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Revista Cubana de Endocrinología

versión On-line ISSN 1561-2953

Rev Cubana Endocrinol v.19 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 2008

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

 

Frecuencia y características clínicas, hormonales y ultrasonográficas sugestivas de síndrome de ovarios poliquísticos en un grupo de mujeres con síndrome metabólico

 

Frequency and clinical, hormonal and ultrasonographic characteristics suggestive of polycystic ovarian syndrome in a group of females with metabolic syndrome

 

 

Gisel Ovies CarballoI; Emma Domínguez AlonsoII; Olga L. Verdeja VarelaIII; Hugo Zamora RecinosIV

I Especialista de II Grado en Endocrinología. Investigadora Agregada. Profesora Auxiliar del Instituto Nacional de Endocrinología. Ciudad de La Habana, Cuba.
II Especialista de I Grado en Bioestadística. Investigadora Agregada. Instructora del Instituto Nacional de Endocrinología. Ciudad de La Habana, Cuba.
III Especialista de II Grado en Endocrinología. Investigadora Agregada. Instructora del Instituto Nacional de Endocrinología. Ciudad de La Habana, Cuba.
IV Especialista de I Grado en Endocrinología.

 

 


RESUMEN

El síndrome de ovarios poliquísticos es la afectación endocrina más frecuente en la mujer en edad reproductiva. La insulinorresistencia y el hiperinsulinismo consecuente parecen ser la base de los trastornos que lo caracterizan, por lo que no es erróneo pensar que en mujeres con síndrome metabólico, cuya base fisiopatológica son la insulinorresistencia y el hiperinsulinismo, puedan aparecer elementos clínicos, humorales y ultrasonográficos del síndrome de ovarios poliquísticos.
OBJETIVO: determinar la frecuencia y características clínicas, hormonales y ultrasonográficas sugestivas del síndrome de ovarios poliquísticos en un grupo de mujeres con diagnóstico de síndrome metabólico.
MÉTODOS: se realizó un estudio transversal en 90 mujeres entre 18 y 45 años de edad con diagnóstico de síndrome metabólico, a las cuales se les aplicó interrogatorio y examen físico buscando signos clínicos del síndrome de ovarios poliquísticos (infertilidad, trastornos menstruales, hirsutismo, acné); además, determinación de la hormona foliculoestimulante, de la hormona luteinizante, prolactina, testosterona total, así como ultrasonido ginecológico transvaginal, entre el 3ro. y 5to. día del ciclo menstrual si estuviera menstruando, y de lo contrario en cualquier momento, así como también progesterona entre los días 21 y 23 del ciclo, siempre que estuvieran menstruando. Se diagnosticó una paciente con síndrome de ovarios poliquísticos cuando tenía 1 o ambos criterios clínicos, 1 o ambos criterios hormonales y el criterio ultrasonográfico.
RESULTADOS: el 67,8 % de las mujeres presentaron oligomenorrea, un 81,1 % hirsutismo, el 65,6 % tuvo niveles de progesterona anovulatoria y el 55,6 % testosterona elevada. El 63,3 % del grupo estudiado tuvo signos ultrasonográficos sugestivos de poliquísticos ováricos, y el signo más frecuente fue la presencia de 10 o más folículos de periferia ovárica y engrosamiento del estroma. El 51,1 % cumplió con los criterios para el diagnóstico del síndrome de ovarios poliquísticos. Cuando comparamos el comportamiento entre el grupo de mujeres con y sin síndrome de ovarios poliquísticos, observamos que la media del índice de insulinorresistencia fue superior en aquellas que presentaron síndrome de ovarios poliquísticos (7,5 vs. 6,5), en relación con la tensión arterial, la sistólica fue significativamente superior en el grupo con poliquistosis (145,9 mmHg vs. 138,6 mmHg). En relación con el índice de masa corporal, aunque no hubo diferencias estadísticamente significativas, el porcentaje de mujeres con él ³ 30 kg/m2 fue superior en las diagnosticadas con síndrome de ovarios poliquísticos que en las que no lo tenían (54,1 % vs. 45,9 %).
CONCLUSIONES: la frecuencia de síndrome de ovarios poliquísticos es elevada en mujeres con diagnóstico de síndrome metabólico, los signos más frecuentes son el hirsutismo, los niveles elevados de testosterona y la presencia de ³ 10 folículos menores de 10 mm en la periferia del ovario. Existe mayor tendencia de desarrollarse el síndrome en aquellas con síndrome metabólico que tengan niveles más elevados de tensión arterial sistólica, mayor índice de insulinorresistencia y mayor peso corporal.

