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Educación Médica Superior
versión impresa ISSN 0864-2141
Educ Med Super v.18 n.1 Ciudad de la Habana ene.-mar. 2004
Comisión Nacional de Ética Médica
Facultad de Ciencias Médicas "General Calixto García". Ciudad de La Habana
Lo espiritual en el contexto de la relación profesional del equipo de salud
Dr. Ricardo González Menéndez1
Resumen
Para contribuir a esclarecer el concepto de espiritualidad en el campo de la salud y su importancia en las relaciones profesionales del equipo, el autor valora que pese a la estrecha imbricación entre lo cultural y lo espiritual y la posibilidad de utilizarlos como sinónimos en otros campos del saber, es necesaria su diferenciación en el ámbito de la salud para hacer más objetiva la delimitación de los objetivos propiamente culturales de los paradigmáticamente espirituales. Partiendo de la concepción martiana de lo espiritual como lo que induce a comportamientos ajenos a las necesidades corpóreas, se establece un continuum de necesidades individuales correlacionadas con los niveles biológico, psicológico, social y cultural de la integralidad del ser humano, y se destaca el salto cualitativo implícito en asumir como propias las necesidades de otros, como delimitante del nivel espiritual.Se señala la importancia de no descuidar en el proceso formativo del personal de la salud, el cumplimiento de los objetivos educativos además de los instructivos, tanto en su proyección cultural como espiritual, para garantizar egresados capaces de satisfacer a los usuarios por su preparación científico-técnica y sus valores humanísticos.
DeCS: RELACIONES MEDICO-PACIENTE; RELACIONES PROFESIONAL-FAMILIA;
RELACIONES COMUNIDAD-INSTITUCION; ETICA MEDICA; BIOETICA; MEDICINA COMUNITARIA; PSICOLOGIA MEDICA; HUMANISMO; ESPIRITUALIDAD.
Las motivaciones fundamentales de las reflexiones que se exponen en el presente trabajo radican en la apreciación de una nefasta tendencia mundial a la deshumanización de la Medicina, implícita en la frecuente subvaloración de la relación médico-paciente y la consideración de que puede contribuirse en algún grado a hacer más nítido el concepto de espiritualidad en el contexto de la gestión de salud.
La valoración crítica de las más recientes publicaciones que abordan la integralidad del ser humano conducen a la conclusión de que en ellas se usan indistintamente los términos cultural y espiritual como sinónimos y definen al hombre como una unidad biopsico-sociocultural o como unidad biopsico-socioespiritual según la preferencia de los autores.1,2 El autor considera que ello es consecuencia de la traspolación al campo de la salud de criterios existentes en otros campos del saber, donde lo cultural y lo espiritual designan igualmente ideologías, valores, convicciones, creencias, conocimientos, tradiciones, necesidades, motivaciones, actitudes, emociones, sentimientos, aptitudes, creatividad, gusto estético, habilidades, hábitos y costumbres, parcial o totalmente desvinculados de las necesidades más perentorias del ser humano.
El objetivo básico es contribuir a esclarecer la categoría de "lo espiritual" -desde el punto de vista de nuestra concepción del mundo- y destacar la necesidad actual de su desglose de "lo cultural" en la relación equipo de salud-paciente-familia-comunidad.
La proposición expositiva partirá de que existe cierto paralelismo entre la aparición e incorporación de los intereses y valores sociales, culturales y espirituales, tanto durante el desarrollo filogenético como en el ontogenético del hombre, por requerir ambos procesos:3
- Un substratum biológico básico, muy esquemáticamente representado por la formación reticular, el sistema límbico y las conexiones prefrontales.
- Un rudimento de relación social que permita la aparición y desarrollo progresivo del. nivel psicológico gracias a la palabra, el pensamiento y la conciencia.
- La creación e incorporación de los intereses culturales, cuando el hombre primitivo comenzó a transformar el medio con la aparición coincidente de lo físico-cultural y el hacha de cuarzo, así como la asimilación de aspectos equivalentes cuando el niño comienza su interacción dialéctica con el entorno.
- El desarrollo y expresión de la espiritualidad mediante la incorporación y aplicación de valores morales de la más alta jerarquía.
