Introducción
El embarazo en la adolescencia constituye un problema de salud, debido a las consecuencias significativas que tiene sobre la madre adolescente y su hijo; junto a complicaciones médicas significativas en comparación con las gestantes adultas.1,2) Las condiciones socioculturales han provocado un aumento considerable en su prevalencia, con una mayor frecuencia en los sectores socioeconómicos más desfavorecidos. La maternidad temprana se relaciona con la pobreza, falta de educación, de comunicación en el hogar, falta de cariño y autoestima, y de un proyecto de vida (tanto de la familia como de las adolescentes afectadas).3
La tasa mundial de embarazo adolescente se estima en 46 nacimientos por cada 1000 niñas, mientras que las tasas de embarazo adolescente en América Latina y el Caribe continúan siendo las segundas más altas en el mundo, estimadas en 66,5 nacimientos por cada 1000 niñas de entre 15 y 19 años, y son solo superadas por las de África subsahariana. Aunque en los últimos 30 años en América Latina y el Caribe la fecundidad total ha disminuido, las tasas de fecundidad en las adolescentes se han reducido ligeramente. Además, es la única región del mundo con una tendencia ascendente de embarazos en adolescentes menores de 15 años. Se estima que cada año, en la región, un 15 % de todos los embarazos ocurre en adolescentes menores de 20 años y 2 millones de niños nacen de madres con edades entre los 15 y los 19 años.4
Cuba no está exenta de esta situación. La tasa específica de embarazo en adolescentes constituye una creciente preocupación y ocupación del Ministerio de Salud Pública y otros sectores en su prevención y la minimización del negativo impacto en el orden social, educativo y de salud.5
El embarazo en adolescentes había registrado una tendencia a la disminución entre 1994 y 2005, de 60 a 44,9 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años de edad. Sin embargo, en los años próximos comenzó un proceso de incremento. Para el 2017 su valor fue de 52, lo que representa alrededor del 16 % del total de la fecundidad. En el último decenio en el país, este comportamiento muestra una resistencia a variar, aun cuando se han realizado numerosas acciones. Este es por demás un grupo altamente vulnerable sobre el que se debe continuar prestando especial atención. Las cinco provincias orientales, unidas a Camagüey, registran los valores más elevados de nacimientos por cada mil muchachas entre 15 y 19 años y muy por encima de la media nacional en 2017: Granma (66,6), Las Tunas (66,3), Holguín (65,5) Santiago de Cuba (62,3), Guantánamo (64,6) y Camagüey (63,2).5
En Cuba existen estadísticas que muestran que hasta 2017 más de 2000 adolescentes interrumpieron sus estudios por embarazos en la adolescencia, abortos y matrimonios precoces, que la mayoría terminaron en divorcio con la secuela de traumas psicológicos, tanto para la pareja como para sus hijos, todos estos a consecuencia de relaciones sexuales no protegidas y a edades tempranas.6
En la Provincia de Guantánamo, el número de embarazos en adolescentes va en ascenso. Durante el 2016, la ocurrencia fue de 46 y 978 gestaciones entre las edades 12-14 y 15-19 años, respectivamente. Esto representa el 20,29 % del total de las captaciones de embarazos.7,8,9
En el consultorio médico del Pino, perteneciente al Policlínico Docente “Fermín Valdés Domínguez” del municipio Baracoa, se ha observado un incremento paulatino del número de embarazadas adolescentes. En el año 2015 se reportaron 6 embarazos en adolescentes de los 150 embarazos reportados en el policlínico citado. Al cierre del 2016 se reportaron 11 embarazos adolescentes de los 145 embarazos totales en ese policlínico, identificando en ellas poco conocimiento sobre el embarazo en esta etapa de la vida.
Considerando que el embarazo en la adolescencia y la educación de la sexualidad relacionada con el tema constituyen un problema real en la comunidad, surge la prioridad de enfrentar este inconveniente relacionado con las insuficiencias que se presentan en el área del Policlínico Docente “Fermín Valdés Domínguez”, dadas por el incremento de los embarazos y desconocimientos de sus riesgos en la adolescencia, uso del aborto como método anticonceptivo, insuficiencias en el conocimiento sobre la educación de la sexualidad relacionada con el tema, por lo que se realizó este trabajo con el objetivo de elevar el nivel de conocimiento de los adolescentes sobre embarazo en adolescencia.