Palabras clave: Síndrome metabólico, ovarios poliquísticos.


ABSTRACT

The polycystic ovarian syndrome is the most frequent endocrine affection in females at reproductive age. Nowadays, it is known that insulin resistance and consequent hyperinsulinism seem to be the basis of the disorders characterizing it. That's why, it is not erroneous to think that in females with metabolic syndrome, whose physiopathological bases are insulin resistance and hyperinsulinism, there may appear clinical, humoral and ultrasonographic elements of the polycystic ovarian syndrome.
OBJECTIVE: to determine the frequency and clinical, hormonal and ultrasonographic characteristics suggestive of polycystic ovarian syndrome in a group of females with diagnosis of metabolic syndrome.
METHODS: a cross-sectional study was undertaken among 90 females aged 18-45 with diagnosis of metabolic syndrome according to the modified criteria of the World Health Organization. They were interviewed and physically examined seeking clinical signs of polycystic ovarian syndrome (infertility, menstrual disorders, hirsutism, acne). Besides, the folliculostimulating hormone, the luteinizing hormone, prolactin and total testosterone were determined. A transvaginal gynecological ultrasound was performed between the third and the fifth day of the menstrual cycle, if they were menstruating or at any other moment, if they were not. Progesterone was also determined between the 21st and the 23rd day of the cycle, provided that they were menstruating. Patients were diagnosed polycystic ovarian syndrome when they had one or both clinical criteria, one or both hormonal criteria and the ultrasonographic criterion.
RESULTS: 67.8 % of females presented oligomenorrhea; 81.1 %, hirsutism; 65.6 %, anovulatory progesterone values; and 55.6 % elevated testosterone. 63.3 % of the studied group had ultrasonographic signs suggestive of polycystic ovaries, and the most frequent sign was the presence of 10 or more follicles of ovarian periphery and stromal thickening. 51.1 % fulfilled the criteria for the diagnosis of polycystic ovarian syndrome. When we compared the behaviour of the group of females with polycystic ovarian syndrome and that without it, we observed that the mean of the insulin resistance index was higher in those that presented polycystic ovarian syndrome (7.5 vs. 6.5). As to the arterial tension, the systolic was significantly higher in the group with polycystosis (145.9 mmHg vs. 138.6 mmHg). As regards the body mass index, although there were not significantly statistical differences, the percentage of females with it ³ 30 kg/m2 was higher in the patients with polycystic ovarian syndrome than in those without it (54.1 % vs. 45.9 %).
CONCLUSIONS: the frequency of polycystic ovarian syndrome is high in females with diagnosis of metabolic syndrome. The most common signs are hirsutism, elevated levels of testosterone and the presence of ³ 10 follicles under 10 mm in the periphery of the ovary. There is a greater trend to develop this syndrome in females with metabolic syndrome presenting higher levels of systolic arterial tension, higher index of insulin resistance and more body weight.

Key words: Metabolic syndrome, polycystic ovaries.



 

INTRODUCCIÓN

El síndrome metabólico (SM) es un conjunto de riesgos lipídicos y no lipídicos que pueden aparecer de forma simultánea o secuencial en un mismo individuo, como manifestación de un estado de insulinorresistencia (IR), cuyo origen puede ser genético o adquirido.1-3 Este se ha incrementado a nivel mundial en las últimas décadas, a la par de la epidemia actual de obesidad y diabetes, y se relaciona con un gran número de trastornos para la salud, entre los que ocupa un lugar cimero el mayor riesgo de eventos cardiovasculares, por la HTA, las dislipoproteinemias y la DM 2 que lo caracterizan. Recientemente se le ha asociado el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), que es una entidad que afecta entre el 4 y el 10 % de las mujeres en edad reproductiva,4-7 y cuyas principales manifestaciones clínicas son el hirsutismo, los trastornos menstruales y la infertilidad, como consecuencia del hiperandrogenismo y la anovulación que lo caracteriza. La evidencia del vínculo entre el SM y el SOP viene dada porque en los últimos 20 años se han realizado múltiples estudios8-17 que demuestran que alrededor del 60 % de las mujeres portadoras de un SOP, presentan IR con hiperinsulinismo compensatorio, lo cual constituye, además, la base patogénica del SM. Sin embargo, la mayoría de los estudios se han dirigido a buscar elementos del SM en portadoras de SOP; en cambio, las investigaciones en mujeres con SM buscando signos del SOP son escasas.

