Introducción
Las universidades médicas en Cuba, en correspondencia con las demandas sociales de los servicios de salud, se encuentran enfrascadas en una revisión profunda de los programas de formación y superación de los profesionales. En este contexto, la calidad en la formación de los enfermeros ha sido preocupación de las autoridades del Ministerio de Salud Pública y de la Educación Médica en relación con el desempeño en sus servicios, los que exigen de una práctica competente en el ejercicio de la profesión.
A escala mundial, el progreso científico-tecnológico en el ámbito de la salud genera nuevas demandas de las profesiones hacia las universidades. Al respecto, Luengo y Sanhueza1 señalan que la atención de enfermería constituye un verdadero reto en un mundo globalizado, pero difiere según el desarrollo sociocultural, político y económico de cada país y región. Otros autores reiteran la necesidad de que estos profesionales sean capaces de enfrentar los desafíos de estos tiempos y que la superación sea un asunto constante.2
Por otra parte, la formación del profesional de enfermería en Cuba tuvo sus inicios en la primera escuela práctica “Nuestra Señora de las Mercedes”, durante la intervención americana en 1899. A partir de 1959, ha sido objeto de un proceso sostenido de cambios en las universidades de ciencias médicas, desde su inicio en 1976, para enfermeros en ejercicio, hasta que se extendió en 1987 a egresados de los preuniversitarios sin estudios previos de enfermería.3
En las últimas décadas se evidencia un movimiento de fortalecimiento de la superación en enfermería, reconocido a través de la Organización Mundial de la Salud, que otorga un carácter estratégico a sus acciones. Este escenario permitió la aparición de las formas de posgrado en enfermería en diferentes países en vías de desarrollo, que propició profesionales preparados, creativos, críticos y con los conocimientos actuales para desenvolverse en el escenario globalizado y competitivo que se presenta en la actualidad.4
En concordancia con lo anterior, Martínez5 confirma la necesidad de las diferentes formas de educación de posgrado de los profesionales de enfermería, teniendo en cuenta el progreso científico-técnico; también define los estudios de posgrado como el proceso de formación que proporciona a los graduados universitarios un dominio profundo del método científico y conocimientos avanzados en el campo del saber, con un enfoque multiprofesional, lo que permite mayor comprensión, interpretación y solución de los problemas relacionados con su actividad. Por su parte, Salas et al (6, consideran que la formación permanente y la actualización sistemática conllevan al perfeccionamiento del desempeño y al enriquecimiento del acervo científico-técnico, de manera que la superación profesional se desarrolla a través de un conjunto de formas organizativas que complementan y posibilitan el estudio y divulgación de los avances sociales, científicos y tecnológicos que acreditan una materia determinada.
En relación con esto último, Barco et al7 consideran que el carácter permanente de la educación de posgrado está dado por la imperiosa necesidad de profundizar en los conocimientos que actualmente se convierten en obsoletos con mucha rapidez. Otros autores lo consideran un proceso complejo de sistematización de los conocimientos ligados con la actividad laboral.8,9
Desarrollo
La superación de los profesionales es un proceso gradual que ocurre a lo largo de toda la vida y a través de ella se desarrollan aprendizajes significativos que no solo son válidos para el ejercicio de una actividad profesional o laboral, sino también para la vida social, familiar, civil e incluso, para la cotidianidad de las personas; todo lo cual exige la vinculación armónica de la preparación y superación con el trabajo.10)
González García,11 en su tesis doctoral efectuada en 2017 reconoce que la superación profesional es el conjunto de acciones de carácter educativo, vinculadas con la actualización de conocimientos, el desarrollo de habilidades profesionales y la formación de valores en el área de la pedagogía y de la enfermería, en correspondencia con la identificación de los problemas profesionales.
En ese mismo año, Lescaille Elías,12 demostró que la superación profesional es aplicable a todas las áreas del saber y que toda actividad humana es perfectible, sobre el sustento de la necesaria actualización del conocimiento para asumir las transformaciones y avances tecnológicos en aras del bienestar social, mediante el mejoramiento del desempeño profesional. En tanto, otros autores13,14) distinguen como aspecto frecuente que la superación profesional se concibe para proporcionar niveles de conocimiento, habilidades, hábitos, sentimientos, actitudes, capacidades, valores y conductas de forma sistemática y continua; también resalta en sus textos las alternativas que proporciona para el continuo mejoramiento profesional y humano de los recursos laborales, independientemente del sector que ocupa.
La superación debe corresponderse con el contexto y parte del análisis de la situación real en que se dan los problemas profesionales, donde el profesional de enfermería reconozca de forma objetiva sus necesidades y potencialidades.
