Introducción
La propagación de epidemias ha sido frecuente en la historia de la humanidad. Ejemplos de ello se encuentran en la peste que devastó Europa en el siglo XIV, los brotes mortales de cólera en el siglo XIX, la epidemia de VIH/sida de los años 80 del pasado siglo, el virus del Ébola que se extendió desde África, la desastrosa propagación del Zika en Brasil.1-5
Los coronavirus son una familia de virus que normalmente afectan sólo a animales, aunque algunos tienen la capacidad de transmitirse a las personas. El SARS-CoV-2 es un nuevo tipo de coronavirus que se detectó en diciembre de 2019 en Wuhan, una ciudad de la provincia de Hubei en la República Popular China. Este virus produce la enfermedad infecciosa denominada COVID-19. El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la COVID-19 como pandemia. Además de su elevada morbilidad y mortalidad, las repercusiones económicas están siendo enormemente graves.6
Ante los retos que la actual pandemia del COVID-19 está planteando al mundo, sin lugar a dudas las condiciones de partida de las distintas sociedades, sus niveles de equidad social o desigualdades, la atención diferenciada a grupos sociales específicos como los niños y niñas, las juventudes, los adultos mayores o las mujeres y, muy en particular, las características y alcances de sus sistemas sanitarios, constituyen fortalezas o debilidades para hacerle frente con mayores o menores impactos y afectaciones. (1,6
La pandemia COVID-19 es una emergencia sanitaria a nivel global, en este contexto es necesario subrayar que niños, niñas y adolescentes es un grupo vulnerable, ellos están expuestos a los graves efectos físicos, emocionales y psicológicos producto del confinamiento prolongado.7
La cuarentena es una medida preventiva necesaria durante epidemias relacionadas con algunas enfermedades importantes, pero puede tener un impacto psicológico negativo amplio y sustancial en la población expuesta. Los trastornos que ha provocado en la sociedad tienen una profunda repercusión sobre los niños: sobre su seguridad, su bienestar y su futuro. La cooperación multilateral es la única forma de lograr que millones de niñas y niños (incluidos los que han debido abandonar sus hogares a causa de un conflicto, los que padecen una discapacidad y las niñas que están expuestas a diversos peligros) permanezcan sanos, protegidos y sigan recibiendo una educación.8
En solo semanas la población infanto-juvenil ha visto radicalmente transformada su vida cotidiana: cierre de colegios, escuelas y jardines infantiles; situaciones de estrés al interior de la familia por la incertidumbre laboral y económica; dificultades para acceder a plataformas de educación a distancia; prohibición de salir a la calle o jugar en plazas y parques. Todo eso se refleja en que sienten miedo a la infección por covid-19, comen más de lo habitual, temen dormir solos, lloran con facilidad y están más desganados y más tristes. Muchos expertos creen que este episodio generará estrés postraumático en muchos niños, como en las guerras mundiales.9
En nuestro país el programa frente a la COVID-19 está concebido con un enfoque generacional y de género. Procurar que los servicios en salud mental y apoyo psicosocial sean accesibles y se adapten adecuadamente a las necesidades específicas de niños, niñas y adolescentes es una prioridad de nuestro sistema de salud. Quienes prestan servicios de salud mental y apoyo psicosocial deben ser conscientes sobre los diferentes riesgos y experiencias, en razón del género, que enfrentan niñas y niños, así como los desafíos para la niñez con condiciones médicas preexistentes.6
Para enfrentar la cuarentena se generaron opciones educativas, culturales y recreativas que permitían un aprovechamiento sano del tiempo de confinamiento en el hogar, en particular para niños, niñas y adolescentes. Por su parte, dos canales de la televisión nacional ofrecieron una programación con tele clases organizadas por niveles de enseñanza, para mantener el ritmo del curso escolar, así como programas de preparación para el ingreso a la universidad.6
Las juventudes fueron convocadas a contribuir desde su preparación educacional y habilidades tecnológicas a desplegar iniciativas culturales y desarrollar aplicaciones informáticas que contribuyeron a un mayor aprovechamiento de los espacios virtuales y un uso sano y enriquecedor del tiempo en casa.9
En provincia de Granma a pesar de diagnosticar pocos casos de la enfermedad se tomó como estrategia el aislamiento social cumpliendo con indicaciones nacionales. Nuestros niños y adolescentes como parte de la población cubana se vieron afectados por el confinamiento. En consultas de Psiquiatría infantil se evidencio en la población Infanto- juvenil el incremento del temor a la enfermedad viral, el aburrimiento, manifestaciones emocionales, tales como miedo, frustración, enojo, ambivalencia, desorganización, aburrimiento, tristeza, sentimiento de soledad, sensación de encierro, ansiedad, conductas desafiantes entre otros.