Motivados por la importancia que tiene detectar tempranamente dichos trastornos en la esfera reproductiva de estas mujeres para lograr mejor tratamiento, posibilidades de fertilidad y una salud reproductiva más plena, además de la escasez de estudios en este sentido tanto nacionales como internacionales, nos decidimos a realizar la presente investigación, con el objetivo de determinar la frecuencia y características del SOP en mujeres con diagnóstico de SM en nuestro medio.

 

MÉTODOS

Se realizó un estudio descriptivo transversal, en el que se incluyeron 90 mujeres entre 18 y 45 años de edad, con diagnóstico de SM, procedentes de la Consulta Externa del Instituto Nacional de Endocrinología. Se utilizaron los criterios modificados de la OMS para el diagnóstico del SM,18 es decir, glicemia en ayunas alterada (GAA), tolerancia a la glucosa alterada (TGA) o DM, y/o resistencia a la insulina (RI); además de 2 o más de los componentes siguientes: tensión arterial elevada (³ 140/90), triglicéridos plasmáticos elevados (> 1,7 mmol/L, o 150 mg/dL), lipoproteína de alta densidad (HDL col) bajo (< 0,9 mmol/L o 3,5 mg/dL en hombres, < 1,0 mmol/L o 39 mg/dL en mujeres), obesidad abdominal (relación cintura-cadera ³ 0,90 cm en hombres y ³ 0,85 cm en mujeres) y/o IMC ³ 30 kg/m2. A las pacientes que cumplían con estos criterios se les realizó: FSH (entre el tercero y el quinto día del ciclo menstrual si menstruaba), LH (entre el tercero y el quinto día del ciclo menstrual si menstruaba), prolactina (entre el tercero y el quinto día del ciclo menstrual si menstruaba), testosterona total (entre el tercero y el quinto día del ciclo menstrual si menstruaba); y de lo contrario, en cualquier momento, progesterona (en los días 21 al 23 días del ciclo menstrual si menstruaba) y US ginecológico transvaginal en la fase folicular temprana.

Se diagnosticó una paciente con SOP cuando tenía 1 o ambos criterios clínicos, 1 o ambos criterios hormonales y el criterio ultrasonográfico. Criterios clínicos: hirsutismo y/o infertilidad anovulatoria. Criterios hormonales: índice LH/FSH ³ 2 y/o testosterona elevada. Criterios ultrasonográficos (presencia de 10 o más folículos de < 10 mm en periferia, volumen ovárico > 10 mL y engrosamiento del estroma > 25 % del volumen ovárico), en este caso, 2 o los 3 signos. En el procesamiento estadístico de los datos se calcularon las frecuencias para las distintas variables cualitativas consideradas en el estudio, y medias y desviación estándar de las cuantitativas. Se utilizó la prueba de t de student para comparar los valores promedio de las variables cuantitativas (índice de IR, IMC, tensión arterial sistólica [TAS], diastólica [TAD] y valor de los triglicéridos entre las pacientes con SOP y sin él). Se llevaron a cabo tabulaciones de la presencia o no de SOP con las variables anteriores categorizadas, utilizándose la prueba de chi cuadrado para evaluar la significación estadística de la posible asociación. El programa estadístico utilizado fue el SPSS.10 para Windows.

 

RESULTADOS

En las pacientes estudiadas la media del índice de IR fue de 7,1, el promedio del valor de los triglicéridos fue de 2,26 mmol/L, el IMC medio de 31,88 Kg/m2, y la presión arterial de 143/89 mmHg. El 100 % de las pacientes incluidas en el estudio tenía una IR y un 63,3 % acantosis nigricans, el 67,8 % un IMC ³ 30 Kg/m2, y el resto entre 25 y 29 Kg/m2. El 66,7 % eran hipertensas y un 85,6 % mostró niveles de triglicéridos en sangre ³ 1,70 mmol/L. El 67,8 % de las integrantes del grupo estudiado tenían oligomenorrea, el 6,7 % se encontraba en amenorrea, mientras que el 25,6 % tenía ciclos menstruales regulares y con una duración de entre 21 y 35 días (tabla 1).