La concepción del apóstol José Martí sobre "lo espiritual" no pudo ser más lograda:
"Es lo que nos inuduce a comportamientos ajenos a nuestras necesidades corpóreas, es lo que nos fortalece, lo que nos anima y lo que nos agranda."
A partir del trascendente aporte martiano, debe destacarse que existen necesidades individuales de carácter biológico, psicológico, social y cultural. Entre las primeras están el agua, los alimentos, la procreación, el sueño y la defensa de la integridad física; entre las psicológicas se cuentan las estimulaciones, la autoaceptación y la seguridad en uno mismo; entre las sociales, la comunicación, la heteroaceptación y el afecto; mientras que entre las culturales se incluyen el arraigo a tradiciones, costumbres, creencias, modas, aptitudes, habilidades y el disfrute creativo y estético.4,5
Una reflexión importante es la consideración de que lo biológico, psicológico, social, cultural y espiritual representan un continuum de niveles relacionados en igual orden con las necesidades corpóreas o biológicas y otras muchas necesidades individuales que se denominarán como "otras necesidades personales" hasta el nivel cultural; pero alcanza su polo espiritual cuando ocurre el trascendental paso cualitativo que permite sentir como propias las necesidades de otros, mediante la empatía, la compasión, la solidaridad y la involucración, cuyos paradigmas extremos son el héroe o heroína, las monjitas -tantas veces destacadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro- con su permanente entrega a la misión de servicio, y el mártir (cuadro 1).
Cuadro 1. Necesidades individuales y niveles integrales
Necesidades individuales | Niveles integrales |
Corpóreas | Biológicos |
Otras necesidades personales | Psicológico Social Cultural |
Salto cualitativo al sentir como propias las necesidades ajenas | Espiritual |
Si se valora el pensamiento popular que sentencia "no sólo de pan vive el hombre" se reconocerá que pone en evidencia la importancia de lo cultural en la integralidad del ser humano, y si se focalizan las reflexiones en el ámbito médico, se apreciará que los planteamientos de Letamendi "quien sólo medicina sabe, ni medicina sabe" y de José Martí "el hombre honesto no mira de qué parte está el provecho sino de qué parte está el deber", hacen referencia a la trascendencia de la cultura general en el facultativo y al cumplimiento de principios deontológicos de primer rango en la convivencia social, respectivamente. Se pretende con la profundidad de estos geniales pensamientos, perfilar progresivamente las diferencias básicas entre lo puramente cultural y lo nítidamente espiritual.
Dos ejemplos que expresan el frecuente divorcio entre la espiritualidad y las necesidades personales, son el estoicismo de los mártires revolucionarios y el de los cristianos devorados por los leones en la antigua Roma, y uno que toca muy de cerca a los cubanos es el ejemplo del comandante Ernesto "Che" Guevara y sus compañeros de lucha. Todos son paradigmas de la defensa de ideologías y convicciones centrados en su involucración con las necesidades de otros.
Son también ejemplos de espiritualidad, los sacrificios de los internacionalistas cubanos en misiones médicas, docentes, productivas y combativas en países necesitados de ayuda humanitaria. Es igualmente espiritualidad, la capacidad del trabajador de la salud para situarse en el lugar de las personas que atiende, sentir compasión ante sus problemas y disponerse incondicionalmente a ayudarles. Asimismo son expresiones de espiritualidad la beneficencia, la "no maleficencia", la justicia y tratar a los pacientes y sus familiares como quisiera ser tratado de estar en su situación.
La espiritualidad en el ámbito de la salud se expresa tanto por conocimientos, valores, actitudes, habilidades y relaciones profesionales, como por rasgos de la personalidad del profesional y técnico de la salud, donde deben sobresalir el altruismo, la sensibilidad humana, la bondad, la solidaridad, la honestidad, el desinterés material, el trato afectuoso indiscriminado, la lealtad, y la disposición al esfuerzo y sacrificio, basados en ese darse al otro implícito en la vocación médica, lo que hace a la práctica de la Medicina un verdadero sacerdocio, pautado por el "haz bien y no mires a quien". 6
Al reflexionar sobre las proposiciones expuestas, inevitablemente matizadas por las preocupaciones actuales sobre la crisis mundial del humanismo en la Medicina, se destacan los campos filosóficos nítidamente vinculados con cada concepto (cuadro 2).