En esta investigación nos planteamos como objetivo analizar las alteraciones psicológicas en niños y adolescentes durante el confinamiento social por COVID-19 que asistieron a consultas de Psiquiatría infantil pertenecientes al Policlínico Universitario René Vallejo Ortiz en el periodo de abril a junio de 2020.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo con el objetivo de analizar las alteraciones psicológicas en niños y adolescentes durante el confinamiento social por COVID-19 que asistieron a consultas de Psiquiatría infantil pertenecientes al Policlínico Universitario René Vallejo Ortiz en el periodo de abril a junio de 2020.
El universo quedo constituido por 73 pacientes que asistieron a consulta de Psiquiatría infantil del policlínico Universitario René Vallejo Ortiz en el periodo del 23 de abril al 30 de junio. La muestra estuvo representada por 33 pacientes que asistieron a nuestro servicio por presentar cuadros psicológicos agudos a partir del mes de haberse orientado el confinamiento social en nuestro país.
Se estudiaron variables como: edad, sexo, manifestaciones clínicas más frecuentes según edad y sexo, factores de riesgos asociados y funcionamiento familiar. Los datos se obtuvieron mediante las historias clínicas individuales, a las familias se le aplico el Test de Funcionamiento Familia FF-SIL. Se procesaron los datos y se incorporaron a una base de datos creada en el sistema Microsoft Excel. El cálculo se realizó a través del porciento.
Resultados
En la tabla 1, se muestra la distribución según edad y sexo de los pacientes que asistieron a consulta de Psiquiatría Infantil refiriendo síntomas luego de un mes de confinamiento social prevaleciendo las edades de 11 a 13 años en un 33,3 % y el sexo femenino con 18 pacientes representando el 54,5%.
Grupo de edades | Sexo | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Femenino | Masculino | ||||||
No | % | No | % | No | % | ||
5-7 años | 2 | 11,1 | 3 | 20 | 5 | 15,1 | |
8-10 años | 3 | 16,6 | 1 | 2,2 | 4 | 12,1 | |
11-13años | 7 | 38,8 | 4 | 26,6 | 11 | 33,3 | |
14-16 años | 3 | 16,6 | 5 | 33,3 | 8 | 24,2 | |
17-19 años | 3 | 16,6 | 2 | 13,3 | 5 | 15,1 | |
Total | 18 | 54,5 | 15 | 45,4 | 33 | 100 |
Fuente: Historias Clínicas.
La cuarentena tiene un impacto real en la salud mental de los niños. En nuestro estudio la hiperactividad, la ansiedad somatizada y la depresión fueron los síntomas más frecuentes en el sexo masculino mientras el miedo y el intento suicida prevalecieron en las féminas, (tabla 2).
Sexo | ||||
---|---|---|---|---|
Femenino | Masculino | |||
No | % | No | % | |
Hiperactividad | 5 | 27,7 | 9 | 60 |
Ansiedad somatizada | 8 | 44,4 | 8 | 53,3 |
Depresión | 5 | 27,7 | 7 | 46,6 |
Miedos | 9 | 50 | 5 | 27,7 |
Trastornos del comportamiento | 3 | 16,6 | 4 | 26,6 |
Trastornos del sueño | 4 | 22,2 | 6 | 40 |
Intentos suicidas | 2 | 11,1 | 1 | 6,6 |
Fuente: Historias Clínicas.
No todos los pacientes experimentarán la misma tensión, pues depende de la edad y de su experiencia antes del encierro. En la tabla 3, se aprecia la hiperactividad en las edades de 5 a 7 años, la ansiedad somatizada en las edades de 8 a 10 años y 17 a 19 años, así como el miedo en los adolescentes de 11 a 13 años y 14 a 16 años.