Métodos
Se realizó un estudio preexperimental de intervención educativa en adolescentes del Consultorio Médico del Pino del municipio Baracoa, perteneciente al Policlínico Docente “Fermín Valdés Domínguez”, en el período comprendido de enero de 2019 a octubre de 2020.
El universo de estudio de estuvo conformado por los 103 adolescentes de ambos sexos del área que no tenían trastornos mentales asociados que afectaran la comprensión del estudio. Se seleccionó una muestra probabilística de 30 adolescentes por el muestreo aleatorio simple y que dieron su consentimiento de participar en el estudio.
La intervención contó con tres etapas o fases:
Etapa diagnóstica
Consistió en la aplicación de una encuesta para medir el conocimiento de los adolescentes sobre el embarazo en estas etapas de la vida antes de efectuar la intervención y puntualizar las necesidades de aprendizaje.
La encuesta consta de 4 preguntas y exploran aspectos relacionados con los métodos anticonceptivos, factores de riesgos asociados al embarazo adolescente, consecuencias o complicaciones y complicaciones del aborto en esta etapa de la vida, los cuales fueron evaluados en adecuados o inadecuados.
Pregunta 1: Conocimiento sobre métodos anticonceptivos. Todos los incisos son correctos
Pregunta 2: Conocimiento sobre los factores de riesgo del embarazo en la adolescencia. Todos los incisos son correctos
Pregunta 3: Conocimiento sobre las complicaciones del embarazo en la adolescencia. Todos los incisos son correctos
Pregunta 4: Conocimiento sobre las complicaciones del aborto. Todos los incisos son correctos.
Etapa de implementación de la intervención
Para la realización de la intervención se tuvieron en cuenta los resultados de la encuesta aplicada en la etapa diagnóstica. Las adolescentes se dividieron en dos grupos de 15 cada uno, con los cuales se trabajó en una frecuencia semanal y durante una hora y media en el consultorio médico de estudio. Se hizo énfasis en la necesidad de la asistencia y puntualidad para garantizar la comprensión adecuada de los temas.
El programa educativo contó con 6 sesiones:
Introducción, presentación y encuadre.
Embarazo en la adolescencia. Generalidades.
Factores de riesgo y complicaciones fundamentales asociadas al embarazo adolescente.
Anticoncepción en la adolescencia.
El aborto. Su repercusión y complicaciones en la adolescencia.
Cierre y evaluación.
Etapa de evolución de la intervención
Esta etapa permitió complementar la investigación. Luego de finalizadas las sesiones de trabajo, los adolescentes participantes en la investigación se mantuvieron en contacto con la autora de esta, y pasado un mes de la intervención educativa, se aplicó nuevamente la encuesta utilizada al inicio de la investigación y se establecieron comparaciones, con la finalidad de precisar los cambios en el nivel de conocimientos.
La información recolectada se obtuvo de la encuesta (anexo) aplicada antes y después de la intervención. Los resultados se presentaron en tablas estadísticas y la medida de resumen que se utilizó fue el porcentaje. Se utilizó el porciento de variación para medir la efectividad de la intervención.
Se consideró que la intervención educativa es efectiva siempre que el resultado del porciento de variación de un 70 % o más.
La investigación fue aprobada por el Consejo Científico y el Comité de ética de la investigación. Se informó a los adolescentes estudiados en qué consistió la investigación y el objetivo que persigue. Previa aplicación de la encuesta se solicitó a los adolescentes implicados el consentimiento informado, en el que se tuvo en cuenta el carácter voluntario, la confidencialidad y la posibilidad de retirarse de la investigación.
Resultados
La tabla 1 muestra la distribución de los adolescentes estudiados según edad y sexo. El grupo de edad más representado fue el de 14-16 años, con un total de 16 participantes (53,3 %), seguido del de 17-19 (33,3 %). En relación con el sexo, predominaron las féminas (66,7 %), además, las féminas con edades comprendidas entre 14 y 16 años (36,7 %).
La tabla 2 evidencia que al aplicar el instrumento antes de la intervención, 76,7 % de los adolescentes encuestados poseían nivel de conocimiento inadecuado sobre los factores de riesgo del embarazo, no así después de la intervención que el 93,3 % de los encuestados adquirieron conocimiento sobre los diferentes factores de riesgo.
