativa, que abre nuevas y mayores perspectivas para la curación y elevación de la calidad de vida de pacientes con muy diversas dolencias y que está en fase ascendente de aplicación en todo el país.

Dedicamos, pues, este número final del año del 25º aniversario de la Revista -en que también se conmemoran 35 años de la primera publicación cubana sobre las especialidades- a quienes fueron los pioneros en su edición y que en buena medida, han mantenido una labor sostenida para elevar cada vez más la calidad de su contenido, que como se aprecia en este número, abarca temas y experiencias muy diversos y que llega, no solamente a todas las instituciones de nuestro sistema nacional de salud, sino a todo el país y también al extranjero, como lo prueban los cada vez más frecuentes trabajos que recibimos, principalmente de colegas de América Latina, para su publicación en la revista, lo que contribuye a extender el intercambio con colegas de todo el mundo.

Confiamos, pues, en continuar trabajando con el aporte de todos cuantos acceden a la revista, que por su formato digital, constituye una vía más rápida y viable para todos los que deseen entrar en contacto con su contenido, y esperamos continuar recibiendo trabajos y colaboraciones que enriquezcan el conocimiento de quienes laboramos en aras de contar cada vez con más posibilidades para la atención médica de la más elevada calidad para nuestros pueblos.

Consejo Editorial.