Manifestaciones clínicas más frecuentes | Edades | ||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
5-7años | 8-10 años | 11-13 años | 14-16 años | 17-19 años | |||||||
No | % | No | % | No | % | No | % | No | % | ||
Hiperactividad | 5 | 15,1 | 3 | 9,0 | 2 | 6,0 | 2 | 6,0 | 1 | 3,0 | |
Ansiedad somatizada | 3 | 9,0 | 4 | 12,1 | 5 | 15,1 | 4 | 12,1 | 3 | 9,0 | |
Depresión | 1 | 3,0 | 1 | 3,0 | 3 | 9,0 | 3 | 9,0 | 2 | 6,0 | |
Miedos | 4 | 12,1 | 3 | 9,0 | 7 | 21,2 | 4 | 12,1 | 2 | 6,0 | |
Trastornos del comportamiento | 1 | 3,0 | 3 | 9,0 | 2 | 6,0 | 2 | 6,0 | 1 | 3,0 | |
Trastornos del sueño | 4 | 12,1 | 2 | 6,0 | 4 | 12,1 | 3 | 9,0 | 2 | 6,0 | |
Intentos suicidas | - | - | - | - | - | - | 2 | 6,0 | 1 | 3,0 |
Fuente: Historias Clínicas.
Los modelos de vulnerabilidad psicopatológica indican que existen sujetos que presentan más riesgo de padecer una afectación al margen de la situación actual y por extensión ante el estado de alarma de la COVID-19. Entre los factores de riesgo en el estudio se encontraron los antecedentes patológicos familiares de enfermedades psiquiátricas con 24,2 % seguido del 21,1 % de los antecedentes personales de trastornos psicológicos, (tabla 4).
Factores de riesgo | # | % |
---|---|---|
Antecedentes personales de Trastornos Psicológicos. | 7 | 21, l |
Situación conflictiva actual (Duelo, hogar roto recientemente, pérdidas, fracasos escolares, etcétera). | 4 | 12,2 |
Discapacidades intelectuales. | 3 | 9,0 |
Violencia en el hogar | 6 | 18,1 |
Trastorno del aprendizaje | 4 | 12,2 |
Consumo de sustancias(alcohol y otras drogas) | 3 | 9,0 |
Antecedentes personales de conducta suicida | 1 | 3,0 |
Antecedentes familiares de Trastornos psiquiátricos | 8 | 24,2 |
Fuente: Historias clínicas.
Para el afrontamiento de las situaciones de crisis el ámbito psicológico familiar es muy importante. Teniendo en cuenta su funcionamiento será la adecuada respuesta adaptativa de todos sus miembros. En nuestro estudio las familias disfuncionales prevalecieron en un 66, 6 %, (tabla 5).
Discusión
El confinamiento en el hogar es una situación sin precedentes recientes en nuestro país, y es previsible que tenga un importante impacto en el bienestar físico y psicológico. La paralización de la actividad económica, el cierre de centros educativos y el confinamiento de toda la población durante semanas ha supuesto una situación extraordinaria y con múltiples estímulos generadores de estrés.
Durante el confinamiento, los dos factores que más afectan al bienestar físico y psicológico son la pérdida de hábitos y rutinas y el estrés psicosocial. La interrupción de hábitos durante el confinamiento y la instauración de otros poco saludables (malos hábitos alimenticios, patrones de sueño irregulares, sedentarismo y mayor uso de las pantallas) pueden derivar en problemas físicos. 10
La cuarentena es una medida preventiva necesaria durante epidemias relacionadas con algunas enfermedades importantes, pero puede tener un impacto psicológico negativo amplio y sustancial en la población expuesta. Las personas se encuentran en cuarentena en su hogar, se pueden apreciar dos formas de reacciones de estas personas, por un lado, unas pueden sacar lo mejor de sí mismos y otro pueden presentar estrés, agobio y otros desordenes psicológicos. En estudio realizado de The Lancet sobre los efectos psicológicos observados en las cuarentenas identifico las edades de la adolescencia y el género femenino como los más afectados. Aunque en nuestro estudio se observa un ligero predominio del sexo femenino, no se encontraron diferencias significativas en relación al sexo como un factor relacionado con los estados afectivos emocionales estudiados. (8
Las reacciones al estrés pandémico adoptan manifestaciones tan diversas como miedo o ansiedad, que pueden convertirse en excesivos, reacciones de tristeza o aburrimiento, que pueden llevar a manifestar síntomas depresivos, reacciones de duelo complicadas, mayor propensión a desarrollar comportamientos adictivos y complicaciones de alteraciones psicopatológicas previas, tales como cuadros afectivos, de ansiedad o psicóticos. Además, un pequeño sector de la población desarrollará posteriormente cuadros de ansiedad, alteración del estado de ánimo y trastorno por estrés postraumático. Aunque los periodos de confinamiento relacionados con epidemias han sido vinculados con impactos negativos en la salud mental en adultos (mayor riesgo de trastornos emocionales, síntomas depresivos, irritabilidad, estrés), la evidencia disponible en niños es anecdótica y los estudios son limitados en conclusiones. 9