Cuadro 2. Lo cultural y lo espiritual: pensamientos y marcos filosóficos
Lo cultural | Lo espiritual |
Intereses culturales | Valores morales |
No sólo de pan vive el hombre | Haz bien y no mires a quien |
Ser cultos para ser libres | Allí donde está el deber y no el provecho |
Quien sólo medicina sabe... | Sentir la bofetada en la mejilla ajena |
Marcos filosóficos | Marcos filosóficos |
Teoría del conocimiento | Ëtica |
Lógica | Deontología |
Estética | Axiología |
Los aspectos que se muestran a continuación con fines comparativos tienen el propósito de contribuir a perfilar otras características de las categorías abordadas (cuadros 3 y 4).
Cuadro 3. Lo cultural y lo espiritual: origen, desarrollo y paradigmas
Lo cultural | Lo espiritual |
Predominio exógeno | Predominio endógeno |
Vocación creativo-estética | Vocación humanística |
Deseo de superación | Entrega a otros |
Se enseña y estudia | Se transmite e imita |
Bases cognitivas | Bases afectivas |
Tiende a notoriedad | Tiende a anonimato |
Matiz regional | Matiz universal |
Genera bienestar | Genera satisfacción del deber cumplido |
Conocimientos y habilidades | Actitudes y virtudes |
Disfrute estético | Estoicismo |
Educación formal | Sensibilidad humana |
Cuadro 4. Lo cultural y espiritual: expresiones prototípicas
Lo cultural | Lo espiritual |
Cultura general | Vocación médica |
Desarrollo científico-cultural | Compasión e involucración |
Conocimientos y habilidades | Empatía y solidaridad |
Tradiciones | Altruismo y estoicismo |
Gusto artístico y estético | Sentido del deber |
Creatividad en arte y ciencia | Bondad e inteligencia emocional |
Dedicación | Desprendimiento y desinterés material |
Existe consenso mundial en lo relativo a que la satisfacción de los usuarios con los servicios de salud se expresan en 2 vertientes básicas,7 la científico-técnica y la interpersonal.
Garantizar el logro de la primera vertiente depende fundamentalmente del cumplimiento de los objetivos intructivos en la formación de los profesionales y técnicos de la salud, mientras que la segunda se vincula estrechamente con el desarrollo adecuado de los objetivos educativos, tanto en su proyección cultural como en la espiritual; pero se deja al lector, la valoración del orden de importancia de lo cultural y lo espiritual para alcanzar una de las más preciadas metas de la praxis del equipo de salud: haber cubierto las expectativas humanísticas de quienes acuden a él en busca de ayuda por problemas de salud.8
El descuido en algunos países de los objetivos educativos -más acusado en su vertiente espiritual- explica cierta tendencia a una enseñanza médica que prioriza la información sobre la formación; la técnica sobre la compasión; la instrucción sobre la educación y sobre todo, la habilidad sobre la espiritualidad (Smith V. La Ética Clínica. En: Bioética desde una perspectiva cubana. La Habana: Centro "Félix Varela";1997). Se corre así el riesgo de egresar profesionales de la salud cada vez más actualizados, pero menos sensibles; cada vez más tecnificados, pero menos involucrados; cada vez más entrenados pero menos disponibles; cada vez más equipados, pero menos integrales; cada vez más automatizados, pero menos humanizados; y cada vez más capaces de "hacer", pero menos capaces de "estar" (González R. La nueva dimensión de la relación médico-paciente. En: Bioética desde una perspectiva cubana. La Habana: Centro "Félix Varela";1997).
Según observación del autor y por comparación de profesionales y técnicos de la salud de diferentes países, durante varias décadas no se ha apreciado notables desniveles en lo referente a preparación cientifico-técnica y cultural, pero sí en lo relativo a la espiritualidad, y pese a existir múltiples factores objetivos y subjetivos, tanto en el ámbito macrosocial como en el microsocial, considera que las diferencias se explican en gran parte, por el distinto grado de involucración de los profesores en lo referente al desarrollo espiritual de sus educandos, quizá como consecuencia de las difíciles condiciones para el ejercicio médico en muchas latitudes, donde la relación médico-paciente ha dejado de ser un "encuentro afectuoso" para convertirse en un "desencuentro desastroso".