Según se señala,11 un elemento distintivo de la superación profesional es la educación en el trabajo como forma de organización de la enseñanza, la cual no solo propicia la adquisición de las habilidades profesionales, sino también desarrolla otras cualidades humanas para el ejercicio en cuestión.
La educación médica tiene como objeto la formación y desarrollo de los sujetos que participan en la educación en el trabajo.15 Esta modalidad es el principio rector de los procesos de formación y desarrollo de los recursos humanos e incluye los diversos escenarios y niveles de profesionalización del área asistencial que participan en el acto educativo. Es por ello que las ciencias de la educación médica hacen un llamado a contextualizar los componentes de la didáctica a la realidad de esta educación en el trabajo.
Se entiende por educación en el trabajo a la formación y educación de los estudiantes, especialmente en el área clínico-epidemiológica, a partir de la práctica médica y el trabajo médico-social como fuente de aprendizaje y educación, complementada con actividades de estudio que sean congruentes con esa práctica para la comprensión total de la sociedad, la filosofía que la sustenta y de su profesión o especialidad médica.16
La educación en el trabajo ha estado presente en el enfoque interdisciplinario y transdisciplinario de los planes de estudio de la educación médica como principio rector de la enseñanza,17) lo cual se concreta en los escenarios de la educación en el trabajo y opera en la preparación de los profesionales en el contexto de la educación médica;18 sin embargo, este enfoque requiere mayor presencia en los programas de desarrollo de las formas organizativas de la superación profesional.
Según refieren Martínez et al,19 la superación profesional en enfermería no solo se basa en la adquisición de los conocimientos y las habilidades propias, pues también tiene en cuenta el componente axiológico; asimismo, estos autores fundamentan que el personal de enfermería requiere concientizar la necesidad de la formación que se les ofrece para desarrollar los niveles de autorregulación y comprometimiento con lo aprendido, en función de la calidad de vida de las personas.
Otros estudios demuestran que en Cuba los profesionales de enfermería asumen toda variante de superación profesional, que abarca los niveles capacitantes que permiten transitar hacia la consolidación de la enfermería como ciencia, medido por un profesional comprometido, con alta calificación y cualidades humanas, cuyo ejercicio de la profesión impacte en la calidad de la salud de la población.20
Por su parte, Medina et al,21) definen la superación profesional en enfermería como el conjunto de acciones a realizar por los dichos profesionales, con un enfoque de sistema, encaminadas a la actualización y perfeccionamiento de sus conocimientos en el desarrollo de habilidades profesionales, para que, al satisfacer las necesidades de sus pacientes y el desarrollo de habilidades profesionales en sus estudiantes, se logre el mejoramiento profesional y humano.
Los referentes relacionados con la superación del profesional de enfermería y otros de carácter general deben ser analizados por la relación con la actualización, la adquisición de conocimientos, la formación de valores y mejoramiento profesional y humano, para satisfacer así las demandas sociales en los diversos escenarios de actuación profesional. Estos guardan relación con el proceso de superación de los profesionales de enfermería en las UCIN, pero en su cuerpo no contienen elementos distintivos para la atención al neonato crítico.
Por lo planteado anteriormente y como resultado de la sistematización realizada la autora define la superación profesional en la atención de enfermería al neonato crítico como un proceso complejo que articula las diferentes formas organizativas de dicha superación para dinamizar el progreso al saber hacer y ser oportuno, que transita a través de los problemas y potencialidades identificados, a partir de los cambios expresados por el desarrollo científico-técnico y la situación de salud neonatal, al tener en cuenta una actuación profesional, que se contextualiza en las demandas de atención del neonato crítico.
El Viceministerio de Docencia Médica en Cuba ha reconocido las brechas de la superación profesional y en la instrucción No.1/2018, adjunto a la Resolución de Posgrado expresa que dicha superación se extiende a capacitaciones de diversas temáticas, sin una identificación precedente de necesidades de aprendizaje, y que las formas organizativas de la superación profesional han carecido de estructura metodológica para su desarrollo.22,23
Existen suficientes estudios que corroboran que para el logro de una atención integral a los neonatos críticos, los equipos de salud deben estar debidamente actualizados y las acciones han de corresponderse con las exigencias de cada contexto.24,25)
En ese sentido se plantea que la superación de los profesionales de enfermería en las UCIN, no se articula con el desarrollo vertiginoso de la profesión ante los acelerados cambios científico-tecnológicos, que precisan las particularidades de la atención al neonato crítico, según las demandas sociales. Esta superación supone el perfeccionamiento de la actuación profesional y los componentes axiológicos para el desarrollo de la enfermería como ciencia y su repercusión en la calidad de dicha atención.
