Introducción
La mucosa bucal puede estar afectada por lesiones traumáticas, infecciones virales, micóticas y bacterianas, tumores benignos y malignos, malformaciones del desarrollo, así como también por enfermedades autoinmunes, genéticas y psicosomáticas; asimismo, suelen observarse signos de deficiencias nutricionales, trastornos hematológicos y endocrinopatías.1
Tanto el conocimiento de la enfermedad bucal como el examen sistemático de la boca permitirán comprender mejor el estado general del paciente y lo que es más importante, facilitarán el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno en caso de lesiones como el cáncer.1
Aproximadamente entre 5-15 % de la población general puede presentar una lesión en la mucosa bucal y, aunque la mayoría son benignas, muchas tienen características similares a las malignas; sin embargo, mediante el examen clínico por sí solo no se pueden diferenciar las lesiones potencialmente precancerosas y cancerosas de las que no lo son. Algunas son consideradas precancerosas porque fueron correlacionadas estadísticamente con subsiguientes cambios cancerosos; contrariamente, algunas lesiones malignas, vistas en estadio temprano, pueden parecer benignas.2,3
El cáncer es un factor importante de la carga mundial de morbilidad y lo será cada vez más en los decenios venideros. Se estima que el número anual de casos nuevos pasará de los 10 millones registrados en el 2 000 a 15 millones antes del 2 020; igualmente, cerca de 60 % de estos se presentarán en las regiones menos desarrolladas del planeta. De los 10 millones anuales de casos nuevos de cáncer, 4,7 millones se registran en los países más desarrollados y casi 5,5 millones en los menos desarrollados.4,5,6
Por otra parte, el cáncer constituye en Cuba la segunda causa de muerte para todos los grupos de edades, solo superada por las enfermedades del corazón, y cada año aparecen entre 20 000 y 25 000 casos nuevos, de los cuales fallecen entre 13 000 y 14 000 pacientes. Entre las localizaciones anatómicas que pueden ser afectadas por el cáncer se encuentra la cavidad bucal que, a pesar de no ser de las de mayor frecuencia, produce un alto grado de morbilidad y deformidades, que en ocasiones convierten al afectado en un ser marginado y repulsivo para la sociedad.5,6,7
En Cuba, desde 1988, entró en vigor el Programa Nacional de Diagnóstico del Cáncer Bucal del Ministerio de Salud Pública, único en el mundo por su cobertura nacional. Fue así que en la década de los 80 hubo un descenso importante en la incidencia de las neoplasias malignas de la cavidad bucal. Entre la funciones de este programa se encuentra la pesquisa masiva de las lesiones del complejo bucal en las personas mayores de 15 años, con el objetivo de detectar este tipo de cáncer en etapas tempranas.8
A pesar de que la estructura y el funcionamiento de los servicios estomatológicos en la provincia de Santiago de Cuba han garantizado el chequeo y el control de la población adulta, a partir de 1990 hasta la actualidad se ha producido un incremento progresivo de las tasas de morbilidad por el creciente número de pacientes con esta enfermedad.
Teniendo en cuenta la alta prevalencia de mortalidad por cáncer de la cavidad bucal se realizó el presente estudio para caracterizar clínica y epidemiológicamente a los pacientes atendidos en la consulta del Programa de Detección del Cáncer Bucal (PDCB) de la mencionada institución.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y transversal de 56 pacientes de ambos sexos, con alguna alteración morfológica evidente en el complejo bucomaxilofacial, atendidos en la consulta del PDCB del Servicio de Estomatología del Policlínico Eduardo Mesa Llull del municipio II Frente de la provincia de Santiago de Cuba, desde septiembre de 2015 hasta igual mes de 2017.
Esta investigación se llevó a cabo teniendo en cuenta las consideraciones éticas relacionadas con las personas objeto de estudio, para lo cual se siguieron las normas planteadas en la Declaración de Helsinki.
A todos los pacientes se les tomó muestra para el examen histopatológico y entre las variables analizadas figuraron: edad, sexo, color de la piel, localización anatómica de las lesiones, diagnóstico definitivo y tipo histológico. La información se procesó por medios computacionales a través del sistema SPSS, versión 10.0. Se elaboraron tablas estadísticas y se empleó el porcentaje como medida de resumen para variables cualitativas.
Resultados
En la serie (tabla 1) predominaron el grupo etario de 35-59 años (80,3 %) y el sexo femenino (59,0 %).
En cuanto a la relación de los afectados con el color de la piel, prevalecieron los mestizos (57,0 %), seguidos de los blancos y negros (27,0 y 16,0 %, respectivamente).
Como se aprecia en la tabla 2, las lesiones se localizaron mayormente en la mucosa del carrillo y en el labio inferior para el cáncer bucal (33,0 %) y en los rebordes alveolares residuales y la mucosa del carrillo para las otras lesiones bucales (15 y 11 %, en ese orden).