José de la Luz y Caballero (Luz y Caballero J de la. Aforismos. La Habana: Universidad de La Habana;1982) sentenció "Instruir puede cualquiera, pero educar, sólo aquel que sea un evangelio vivo." Otro hombre ejemplar, también latinoamericano y del mundo insistió en que "...vale más, pero millones de veces más, la vida de un solo ser humano que todas las propiedades del hombre más rico de la Tierra", ese gran hombre fue el comandante y médico Ernesto "Che" Guevara.
Para reconocer empero, que no es nada nuevo hablar de espiritualidad en la formación médica, basta con reflexionar sobre el significado de este fragmento de la carta de Esculapio a su hijo."Pero si te juzgas pagado lo bastante con la dicha de una madre, con una cara que sonríe porque ya no padece, por la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte, si deseas conocer al hombre y penetrar en lo más trágico de su destino, entonces hazte médico, hijo mío."9
El autor quisiera destacar su apreciación de que así como el personal de salud debe necesariamente garantizar un elevado nivel científico-técnico y cultural, si descuida su desarrollo espiritual estará notablemente limitado en su proyección humanística, en su ejercicio etico, en la relación médico-paciente-familia-comunidad y en sus potencialidades para mitigar los sufrimientos implícitos en la pérdida de la salud de sus pacientes.10 Como triste conclusión en dicho caso -por alto que fuese su nivel profesional y cultural- su mutilada gestión médica podría ser fácilmente superada por una computadora de última generación.11
De generalizarse la deficiencia señalada, la Medicina dejaría de ser la más humana, ética y espiritual de las ciencias de la salud para convertirse en la más frustrante de las profesiones.
Aunque la gran mayoría de los trabajadores cubanos de la salud son abanderados de la espiritualidad, lo que ha sido avalado por el "jurado" espontáneo más calificado, prestigioso y justo, que es el integrado por los más humildes y necesitados usuarios de salud de muchas regiones del Tercer Mundo donde han prestado gratuitamente sus servicios,12 al igual que los colegas de avanzada en diferentes países y sistemas socioeconómicos, llevan sobre los hombros la alta responsabilidad de servir como modelos de espiritualidad y de no perder ocasión para reforzar cotidianamente en los educandos esa vocación humanística, que sin duda alguna constituyó la motivación fundamental para la elección de esta carrera.13,14
Permítase concluir recordando la estrecha relación del humanismo, la ética y la espiritualidad y el alto significado de estas 3 condicionales para mejorar cada vez más las relaciones como profesionales y técnicos de la salud y cumplir adecuadamente la misión social encomendada.
Summary
For contributing to clarify the concept of spirituality in the field of health and its importance in the professional relations of the team, the author considers that, despite the close interrelation between the cultural element and the spiritual element and the possibility of using them as synonyms in others fields of knowledge, it is necessary to differentiate them in the context of health for objectively delimit the cultural objectives and the spiritual objectives. Taking as a basis the Marti´s concept on the spiritual thing as that which induces behaviours not related to the body´s needs, a continuum of individual needs is set, which correlates with the biological, psychological, social and cultural levels of the integrality of the human being. The qualitative leap involved in assuming the others´ needs as if they were ours is stressed as an expression of the spiritual level. The paper stresses the importance of fulfilling the educational and instructional objectives in the formation of the health personnel, both in their cultural and spiritual projection, so as to guarantee graduates capable of meeting the users´ needs on account of their scientific-technical preparation and their human values.Subject headings: PHISYCIAN - PATIENT RELATION; PROFESSIONAL-FAMILY RELATIONS; COMUNITY-INSTITUCIONAL RELATIONS; ETHICS MEDICAL; BIOETHICS; COMUNITY MEDICINE; PSYCHOLOGY, MEDICAL; HUMANISM; ESPIRITUALITY.
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Recibido:11 de noviembre de 2003. Aprobado:15 de noviembre de 2003.
Dr. Ricardo González Menéndez. Facultad de Ciencias Médicas "General Calixto García". Ave. Universidad y 27 de Noviembre. Plaza. Ciudad de La Habana, Cuba.