La superación profesional en enfermería, particularmente en aquellas especialidades que requieren modos de actuación individualizados, como es la atención del neonato crítico en las UCIN, posee sucesos históricos asociados con su desarrollo.
En ese sentido, el avance científico-tecnológico que impone la transformación histórica del sujeto en el entorno que se desarrolla, deviene en la superación de profesionales capaces de responder a problemas de salud en servicios especiales.
En la actualidad, con el desarrollo científico-tecnológico, las UCIN muestran un avance vertiginoso, lo que demanda cada vez más la superación de los profesionales de enfermería para asumirlo conscientemente, a fin de favorecer sus necesidades y aprovechar las potencialidades para hacer efectivas las acciones relacionadas con la calidad de la atención al neonato crítico en estas unidades.
Resulta válido el análisis de la evolución histórica de la superación profesional, lo cual contribuye a la comprensión del estado actual en lo epistemológico y lo praxiológico. En el referido proceso de evolución histórica se identifican 3 hitos que marcan el desarrollo de las etapas. A continuación se muestran las características fundamentales de cada una de ellas.
Primera etapa (1970-1989). Surgimiento de los cursos posbásicos de especialización en Neonatología
En la década del 60, dado el carácter politécnico de la enseñanza de la enfermería en todo el país, se crean los institutos de la salud, donde se inician nuevas especialidades y cursos para responder a la necesidad del perfeccionamiento de los recursos humanos. De ahí que se impartieran cursos prácticos como forma de capacitación intensiva, dirigidos a pediatras, neonatólogos y personal de enfermería, así como cursos posbásicos en Neonatología para enfermeros graduados del nivel técnico, que los titulara para trabajar en los servicios de Neonatología.26,27
En esta etapa, no se había extendido en Cuba la formación universitaria en enfermería, que respondiera a las demandas de los servicios, pues el mayor número de trabajadores en plantilla, en los diferentes niveles de atención, estaba dotada de enfermeros con calificación técnica. De esta forma, los cursos posbásicos era la única forma que los certificaba para asumir el trabajo con los neonatos, incluyendo los que transitaban por diferentes estadios de gravedad.28)
La formación de los cursos identifica a los enfermeros con mayor reconocimiento profesional para el trabajo con el neonato crítico. En estas unidades, y dentro del sistema de salud actual, sus logros trascienden hoy día en los servicios y tienen altos niveles de prioridad para trabajar en las UCIN.
A partir de esa formación de profesionales y su consecuente incorporación a los servicios, comienza a reconocerse que los estudios de posgrado en enfermería constituyen una de las formas de fortalecer la preparación permanente y continua, a fin de contribuir, entre otros aspectos, a liberar la profesión del estigma de carrera terminal.29
En resumen, en esta etapa el desarrollo de los cursos posbásicos resaltó la importancia de la superación para el trabajo con el neonato y avizoró nuevas formas de superación como respuesta a las necesidades de aprendizaje y a las demandas sociales, en correspondencia con las exigencias de las UCIN.
Segunda etapa (1990-2003). Surgimiento de los diplomados en Neonatología en las universidades de ciencias médicas
A partir de 1990, el número de egresados de la educación médica como licenciados en Enfermería a lo largo del país era creciente, cuya formación académica les permitió trabajar en servicios especiales, entre ellos las UCIN.
La superación profesional estuvo marcada por los diplomados como forma organizativa de la superación profesional, asumida y extendida en las universidades médicas del país, donde se insertó el personal de enfermería.30
Esta etapa constituyó un importante reto, pues se logró la inserción de los enfermeros en la formación especializada de posgrado académico y en la superación profesional, en aras de satisfacer las necesidades de aprendizaje en los servicios clínico-quirúrgicos donde se incluye las UCIN.31
Asimismo, Cuba fue propuesta como centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el área de docencia en enfermería para la superación de posgrado, pero no fue aceptada porque los profesores de esta especialidad poseían el mismo nivel académico que se otorgaba a los egresados y estas organizaciones exigían títulos de formación académica.32,33
Los sucesos anteriores condujeron a considerar la especialidad de posgrado académico para los licenciados en Enfermería a partir de 1996, el cual fue factible para desarrollar modos de actuación en correspondencia con las necesidades del desarrollo económico, social y cultural del país. Estudios realizados en esta etapa fundamentan que en esta especialidad se adquieren y/o perfeccionan las competencias profesionales específicas para su desempeño óptimo.34,35
El análisis de esta etapa reveló el avance en las formas de superación profesional, pero aún no es suficiente para satisfacer las exigencias que demanda la atención al neonato crítico en las UCIN.