A través de la tabla 3 se puede constatar que antes de la intervención, 83,3 % de los adolescentes estudiados poseía conocimientos inadecuados sobre los métodos anticonceptivos, solo en 16,7 % los conocimientos eran adecuados. Luego de la intervención se logró que 96,7 % de ellos tuvieran conocimientos adecuados.
La tabla 4 evidencia que antes de la intervención solo 16,7 % de los adolescentes estudiados tenía conocimientos adecuados sobre complicaciones del embarazo en la adolescencia, luego de la intervención se elevó hasta el 80,0 % de adolescentes con conocimientos adecuados.
A través de la tabla 5 se pudo constatar que antes de realizar la intervención educativa, solamente 6,7 % de los adolescentes tenía conocimientos adecuados sobre las complicaciones del aborto. Una vez desarrollada la intervención se pudo elevar hasta 86,7 %.
Discusión
El grupo etario más significativo fue el de 14-16 años, posiblemente porque existe un mayor número poblacional en estas edades de la vida en el área de salud estudiada; además, esta es la etapa de la adolescencia en que este grupo etario, por lo general, comienza a tener sus primeras relaciones sexuales.
En estudio realizado por Torres y otros,9 el grupo de edad más representado fue el de 14-16 años con un total de 26 participantes (52 %) y el de 11-13 años el menos representado, con un total de 7 participantes (14 %). El grupo de 17-19 tuvo un total de 17 participantes (34 %), algo similar evidenció Malán.10 Estos resultados concuerdan con los encontrados en este estudio.
Los conocimientos sobre los factores de riesgo del embarazo en la adolescencia son generalmente inadecuados, lo observamos en este estudio al realizar el diagnóstico antes de comenzar la investigación. Datos obtenidos en estudios realizados en otros países muestran que son muchos los factores de riesgo que presentan las madres menores de 20 años con embarazo precoz. Encuestas demográficas y de salud realizadas en 37 países, demuestran que existe un gran desconocimiento de los factores de riesgo del embarazo en la adolescencia.11,12
La anticoncepción moderna es la herramienta idónea para que las parejas puedan elegir el momento en que inician la reproducción, por esto el nivel de conocimiento sobre el tema es importante. A pesar de ello, este estudio coincide con otras investigaciones en que los conocimientos antes de la intervención educativa eran medios y bajos, los cuales tuvieron un aumento después de la intervención educativa hasta 95,4 %.6,13,14
En relación con conocimiento sobre las complicaciones del embarazo en la adolescencia, los resultados de este estudio concuerdan con los de Fleites y otros.14 Ellos evidencian que, antes de la intervención, solo 16,7 % de los adolescentes estudiados tenía conocimientos adecuados sobre complicaciones del embarazo en la adolescencia, luego de la intervención se elevó hasta 80 %.
El embarazo en adolescentes puede traer consigo serias complicaciones para la salud, tanto de la madre como para el feto y futuro recién nacido. Se considera que el embarazo en adolescentes, incluso aquel que es deseado, lleva implícito un incremento en los riesgos.
Ha sido demostrado que los hijos de las madres adolescentes son más proclives a nacer con bajo peso, a la prematuridad, a traumas obstétricos y presentan un riesgo elevado de muertes prenatal en el transcurso del primer año de vida y de sufrir abuso físico, negligencia en sus cuidados, desnutrición y retardo del desarrollo físico y emocional con dificultades en su vida de adulto.6
Generalmente, las madres adolescentes tienen que interrumpir sus estudios, las salidas con los amigos, las fiestas, en definitiva, su vida social se deteriora.15,16
El aborto no es un método anticonceptivo y, por tanto, se debe evitar que sea aceptado como algo muy natural, sencillo e inocuo, puede ser después causa de lesiones en el cuello uterino, cáncer cérvicouterino u otras complicaciones.14
En Cuba se sabe que el desconocimiento y la falta de educación sexual en la mujer la hace acudir al aborto confiada en las condiciones en que se produce en el país: centros de salud adecuados, personal especializado, las mejores medidas de asepsia y antisepsia; e irresponsablemente, algunas jóvenes, como no sienten nada y es tan rápido, abusan del aborto con frecuencia aunque conocen otras medidas para evitar el embarazo.17
En conclusión, la intervención educativa incrementó el nivel de conocimiento sobre el embarazo adolescente, evidenciándose así su efectividad.