Introducción
En el mundo, la enfermedad aorto-ilíaca es una entidad que genera morbilidad y altos costos para el sistema de salud.1 Su abordaje comienza con la historia clínica y los índices de presiones, los cuales tienen alta sensibilidad y especificidad para detectarla y determinar el nivel de presentación. Se recomienda realizar estas pruebas en todos los pacientes con síntomas agudos o crónicos sugestivos de isquemia en los miembros inferiores.2,3,4
Las técnicas endovasculares forman parte del arsenal terapéutico para el manejo de la enfermedad aorto-ilíaca, y el éxito de su uso dependerá de la extensión y el grado de la lesión del territorio vascular.2,3,4
La técnica kissing stent consiste en avanzar por vía arterio-femoral un balón de angioplastia y un stent que se posicionará en cada arteria ilíaca común, a 1-4 cm de la bifurcación aórtica, y se dilatará hasta lograr el diámetro normal del vaso, como sucedió en el caso de este estudio. Existe una variante al introducir los stents a través de la arteria braquial derecha cuando no hay pulsos a nivel femoral común.5
Existen 4 tipos de lesiones, de acuerdo con las recomendaciones terapéuticas realizadas por el Trans-Atlantic Inter-Society Consensus Working Group (TASC II), que variarán según la extensión del segmento aorto-ilíaco (tipos A, B, C y D).4
En la actualidad, se prefiere el manejo endovascular en lesiones Tipo A y B donde se reporta una mejor permeabilidad primaria y secundaria de la enfermedad.4
Presentación del caso
Mujer de 60 años, fumadora, con antecedentes de hipertensión arterial con tratamiento de captopril (50 mg cada 12 horas) e hidroclorotiazida (25 mg al día), y asma bronquial tratada con salbutamol a demanda. Presentó tres meses antes de la vista al médico, dificultad para la marcha asociada con una claudicación glúteo-muslo-gemelar bilateral, una xerodermia y escasa pérdida de vello a predominio derecho.
Al examen físico, se constató una presión arterial sistólica en la arteria braquial derecha de 180 mmHg y pulsos femorales débiles a predominio derecho. Los pulsos tibiales anterior y posterior, y poplíteo izquierdos eran débiles y los derechos no se documentaron (Tabla 1).
Tabla 1- Valores de los índices de presiones de los miembros inferiores
Sector | Miembro inferior derecho | Miembro inferior izquierdo |
---|---|---|
Tibial anterior | 180/90 (0,5) | 180/130 (0,72) |
Tibial posterior | 180/80 (0,44) | 180/110 (0,61) |
Poplíteo | 180/130 (0,72) | 180/160 (0,88) |
Nota: Los índices de presiones aparecen entre paréntesis.
Fuente: Historia clínica.
Hubo compromiso de la pulsatilidad, compatible con lesión estenótica ílio-femoral bilateral a predominio derecho y el índice de presiones mostró mayor compromiso en la región tibial posterior derecha.
Complementarios
Se realizó angiografía por sustracción digital (ASD) aorto-ilíaca, la cual mostró lesiones TASC II tipo A con estenosis significativa (mayor del 50 %) de segmento corto en la emergencia de la arteria ilíaca común derecha y no significativa (menor del 50 %) en la arteria ilíaca común izquierda (Fig. 1). Se realizó angioplastia con stent autoexpandible en ambas arterias ilíacas con técnica kissing stent, mediante inflado, de forma selectiva, de ambos balones (Fig. 2).

Fig. 1- Angiografía por sustracción digital de la aorta abdominal y las arterias ilíacas comunes.

Fig. 2- Arterias ilíacas comunes A y B.
El angiograma mostró la restauración de la permeabilidad del segmento aorto-ilíaco derecho sin estenosis residual, ni complicaciones inmediatas o mediatas. Durante la intervención, la paciente recibió 5000 UI de heparina intravenosa. El procedimiento duró 35 minutos y el tiempo de fluoroscopia fue de 10 minutos.
Su estancia hospitalaria duró 2 días y el paciente recibió manejo ambulatorio con clopidogrel 75 mg al día. Después de 12 meses no presentó claudicación con índices de presión tobillo-brazo en 0,9. Se recomendó seguimiento con índices de presión tobillo-brazo y Doppler Dúplex cada 6 meses o antes si recidiva.
Discusión
En 1964, Dotter y Judkins6) iniciaron el tratamiento endovascular en pacientes con oclusión aorto-ilíaca, en quienes se contraindicaba la realización de puentes o la amputación de la extremidad. Desde entonces este se ha utilizado con una baja morbi-mortalidad y buenas tasas de permeabilidad.7
A pesar de que las técnicas endovasculares sean menos cruentas que la cirugía abierta, el porcentaje de reestenosis resulta mayor a mediano y largo plazos. La permeabilidad en el seguimiento a 4 años es variable en comparación con la cirugía y se ha reportado en investigaciones entre el 63,6 % y el 97,6 %.8) No obstante, como se presentó en este paciente, la permeabilidad primaria y secundaria se mantuvieron como en la mayoría de las lesiones Trans-Atlantic Inter-Society Consensus Working Group II tipo A (TASC IIA) , con reportes de reestenosis menores en las lesiones proximales y de segmento corto, más pertinentes para este procedimiento.9)
Esta técnica se ha descrito para todas las lesiones aorto-ilío-femorales TASC II tipo A al D y en algunos casos se ha modificado para realizar reconstrucciones de los territorios ilíacos interno y externo con buenos resultados;10,11) por tanto, se debe individualizar su uso en cada caso para así obtener el resultado y la evolución esperados.
La presentación de este caso demostró que la técnica kissing stent es viable y atractiva para el manejo de la enfermedad estenótica aorto-ilíaca al mejorar la permeabilidad de forma directa y aunque el lado izquierdo no cursó con una estenosis significativa ya tenía cambios en el índice de presiones por lo que fue factible en un solo acto quirúrgico manejar ambos territorios.
El manejo endovascular de las lesiones estenóticas aorto-ilíacas mediante la técnica de kissing stent es seguro, menos cruento y con buenos resultados a mediano plazo, y debe sustentarse en una selección apropiada de los pacientes.