Durante el estudio histopatológico de las lesiones (tabla 3), predominó como diagnóstico definitivo la leucoplasia de la mucosa bucal (29,0 %), seguida por las lesiones papilomatosas y fibromatosas (21 y 16 %, respectivamente).
Por otra parte, se observó (tabla 4) una marcada diferencia entre los 2 tipos histológicos estudiados, con primacía del carcinoma epidermoide (83,3 %).
Discusión
En Cuba, el cáncer bucal se encuentra entre las 10 primeras causas de incidencia de esta enfermedad en los hombres y representa 4 % de todas las neoplasias malignas en este sexo. Según datos del Registro Nacional de Cáncer, en el 2002 ocupó el décimo lugar como causa de muerte, con un total de 283 fallecidos, para 4,92 % y alcanzó su mayor tasa en pacientes con más de 60 años.6,7,9 Al respecto, en la provincia de Santiago de Cuba, existen pocas investigaciones relacionadas con los aspectos clinicoepidemiológicos en pacientes con cáncer y otras lesiones del complejo bucomaxilofacial, pero se registran cifras similares.
En esta casuística, los resultados en cuanto a edad coinciden con los de Cento et al,10) en un estudio efectuado en la provincia de Las Tunas, donde también predominó el grupo etario de 35-59 años. A su vez, plantea que precisamente en estas edades las personas tienen una vida laboral activa, por lo que hay que considerar la posibilidad de que estén expuestos a los factores de riesgos que propician la aparición de esta enfermedad, además del estrés que los lleva a fumar o ingerir bebidas alcohólicas.
El hecho de que en el presente estudio las féminas fueron las más afectadas puede deberse al aumento en los últimos años de las mujeres fumadoras y a la presencia del virus del papiloma humano.6,11
El predominio de los pacientes mestizos en la serie no se correspondió con lo descrito por Valentín et al9) en su serie, donde prevalecieron los de piel blanca (94 %), lo que puede estar relacionado con la existencia de una marcada mezcla de raza en esta zona del país.
Según expresan da Silva et al,12 en un estudio realizado en Brasil, 70 % de los pacientes con cáncer bucal eran de piel negra; mientras que las estadísticas de la Sociedad Americana de Oncología Clínica8 describen una frecuencia dos veces mayor en la población negra, pero señalan los especialistas lo poco probable que resulta encontrar una razón genética, ya que no se toman en cuenta algunos factores socioeconómicos como los niveles de ingreso, la educación, la accesibilidad a la salud, así como el mayor consumo de tabaco y alcohol en los diferentes grupos étnicos.
Los hallazgos relacionados con las localizaciones anatómicas más frecuentes difieren de lo planteado por otros autores6,10) quienes encontraron mayores afectaciones en la lengua (30,3 %) y en el labio inferior, respectivamente.
Al respecto, Valentín et al9 refieren en su estudio que el labio inferior fue la región anatómica del complejo bucomaxilofacial más afectada, seguida en orden de frecuencia por la lengua móvil, el suelo de la boca y la mucosa del carrillo.
En la presente investigación, según el estudio histopatológico de las lesiones, al mayor número de pacientes se le diagnosticó leucoplasia de la mucosa bucal, lo que está relacionado directamente con el hábito de fumar, muy arraigado en la población del municipio. A este diagnóstico le siguieron las lesiones papilomatosas y fibromatosas, lo cual coincide con lo encontrado en otra provincia del país, con 71,4 % de los pacientes con confirmación de leucoplasia.
La superioridad del carcinoma epidermoide en la serie, se correspondió con lo obtenido por Peña et al,6 quienes también señalaron que esta fue la variedad histológica más frecuente. Es importantes señalar que en todos los pacientes con diagnóstico confirmado de cáncer bucal se encontraron lesiones papilomatosas en la mucosa bucal.
Actualmente, la educación para la salud, la promoción y la prevención ocupan un lugar primordial en el mundo de la estomatología, de ahí que se impone evaluar y renovar los programas, de manera que esta sea cada vez más preventiva y educacional. Para ejecutar las medidas de prevención en sus distintas etapas, no solo es imprescindible la preparación del estomatólogo en los aspectos clínicos y epidemiológicos del cáncer bucal, sino también en la interiorización y concientización de los objetivos del Programa Nacional de Diagnóstico del Cáncer Bucal y la necesidad de desarrollar métodos educativos específicos. La comunidad estomatológica tiene una enorme responsabilidad en la detección precoz de estos pacientes, lo que permitirá una tasa de supervivencia mayor y una marcada reducción de las tasas de morbilidad y mortalidad a escala mundial.