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Estimado Editor:
En esta era de globalización los movimientos ininterrumpidos de humanos y bienes materiales no hacen que ningún país sea inmune a la amenaza potencial de epidemias. Desde 2003 las enfermedades contagiosas emergentes, como la gripe aviar, el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS), el SARS y el ébola, nos recordaron una y otra vez a los seres humanos la grave amenaza que representan para la salud humana y la seguridad económica y social.
La neumonía conocida como COVID-19, es producida por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 cuya aparición se originó por primera vez en Wuhan, se extendió por toda China y, de ahí, al resto mundo. Los casos confirmados de COVID-19 han aumentado a un número muy superior al del SARS en 2003, y su mortalidad no es insignificante. Al comprender la capacidad de transmisión de humano a humano de la COVID-19, el 31 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud la identificó como una emergencia de salud pública de preocupación internacional. Estos hechos son suficientes para ilustrar la gravedad y complejidad del brote.1
Hasta el 21 de mayo del presente año [2020]; se reportaban 185 países con casos de COVID-19, con 4 960 975 casos confirmados y 327 904 fallecidos, para una letalidad de 6,61 %. En la región de las Américas, se reportan 2 245 224 casos confirmados, el 45,26 % del total de casos reportados en el mundo, con 133 441 fallecidos y una letalidad de 5,94 %. En Cuba, han sido diagnosticados con COVID-19: 1916 pacientes, con 1631 pacientes recuperados y 81 fallecidos.2
Algunas de las medidas para disminuir la propagación de la COVID-19 es el aislamiento social y la inmovilización social obligatoria, lo que implica al cierre temporal de instituciones de educación superior. Según la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), más de 138 países mantienen totalmente cerrado su sistema educativo.3
Por tal motivo, para la educación médica cubana, la continuidad del proceso docente-educativo representa un reto y desafío en tiempos de la COVID-19. En tal sentido, se ha considerado la modalidad de educación a distancia como alternativa para la formación de los profesionales de la salud.
En cuanto a las actividades prácticas, se decidió incorporar a los estudiantes de las carreras de las ciencias médicas durante 4 horas diarias a las actividades de pesquisa activa ante la situación especial de la pandemia, respaldado por las horas de Educación en el Trabajo declaradas en el plan de estudio de las carreras de las ciencias de la salud. Durante la pesquisa diaria, los estudiantes interrogan a los pacientes casa por casa en busca de los signos y síntomas de la enfermedad, imparten charlas educativas sobres las medidas higiénico-sanitarias y recogen información sobre grupos vulnerables y ancianos que se encuentran viviendo solos.
Además, el enfrentamiento a esta nueva enfermedad también ha aportado muchos conocimientos y experiencias a estudiantes y profesores, sobre todo, por motivar la búsqueda de información, incentivar nuevas formas de autopreparación y la construcción del conocimiento a través del trabajo independiente como forma fundamental de evaluación. Todo lo anterior ya se previa en las modificaciones al plan de estudio.
Teniendo en cuenta de que durante la fase epidémica se ha producido una necesidad mayor de personal asistencial implicado directamente en la atención a pacientes contagiados de COVID-19 o sospechosos de estarlo, en días pasados hubo un déficit del personal de la salud en algunos hospitales y centros de aislamientos a causa del recambio por protocolo epidemiológico. Otra manera de contribuir a la formación de los estudiantes fue realizar un llamado a la participación voluntaria de los alumnos de 5.º año de la carrera de medicina de la Universidad de las Ciencias Médicas de la Habana en los procesos asistenciales, higiénico y epidemiológicos en el enfrentamiento de la codvid-19 en esos centros de aislamiento. Asimismo, se les requirió apoyo en las guardias médicas en los servicios de urgencias de los centros de aislamiento y hospitales.
Para la convocatoria se tuvo en cuenta que el 5.º año de Medicina son quienes han vencido el mayor porcentaje de las habilidades del currículo de la carrera y, de esta manera, contribuían al proceso asistencial mientras se entrenaban en el manejo de la enfermedad.
Se concluye que, la pandemia provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha supuesto un cambio para la formación de estudiantes de medicina en todo el mundo, lo cual requiere la aplicación de medidas y cambios innovadores en los programas de formación de las universidades de medicina.
En el caso de Cuba, aunque la educación a distancias ha sido una ventaja para dar solución a la continuidad de estudios, no todos los alumnos cuentan con los medios necesarios para llevar a cabo la educación virtual. A propósito de esta afirmación, la educación en el trabajo a través de la pesquisa y la incorporación de alumnos a las labores asistenciales, son ventajas con las que cuenta la formación integral de profesionales de la salud y constituyen actualidades de la educación médica cubana frente a la COVID-19.