Tercera etapa (2004-2018). Desarrollo de la superación y la formación académica en enfermería
En esta etapa, se continuó realizando la superación profesional de los enfermeros para trabajar en las UCIN, a través de los diplomados, y como necesidad sentida por los profesionales de enfermería durante años, se concretó entonces, como respuesta al encargo social de etapas anteriores, la formación académica de los especialistas de primer grado en Enfermería Materno- Infantil, con vistas a mejorar el desempeño profesional, la cual se incluye como vertiente de la formación académica.36,37
Esta especialidad combinó la labor asistencial con la formación del especialista. Se realizó mediante la práctica diaria en el servicio, con la adquisición de responsabilidades docentes y asistenciales, donde, de manera consustancial, transcurrió la actividad investigativa para los contenidos de neonatología.
Lemus et al36 destacan como logros palpables de la especialidad mencionada, la competencia y la calidad de los servicios en el Sistema Nacional de Salud, que atiende las exigencias propias de la educación médica y la necesidad identificada en el plan de estudio de la licenciatura en enfermería (insuficiencias para el desempeño de este profesional en áreas de la enfermería materno-infantil). Resalta, además, que el perfil de neonatología fue el de mayor calidad de la promoción.
Desde 2010, esta especialidad no se incluye en los planes de plazas de las universidades de ciencias médicas del país para los profesionales de enfermería.
A partir de enero de 2008, entraron en vigor las regulaciones de la práctica de enfermería en todos los niveles del sistema nacional de salud, como anexo a la Resolución Ministerial 396/07.37) Esta Resolución establece las funciones de los especialistas, teniendo en cuenta los diseños curriculares, lo cual se sometió a la consideración de los grupos nacionales del Ministerio de Salud Pública. Este proceso no aparece referenciado como resultado de una investigación científica, suele verse como un proceso administrativo; asimismo, se constató que el currículo no estaba diseñado sobre la base de las competencias y no existían documentos que las reflejaran.37
En 2011, algunos autores19 indagaron sobre la superación de los profesionales de enfermería en las áreas de atención clínico-quirúrgica e identificaron las regularidades para la superación de este personal en Cuba, apreciadas en el contexto de las UCIN y relacionadas con las medidas de contingencia del programa de atención materno- infantil.
Estas medidas generalmente están sujetas a las apremiantes acciones ejecutivas que se indican, desde una óptica administrativa, con el propósito de disminuir los índices de morbilidad y mortalidad infantil en el país. Su carácter generalizador no permite que sean contextualizadas.38
Cuando la superación profesional no se corresponde con los problemas reales de cada servicio, trae consigo la desmotivación e improductividad de las acciones.
Estos referentes posibilitan establecer una contradicción entre la existencia de estructuras de posgrado en la educación médica, en correspondencia con las demandas sociales y las exigencias del Sistema Nacional de Salud y el insuficiente desarrollo de una superación profesional en enfermería, que propicie el desarrollo de competencias profesionales específicas en la atención de enfermería al neonato crítico en las UCIN.
En el análisis histórico realizado, ninguna de las etapas descritas muestra una secuencia lógica que articule y dinamice la superación para los profesionales que brindan atención al neonato crítico en las UCIN. En sentido general, la caracterización reveló como tendencias históricas de la superación del profesional de enfermería para la atención al neonato crítico las regularidades siguientes:
Las formas organizativas de la superación realizadas en cada una de las etapas declaradas y el nivel de desarrollo alcanzado por los profesionales, les permitió laborar en las unidades de cuidados intensivos neonatales.
Las competencias específicas del profesional de enfermería para la atención al neonato crítico no habían sido identificadas y, con ello, la superación de posgrado no logró una dinámica que permitiera brindar una atención integral al neonato crítico en las UCIN.
Estas tendencias condujeron a esta autora39,40,41 a indagar en la superación del profesional de enfermería e identificar las competencias profesionales específicas en la atención al neonato crítico.
Conclusiones
El estudio presentado constituye un elemento que permite la comprensión del origen, desarrollo y actualidad del proceso de superación para la atención al neonato crítico y apunta hacia la necesidad de mejorar las acciones para elevar el proceso de superación de los profesionales de enfermería en las UCIN. Este proceso debe desarrollarse con un carácter transformador, que integre y potencie los aportes que desde la educación médica pueden realizarse para el perfeccionamiento de la actuación, la satisfacción individual y social en aras de mejorar la calidad de vida de los neonatos críticos, como respuesta al encargo social que concierne al profesional de enfermería en estas unidades.