Introducción
El cáncer de piel es la neoplasia maligna más común a nivel mundial y su incidencia ha aumentado en las últimas décadas. En Estados Unidos se registran anualmente más de dos millones de pacientes con este tipo de cáncer.1) Se divide en 2 grandes grupos: melanoma y no melanoma. En este último se encuentran el carcinoma basocelular (CBC) y el espinocelular (CEC), que son los tumores malignos más frecuentes a escala mundial, además de otros poco comunes como los linfomas cutáneos y los tumores malignos de anexos o de células de Merkel.2,3)
Se estima que entre las neoplasias de la piel no melanoma en Brasil cerca de 70 % corresponde al carcinoma basocelular y 25 % al espinocelular.4) Se asegura que hay un importante subregistro de estos tumores, ya que en los registros nacionales de cáncer a menudo solo se incluye el melanoma, a pesar de que la incidencia del cáncer de piel no melanoma es de 18-20 veces mayor que el melanoma maligno.
El CBC representa dos tercios del número total de cáncer de piel en Europa y se localiza en áreas de la piel que contienen folículos pilosos. Entre los principales factores de riesgo para su aparición figuran la fotoexposición solar, la edad y el fototipo de piel (pieles claras). Histológicamente están compuestos por células tumorales epitelioides basalioides, acompañadas de un estroma fibromixoide variable, que pueden mostrar diferentes patrones de crecimiento;5asimismo, se le considera el tumor de mayor incidencia, aunque es el menos invasivo.6
Clínicamente se caracteriza por la presencia de pápulas perladas con telangiectasias, capacidad de ulceración y sangrado, como una herida que no cicatriza. Afecta regiones de la cabeza y el cuello aproximadamente en 70 % de quienes la padecen; asimismo, 26 % se localiza en la nariz, aunque también puede aparecer en el tronco (15 %), pero en las manos y los genitales ocurre de forma esporádica. Cuando un CBC no se diagnostica a tiempo puede tornarse invasivo y destructivo.7,8)
Existen distintas variantes clínicas de presentación del CBC, entre las que se encuentran las siguientes:
Nodular: Es la forma más común, abarca hasta 60 % de los carcinomas basocelulares. Generalmente se presenta como una lesión solitaria, rosada, perlada, con telangiectasias y de bordes definidos. Si se ulcera se considera nódulo ulcerativo.
Superficial: Representa aproximadamente 30 % y se observa como una placa eritematosa poco indurada, con predominio en el tronco. Puede confundirse con tiña o eccema.
Morfeiforme o esclerosante: Lesión aplanada o ligeramente elevada, de coloración blanco-amarillenta o rosada e indurada, similar a una cicatriz. Presenta alta incidencia de márgenes positivos tras la escisión y se considera el subtipo más agresivo.
Otras: En menor porcentaje se encuentran las formas micro nodulares, infiltrativa y basoescamosa, consideradas variantes invasivas y con alta tasa de recurrencia.9
No existe una lesión precursora universal; sin embargo, el nevo sebáceo de Jadassohn puede presentarse en 15 % de los casos un CBC en su superficie. Este último tiende a invadir tejidos profundos a través de vías de menor resistencia como el periostio, el pericondrio y la fascia o placa tarsal. La invasión a hueso, cartílago y músculo es poco usual y menos de 0,5 % hacen metástasis a ganglios linfáticos, pulmón o hueso. Estos se relacionan con lesiones profundas y variantes agresivas como el basoescamoso y la supervivencia es inferior a los 10 meses.10
Por su parte, el carcinoma escamocelular es un tipo de cáncer de piel que se origina por una proliferación anormal de los queratinocitos en la epidermis. Es la segunda neoplasia más frecuente de cáncer cutáneo no melanoma, con una incidencia de 20 % en la población en general,11) debido fundamentalmente al crecimiento en la expectativa de vida, a mayor exposición solar, al uso de cámaras bronceadoras y al mejoramiento en la detección de este tipo de tumor.
En Estados Unidos se estiman entre 200 000 y 400 000 casos nuevos cada año; mientras que en Colombia, la incidencia de cáncer de piel aumentó de 23 casos por 100 000 habitantes en 2003 a 41 en 2007; de ellos, 25 % fueron carcinomas escamocelulares.12
En Cuba la incidencia de cáncer de piel en la población masculina mayores de 20 años es de 5 279, para una tasa de 124,3 por 100 000 habitantes; en la población femenina, de 4 482 para una tasa de 104,0 por 100 000 habitantes.13
En el Hospital Clinicoquirúrgico Docente Joaquín Castillo Duany anualmente se diagnostican 20 pacientes con carcinomas cutáneos no melanomas y en los últimos años la cifra se ha ido incrementando cada vez más, razón por la cual los autores realizaron la presente investigación con el objetivo de caracterizar a los pacientes con tumores cutáneos no melanoma atendidos en este centro hospitalario.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y transversal de 87 pacientes con tumores cutáneos no melanoma, atendidos en el Servicio de Dermatología del Hospital Clinicoquirúrgico Docente Dr. Joaquín Castillo Duany de Santiago de Cuba, desde enero de 2012 hasta igual mes de 2014 con el objetivo de caracterizarles según variables clínicas y epidemiológicas de interés para la investigación.