Cuando analizamos la presencia de signos clínicos de hiperandrogenismo, observamos que el 81,1 % de las mujeres tenían hirsutismo, mientras que solo al 32,2 % se le diagnosticó acné al examen físico. El 44,4 % de las mujeres estudiadas tenían el antecedente de infertilidad, pero el 51,1 % se estaba protegiendo para evitar un embarazo y 3 se habían embarazado en el año anterior (tabla 2).

En la tabla 3 se observa que la FSH tuvo un valor medio de 5,6 UI/L, la LH de 8,5 UI/L, y en el caso de la prolactina este fue de 380 mu/L. El promedio de la progesterona fue de 14,4 nmol/L; pero el 65,6 % de las mujeres estudiadas tuvo cifras por debajo del nivel considerado como ovulatorio, y el valor medio de la testosterona fue de 2,66 nmol/L. El 43,3 % tuvo un índice de LH/FSH ³ 2, mientras que el 55,6 % mostró niveles de testosterona elevados (tabla 4).

La tabla 5 muestra los resultados de los criterios ultrasonográficos sugestivos de poliquistosis ovárica. El 44,4 % tuvo un volumen ovárico >10 mL, mientras que el 61,1 % mostró un engrosamiento del estroma y un 71,1 % 10 o más folículos de menos de 10 mm en la periferia de los ovarios. Consideramos que el ultrasonido ofrecía diagnóstico de ovarios poliquísticos cuando cumplían 2 ó 3 de los criterios propuestos, y se encontró que 57 mujeres (63,3 %) tenían, por ultrasonido, una poliquistosis ovárica.

De las 90 pacientes estudiadas 46 presentaron diagnóstico de SOP, según los criterios propuestos, es decir, la frecuencia fue de 51,1 %. De estas 46 mujeres, el 100 % como se estableció en los mencionados criterios, tenían elementos ultrasonográficos de poliquistosis. En 34 de ellas (73,9 %) se identificó un volumen ovárico ³ 10 mL, el 89,1 % presentó un estroma engrosado y el 97,8 % 10 o más folículos de < 10 mm en la periferia ovárica. En relación con los criterios clínicos considerados en el diagnóstico, de las 46 mujeres con SOP, el 95,7 % tenía hirsutismo y el 58,7 antecedente de infertilidad, y con ambos criterios hubo un 54,3 %. En cuanto al criterio hormonal, en el 56,5 % se detectó un índice LH/FSH ³ 2 y el 84,8 % mostró niveles elevados de testosterona total, mientras que ambos criterios solo los mostraron un 41,3 % del total de las pacientes (tabla 6).

Cuando comparamos el comportamiento entre el grupo de mujeres a las que se le diagnosticó el SOP, con las que no cumplieron con los criterios propuestos para dicho diagnóstico, partiendo de la base que todas tenían un SM, observamos que la media del índice de IR fue superior en aquellas que presentaron SOP (7,5 vs. 6,5). En relación con la TA, la sistólica fue significativamente superior en el grupo con poliquistosis (145,9 mmHg vs. 138,6 mmHg). En relación con el IMC, aunque no hubo diferencias estadísticamente significativas, el porcentaje de mujeres con IMC ³ 30 kg/m2 fue superior en las diagnosticadas con SOP que en las que no (54,1 % vs. 45,9 %). En cuanto a los niveles de triglicéridos el comportamiento fue muy similar en ambos grupos.

 

DISCUSIÓN

Cuando analizamos el comportamiento de los ciclos menstruales observamos que la mayoría tenía ciclos irregulares, dados por oligomenorrea, y en menor proporción, por amenorrea, lo cual se explica, en primera instancia, porque muchas de ellas eran obesas, y el resto tenía sobrepeso corporal.19-24 Es bien conocido que el exceso de peso provoca disturbios en el funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-ovario, que pueden manifestarse por alteraciones en los ciclos menstruales.25 Smith y otros26 reportan un 46,2 % de frecuencia de oligomenorrea en mujeres con SM.

