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Revista Cubana de Plantas Medicinales
versión On-line ISSN 1028-4796
Rev Cubana Plant Med v.11 n.3-4 Ciudad de la Habana jul.-dic. 2006
EDITORIAL
La utilización de las plantas medicinales en situaciones de desastres
Cada día se reportan desastres ocurridos en casi todas las partes del mundo ya sea provocados por fenómenos naturales, o causados por el hombre, se provocan situaciones de emergencias en las cuales se pierden numerosas vidas humanas.
El origen de la palabra desastre está en el provenzal antiguo donde significaba desgracia y del italiano disastro, con el mismo significado. El provenzal tiene también otros términos, malastre, para referirse a un hecho infortunado causado por la mala influencia de los astros. Esto es debido a que se tenía la creencia de que las posiciones relativas de los astros y estrellas tenían alguna influencia sobre la vida de las personas, de esto surgen numerosas palabras referentes a ideas sobre la suerte o el azar, como desastre. La palabra aparece registrada por primera vez en nuestra lengua en 1444, en el Laberinto de Fortuna, de Juan de Mena (1411-1456).
Existen numerosas definiciones de desastres, pero la más utilizada es la que lo define como el resultado de una ruptura ecológica importante, de la relación entre los humanos y su medio ambiente, un evento serio y súbito (o lento, como una sequía) de tal magnitud, que la comunidad golpeada necesita esfuerzos extraordinarios para hacerle frente, a menudo con ayuda externa o apoyo internacional.
En el caso de ocurrencia de un desastre, como es el caso de un sismo de gran intensidad, un accidente, fuego o la guerra, donde un gran número de heridos y afectados dependen de personal no profesional, quienes de forma voluntaria se ven obligados a actuar bajo condiciones de improvisación rápida, son muy importantes los conocimientos que la población reciba para el enfrentamiento a un hecho de esta magnitud.
El mayor de los desastres está relacionado con la guerra, pues la destrucción total o parcial de las instalaciones de salud ocasiona la interrupción de los servicios de salud a la población y se puede prolongar la llegada de medicamentos a los afectados. Los desastres pueden provocar situaciones anormales de trabajo en los servicios de salud como consecuencia de la interrupción del fluido eléctrico, contaminación del agua de consumo y de los alimentos, aislamiento de zonas por inundaciones, derrumbes de puentes e interrupción de vías de comunicación, etcétera.
De aquí surge la necesidad de que se tenga en cuenta la incorporación de conocimientos sobre la utilización de la medicina natural y tradicional y específicamente el uso de las plantas medicinales, en los programas de preparación de estudiantes de medicina y en los cursos de postgrado y diplomados para el personal de la salud que requieran brindar sus servicios médicos en cualquier parte del país afectado por un desastre natural o provocado por el hombre, o en cualquier lugar donde se requiera la presencia del personal de salud cubano.
El conocimiento y utilización de las plantas por las sociedades humanas tiene una larga trayectoria e interesante historia. Se reconoce que desde siempre las plantas han satisfecho diversas necesidades que incluyen tratamientos curativos, prácticas de higiene y embellecimiento y de manera especial en la recuperación y el mantenimiento de la salud.
En la sociedad actual son muchos los sectores sociales interesados en las plantas medicinales, entre ellos se cuentan desde quienes tienen un interés meramente pragmático hasta los estudiosos e investigadores de un alto nivel de especialización en los distintos ámbitos del conocimiento. Surge la etnobotánica, como una ciencia que aborda las relaciones históricas entre las sociedades humanas y el entorno vegetal bajo un enfoque de investigación multidisciplinaria.
Para marcar un momento crucial en el desarrollo de las investigaciones en el campo de las plantas medicinales debemos mencionar que en mayo de 1978, en Alma Atá se realizó un llamado internacional para que los sistemas de salud incorporasen las medicinas y terapias tradicionales, complementarias y alternativas, con eficacia científicamente demostrada.
En 1994 en la XXXI Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud, se adoptó una resolución en la que se solicitó al director general que examinara cómo la OMS podría promover la observancia y el mantenimiento de los conocimientos, tradiciones y remedios de los diferentes pueblos. Por una resolución se determinó el inicio de un gran programa mundial con el fin de evaluar y utilizar los conocimientos sobre las plantas medicinales y en general la medicina popular, como instrumentos para contrarrestar los graves problemas de salud a nivel mundial.
Han transcurrido casi 30 años, desde que en Cuba, en el año 1992, se creó la Comisión Nacional de Plantas Medicinales en el Ministerio de Salud Pública, que tiene entre sus objetivos la validación de las investigaciones relacionadas con la identificación de principios activos de las plantas y la utilización de estos en el plan nacional de producción de medicamentos.
Cuba respondió a esta convocatoria con un Programa que pronto se tradujo en un conjunto de objetivos estratégicos y acciones dirigidas a desarrollar estas técnicas y procedimientos que desde hace 8 años han quedado insertados definitivamente dentro del Sistema Nacional de Salud con el nombre de Medicina Tradicional y Natural (MTN ). En Cuba la MTN es una especialidad de perfil amplio que, en su aplicación, abarca métodos de promoción de salud, prevención de enfermedades, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de pacientes. También se creó oficialmente el Centro Nacional de Medicina Natural y Tradicional (CENAMENT). En la actualidad en todas las farmacias del país se encuentran en venta productos herbarios, nuestros especialistas de atención primaria recomiendan e indican a la población cómo se puede hacer uso de ellos ante determinadas enfermedades.
El Centro Latinoamericano de Medicina de Desastres (CLAMED), en su Comité Técnico Asesor ha incorporado especialistas del CENAMENT quienes participan en talleres diseñados para la preparación del personal de salud en las diferentes modalidades como cursos cortos, diplomados y Maestrías, así como en la preparación de materiales para la divulgación y enseñanza de las diferentes modalidades de la Medicina Natural y Tradicional que pueden ser empleadas ante una situación de desastre, ya sea provocada por fenómenos naturales o por el hombre.
A través de la comunicación social dirigida a los sectores más vulnerables ante situaciones de desastres, el CLAMED ha incorporado este tema de manera que la población infantil, desde las edades más tempranas, en la medida en que va desarrollando una cultura de prevención ante situaciones de desastres, también incorpora el conocimientos sobre las plantas medicinales que crecen en los lugares cercanos a la escuela o a su casa, la manera de ser utilizadas y para qué se pueden utilizar. Este tema también se aborda en la preparación de personas de la tercera edad, en la Cátedra del Adulto Mayor y en la formación familiar a través de los programas educativos. Las organizaciones de masas y políticas pueden lograr una mayor divulgación. Para esto se requiere de materiales didácticos para que la información que diseminen esté debidamente diseñada y revisada por un personal competente.
Sin duda alguna al personal de la salud a nivel comunitario, le corresponde de una manera más directa participar en estas actividades. Cuanta mayor sea la información con que cuente nuestra población, lograremos que el uso adecuado de las plantas medicinales, en situaciones normales o de desastres sea una valiosa herramienta para disminuir los efectos que sobre la salud, pudiera provocar una situación de desastre ante la carencia de algún medicamento.
Lic. Yraida Rodríguez Luis
Secretaria