Para ello se identificaron en el sistema de historias clínicas los pacientes con diagnóstico confirmado de carcinoma basocelular y espinocelular. Como medida de resumen para variables cuantitativas se utilizó la media y para las cualitativas, la frecuencia absoluta y relativa.
Resultados
En la serie (tabla 1) predominaron el carcinoma basocelular (60,0 %), el sexo masculino (71,0 %), sin diferencias significativas entre ambos tumores, así como los grupos etarios de 60-69 y de 50-59 años (31 y 16 %, respectivamente); asimismo, la mayoría de los afectados fueron los de piel blanca, tanto con carcinoma basocelular (49,0 %) como espinocelular (34,0 %).
En cuanto a la ocupación (tabla 2) los pacientes con cáncer de piel no melanoma fueron mayormente los albañiles (24,1 %) y los agricultores (20,6 %) para el carcinoma basocelular y los que desempeñaban estas mismas labores para el espinocelular, pero en orden inverso, (17,2 y 12,6 %, respectivamente).
En la tabla 3 se muestra que la cabeza fue la región topográfica más afectada tanto por carcinoma basocelular (39,0 %) como por el espinocelular (21,0 %) y entre las zonas mayormente dañadas (tabla 4) figuraron la frente (35,0 %) y la nariz (25,0 %).
Por otra parte, en la tabla 5 se observa que la forma morfológica predominante fue la nodular para ambos tipos (31,0 y 24,0 %, para el primero y el segundo, respectivamente).
Discusión
En la presente casuística se observó mayor incidencia del carcinoma basocelular en relación al espinocelular; hallazgo que concuerda con lo publicado por McCusker et al (14) en su estudio.
Carmone y Rodelo15) refieren que el carcinoma espinocelular es más común en hombres que en mujeres con una proporción de 3:1 y que su incidencia aumenta con la edad; mientras que Benedetti16) coincide con ello al referir que la proporción hombre-mujer es de 2 a 3:1.
En cuanto a la edad, se observó mayor incidencia del carcinoma espinocelular en los mayores de 50 años y del basocelular en los de 60. Al respecto, Tama Viteri17) plantea que la principal causa es la radiación solar acumulada, aunque existen otros factores que pueden dañar la piel como las heridas, las inflamaciones crónicas, las enfermedades cutáneas, las cicatrices y quemaduras, las radiaciones ionizantes, así como el contacto con sustancias cancerígenas como el arsénico y el alquitrán.
El predominio de los afectados de piel blanca en esta serie (84,0 %) tanto con carcinoma basocelular como espinocelular es similar a lo descrito por Dias e Inácio,(4 ) quienes obtuvieron 89,2 %. De ese total 69,3 % eran mujeres y 20,9 % hombres.
La alta incidencia de pacientes de piel blanca con este tipo de cáncer coincide con el criterio aceptado universalmente de que estos tienen menor concentración de melanina en la piel, que es la encargada de proteger contra la penetración de las radiaciones ultravioletas, principal agente causal de la enfermedad.
En cuanto a la ocupación, sobresalieron los albañiles y agricultores para ambos tipos de tumores, lo que supone una relación directa entre el cáncer de piel y la exposición a las radiaciones ultravioletas.
Por su parte, las zonas mayormente expuestas a dichas radiaciones son las más afectadas cuando de cáncer de piel no melanoma se trata, tal y como ocurrió en el presente estudio, donde la mayoría de las lesiones fueron en la cabeza, preferentemente en la frente y la nariz, lo que hace suponer que el mayor fotodaño se ve reflejado en las áreas del cuerpo que están en contacto directo con dichas radiaciones (áreas fotoexpuestas); resultados que concuerdan con los de Magliano et al.18)
En relación con el subtipo clínico, el más frecuente fue el nodular, que se corresponde con la forma inicial de estos tumores, como bien se señala en la bibliografía foránea consultada.19,20
En el período analizado prevalecieron el cáncer basocelular, los pacientes mayores de 50 años, los de piel blanca y del sexo masculino; mientras que la cabeza, en especial la frente y la nariz fueron las zonas topográficas más dañadas y, desde el punto de vista clínico, la forma nodular resultó ser la más frecuente, al igual que los albañiles y agricultores en cuanto a la ocupación.