Las manifestaciones clínicas de hiperandrogenismo fueron frecuentes en el grupo de estudio, sobre todo, el hirsutismo, que estuvo presente en prácticamente la totalidad de los casos. Al igual que lo sucedido con los trastornos menstruales, la obesidad y el sobrepeso corporal, incrementan el riesgo de hiperandrogenismo, y su manifestación más frecuente que es el hirsutismo. Acien y otros27 encontraron un incremento de hiperandrogenismo en mujeres obesas, independientemente de tener SOP o no. Pasquali y otros28 plantean que la obesidad per se representa un estado de hiperandrogenismo funcional, y en otro artículo29 argumentan que la obesidad está asociada a profundas alteraciones en la secreción de andrógenos, su transporte, metabolismo y acción. Todo lo anterior puede estar en relación con que la mayor cantidad de tejido adiposo incrementa la síntesis periférica de andrógenos por aumento de las concentraciones de enzima aromatasa en dicho tejido.30

Por otra parte, debemos tener presente que todas estas mujeres tienen IR, que conlleva a un aumento de los niveles de insulinemia, y se ha demostrado8-10,31-33 que el ovario presenta receptores para la insulina, y que a través de la estimulación de estos por los niveles aumentados de esta, se estimula la secreción de andrógenos por las células tecales del ovario. El acné, como manifestación de hiperandrogenismo, fue un signo menos frecuente, lo que coincide con los resultados de otros autores.34

Llamaría la atención que en el grupo estudiado con las características antes expuestas, la infertilidad se presentara en un porcentaje no muy alto, pero debemos aclarar que más de la mitad de las pacientes estudiadas estaban utilizando algún método (no hormonal) para evitar el embarazo, y por tanto, no era posible determinar el criterio de infertilidad; no obstante, es importante señalar que la mayoría de las mujeres incluidas en el estudio tenían niveles de progesterona anovulatoria, lo cual nos lleva a deducir que de no estar evitando un embarazo la posibilidad de infertilidad sería mucho mayor.

En relación con el comportamiento de los niveles de las hormonas de la reproducción, vemos que la media tanto de LH como de FSH está dentro de valores normales. Banaszewska y otros35 demostraron que las pacientes con SOP e hiperinsulinismo tenían mayor frecuencia de valores normales de gonadotropinas, que aquellas con insulinemia normal. Radulovic y otros,33 por su parte, plantean que las pacientes con SOP y peso corporal normal tenían niveles de LH más altos que las obesas, lo cual coincide con los resultados de Silfen y otros,36 razón por la que quizás en nuestro estudio la mayoría de las pacientes tenían niveles de LH normales, ya que todas tenían un hiperinsulinismo y la mayoría eran obesas.

El valor medio de la progesterona estuvo dentro de los niveles ovulatorios bajos, pero consideramos que esto se deba a la influencia de los valores altos de aquellas mujeres que tuvieron progesterona ovulatoria, ya que más de la mitad de las pacientes tuvieron cifras de progesterona anovulatoria; y como ya se ha comentado, tanto el sobrepeso corporal, como la obesidad, provocan alteraciones en el funcionamiento del eje gonadal11 que se pueden expresar en la alta frecuencia de disfunción ovulatoria, así como el hiperinsulinismo, al estimular la síntesis de andrógenos en el ovario, provoca un ambiente intraovárico desfavorable para la maduración folicular necesaria para que ocurra la ovulación, y además, favorece la atresia de los folículos.

De los andrógenos solo fue posible medir los niveles de testosterona, y su valor medio fue elevado, como cabría esperar debido a las consideraciones antes expuestas. Smith y otros26 informan que en mujeres con SM las concentraciones de testosterona libre son altas, lo que coincide con los resultados de otros autores.37 Menos de la mitad de las pacientes tuvieron un índice LH/FSH ³ 2. Se ha demostrado que las mujeres con exceso de peso corporal y con hiperinsulinismo, como las estudiadas por nosotros, son más propensas a tener una relación LH/FSH normal.35 Más del 50 % de las pacientes tuvieron niveles elevados de testosterona, y pensamos que se deba al efecto del hiperinsulinismo sobre los receptores ováricos estimulando la producción de dicha hormona, mecanismo que está bien avalado;8-10,32,38 incluso, consideramos que de haber sido posible la determinación de otros andrógenos (androstenediona, dihidroepiandrosterona [DHEA] y dihidroepiandrosterona sulfato [DHEAs], por ejemplo) el número de pacientes con hiperandrogenismo humoral hubiera sido mayor.

