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Revista Cubana de Salud Pública
versión On-line ISSN 1561-3127
Rev Cubana Salud Pública v.36 n.1 Ciudad de La Habana ene.-mar. 2010
EDITORIAL
Economía y salud en el camino hacia la eficiencia
Como se ha planteado en numerosas ocasiones, la economía y la salud constituyen un binomio inseparable. La economía es un determinante dentro de la salud de la población, ya que toda decisión económica la afecta directa o indirectamente. De la misma forma, las disposiciones que se adoptan relativas a la salud tienen sus implicaciones dentro de la economía.
La economía cubana se ha venido recuperando luego de las afectaciones sufridas en los años de período especial. Como consecuencia se cuenta con una mayor disponibilidad de recursos materiales y financieros. El sector de la salud, que ha recibido directamente los beneficios de esa mejora, asume el reto de alcanzar la excelencia de los servicios, estrategia priorizada por la Dirección de la Revolución.
Se impone, por lo tanto, la meta de hacer un uso eficiente de los recursos y de perfeccionar sus mecanismos de control. Esta es una tarea que recae no solo sobre las personas vinculadas tradicionalmente con la actividad económica, sino sobre todos los trabajadores y cuadros del Sistema Nacional de Salud. De ahí la necesidad de ampliar sus conocimientos sobre economía y su relación con la salud.
La Economía de la Salud se erige como un marco lógico y explícito para ayudar a decidir la mejor forma de utilizar los recursos disponibles para la salud. Esta disciplina, de aparición relativamente reciente, aborda temas muy variados. Entre ellos, el análisis del financiamiento público en la asignación de los recursos, las comparaciones internacionales del comportamiento del gasto en salud, el estudio de la oferta y la demanda dentro del sector, la identificación de las barreras de acceso a los servicios, la valoración de la salud como bien económico, como inversión y como consumo y la evaluación económica como instrumento para la toma de decisiones, por citar algunos ejemplos.
En Cuba, la formación de recursos humanos y la investigación en Economía de la Salud se viene desarrollando desde hace más de treinta años. Numerosos profesionales de diferentes disciplinas se han graduado en cursos cortos, diplomados y maestrías. Ya comienzan a formarse los primeros doctores en ciencias dedicados a esta área del conocimiento. A lo largo de todos estos años son numerosos los foros científicos de carácter nacional e internacional que han tenido lugar en el país, donde se ha establecido un amplio debate sobre el tema.
La Escuela Nacional de Salud Pública (ENSAP), el Área de Economía del MINSAP, el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, el Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología y el Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí", son algunas de las instituciones que han priorizado la investigación y la docencia en estos temas con resultados tangibles. Al mismo tiempo, cada vez son más los equipos de trabajo, en otras áreas, que se motivan y realizan estudios sobre temas que abordan la relación entre economía y salud. Sin embargo, aún existen retos en este sentido. Es preciso extender el pensamiento económico a todas las instituciones del Sistema Nacional de Salud.
Algunos compañeros se nos han acercado y nos hacen las siguientes preguntas: ¿Qué es necesario conocer para trabajar en el mundo de la Economía de la Salud? ¿Cómo puede aportar un trabajador no economista al desarrollo de esta ciencia? ¿Por donde comenzar?
La Economía de la Salud tiene un enfoque multidisciplinario. En un grupo de consenso que recientemente se realizó en la ENSAP, se obtuvo como resultado que las personas que investigan, toman decisiones e imparten docencia en esta ciencia, deben hacer una integración de los principios básicos de las ciencias de la salud con las ciencias económicas. Determinados contenidos de la Economía de la Salud se desprenden paulatinamente del cuerpo conceptual de las ciencias económicas para desarrollar sus propios métodos en el campo de la salud. Por ejemplo, el enfoque costo-beneficio que surgió como un instrumento de estricto uso económico, adquiere una connotación especial en la toma de decisiones en salud.
La epidemiología, las estadísticas sanitarias y la salud pública en general, han aportado valiosos instrumentos de trabajo para la Economía de la Salud. Es preciso, además, profundizar en las interpretaciones de categorías de la economía, como son eficiencia, equidad, planificación, costos, contabilidad y evaluación económica, desde la perspectiva de las ciencias de la salud.
Tanto los no economistas, como los economistas son importantes en los equipos que trabajan Economía de la Salud. Sin su participación está demostrado que no se pueden adoptar decisiones correctas. Por ejemplo, toda evaluación económica debe realizarse por un equipo multidisciplinario, quienes deben trabajar de forma integrada, según el tema que se analice y las opciones que se evalúen.
Las vías para fomentar la cultura económica de los trabajadores y cuadros de la salud son variadas. Una recomendación para comenzar es el dominio de los elementos básicos para el control sistemático en sus propias instituciones de salud. Es preciso que, entre otras cuestiones, estén al tanto de cuales son los costos, que tengan conocimientos sobre la eficiencia de los medicamentos y su integración al cuadro básico y que manejen las herramientas esenciales para la planificación y para la fundamentación de las inversiones necesarias.
Es muy importante, además, que los trabajadores tengan dominio de la situación energética de su centro, del reglamento de la disciplina laboral y los convenios colectivos de trabajo, de los principios básicos de la seguridad y la protección, así como del análisis de los servicios básicos generales.
Un largo camino comienza por un solo paso, este "echar a andar" en el contexto de la salud pública cubana debe ser la preocupación de cada trabajador por eliminar los costos innecesarios y maximizar los resultados, en estrecha relación con la calidad del servicio brindado.
La situación actual de la Economía de la Salud en el país, es un preludio que anuncia el fuerte crecimiento que en el futuro va a experimentar esta ciencia, que ya constituye un interesante campo de especialización profesional. Su valor será evaluado en la medida en que hayamos contribuido a una mejora en la toma de decisiones dirigidas a mejorar la salud de la población.
Ana María Gálvez González