En nuestra investigación se encontró una alta relación de la variable antecedente de trastornos psicológicos con la hiperactividad, la ansiedad y la depresión. Estos estados suelen ser más frecuentes en sujetos con antecedentes personales y familiares de trastornos mentales. Los pacientes psiquiátricos son más propensos a desarrollar recurrencias o deterioro de los signos y síntomas pre-existentes, estos pacientes también son más vulnerables a la cuarentena y al aislamiento. 7-9
Estudios realizados por Cindy H. Liu y colaboradores en Boston, Estados Unidos, encontró que, al menos uno de cada tres adultos jóvenes, reportaron tener niveles elevados de depresión (43,3 %), ansiedad (45,4 %) y trastorno por estrés postraumático (TEPT), 31,8 %.11
Los niveles severos y muy severos de depresión, ansiedad y estrés no se presentaron de forma excesiva en la población estudiada y los valores encontrados guardan semejanza a las reportadas en otras investigaciones
Nuestro estudio coincide con una encuesta realizada por psicólogos de la Universidad Miguel Hernández de Elche, España, concluyó que nueve de cada diez niños en el país ibérico se vieron afectados psicológicamente después de más de un mes de confinamiento. Todo eso se reflejó en comer más de lo habitual, temer dormir solos, llorar con facilidad y estar más desganados y más tristes. En otros estudios se reportó síntomas de trastornos psicológicos, enojo y ansiedad inclusive varios meses después de culminado la cuarentena.12,13
Los niveles severos y muy severos de depresión, ansiedad y estrés no se presentaron de forma excesiva en la población estudiada y los valores encontrados guardan semejanza a las reportadas en otras investigaciones. 14
Los modelos de vulnerabilidad psicopatológica indican que existen sujetos que presentan más riesgo de padecer una afectación al margen de la situación actual y por extensión ante el estado de alarma de la COVID-19.
La experta en salud mental de la OMS Aiysha Mali, declara entre los grupos más vulnerables a los niños, sobre todo en hogares donde existen problemas de convivencia familiar donde esta presenta la violencia entre sus miembros.15
El sistema familiar se torna imprescindible para afrontar el confinamiento, toda vez que el contacto con otras personas (compañeros de colegio, trabajo, universidad, vecinos, amigos y otros familiares) se ve drásticamente interrumpido. La organización social, el trabajo, la escuela, la cultura, el ocio, el contacto con la naturaleza, los amigos… pasan a formar parte de la realidad cognitiva y virtual de los individuos, recobrando presencia, de forma intensiva, el grupo familiar. 16
En la investigación se evidenció en las familias una afectación general en el cumplimiento de la función educativa, con dificultades en el cumplimiento de la función económica que repercuten directamente en la crianza y socialización de los hijos, así como una comunicación afectada y estilos educativos autoritarios e inconsistentes, asociados al reconocimiento y criticidad (únicamente de las madres) sobre el uso de métodos coercitivos con intención sancionadora más que educativa en las rutinas del hogar- Como otra generalidad de los casos estudiados se constató la poca permeabilidad del grupo familiar.
A pesar de los resultados de nuestra investigación es necesario destacar que en la pandemia por COVID- 19,el aprendizaje de las familias cubanas en general se vio enriquecido al comprobar la capacidad de afrontamiento y reajuste de valores: pensar en el otro, mostrar agradecimiento, el dar y recibir, comprobar la generosidad del ser humano, el altruismo y participar conjuntamente en el logro del bienestar común así como la disciplina en el cumplimiento de las medidas implementadas por el estado revolucionario.