Con respecto al comportamiento de los criterios ultrasonográficos sugestivos de poliquistosis ovárica, observamos que el más frecuente fue la presencia de 10 o más folículos de menos de 10 mm en periferia, y el engrosamiento del estroma, y más de la mitad de los casos cumplían con 2 o los 3 criterios propuestos, lo cual apoya la teoría de que los elevados niveles de insulinemia, al provocar hiperestimulación en el ovario, favorecen cambios funcionales que a la larga se traducen en cambios morfológicos. No encontramos estudios en los cuales se describa la frecuencia de poliquistosis ovárica ultrasonográficamente en mujeres con SM, aunque en pacientes con DM 2, donde el mecanismo patogénico es la IR, se ha visto una frecuencia de 33,7 % de poliquistosis ovárica por ultrasonido,39 lo cual es inferior a lo reportado por nosotros.

Del total de mujeres estudiadas, cumplieron con los criterios propuestos por los autores para el diagnóstico de SOP algo más de la mitad, por lo que consideramos que esta frecuencia es elevada, y por tanto, es un resultado importante y a tener en cuenta, ya que se han realizado estudios buscando la frecuencia de SM en mujeres con SOP, y se conoce que es de 43-50 %;40-44 sin embargo, los estudios buscando la frecuencia de SOP en mujeres con SM son extremadamente escasos, incluso, investigadores del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Mikkeli, en Finlandia,45 han planteado que a pesar de que la insulinorresistencia parece ser el factor esencial en la génesis del SOP, la frecuencia de este desorden ginecológico y endocrino no se conoce con exactitud en mujeres con evidencia de SM. Korhonen y otros37 estudiaron la relación entre el SM y el SOP, y encontraron un 46,2 % de mujeres con niveles elevados de testosterona libre y oligoamenorrea en las portadoras de SM, superior al del grupo control, y ligeramente inferior a lo reportado por nosotros.

Existen algunas investigaciones en mujeres con DM 2, que constituye un modelo de IR, y los resultados son controversiales. Recientemente se realizó un estudio para determinar la prevalencia de ovarios poliquísticos y SOP en mujeres premenopáusicas con DM,6 y solo un 4,3 % lo tuvo. Otros autores7 informaron que casi la mitad de las mujeres con DM 2 puede desarrollar un SOP, y un tercio de las pacientes con DM 1, donde como consecuencia del tratamiento insulínico hay un estado de hiperinsulinismo, y tienen un SOP. Gogia y otros46 plantean una fuerte asociación entre el SM y el SOP debido a la IR y el hiperinsulinismo que tienen en común, lo cual es confirmado en este estudio, con el que se demostró que la frecuencia del SOP en este grupo de mujeres es relativamente elevada, y por tanto, se recomienda buscar de forma activa en aquellas mujeres en edad reproductiva y con diagnóstico de SM, para corregir alteraciones en su esfera reproductiva de forma precoz, mejorando así su pronóstico y respuesta al tratamiento; además, existen evidencias que apuntan a que las mujeres con SOP tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer hormonodependiente, por la producción casi ininterrumpida de estrógenos que las caracteriza,47 lo que aumenta la importancia de su diagnóstico y tratamiento temprano.

Es de suponer que si todas las pacientes estudiadas eran portadoras de un SM nos preguntáramos por qué unas presentaban SOP y otras no. Observamos que en el primer grupo la media del índice de IR era mayor, así como la TAS fue también superior en este grupo, y aunque no de forma significativa, hubo mayor porcentaje de obesas en las portadoras de SOP, lo que nos hace suponer, en cierta medida, que a mayor severidad del SM mayor posibilidad de desarrollar el SOP. Por todo lo anterior se concluye que la frecuencia de SOP es elevada en mujeres con diagnóstico de SM, y los signos más frecuentes son el hirsutismo, los niveles elevados de testosterona y la presencia de ³ 10 folículos menores de 10 mm en la periferia del ovario, así como también que existe mayor tendencia de desarrollar el SOP en aquellas mujeres con SM que tengan niveles más elevados de TAS, mayor índice de IR y mayor IMC.

 

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Recibido: 23 de febrero de 2008. 
Aprobado: 9 de marzo de 2008.

 

 

Gisel Ovies Carballo. Instituto Nacional de Endocrinología. Departamento de Salud Sexual y Reproductiva. Calle Zapata esquina C, Vedado, municipio Plaza, Ciudad de La Habana, Cuba. E mail: govies@inend.sld.cu

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